Poesía POR CESAR GODOY URRUTIA Gabriela Mistral y sus recados El sábado pasado se cumplieron 90 años del nacimiento de la insigne escritora y maestra latinoamericana a nuestras naciones nacientes y contribuir al desarrollo de la cultura. contribución de la Mistral, premio Nobel en el 45 y premio Nacional en el 51. as son las paradojas, como tardio es el reconocimiento de los verdaderos méritos no cesó de manifestarse a lo largo de los treinta y tantos años en que se publics Repertorios. una y otro tiene que agradecerse su heroica tenacidad. bien. Desaparecida la revista a la muerte de don Joaquin, 1958, la co esulta saludable recordar a gentes que han pasado por el mundo hiciendo el bien, luchando por las grandes causas o desparramando a manos llenas, Justicia, cultura, belleza, moralidad.
En America Latina, entre personalidades de tales caracteristicas no puede olvidarse a la maestra y poeta chilena Gabriela Mistral. Más que chilena, latinoamericana; más que latinoamericana, casi una figura universal.
Toda su vida fue tan modesta, como pobre la pequeña villa de Vicuña, en el norte chico de Chile, donde abrió los ojos el de abril de 1889. Autodidacta, ofició primero de maestra rural. Descubierto su valor literario pasó a desempeñarse como profesora en Liceos de Niñas, llegando a ser directora de los colegios de Punta Arenas y Temu.
El año 1923, invitada por José Vasconcelos, secretario de Educación Pública, visitó México dejando impresión y saldo favorable de sus aptitudes y de su interes por el niño, la mujer, el Indigena.
Desde entonces, Gabriela establecio las mejores relaciones con los pueblos, maestros y trabajadores de los paises Centroamericanos y del Caribe, que llegaron a quererla, como te merecia. En su labor periodistica estuvo siempre presente su devoción por escritores de la talla de Hostos, el borinqueno; de Marti, el cubano; de Sarmiento, el argentino; de Joaquin Garcia Monge, el costarricense; de Masferrer, el salvadoreño; de Dario, el nicaragüense; de Waldo Frank, el gran amigo del norte, Durante muchos atos colaboro en el diario El Mercurios, de Santiago de Chile, donde enviaba con gran regularidad sus precados, como llamaba a los trabajos que salian de su pluma.
Copia de muchos de ellos hacia llegar a Garcia Monge que en el año 1919 habia fundado en San Jose su famosa revista Repertorio Americanos con el mismo nombre con que Andrés Bello sacara en Londres su periódico para vincular LA MUJER FUERTE Me acuerdo de tu rostro que fujo en mix dias, mujer de saya azul y de tostada frente, que en mi niñez y sobre mi tierra de ambrasta vi abrir el surco negro de un Abril ardiente.
Altaba en la taberna, ebrio, la copa (inpura el que ſe apegó un hijo al pecho bajo ese recuerdo que te era quem dura de azucena, caía la imientte de tu mano, serena.
Biblioteca Nacional de Costa Rica, peTa su mejor conservación, hizo cuadernar las colecciones de Repertorios.
El profesor chileno Mario Céspedes, trabajando con estos preciosos mate riales, donde queda la historia literaria y hasta cierto punto social, de un largo periodo, acaba de hacer una rigurosa selección para engarzar en un llibre aquellos recados de Gabriela que mantienen actualidad. De 152 que publicaron entre los anos 1919 y 1951 selecciono cincuenta, que reunidos bo jo el título de Gabriela Mistral en Repertorio Americano s, cuidadosa edición de 308 páginas, acaban des entregados a la circulación por la ES.
torial Universidad de Costa Rica.
En la presentación del libro, Mario Céspedes explica. Gabriela, siempre siempre aún para escribir el más vo landero articulo, daba rienda sua a todos los recursos de que dispone Tenia conciencia de que era maestra del estilo y por eso mismo, con la ponsabilidad del verdadero creador inventaba formas nuevas de expresie y vivificaba otras ya gastadas por uso. Se atrevia, incluso, a brincar por la sintaxis cuando esta no le per hablar como ella queria hacerlos Hay motivos para agradecer al pro fesor Mario Céspedes el trabajo que nos ofrece y celebrar que la Unive dad de Costa Rica haya dispuesto publicación. En cuanto a Gabrie personalidad eminente de Latinoame ca, ella se merece esta especie de home naje póstumo. No hay que dejar more su obra. America mucho le debe amor y pasión que tuvo per la se nuestros pueblos, merecen ser pondidos.
Segar de ti en Enero los trigas de tu hijo, y sin comprender ruve en los ojos fijos, agrandados al par de maravilla y llanto el lodo de tus pies todavia besara, porque entren cient undanas no he encontrado tu cara y que tu sombra en los com la sigo con mi canto!