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DIARIO DEL COMERCIO VALE 15 cts.
INFORMACION INTERESES GENERALES ORGANO DE LA CAMARA DE COMERCIO DE COSTA RICA VALE 15 cts.
ANO III San José, Costa Rica, Domingo 12 de marzo de 1922.
NUMERO 477 La Figura de la Semana El viaje del Señor Arzobispo Saldan za de soledad: bravías como las Acaba de regresar a su Sede selvas, duras como las encinas, de San José de Costa Rica, deslibres como el viento, bravas copués de una peregrinación por mo las fieras con las que están las regiones del Sur de la Reacostumbradas a luchar, y a quiepública, Su Señoría Ilustrísima nes han ido a disputarles el reiel señor Arzobispo de Costa Rinado de la montaña, conservan ca. Con esta ocasión nos vamos en el fondo de sus almas el tea referir a este pastor el primor de Dios, el respeto al credo mer jefe de la Iglesia Nacional, religioso en que fueron creados; en breves frases que llevan, copor eso, cuando ante ellos se premo finalidad, hacer resaltar la fisentó la figura llena de bondad gura preclara de este sacerdote del Arzobspo, y reconocieron en humilde e ilustrado que acaba de él al más alto Jefe de la Iglesia, desceñirse las sandalias de perey vieron sobre el fondo morado grino, que se pusiera un día para de sus vestiduras resplandecer la emprender un viaje pereso, hecruz de oro y de esmeraldas de cho para cumplir con la misión Su Señoría, ellos que ante nada espiritual que le impone su alto se doblegan, ellos que no temen ministerio nada de los hombres, ellos que Pudiendo enviar un delegado: se han acostumbrado a la dura pudiendo no hacer este viaje que vida del bosque, han corrido conadie le pedía: pudiendo haber mo niños a escuchar palabras de pedido para el mismo todas las alivio para su soledad, de concomodidades que no le hubieran suelo para sus tristezas, de persido negadas, Monseñor Castro dór para sus culpas.
no ha hecho ninguna de estas, los que han desafiado las isino que, una mañana empuñó ras de los jaguares y los pumas, su báculo, como un pastor que los que no han temblado ante cogiese su cayado; apretó las coMONSENOR OTTON CASTRO JIMENEZ las tinieblas de las negras e imrreas de sus sandalias, y salió de Arzobispo de San José de Costa Rica penetrables noches sin más luz la capital: iba con rumbo hacia que la de las estrellas, que han las regiones del General y de pene a todo lo mundano, de algo la visita de Su Señoría ha debi. mo las fieras, viven una liberGolte Dulce, hacia los confines que es más diáfano, más sutil, do ser impresionante: cuentan, tad increíble en esta edad de las visto el bosque desgajarse ante del Sur de la República, hacia más elevado. Los sencillos mo los que vieron la llegada del se organizaciones sociales; muchos los huracanes furiosos, que han presenciado como en medio de aquellos apartados caseríos que radores de aquellos caseríos, los ñor Arzobispo a aquellos pobla de los que han llegado a la rela tempestad los rayos descuaviven tan lejos de nosotros, ol descendientes de los primitivos dos, que los habitantes de ellos, gión son prófugos de la justicia, sidados de los gobiernos, olvi poblacores que adoraban al sol los indios o los cholos. los que que habiendo caído en desgra jan los más corpulentos y bravíos ceibos, han corrido a arrodados de la prensa, olvidados de antes de la llegada de los homdesde hace docenas de años, hu cia, se han evadido y tomado el dillarse al paso del pastor, al palos honbres que dirigen la socie bres blancos, esos habitantes de yendo del centro del país se fue camino del Sur; otros, desespe.
dad costarricense. Ningún Je la selva y de la so del que fué a hablarles en llanura, hasta rados de la situación ron allá en busca de horizontes estrecha, nombre del Crucificado.
fe de la Iglesia antes que Monse donde aún no ha llegado el bu más propicios, caían de rodillas sin más recursos que la fe del a.
ñor Castro, había visitado aAcaba de regresar a su Palallicio estruendoso de la civiliza humildemente, y no se levanta venturero, han echado a andar aquellos remotos feligreses; si cio Arzobispal Monseñor Castro; ción, se han congregado en las ban hasta que la mano en que hacia la lejana zona; y así, dispor acaso, los habitantes de los tardes dcradas de este verano, lucia sus místicos destellos la a persos en la montaña, están los viene de catequizar, de nacionaapartados caseríos del Sur veían, o en las caras mañanas, en los matista episcopal, no hubiese di ranchos que cobijan una pobla lizar, de evangelizar a los más en tiempos muy espaciados, aps. templos primitivos a bajo los bujado sobre sus cabezas abati. ción eterogénea de indios de las olvidados y abandonados habi.
Tecer, como un símbolo de la so ceibos, frente al humilde altar das el ademán solemne de la tantes del país; les ha hablado razas autóctonas, de chiricanos.
beranía de Costa Rica, un desta sin caprichosos artesonados y bendición de Dios, de la Patria, del Amor, de gentes del interior, de avencamerto de guardas fiscales o u moldurs. o frente al magnífico Todas estas regiones del Sur, tureros llegados de Panamá, de y de la Caridad; acaba de desna compañía de soldados; aho altar de la naturaleza, para es tienen para nosotros algo de tie Nicaragua, de Colombia, de mil ceñirse los cordones de las sanra han sto al Jefe de nuestra cuchar palabras de sencillez y de rras de leyenda; y efectivamente: partes.
Como los terrenos no dalias del peregrino y de colgar Iglesia en persona; lo han reci humildad, palabras inspiradas en regiones relativamente dejadas su báculo, que es como el cayason de nadie, el que llega tala un bido Laio el techo de las cabe un credo de libertad, de igualdad de la mano, allí los hombres vi poco en el bosque, hace su ado de un pastor; viene a descannes pajas; han oído sus palasar satisfecho de haber realizado y de fraternidad, palabras por ven la vida primitiva y libre de bia. construye su rancho y se bras de vida eterna, de perdón, las que íuera crucificado, hace los sin gobierno; allí la propie instala en una vida de soledad, una obra de costarricense y de de mural, de caridad; han sen dos mil años, el más dulce de todad no está acotada por cercaen una vida de habitante de los católico; su sueño reparador de tido que un hombre ha llegado dos los poetas del humano lina dos, ni inscrita en registros; allí tiempos primitivos: la tierra férsus fuerzas, debe ser como el hasta sus corazones a decirles je, el más soñador de todos los la llanura se extiende ilimitada, til. la tierra lujuriante de la resueño con que descansaba, desirases de amor, a hablarles, no idealistas, el más fecundo de toy los hombres, como las aves, cogión, mantiene a quienes se conpués de jornadas semejantes, el de sus intereses terrenos, de con dos los revolucionarios. sagran a ella, y de su entraña fe.
recordado Monseñor Thiel.
veniencias de política o de negoPara el alma sencilla e ingecunda les da el pan de cada día.
ciu, sino de algo que se sobre mua de aquellas buenas gentes.
Pero estas gentes rudas a fuerEL HUSAR BLANCO El incendio del Venezuela 99 Ayer recibimos en la Redacción de este diario, una carta de uno de los pasajeros del Venezuela. carta que nos dirigió desde Puerto Colombia y en la cual da detalles hasta ahora ignorados de aquel infausto suceso que vino a llenar de luto a dos familias justamente apreciadas en esta capital Por via de información, Calderon ya que es muy natural que ávidamente se esperen los detalles del la llegada del Jefe de la Iglesia salían los indios de sus ranchos de Playas de La Uvita, el puerto por donde El General se comunica con paja para recibir la bendicióo pascual Pasa a la 5a Puntarenascoseryjándole granos, tabacos, ganado Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Biotecas del Ministerio de Cultura y Juventua, Costa Rica.
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