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Página DIARIO DEL COMERCIO Jueves 29 de Marzo de 1923 El Sermon del Descendimiento Jerusalén Llena está la iglesia de fieles; el sol luminoso de la tarde la llena de viva luz que irrumpe por por los claros vidrios de las ventanas y por las tres puertas que abrieron de par en par; esta luz, que ciega en la calle, es, bajo las altas naves, sua ve, ligeramente dorada, tibia. cada momento entran nuevos fieles; mujeres de luto y hombres vestidos con sus trajes de fiesta se hacinan silenciosamente, buscando sitio en las bancas, y cuar. do éstas están colmadas, sobre el pavimento de mosaicos relucientes. Hoy, fácil es notarlo, el re cogimiento de la multitud es mayor, más notable su fe, y el silencio es casi completo. Es viernes santo y el recuerdo de la biblica tragedia del Calvario gravita sobre las conciencias de los fieles: veinte siglos ha vivido este recuerdo, y mien Cristo de Getsemahni tras pasan en la volubilidad de los tiempos y en Maria, Madre de Dolor Lentas horas de agonia fueron los del Huerto de los Olivos; alli, las mudanzas de las épocas las páginas de la hisEl lirico fervor religioso del Catolicismo ha sublimizado el dolor de la de rodillas sobre las guijos, Jestis, el de manso y humilde corazon, toria de los hombres, la grandeza, la pompa, el peregrina mujer de Judea: las letanlas, esos tiernos e inspirados oró con toda su alma: su oración subió hasta las estrellas titilantes. de la noche y de sus sienes rodaron gotas de sudor sangriento.
poder, los reinos, los imperios y los pueblos, la madrigalas, en loor de la Virgen, contan sa dolor, el intenso delor fe del Crucificado de Jerusalén subsiste. Todo lo de sentir sobre el pecho los siete puñales legendarios.
material es perecedero; sólo se salva lo que nació en el espiritu lo que vivió en el corazón y se fortaleció en la conciencia levantado un telón de montañas, la santa ciudad aparece, En el fondo del templo hay un cuadro que en la luz púrpura del crepúsculo, coronada de domos, habla su lenguaje patético al sentimiento sobre de almenas, de campanarios, admirable en su grandeza un fondo verde, casi negro, de hojas de pacaya, milenaria, sublime en su aislamiento. Mis ojos adivinan los lugares que contemplan Aquella cúpula negra, muy de ramas de ciprés y uruca, la cruz abre sus bra.
grande, muy baja que se destaca en un amplio espacio zos rigidos; y de ella, como lo dicen los evange.
ME libre, es, seguramente, la del Santo Sepulcro; una cruz lios, pende yerto, inanimado, el livido cuerpo de de oro luce en su cima y, a alguna distancia, se elevan ERUSALÉNI. Ha bastado que en un brusco recodo Jesús. La Dolorosa, la madre en cuyo corazón se dos torres que parecen protegerla. Más lejos, otra del camino una torre se alce, cual un gran fantasma cúpula brilla, en la que reconozco los cristales del Kobber blanco, allá en el fondo de las montañas desiertas, apretaron los siete puñales simbólicos y San Juan, es Sukra, en medio de la plaza del Templo de Salomón.
para que mis ojos no puedan apartarse del lugar de la el lirico visionario de Patmos, el más tremendo La Puerta de Oro, por la cual hizo Jesús su entrada, aparición y para que mis labios no cesen de repetir el de los poetas evangelistas, guardan fielmente entre cánticos de jubilo, aquel domingo de su más inc.
Santo nombre al Crucificado, mientras Maria, la hermosa peca: fable triunfo, debe estar ahi cerca, siempre cerrada. La Jerusalén! Jerusalénl.
dora de Magdala, la rubia hetaira perdonada y re ciudadela se halla en el otro extremo, alla al fin de las Aún estamos lejos, sin embargo. Apenas hace media murallas, entre alminares sin nombre y sin numero.
hora, atravesamos, entre las ruinas de Rama, las antiguas dimida, se abraza a los pies de azucena de su sal¿Y la Torre de David? Es, sin duda, la más alta, la más fronteras del Reino del Norte y del Reino del Sur. Ahora vador. Aquél retablo es bello y hondamente im fuerte, la que se eleva en el centro de las terrazas obscu mi gula, señalandome unas piedras dispersas a la izquierda gresionante: en el silencio de la hora dorada aque ras, y cuyas crestas, en la luz del Poniente, se enrojecen de la ruta, murmura un nombre que en otra circunstancia lla evocación habla un mistico lenguaje de epope habría hecho gran efecto en mi imaginación.
en este minuto supremo. Si, aquella es, sin duda, la ya sagrada; hay una lengua muda que canta al do Torre de David. Esta era Gibea me ha dicho. luego, con su verbosidad habitual, se ha puesto lor, a la fe, a la esperanza y a la caridad en estrofas Mi cicerone, muy serio, respetando mi santo espejismo, camina a mi lado y no me hace sino observacio.
a recitarme la historia de aquella noche atroz, en la cual eternas, en versículos inmortales.
nes delicadas.
setecientos gibeanos violaron a la mujer del peregrino de De pronto, el silencio se hace completo. No murmura, desde aqui no se ve ni el SeEfraim, provocando la cólera de todo el pueblo de Israel. el cura, el discípulo del Crucificado, el que herepulcro, ni la Roca, ni la Ciudadela ni la Torre. Lo que que, congregado, decidió la ruina de la tribu de Benjamin, do de los apóstoles el deber espiritual, altisimo y Pero hoy casi ni escucho sus palabras ¿Qué me importa tenemos delante, son construcciones modernas, conventos Gibea, cuando Jerusalén está abi, cerca de nosotros, detrás santo de hablar palabras de eternidad a las almas, franciscanos, iglesias rusas, hospicios griegos, que están situados fuera de los muros, en los barrios de las conde aquellas rocas color de rosa. sube los escalones del púlpito y empieza su oracesiones europeas.
Con la vista puesta en la torre lejana, espero, febril ción. Ha hecho una breve cita latina, entresacada y alucinado, otras torres que no pueden tardar en surgir. de los Evangelios, y empieza a hablar pausada.
Lo que nunca senti ante ninguna ciudad santa, hoy lo Yo no oigo su voz. Tampoco oigo la voz de Laexperimento aqui. es una extraordinaria inquietud, una mente, devotamente, monótonamente.
martide, grave y triste, que me dice. La historia nos impaciencia violenta, un temblor de todo mi ser interior Todos los fieles escuchan con fervor: su áni edemuestra que Jerusalén no ha conservado uno solo de ma está dispuesta y ansiosa de la palabra que se sus monumentos de las grandes épocas. Fuera de los desea inmortal, apasionada, suave, mística y al. iuros de las terrazas que dan al valle de Josafat, ninJerusalén! Jerusalén Jerusalénl. Mi alma entera tisima. Quien les hablara un lenguaje fervoroso, guna piedra verdaderamente antigua subsiste. Todo es se estremece al oir el cántico de estas silabas, que suenan los haría llorar, los podria elevar a alturas apenas polvo, y lo que no es polvo, es de la era moderna, con acordes misteriosos de salmo y de abatema. JerusaNo oigo sino la voz de mis. alacionaciones deliciosas, lén, que es todo lo sublime y todo lo horriblel; Jerusa.
imaginadas. Pero no. por qué nuestros sacerdoque va murmurándome al oído nombres prestigiosos, lén, que en los labios de David es el gozo supremo de tes no querrán alimentar su verbo con la sublimi 43 a medida que mi vista se posa en las cúpulas lejanas.
la tierra; Jerusalén, que en boca de Ecequiel es la abo dad de la doctrina espiritual de su religión? ¿Debo decir, para justificarme, que el sol es mi compli minación de las abominaciones; Jerusalén, que recibe a ¿Dónde pedir más conmovedor motivo que ce, pues, en su ocaso, lo envuelve todo en una lux Jesús entre palmas triunfales, y luego lo crucifica, como ideal que suprime las edades, y las formas, y los estilosi.
un malhechor; Jerusalén, coronada de rosas misticas y de el que brindan este templo silencioso, estas naves No. En pleno día estoy seguro de que mi visión seria maldiciones eternas; Jerusalén, manchada de sangre; Jera suntuosas, esta multitud recogida y ávida, esta ce.
idéntica, visión de dulce engaño sin duda; visión que salén, Jerusalént.
remonia plena de grandeza, este cuadro bíblico no ha de durar sino un minuto, visión de ingenua bea lleno de una hermosura trágica?
titud, pero visión real dentro de mi alma, visión fuerte Ya va a llegar la hora del descendimiento; en mi espiritu.
La senda que seguimos no tiene la gracia florida de los caminos recorridos hace algunos días en la dulce José y Nicodemo vendrán, con manos piadosas, Galilea. Todo es seco, todo es estéril, todo es hostil. Las a desenclavar este lirio que pende del madero. Se Jerusalen! Jerusalén. No sé si mañana, en plena montañas se extienden, en duras ondulaciones, hasta el cierran los ojos un instante y el cuadro, alumbra luz, cuando haya penetrado dentro de tus murallas alme.
infinito. No se ve un árbol. La luz de la tarde hace nadas, vas a parecerme, como a tantos otros viajeros, do por las luces del crepúsculo muriente del vieruna ciudad detestable. No sé si el ruido de las dispu destacarse cada piedra en el fondo del horizonte, con nes trágico, se aclara en el fondo de la imagina durezas de cristal roto. Hay reflejos extraordinarios en el tas de los monjes que te habitan, apagará en mi alma, espacio. El sol, que se inclina ya hacia el ocaso, enciende ción. Aquél crucificado es Jesús. Jesús el Nazare.
como en la de tantos otros peregrinos, la voz de las laces rojas entre las nubes y convierte los pearuscos en no, Jesús el profeta, Jesús el más grande de los santas oraciones. No sé si en tus calles voy a sentir la rubies. Otras piedras, escondidas en la penumbra, tienen apóstoles. En estos labios finos, ahora exángües, profunda tristeza de no emocionarme por nada, como los matices de amatista.
ahora contraidos por el rictus de la muerte, la paha pasado a tantos poetas. No sé si los edificios de Pero todo este yo apenas lo percibo como en tus suburbios nuevos, mdy nuevos, y muy grandes, y labra humana se sublimizó y fue música de insueño. Mi actividad espiritual está concentrada en aquel muy europeos, van causarme la desastrosa impresion mortales armonías: en ellos vivió la Verdad, de punto lejano, donde ya ni siquiera distinguimos la torre que a tantos otros artistas les han causado. Algo misteblanca, y en el cual espero ansiosa ver aparecer en breve ellos brotó la Justicia, de ellos salió el bálsamo riose llena mi espíritu de temores al acercarme a tus la gran visión sagrada.
santo del Perdón; ellos cantaron el himno del puertas. Pero no importa. Por grandes que sean mis Mi guia, mi docto guia, que no puede dejar pasar decepciones de los dias venideros, el dia de hoy me Amor, implosaron por el desgraciado, dieron una ruina sin animarla con su bíblica crudición, acaba proporciona uno de los mis hondos y de los más puros tiernisimo consuelo al triste, fustigaron al perverde descubrir, a destra derecha, el sitio donde fué Nob.
gozos de mi existencia, y este goxo lo conservare mien.
Y, sin fajarse en mi alejamiento, háblame de David aquel so y preconizaron el Bien como fuente de felici tras viva, como un recuerdo sacto. Contemplando ta dia terrible en que, huyendo de la cólera de Saul, refu dad eterna.
silueta sublime en la apoteosis del crepusculo, te veo, no Estas manos, desmayadas, destrozadas llagiose aqui, muerto de hambre, y no teniendo otra cosa tal cual eres, sino tal cual los hombres te sueñan. Te veo con los templos que ya no tienes; te veo con esplenque comer, se apodero de los panes consagrados.
gadas, son las manos que acariciaron a los niños. Ahora me dice vemos y el Monte de los Olivos, dores que se han desvanecido; te veo como David al las que levantaron a los caídos, las que curaron a La torre blanca surge de nuevo más cerca de nobendecirte y como Ecequiel al maldecirte. Te veo más los leprosos, las que bendijeron a las muchedumbella aun Jerusalén, porque a través de mis lágrimas de sotros, ligera y cuadrada, vigilando las inmediaciones de bres.
jubilo, te veo como te vió Jesus cuando por la primera la tierra de la agonia. Luego, detrás de la torre blanca, otras torres comienzan a alzarse, apenas perceptibles ada.
Estos pies, ahora desmadejados y fríos, co vez penetró en tu recinto con su generoso corazón ben nocieron los rojos senderos de Judea y hollaron chido de dulces esperanzas, después de haber recorrido los campos de la Galilea y las montañas de la Samaria.
el polvo de todos sus caminos: ellos llevaron al he aqui que, de prouro, como si alguien hubiera Jerusalén! Jerusalén!
Mesias por todos los pueblos a donde fue a prediE GÓMEZ CARRILLO (Pasa a la pdgina 5) 张 1923 25 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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