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Jueves 22 de Febrero de 1923 DIARIO DEL COMERCIO Página El Partido Reformista abre los fuegos políticos Manifiesto La ineficacia de los grupos persona listas que hasta hoy se han disputado el progreso politico de la nación; la eviden te parálisis del organismo social cuyos sintomas se manifiestan en una ola corruptora que viene de arriba para abajo, invadiendo los poderes públicos, las instiuciones y los hombres; la carencia de una fuerza directriz, que impulse una reacción en el organismo politico social poniendo al país en el camino de su desarrollo histórico, apartándose de las formas elementales de gobiernos de fa milia, que degeneraron en nuestro am biente en funestos cacicazgos; la falta de un alimento doctrinario que acreciente y perfeccione la democracia, desacredi tada no en su esencia ni en su valor profundamente humano, sino en la an sencia de visión para encauzarla y trans formarla en realidad, puesto que si ape nas la población urbana de la nación, que es una fracción minima, está en capacidad de comprenderla: de todo es to han resultado las constantes crisis de nuestra vida política y las frecuentes in tentonas de los grupos que de mala fe o desconociendo los orígenes del fenó meno han querido arrancar de manos del pueblo el derecho de gobernarse, para servir intereses y privilegios de castas.
El Partido Reformista que ha nacido al impulso de estas consideraciones, quiere servir a la democracia y para esto cree que es obligación de hombres y de grupos informados de su época, levan tarla antes que destruirla, perfeccionarla antes que condenarla, porque por ella nacimos a la vida independiente y por ella estamos en este paso evolutivo, pa ra su loor y grandeza.
El Partido Reformista quiere reem plazar los idolos por los ideales; las que rellas personalistas por la fecunda lucha de valores doctrinarios que amplien el espíritu de la nación. Si hemos adelantado un paso en el orden de nuestra cultura, si hemos impulsado nuestro progreso material, es necesario que en esta obra común de progreso politico participen todos los que tengan una clara conciencia de la necesidad de una evolución politico social. La demagogia no alienta en este noble esfuerzo. La sociedad política es para nosotros un instrumento de constante perfección, que ha de tener en mira la felicidad co mún, hasta ponerla en condición de existir bajo normas de orden y respeto, nacidos de la conciencia y de la libertad, que no se pueden adquirir en la intrin cada trama de innumerables códigos, ni con el sojuzgamiento de sus más legitimas aspiraciones de transformación.
Es indiscutible que en todos los corazones costarricenses existe un anhelo renovador y que la Constitución es desde el punto de vista de nuestro progreso politico a manera de una momia que no responde ya a nuestros llamados de nación moderna, que vive su vida actual de evolución y crecimiento; las vestiduras infantiles no se avienen con el cuerpo de nación adulta. La letra ha muerto, su contenido se ha hecho inac tual a fuerza de crecer el organismo vivo de la colectividad, cuyas necesidades y deberes, sobrepasaron las estipulaciones de ese contrato público. Los legisladores de 1902 confrontaron la necesidad de una reforma constitucional y el Partido Reformista como punto fundamental de su programa consigna la con vocatoria a una Constituyente para tal fin.
El Partido Reformista desea un go bierno eminentemente nacional, que anteponga los intereses propios a los que en una forma velada sojuzgan nues tra libertad económica en lo interno y por consecuencia nuestra soberanía, sin que esto sea a manera de una muralla para quienes en forma honrada y con voluntad emprendedora contribuyen a la felicidad del país. Queremos el Go bierno de nuestra casa; queremos un gobernante que no sea un titere cuyos hilos manejan a su antojo las cancillerias extranjeras, es decir, un carácter representativo que indique que nuestra nacionalidad tiene un perfil, puesto que la historia nos dice cómo se han perdi do los países pequeños por la vileza de sus gobernantes.
El Partido Reformista insiste en que debe ser virtud inseparable del estadista un carácter definido en el orden social, político y económico. La estéril labor de los sabios que nos han gobernado, ha adolecido de indecisión, de cobardia frente al bien público, y hemos llegado a una situación, en que es necesario un pensamiento elevado, nutrido de doc trina, recto y respetuoso de las libertades públicas, pero que destruyendo los vicios de administración verifique milagro de devolver a la patria, la fuerza, el espíritu nacionalista cuyas raíces es tán ya podridas.
En el Estado y en la sociedad existe una mendicidad organizada que es el reflejo de hondos males de nuestra vi da; carroña que va minando lo que ayer fue organismo robusto y que a la postre convertirá un pais productor en un gran asilo de menesterosos. Si ahonda mos el problema encontraremos en to do ello una profunda injusticia en la distribución de las cargas públicas y una protección embozada a los mono polios que absorben la riqueza de la nación. por sobre todo eso la actitud de gobernantes que no quisieron turbar su tranquilidad afrontando valerosamen te el problema económico que quisieron resolver con una política de agua de rosas. El Partido Reformista acoge en principio el sistema de Tributación Directa a fin de que se verifique el espí ritu democrático de la tributación mo.
derna en que el pobre pague como po bre y el rico como rico.
El ilusionismo de nuestros baldios inagotables, no ha dejado ver en toda su realidad nuestro problema agrario.
La invasión de capitalistas extranjeros sedientos de nuestras tierras y de la ri queza del subsuelo nos ha maravillado, sin reflexionar en nuestro porvenir de nación independiente ni en el de las generaciones futuras cuyo patrimonio estamos entregando sin medida ni tasa, que deje a la comunidad esas riquezas por medio del Estado. Los paises previ sores de América han legislado en el sentido de la nacionalización del subsuelo y de todas las riquezas naturales aún no acaparadas, a fin de mantener la realidad de nuestra soberania sin limi.
tarse a sentimentalismos, que ante los hechos consumados no tendrán más valor que el canto del profeta sobre las ruinas de la ciudad biblica.
Queremos realizar la politica del sacri ficio, pero el sacrificio de las canongias, de los privilegios, el sacrificio de los hartazgos y de las prebendas que han succionado la vida nacional. Queremos que el Estado sea la expresión de una comunidad modesta y no el Estado principesco que se levanta sobre la miseria de su pueblo La vieja escuela oportunista espera en actitud de mendigo la salida del can didato oficial; el Partido Reformista no desea agrupar bajo su bandera esa tropa de inválidos, y fia a su espiritu y a su esencia el poder de despertar la concien cia pública cansada ya, naturalmente, de la sucesión de fracasos escandalosos en la administración pública y de la ineptitud de muchos de los que se han puesto al frente de ella.
El Partido Reformista no combatirá los errores de los hombres sino la es tructura social que los modelo; como su acción es constructiva, deja atrás el pasado para mirar al porvenir.
Este es a grandes rasgos el ideario del Partido Reformista, cuyo programa so.
mete al conocimiento del país. Sus pun tales descansan sobre la libertad econó mica, la emancipación de la tierra y la educación popular, porque ya no es po sible concebir el espectáculo de un pue blo cargado de derechos escritos mien tras se muere de hambre. Sus puntos de mira quizá vayan más allá de los moldes relativamente estrechos de un programa, en donde si bien está con densado nuestro anhelo evolutivo, no podrá contenerse la amplitud que pueda darle la concurrencia de los mejores ele mentos de la nación.
Por Costa Rica y para Costa Rica dentro de un sentido universal trabajaremos, a fin de que desaparezca ese espiritu de nación doméstica y se perfile dentro de las más avanzadas de su época.
Los siglos dan al Partido Reformista el lema por el cual puede morir un hombre o una nación. Nosotros por la patria, por la libertad y por la vida combatimos con estas palabras saludamos el advenimien.
to de nuestro partido, que quiere ser. esta es la realidad fracción que se disputa la grandeza de la Patria.
Propósitos del Partido los intereses creados sojuzgan las fracciones parlamentarias y las supeditan a su mandato, el pueblo venga a decidir directamente, am parado a este magno principio democrático.
extranjeros residentes en nuestras poblaciones, como miembros de la comunidad tienen de recho a participar en el régimen local de esta, y como contribuyentes a intervenir en el manejo de los fondos comunales; por tanto, el Partido Reformista declara que los extran jeros, con dos años de residencia en el país pueden elegir y ser electos para integrar las municipalidades.
VI naturales para provecho de todos y no como privilegio de unos pocos, el Partido Refor: mista acoge como bandera la nacionalización del subsuelo y de todas las riquezas naturales aún no acaparadas. Los compromisos ante riures del Estado relacionados con estos bienes se resolverán de acuerdo con la conveniencia pública.
La Carta Fundamental no corresponde ya a la evolución social y política de la nación, por cuanto siendo indiscutible su progreso histórico, de éste se han derivado problemas y necesidades que no pudo contemplar el legislador del 71.
En consecuencia: tan pronto como el Partido Reformista obtenga el triunfo electoral, el Presidente electo, ya en el ejercicio de su cargo, convocará a una Constituyente para elaborar el Estatuto que la nación quiera darse.
II VIII III La ley de accidentes del trabajo; los cen tros de cultura popular; la dignificación de la vida de los ciudadanos por medio de la higienización y mejoramiento de las vivien das, declarando inhabitables en las ciudades, aquellas que no reunan buenas condiciones; y el fomento de las sociedades cooperativas son propósitos vivamente sostenidos por el Partido Reformista.
IV Autonomia municipal que de margen de desarrollo a las capacidades comunales, libres dentro del concepto de pequeñas agrupacio nes que forman el Estado soberano, alejando de su acción evolutiva, el centralismo, que nulitica la propia iniciativa El Partido Reformista modificará el siste ma pepal vigente, creando casas de correc ción de menores y transformando las cárce les de hoy en colonias penales.
Las compañías extranjeras que adquieran propiedades en el territorio de la República quedarán de hecho consideradas como si estuvieran constituidas por costarricenses de origen, sin que puedan alegar en ningún caso litigioso otra nacionalidad que la propia costarricense. VII Introducción en nuestro Derecho Constitucional del principio de Referendum o plebiscito.
La vida de la moderna democracia exige el mayor acceso de las masas en la orienta ción de sus destinos El parlamentarismo, si bien ha representado hasta hoy su misión de vocero e interpretador de la suprema volun tad del pueblo, justo es que en adelante, en los más arduos problemas nacionales, en que fin de que sea una realidad presente y futura el principio de nuestra soberania, so strayendo la tierra a la tentación del impe rialismo capitalista que puede convertirnos lentamente en meros colonos de las tierras que adquiera; siendo ya principio admitido en los tiempos modernos que el Estado debe mantener el control de todas las riquezas Ley Agraria que favorezca el principio básico de la division de la propiedad y la limitación de los grandes acaparamientos de tierra sin provecho para la economia nacional.
Considera el Partido Reformista que los Pasa a la pagina Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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