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Página El Mundo de los Juguetes El Diario saluda a sus amigos y favo Felices Apuntes de IN XI Hace una tarde color de rosa y en las calles hay al tiempo, a la vida y sus mudanzas; cada uno de un movimiento extraordinario. Esta noche va a ser la aquellos muñecos turo para nosotros una personalidad fiesta tradicional de Nochebuena.
intima una seductora evidencia representadas en su De comercio en comercio la multitud de gente va, act tud, en so gesto, en su rasgo definitivo. mi los vuelve, corna, con prisa alegre Aqui alla se cambian juguetes nunca me dejaron vacíos ni decepciones.
saludos y revolotean afables miradas. En cada semblante Tampoco a mi. Ciertamente, aquellos objetos se muestra alguna sonrisa y en todos los ojos luce al que se nos dabas para jugar eran expresivos, cran ama gún desreito de ilusión. Estas son las horas de comprar bles; correspondian a nuestro afecto, a nuestra lealtad. El los últimos juguetes, pirotecnias, oropeles, bombones, dia que desbaratamos algún titere para conocer su secre para facer feliz a la chiquilleria que se ha quedado en to mecánico, sentimos una pena vaga, inexplicable: ha CASS biamos destruido la corriente de simpatias entre el cora Tarde color de rosa, vaivén de animada multitud, zón ilusorio de ese personaje que nos lo habia enaje vehiculos que apuran sonando sus tintines, cascabeles y nado nuestro corazón sirenas Si, si. Después hemos experimentado una triste.
Don Julio y Miranda se han encontrado en la za muy semejante y a la vez muy diferente cuando he calle Real, se han dado lentamente a vagar de una para mos visto como lo que teniamos por más serio y por otra parte a la ventura, y poco después han parado en más trascendental en la vida también era un juguete.
frente a la puerta de un bazar concurridisimo para lacer que nos engañaba. La fe, la fortuna, el orgullo, el amor, alll, como rancios lugareños, un rato de guardia, par juguetes más o menos complicados, no dejan en noso lando a medida de sus breves curioseos e impresiones. tros aquel exquisito recuerdo, aquel sentimiento de ver Yo recuerdo este lugar con profundo cariño, dad y de grandeza que dejaban los juguetes iofantiles.
dice don Julio; antiguamente, cuando los portales, aque. Asi lo siente, me figuro yo, toda esta humani.
llos macizos y hospitalarios portales eran lujo de nuestra dad que ahora vemos entrar y sulir, apretujarse y reir plaza, hubo aqui unas confiterias olientes a gloria y un alucinadamente comprando miles de juguetes. Asi lo saalmacén de novedades en donde sesenta años yal me be aunque talvez no piense en ello y aunque, al pensar, compraron el primer juguete mecánico: una pareja de evitaría decirselo, porque nuestro lenguaje también es payaso y bailarina que, al dar volteretas, bacian sonar un juguete que defrauda la expresión de nuestro senti la música de su caja. En la casona de mis padres habia miento. Repare usted, cuánto es el que se asoma a un mirador adonde me subian y me sentaban alli junto todos estos ojos, cuánto cariño hay en todas estas ma.
al ventanal con mis juguetes; yo consideraba personajes nos que aprietan contra el pecho los abundosos paquetes importantísimos a la bailadora y al payaso que tan signi de navidad. No hay más hermosa manera de acallar ficativamente hacian sus piruetas en el quicio de la nuestras desilusiones que afirmando el derecho a la feli ventana, sirviéndoles de fondo escénico la llanura, las cidad de quienes todavia pueden tenerla. Digame: quie arboledas, el horizonte lejano con sus bellas nubes; y, nes son estas muchachas que vienen. creo conocerlas amigo mio, esas cuatro o cinco notas que el movimien pero no doy.
to de mis elteres hacia sonar tan arbitraria, tan locamente, han sido talvez la mejor música de mi vida. Pasan por enfrente a ellos tres elegantes mujeres; la una devuelve con igual sonrisa que las otras, pero con Me lo explico, sí. Las cuatro o cinco notas.
y los cuatro o cinco anos. Aromas, figuras y sonidos afectada esquivez, el saludo de Miranda; éste se pone un poco pálido, sigue con la vista por unos momentos a la que acompañaron al nacimiento de nuestra fantasia, no bay nada mis interesante.
joven, y luego contesta a don Julio. Son las Urbinas. No las recordaba usted. El mejor de los mundos era el de los juguetes. Hacia mucho que no las veia, y asi, al pronto, el que vivimos antes de vivir nuestro mundo real.
no las reconoci. Carinencita es la rubia que. Es que ellos formaban el mundo de verdadera realidad, con cierta imitación y caricatura del que más. Si, ella. Ya ve usted; uno de mis juguetes: en tarde conoceríamos. Tuvieron sus personajes tanto valor el que he puesto más ilusiones, y sin embargo. qué se yo; tiene rota la cuerda.
para nosotros, porque respondían a nuestra sinceridad, Cielo de diciembre, luz color de rosa, alegre mo porque no defraudaban nuestra fe, ni burlaban nuestra vimiento en las calles. El reloj de la catedral toca las omoción Caperucitas, pastores, reyes, cenicientas, volati seis.
neros, princesas y soldados, arlequines vistosos, anima lejos de traza humoristica, esas figuras eran superiores ALBERTO SÁNCHEZ Nochebuena Al calor de la lumbre agonizante Yo me pondré a velaros y entre tanto vamos a celebrar la Nochebuena, descenderán las lluvias de mi llanto porque yo quiero disipar la pena silenciosas, pausadas y quemantes.
que me devora instante por instante. mañana temprano en vuestras botas Pequeñuelos: Venid, mi fantasia en lugar de muñecas y pelotas os cantará maravillosos hechos, hallaréis un reguero de diamantes.
y después dulcemente en vuestros lechos id a soñar hasta que venga el dia. RESTREPO GÓMEZ De todas las biblicas leyendas, de todos los episodios poeticos de la Historia Sagrada, de todas las tradiciones primitivas, maravillosas y sobrenaturales, que encantaron la candorosidad de nuestra niñez, ningún relato más perdurable por lo emocio.
nante e ingenuo, que el de la noche de Belén, cuando, sobre las pajas de un pesebre y a la luz indecisa de los astros del cielo, nació Jesús el manso, el humilde, el bueno. Quién es el que alguna vez en su vida no ha peregrinado la noche de Navidad y, atravesando mares y continentes, llegado hasta la perdida ciudad del evangélico milagro, guiada su imagi nación por la legendaria estrella mistica de los Reyes Magos, y contemplado el cuadro que les maravilla, el cuadro tan reproducido y difundido por el mundo, el cuadro del Nacimiento ¿Quién ante una de estas hermosas creaciones de los artis tas de todas las épocas no ha sentido emocionado el corazón al contemplar el dulce afán con que la Virgen, pålida y bella, se inclina sobre el recién nacido divino que se estira sobre las pajas frias. Cuál no tiene grabado en el album de sus más queridos recuerdos de infancia la pintura del establo, con su cielo de estrellas, con sus lejanos picachos blancos de nieve, con sus pastores y sus ovejas de albos y suaves vellones, con los coros de ángeles que anunciaron la paz sobre el mundo para todos los hombres de buena voluntad. Quién es el que no sabe el cuento miliunanochesco, la infantil y maravillosa leyenda de la Nativi dad, que es la más poética y sobrenatural de las páginas bíblicas, de esas páginas dolorosas, trágicas, sangrientas, pasionales y lú gubres? Todos los hombres, los devotos y los no creyentes, todos, se han emocionado con el relato, tal vez un poco rudo, pero sencillo y sincero que hace el evangelio de San Lucas refi riéndose a Maria, madre de Dios: parió. dice el evangelicta sagrado. a su hijo primogénito; y lo envolvió en pañales y le.
acostó en un pesebre, porque no habia lugar para ellos en el mesón.
Ellos eran: el carpintero de ejemplar vida, y Maria, su esposa, que para inscribirse en los registros de Belén, habían llega do aquel mismo dia desde Nazaret. sin encontrar casa o me.
són que los alojase, debieron pasar la noche en un establo; y alli, cuando era más intenso el frío, cuando los astros del cielo deste Ilaban azules y pálidas claridades sobre el mundo dormido, y en las crestas de las montañas se espesaba y endurecia la nieve: blanca, la nieve que hacia tiritar de frio a los pastores apiñados alrededor del llar donde chisporrotcaban recios troncos de leña, a la hora callada de la media noche dormida, como una flor de luz, como una nueva estrella de pronto encendida, como una luminosa idea que de improviso alumbrara en el cerebro de un hombre, como un simbolo viviente de igualdad, de fraternidad y de libertad humanas, nació un niño, nació Jesús, el poeta din las parábolas, el evangelista que predicó a los hombres la doctrina del futuro, la universal doctrina que poco a poco ha ido con quistando al mundo con la amable dulzura de su justicia infinita.
Dicen que un buey y una mula se acercaron hasta el divino hijo del Cielo, y fue el aliento de las bestias, de las pobres bestias humildes y esclavas, el calor que conforto el cuerpecito rosado del futuro pastor de las bondades, fueron los pastores, los pastores friolentos, los humildes y fatigados trabajadores de los campos, los más sencillos, los más ingenuos, los que recibieron las primeras noticias de la venida del Mesias, y todos corrieron hacia el establo, para inclinar sus cabezas de martirizados, sus cabezas esclavas y siempre humilla das ante el recién nacido que llevaba hacia la altura sus maneci.
tas finas, las mismas santas manos que después curarian a do leprosos, las mismas sartas manos que acariciarían a los niños las mismas santas manos que unidas devotamente, pediría cielo por el humano linaje. tras de los pastores, entraron los tres magos que traia al recién nacido el oro, el incienso y la mirra, y que hasta Beles y llegaron guiados por una estrella.
Ese es el el más du el más candoroso, el más may villoso de los cuentos de la Biblia; un relato amable para tod los niños del mundo; un relato que conmueve las almas de que dejaron de ser niños: un relato universal que tiene la terr ra de los perdones y que conmueve dulcemente, suavemen intensamente.
Los Olvidados en La humanidad celebra una fiesta cristiana, de paz el preso que acaso llora sobre el duro camastro, para de amor, con estruendo de músicas y cánticos arran los que tienen por lecho la tierra y sólo fian su ventura cados gargantas desgarradas y a instrumentos desacordes a la clemencia de los cielos que hacen buena la frase napoleónica, según la cual Quizás en el recuento que los buenos hacen al la musica es el menos desagradable de todos los sonidos. amor de la lumbre, se olvida algún desventurade, porque Pero no falta algun enamorado galán que rasguea la no en vano la memoria es desván con rincones y trastos guitarra al pie de la reja, ni almas sentimentales que viejos. Pero no será el caminante, ni el soldado, ni el evocan la poesia y el misterio de la noche santa. Mien marino ni el galeote, ni el pilluelo de la ciudad. Son tras haga poetas y enamorados en el mundo, no le aquellos que ocultan la humildad de su vida un Calçarin amadores al encanto y a la tradición.
cuarto destartalado y medio vacio o en una choza que Ni faltarán corazones cristianos que hagan recuerdo hace temblar el viento con sus furiosas sacudidas.
de todos aquellos que el infortunio tiene desparramados Pero ni estos que pueden ser olvidados, estarán solos.
por los inciertos caminos del mar y de la tierra. Cae la El espiritu cristiano de la fiesta les acompaña y conforta, aleve en los campos, borrando límites y contornos; y en la tristeza de sus vidas la piadosa tradición de la prorrumpe la ciudad en sones y carcajadas: brilla el cie: noche santa es un amigo de inquebrantable lealtad, que lo azul pálido, bruñido con una inmensa lámina de nunca engaña. Ya en torno de la mesa los olvidados de acero. en los hogares tibios y confortables, oscilan la humanidad, el sentimiento, la poesía y la fe les dan las llamas, formando rojizos y quiméricos castilletes. Al sa bendición, atan sus almas con lazos que no se rom amor de la lumbre brota una piadosa palabra para los pen nuoca y unen sus manos en una caricia de placeres cristes: para el soldado que vigila en su puesto, desconocidos.
marino que hace guardia en el puente del buque, para Jost MONTERO para ci Introductendo el Vevo Carrito VICTOR LOS JUGADORES de TENNIS al evangélico episodio se acompaña el relato de la de llación de los inocentes, de la buida a Egipto; y el de los que precedieron al nacimiento de Jesús. Un cronista que se fiere a estos hechos, dice que la leyenda de la Natividad es único cuento de hadas del cristianismo, el único que er ciona a los niños y hace llorar a los hombres, el único que arropa en velos de fantasia oriental. Cuando el niño iba a cer, dice una de las leyendas palestinas, hubo durante muc tiempo una desacostumbrada agitación en el mundo enteropaz de Octavio, el Emperador de Roma, derramaba sus 16 CIGARRILLOS: 50 Ctmos.
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