Editorial Guerra en el sudeste asiático: política sucia de potencias Afanes imperialistas, hegemonismos y chauvinismos mueven a las potencias, sin importar los sufrimientos de los pueblos iet Nam, ese sacrificado pueblo que com perpotencia en esa zona del mundo. los Estarrotó a la mayor fortaleza militar en toda la his perar su influencia, después de su derrota en toria de la humanidad, a los ejércitos de los Es Viet Nam.
a tados Unidos, es nuevamente escenario de Las potencias socialistas no serán lo mismo muerte, guerra y miedo.
que el imperialismo, ni persiguen lo mismo que Paradójicamente, la causa está ahora en el los magnates de las transnacionales, pero con su juego de las dos potencias del mundo socialista, manifiesto hegemonismo, chauvinismo y ex, la República Popular China y la Unión Soviéti pansionismo y afán de dominación demuestran ca, los Estados Unidos atizando desde la rasgos comunes. Así le enseña la dolorosa expesombra.
riencia. Sólo si existe sometimiento y la más Aparte de lo que debe decir la retórica diplo burda alineación con sus propósitos e intereses, mática, ésta y no otra es la causa que hace que brindan apoyo, colaboración y mantienen un pueblo pobre, que aún no se repone de todo buenas relaciones con otros países, especialel vandalismo y los estragos hechos por la bar mente con los pequeños y pobres.
barie norteamericana, sea arrastrado nueva Todas las justificaciones éticas están en mente a una guerra que prácticamente no es la contra de la invasión china a Viet Nam, de igual suya.
forma que lo estuvieron contra la ocupación de En el centro de todo esto no se puede dejar de Praga por los tanques soviéticos. aún no está ver, si hay ojos para ello, nada más que el frío suficientemente claro por qué Viet Nam mancinismo de las potencias que no se atreven a te tiene ocupada Kampuchea.
ner guerras en sus propios territorios, porque sus pueblos no lo permiten. Pero sí la llevan a otros países, pequeños y pobres que lo único pretendido internacionalismo proletario, que necesitan es paz y que los dejen tranquilos, a la luz de esos hechos y antes que nada, para desarrollarse y progresar.
una fórmula hueca, a la que los omnipotentes y En este infeliz conflicto, que podría llevar al endiosados dirigentes de esos países dan signifimundo a una guerra mayor, no hay principios caciones tan diversas y contradictorias, según de ninguna indole, ni razones valederas de nin sean las ocasiones y sus conveniencias.
guna naturaleza que no sean el hegemonismo y Estos hechos acongojan a los pueblos oprimilos chantajes. Sólo hay barbarie, instrumentali dos que, como el nuestro, deben hacer ingentes zación y manipulación de los pueblos. No se esfuerzos para liberarse de los sistemas de oprepueden apelar motivos humanitarios, ni la sión y del dominio extranjero. Pero nos marcan causa de los trabajadores ni de ninguna revolu la necesidad de buscar un camino más indepención liberadora.
diente de las maniobras, del cinismo y de la Los dirigentes chinos, como buenos mandari hipocresía de las camarillas dirigentes de esas nes, han proclamado al mundo su derecho de potencias, si es que de verdad queremos hacer castigar a sus vecinos. Con ello nos advierten a una revolución que responda a las aspiraciones todos los pueblos del mundo el peligro de una y necesidades de nuestros pueblos.
hegemonía con esos desplantes y sin el menor Indudablemente, la humanidad atraviesa una escrúpulo.
profunda crisis y hay evidentes decadencias basEn aras de forzar un nuevo equilibrio, para tante generalizadas, que abarcan a sirios y trorepartirse la influencia en el Asia oriental, los yanos. La única esperanza está en nuestros chinos se han dejado aconsejar por los Estados pueblos y en sus luchas libertarias por un orden Unidos. Algo inaudito e increíble, pero que su racional y más humano que descarte la brutalicede en el último cuarto de siglo.
dad, el genocidio, la guerra, el crímen y la tortuLa Unión Soviética también está interesada ra y que no manipule ni engañe a los pueblos en en un equilibrio que le asegure su rango de su nombre de ningún evangelio. 18 NUEVO PUEBLO