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Pórtico a mala fe de la llamada »gran prensa«
con respecto al compromiso social de la Iglesia en América Latina, se ha puesto una vez más en evidencia con ocasión de la visita del Papa a México y su participación en la conferencia de obispos.
Si nos atuviéramos a los titulares y a las informaciones publicadas por el diario La Nación, por ejemplo, o al contenido de los cables de las agencias norteamericanas, el Papa habría desencadenado un rosario de anatemas y condenaciones, en estos dias, contra la teologia de la liberación, el compromiso político de clérigos y obispos, la participación cristiana en las luchas sociales, etc. y había abundado en bendiciones para los conservadores y los defensores de la situación actual del continente.
Nada más alejado de la verdad.
El proceder inmoral de esa prensa con relación a los principios y actitudes de la Iglesia, no es más que el fruto del miedo que tienen de ver a los cristianos masivamente comprometidos en el reclamo de la justicia social.
Tal proceder no parece, por lo demás, aislado ni ocasional. La consistencia y amplitud que tiene, denota una planificación y ejecución, producto de una voluntad determinada, que no es ni ingenuidad ni ignorancia.
En ningúm momento se planteó para la reunión de Puebla un análisis u opción de los cristianos con relación al marxismo, ni la adopción de ninguna resolución sobre un determinado esquema político o filosófico.
Ningún documento de trabajo ni orden del día contempla semejante problemática. Eso no ha sido más que invención malévola, para hacer aparecer a la Iglesia como enemiga de todo cambio social y defensora de los que hoy por hoy usufructúan de una situación de privilegio ante la miseria creciente elas masas latinoamericanas.
Es cierto que en Puebla existe un enfrentamiento entre progresistas y conservadores. Es cierto que algunos de estos últimos han querido manipular la conferencia para fortalecer a las dictaduras militares y a fuerzas internacionales que quieren seguir explotando a nuestros pueblos. Si la actuación del Papa, y sobre todo sus palabras, se miran dentro de ese esquema, los que pretenden sacar a los cristianos del avance de la historia. del desarrollo social en América Latina, han quedado ampliamente desautorizados.
Basta con señalar los lugares sobresalientes del discurso del Papa en la inauguración de la conferencia de Puebla, el 28 de enero pasado. Estos son algunos de sus conceptos. La Iglesia tiene el deber de anunciar la liberación de millones de seres humanos y el deber de ayudar a que se consolide esta liberación, no precisamente por oportunismo ni deseo de alagar, sino por un imperativo evangélico. El desarrollo social es el cumplimiento de la justicia.
No deben tolerarse mecanismos de desarrollo, que por estar impregnados de materialismo, producen ricos cada vez más ricos a costa de pobres cada vez más pobres. Sobre toda propiedad privada grava una hipoteca social. No hay propiedad privada absoluta. La Iglesia es defensora de los derechos humanos, en momentos en que la ausencia de libertades, la tortura y el asesinato cunden en América Latina.
En fin, que sin el vigor de Pablo VI, Juan Pablo II ha confirmado la obligación de los cristianos de hacerse presente en las luchas sociales del futuro. faire sole Señores: Semanario Nuevo Pueblo Nuevo Pueblo Director: Javier Solis Oficinas: Avenida 8, calles 11 13, 157 San José, Costa Rica Teléfono: 23 38 81 Apartado Postal: 271 Precio al pregón: 00 Suscripción Anual 150 Extranjero por avión; Seis meses: USA 30 Un año: USA 45 Cuenta Bancaria: 39828 Banco Nacional de Costa Rica Impreso en los talleres de Artes Gráficas de Centroamérica, Solicito se sirvan inscribirme en sus registros de suscriptores por un lapso de Suscripción nacional: 12 meses. 150. 00, correo y embalaje pagado)
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