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ADMINISTRACIÓN 29 AVENIDA 75 varas al Oeste del Parque Central Apartado 540. SAN JOSE LA VOZ DIRECCION Apartado 510. SAN JOSE Suscrición Mensual (2 00 Numero Suelto 010 ORGANO DEL PARTIDO REPUBLICANO y Defensor de las Conquistas Democráticas de Costa Rica Director y Gerente: ROMULO TOVAR ANO San José, Costa RICA, MIERCOLES 12 DE MARZO DE 1924 Número 78 La Accion del del Señor Presidente Mr. ROY DAVIS gos del como No queremos que el señor Presidente Acosta nos deba elogios y ni, al menos, juicios benévolos. No los escatimaríamos oi sería justo negárselos como en ciertas condiciones ni los escatimamos ni los negamos. Pero ahora él puede considerarnos como enemigos suyos y en verdad, no le hemos tenido buena voluntad, porque no hemos llegado a formarnos una opinión contraria a la que nos hizo considerarlo como amigo del partido que nos otros combatimos. Pero esta circunstancia no será bastante a oscurecer nuestro entendimien: to para examinar sus propios hechos. al examinar los hechos de un gobernante eotendemos que debe precidir en nuestro ánimo un criterio más o menos racional, de manera que aon en el caso de una equivocación, pueda resentirse nuestra conciencia pero no tanto para sentirnos humillados o dignos de propia y severa acusación. Es por cierto muy difícil ponerse en frente de un gobierno. Desde luego, hay profunda diferencia entre el modo como el gobierno aprecia los sucesos y el modo como los aprecia el inviduo porque los intereses son diversos como son diversas las preocupaciones; porque el lugar que ocupan uno y otro son distintos, y porque mientras el gobierno tiene el compromiso de ejecutar un he: cho, el ciudadano se limita cuando más a ha cer sentir una simple exigencia.
Pero uno cree que puede atribuirse frerte a los actos del Gobernante el derecho hu mano de traducir las palpitaciones de la opinión pública cuando se siente en aptitud propia para censurar actos que no crea ajustados a sanos principios de gobierno o para aplaudir aquellos que en alguna forma constituyen si.
quiera un buen ejemplo para la República. este presidente Acosta como a otros presidentes se les puede examinar severamente; talvez a él le ha faltado una amplia visión de las cosas, aquella visión pronta, justa y precisa, que es una característica del hombre de estado, por cuanto le permite adoptar inmediatas y fecundas resoluciones.
Para muchos ha pecado de indiferente, para otros de hombre sin preocupaciones cívicas.
Nosotros mismos no hemos olvidado su devoción teosófica y a ella hemos de atribuir e esa disposición de espíritu suyo que hace juzgar con excesivo optimismo los hechos en frente de los cuales la pación y la vida lo han puesto como magistrado. cuando hemos emitido opinión de el comprendimos también que en el juzgar al hombre de gobierno hay sus límites, sobre to.
do este de que nada autoriza al hombre para interpretar las intensiones de sus semejantes El señor Presidente acaba de ser cruelmente juzgado desde el campo en que nosotros consideramos que se le deben guardar ciertas atencione e dice de él que ante los acontecimientos que han turbado la tranquilidad del país, él, el Presidente, ha asumido un temperamento fatalista y se ha contentado con abandonar la suerte del país al juego ineludible de las leyes espirituales. No es solo por el presidente como por el país que aspira.
mos a desvanecer ese juicio gratuito. Por el país decimos porque hemos notado en los úl timos días y a propósito de la situación nacional, que ciertas gentes quieren atribuirse el singular privilegio de sentir ellas solas conmiseración y piedad y caridad cristianas, y y En el cuadro que la República debe dedicar en hacer memoria a todos cuantos le han hecho bien en estos dias trági cos que la Providencia le ha hecho vivir tie ne que figurar en preferente poesto Mr.
Roy Davis, Ministro de los Estados nidos. Mr. Roy Davis está cultivando en su espíritu el amor a este país. Sus destinos personales le han traído a nuestro hogar, pero no en vano, porque parece que este eaballero pertenece a la tradición de nuestro país. Aquí vive admirablemente adaptado a nuestro humilde me dio y no se pasa día sin que el muestre esa honda devoción que él vive entre nosotros. Realiza, además, el tipo excelente de un buen y generoso representante de una nación extranjera. Su figura es la de un hombre de abierto y sincero espíritu y cuando se le ve pasar, a pesar de que él es el símbolo de una gran nación de este continente y aún de la tierra, deja una grata impresión de humanidad. Otros nos hicieron alguna vez sentir o su prosapia personal o el orgullo de la nación que representaron; pero este caballero nos hace sentir el amor que él tiene a esta república.
Su nombre se une a muchos detalles importantes históricos de nuestra vida ahora le cupo acompañarnos en las angu tias de que ha sido objeto el país. Co.
mo sus antecesores y con un particular y señalado espíritu de humanidad él ha puesto su corazón y su voluntad a servicio de nuestras necesidades de manera pronta y oportuna y como los hechos de los hombres se hacen acreedores a la gratitud de todo un pueblo. El ha querido aliviar muchas penas; al ha querido que los pobres tengan hogar; él ha querido que haya medios para que los necesita dos sufran menos las consecuencias de esta desgracia. asi es como este caballero representante de la nación americana despierta nuestra admiración y nuestro cariño. Otros de sus compatriotas nos han servido gallardamente; pero su acción personal no será disoutida por ningún costarricense todos nos sentiremos orgullosos de poder decir su nombre en el presentey en futuro como el de uno de losmejores más galantes amigos de nuestra patria y sentirnos orgullosos de que la humilde patria tenga esos amigos.
lo que es peor aun de negárselas a los otros Llevará sello de echandismo ese singular y sospechoso previlegio?
Han hecho los hombres echandistas más que los otros hombres en favor de las familias en desgracia por cuanto el comité echandista mando una manifestación de pesar a los presidentes de las Directivas echandistas de la Provincia de Alajuela?
No debe ser esto; pero tampoco podemos ver con indiferencia este afán de monopolizar el celo generoso y altruista que es lógico sentir por todos cuantos sufrieron el azote en los recientes crueles días. Eso no puede ser privile.
gio de nadie y así como tendríamos por pretensión absurda y cortesana la de que los ami Presidente quisieran exaltar hasta un extremo servil los cuidados que él se tomó por sus gobernados, se hace de modo calculado en las tira nias, tampoco habríamos de negar al ánimo del gobernante la natural condición de tener piedad por su prójimo y la vo! uotad sencilla de querer hacer todo el bien posible a ese prójimo.
En este momento ningún pecho se ha cerrado de la contemplación de estos hechos y cada hombre ha ido poniendo en la medida de su generosidad o su modestia la noble contribución de aliviar las penas ajenas: desde el primer Magistrado ha ta el más humilde vecino, desde el costarricense hasta el extrapjero, y precisamente en erto consiste la virtud de esta patria en que en las horas de dolor todo se olvida para cumplir cada cual con su deber.
El primer ejemplo de esta admirable disposición del espíritu costarricense se dió en 1910 en que desde el Mandatario hasta el ciudadano, todos, y entre ellos los extranjeros, se apresuraron a levantar los escombros de la ciudad derruida para salvar a las víctimas de la catástrofe y de entre los escombros hicieron surgir, unos y otros, la nueva y pojante Carta: go. Dígase para honor de la república que eso fué obra de los costarricenses. El gobernante, ayer como hoy, hizo lo que a su oficio atañe.
Celo por la seguridad de los habitantes, mantuvo la serenidad que es necesaria para conservar en alto el espiritu público, ejerció una forma de piedad oficial y dictó un sistema de disposiciones cportunas sabias para conjurar la grave situación creada.
El Presidente ha andado en eso, como han andado en eso los representantes de las Naciones extranjeras. Como ha handado en eso la Cámara de Diputados, la Corte de justicia, el Maestro, el periodista, el Sacerdote y las instituciones públicas. Grande es la tragedia sufrida, pero el espectáculo de nobilisimo impulso que ha dado la patria es realmente hermoso y aún memorable.
Decir otra cosa es injusticia: Más grande aún cuando se pretende atribuir a un hombre dureza de corazón, que no cabe. El presidente ha terminado su administracién en solemnes horas de dolor y esto solo le bastará a él para hacerle acreedor al respeto y aún a la admiración de sus compatriotes. Busque nuestra edición de mañana Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.