Tribuna popular Cartas al Editor ¿Qué piensan de ésto los señores diputados?
los precios! Somos nosotros los que compramos con nuestro dinero! Somos nosotros los consumidores los que determinamos el poder adquisitivo de nuestro dinero! De nosotros depende el que los artículos estén caros o no! una víctima más, una niña muerta a manos de los discipulos de la escuela de asesinos, comandada por el Chigüin Somoza, acaban de darle sepultura.
Al mismo tiempo un juez de la república acaba de exigir que se le pague al tirano la indemnización por haberle expropiado el gobierno la hacienda El Murciélago. Será éste el premio que le paguemos a este señor por SUS crímenes horrendos. su no Recientemente han aparecido en los diarios unos artículos intitulados. La infación disfrazada. donde sus autores hablan de la calidad de los productos, la protección estatal y otros temas de similar interés.
Curiosamente, los expositores no han tocado un punto, convenientemente oculto en la maleza de argumentos sobre la inflación: el papel del consumidor.
Los precios y las calidades de los productos comerciales no se controlarán jamás, por más listas de precios y cuantos decretos ejecutivos se dicten. Es usted, amigo lector, yo, y todos los miembros de nuestra sociedad de consumo, los que con nuestro dinero visitamos tiendas, almacenes y comercios a aprovisionarnos de los artículos que real o artificiosamente necesitamos, los únicos que podemos controlar, con nuestra preferencia, los precios de lo que adquirimos.
Es corriente leer hy escuchar. los precios subieron« como si éstos poseyeran vida propia, independiente, y que la subida de los precios es algo inherente a ellos, incontrolable, como le ocurre a las plantas. Será ésto posible? nos preguntamos. Echemos un vistazo tras bastidores, a ver qué ocurre: de acuerdo con investigaciones periodísticas, muchos productos articulos, sufren un incremento en su precio del 100 por ciento y más, al pasar por las manos de los intermediarios. su vez el distribuidor le recarga su buena ganancia, que cuando se la rebajan, pega el grito al cielo. Quiebro. aunque no haya un solo vendedor disponible para atender al cliente, teniendo éste que hacer cola en el comercio.
De estos interesantes datos concluímos que nuestro dinero va a parar a las gigantescas arcas de los »empobrecidos comerciantes, intermediarios, agiotistas, especuladroes y resto de la pléyade de aprovechados que tienen »toda una vida de operar con pérdidas. a costa nuestra. esta aseveración nos preguntamos: Cómo aguantan? Por qué no cierran y se dedican a algo más productivo? Se levantarán esos florecientes emporios multinacionales a punta de pérdidas? este fenómeno, nosotros, los que compramos, reaccinamos de un modo sumamente curioso, digno de un buen estudio sociológico: le reclamamos a nuestro patrón de que no ganamos lo suficiente, que no nos da para vivir, que exigimos uyn aumento de sueldo, y toda la secuela que ésto genera: guelgas, paros, pérdidas. en vez de reclamarle al que nos vende caro, en vez de eliminar su establecimiento de nuestra lista de visitas.
Cablalleros, somosnosotros los que controlamos, los que podemos controlar, los que debemos controlar Mientras no adquiramos el hábito de exigir precios bajos, por el simple procedimiento de negarnos a comprar al precio que nos piden, éstos continuarán con exhuberante dearrollo. Ayuda a adquirir este buen hábito pensar en la necesidad real que tenemos del producto encarecido y en sus posibles sustitutos.
Ciudadano: ha llegado el momento de amarrarnos los pantalones. Ayudémonos, compañeros consumidores, no compremos a cualquier precio, sólo porque tenemos plata para pagarlo; acciones de este tipo nos afectan a todos, ya que el comerciante razona que si hay alguien que puede pagarlo, también habrá quien los pague unos cuantos colones más caro, van para arriba.
Ojalá y las ganancias obtenidas con nuestro dinero sirvieran para aumentar el bien común, pero da un coraje saber que solo sirven para que unos pocos sean más ricos con nuestra ingenuidad y yoquepierdismo.
Lea usted esta carta un par de veces y hágase el propósito de ayudarme y ayudarnos a bajar los precios: muchos ya lo estamos haciendo.
Juan Aburto ¿Por qué los diputados, que según un político de antaño lo único que pueden hacer es cambiarle el sexo a las personas, no hacen algo para que si no hay indemnización para las familias de estos mártires no la haya para el tirano. De por sí ¿no es mejor que esperemos el día que caiga Somoza y pagarle este dinero al verdadero dueño del Murciélago que es el pueblo nica puesto que los bienes de esta familia pasarán a ser patrimonio del pueblo, según manifiestan todos los que luchan contra esta dinastia. Pagarle este dinero a Soa moza en estos momentos es un insulto a la memoria de los mártires, a sus familias que han quedado en el desamparo.
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