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Actualidad Detrás está siempre una cabeza inteligente.
viene de pag. 10 compra una cinta, no lo hace independientemente, sino 80 de su tiempo a la labor que se ve obligada a comprar de censurar el cine y, el resto un grupo determinado de fila algunos programas de tele mes dentro de los que, en la visión. las revistas no se les mayoría de los casos, soladedica mucho tiempo. Esto mente uno es bueno. De esta se debe según afirman sus forma, la censura muchas vemismos integrantes. a que ces no permite la presentatienen fuertes limitaciones ción de cintas que considera económicas y de apo. malas dentro de ese »paPor otro lado, lo anterior quete« y, consecuentemente, demuestra que la censura es la empresa deja de percibir la tá consciente de alguna ma ganancia de la película que nera del efecto de la imagen, no pudo presentar y que tuvo aunque en ella como en el que pagar.
gobierno en general preva Actualmente los miembros lece más el criterio de censu de la Oficina de Censura son rar que el de ofrecer las faci el lincenciado Antonio Bastilidades necesarias para la re da director. el licenciado alización de actividades de ti Farid Beirute, el licenciado po educativo.
Alfredo López Calleja, el peUn punto importante y riodista Mauro Fernández, el Lic. Elizabeth Odio que en muchos casos es la ini doctor Rafael Ruano y el liciativa con que apelan algu cenciado Rolando Chacón. quitecto Roberto Villalobos, nos de los empresarios, es el Son miembros del Tribu el doctor Rafael Angel Herra hecho de que el comercio ci nal de Censura la Ministra de y Carlos Solís Rodríguez, nematográfico se realiza por Justicia, licenciada Elizabeth La Ministra tiene la facul paquetes. Esto significa Odio Benito, el licenciado tad de nombrar los integranque la empresa, cuando José Sancho Benito, el ar tes de ambos.
Pueblo vo La actualidad de la semana Libros Una muchacha Por Abel Pacheco Editorial Costa Rica, 1978 (Poesia)
Por Alfonso Chase construido, de memoria, la imagen de esa muchacha, que deben ser todas las muchachas de nuestro país y del mundo, hechas poesía por la maravillosa visión del poeta, Libro, que es iarnbién un inventario de nuestras cosas más hondas, las superficiales y las que llevamos allí donde el alma se vuelve cántaro y la imaginación río. no se piense que sólo es esto el libro. Que adentro de lo que dijo Abel se encuentra también todo eso que no dice su poesía: el amor como profundidad, como vuelta a los orígenes donde la naturaleza era la fuente de todas las cosas y la belleza arisca de nuestro paisaje de ventolera, encuentra motivo para decir cosas que no se han dicho en nuestra poesia. No es sólo el amor visto como encuentro sino el símbolo de esa muchacha como las cosas más hermosas de la tierra, poesía vegetal y mineral y humana porque recoge el viento y lo enreda en el cabello y hace de la marimba sonido de voces suaves y de la ocarina, ei canto más honde de nuestra propia, vida.
Abel Pacheco. Poeta. Claro que si! poeta que descubre en la palabra el hálito maravilloso del encuentro en el amor, no como visión unilateral, sino como integración del mundo en la figura de esa muchacha rústica, especie de abrevadero en donde el escritor va a recibir el sentido de un nuevo bautizo, campesino y nuestro, matizado por la vida, por el dolor y por ese encuentro con las cosas simples, que para muchas personas son el verdadero encuentro con la vida, Con el sentido originalísimo que ya demostró en sus narraciones que siempre son obligada referencia Abel Pacheco ha construido un libro hermoso, trivial algunas veces, pero lleno siempre de esa personalidad definitiva que tiene el autor en nuestra literatura, en donde aparece sin grandes pretenciones, artista, más que escri. tor, artesano antes que literato. Una muchacha« es la historia de un encuentro. De una saludable vuelta a los lugares comunes del amor y de la vida que por el arte de Abel Pacheco nos parecen renovados, refrescantes, limpios como las mañanas y tiernos como el canto de los yigüirros o el sonoro vaivén del aire por nuestros campos, Con estos materiales pri.
migenios ha construido el libro y ha re20. Que escribe porque le nace y siente y vive experiencia de estar enhiesto y maravilloso entre sus cosas. Tambien es poesía que se limita a misma como el estallido del guipipía y que a vo ces se queda en eso, pero que no aspira a ser nada más que un cante a un encuentro, a la vida, a observación de esa muchacha como una fuerza viva de la naturaleza, como un pequeño torbelsno desbocado que irrumpe en la vida del poeta aventándolo iodo, desordenando y ordenando una continua fiesta de las cosas, que se trasmetan, cambian, adoptan lenguajes inéditos y som parte de nuestro pueblo.
Parte notable tiene el lenguaje en este libro de Abel Pacheco. No sólo como recurso poético literario sino con su verdad eufónica, con zu see tido musical, con el rescate de nuestras cosas palabras, verdad evidente de que el poeta pe netra en donde quiere y lo hace como desea. La conciencia de este encuentro decisivo es lo que da trascendencia al libro y a la poesía que hace Está escrito con los ojos abiertos, tiene nombre es inédito, es mágico y es cotidiano. Es un gri pero también es un cuchicheo. De estas verdades y contradicciones es que Abel Pacheco ha toms do el material de su poesía y la ha hecho verdat personal, que compartimos porque la sabemos auténtica y porque refleja de manera refrescante una verdad universal: el amor como encuentre como integración, quizás momentánea, alli do de dos personas se encuentran por la magia de vida y los elernentos y nace el canto, se integra alma, y entonces la comunicación se convierte milagro, en deslumbramiento y por qué no: poesía. Ese es el valor del libro de Abel Pacheco Desmohecernos de la retórica y adentrarnos en vida, sacarnos de lo interior para proyectarna en lo externo, milagro poco común en la literata ra actual de nuestra patria. NUEVO PUEBLO Pregúnteme si la quiero que le voy a contestar, porque yo quiero decirle cuatro stes sin hablar.
SI cuando me río en tanto con el humor que me da.
Cuando me quito los lentes, para verla caminar Cuando la bailo apretada medio diciendo un cantar. sí cuando la acurruco para centrar mi compás. Poesía costumbrista? Hasta cierto punto.
Quizás escrita con la suprema libertad de un escritor que no acostumbra a encasillarse en al28
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