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Como veis, conserva toda su validez el conjunto de observaciones que sobre el tema de la liberación ha hecho la Evangelli Nuntiandi.
esta pastoral tanto más importante cuanto la familia es objeto de tantas amenazas. Pensad en las campañas favorables al divorcio, al uso de práctica anticoncepcionales, al aborto, que destruyen la sociedad.
II, Cuanto hemos recordado antes constituye un rico y complejo patrimoу nio, que la Evangelli Nuntiandi denomina Doctrina Social o Enseñanza Social de la Iglesia (E. 38. Esta nace a la luz de la Palabra de Dios y del Magisterio auténtico, de la presencia de los cristianos en el seno de las situaciones cambiantes del mundo, a contacto con los desafíos que de esas provienen. Tal doctrina social comporta por lo tanto principios de reflexión, pero también normas de juicio y directrices de acción (cfr. Octogesima Adveniens, Confiar responsablemente en esta Doctrina social, aunque algunos traten de sembrar dudas y desconfianzas sobre ella, estudiarla con seriedad, procurar aplicarla, enseñarla, ser fiel a ella es, en un hijo de la Iglesia, garantía de la autenticidad de su compromiso en las delicadas y exigentes tareas sociales, y de sus esfuerzos en favor de la liberación o de la promoción de sus hermanos.
Permitid, pues, que recomiende a vuestra especial atención pastoral la urgencia de sensibilizar a vuestros fieles acerca de esta Doctrina social de la Igleb) Las vocaciones sacerdotales y religiosa. En la mayoría de vuestros países, no obstante un esperanzador despertar de vocaciones, es un problema grave y crónico la falta de las mismas. La desproporción es inmensa entre el número creciente de habitantes y el de agentes de la evangelización.
Importa esto sobremanera a la comunidad cristiana. Toda comunidad ha de procurar sus vocaciones, como señal incluso de su vitalidad y madurez. Hay y que reactivar un intensa acción pastoral que, partiendo de la vocación cristiana en general, de una pastoral juvenil entusiasta, dé a la Iglesia los servidores que necesita. Las vocaciones laicales, tan indispensables, no pueden ser una compensación. Más aún, una de las pruebas del compromiso del laico es la fecundidad en las vocaciones a la vida consagrada.
sia.
c) La Juventud: Cuánta esperanza pone en ella la Iglesia. Cuántas energías circulan en la juventud, en América Latina, que necesita la Iglesia! Cómo hemos de estar cerca de ella los Pastores, para que Cristo y la Iglesia, para que el amor del hermano no calen profundamente en su corazón.
Conclusión Hay que poner particular cuidado en la formación de una conciencia sociala todos los niveles y en todos los sectores. Cuando arrecian las injusticias y crece dolorosamente la distancia entre pobres y ricos, la Doctrina Social, en forma creativa y abierta a los amplios campos de la presencia de la Iglesia, debe ser precioso instrumento de formación y de acción. Esto vale particularmente en relación con los laicos: competen a los laicos propiamente, aunque no exclte sivamente, las tareas y el dinamismo seculares (G. 43. Es necesario evitar suplantaciones y estudiar seriamente cuándo ciertas formas de suplencia mantienen su razón de ser. No son los laicos los llamados, en virtud de su vocación en la Iglesia, a dar su aporte en las dimensiones políticas, económicas, ya estar eficazmente presentes en la tutela y promoción de los derechos humanos?
IV. Alguna: tareas prioritarias V, Al término de este mensaje no puedo dejar de invocar una vez más la protección de la Madre de Dios sobre vuestras personas y vuestro trabajo en estos días. El hecho de que este nuevo encuentro tenga lugar a la presencia espiritual de Nuestra Señora de Guadalupe, venera en México y en todos los otros países como Madre de la Iglesia en América Latina, es para mí un motivo de alegría y una fuente de esperanza. Estrella de la evangelización. sea ella vuestra guía en las reflexiones que haréis y en las decisiones que tomaréis. Que ella alcance de su divino Hijo para vosotros: audacia de profetas y prudencia evangélica de Pastores; clarividencia de maestros y seguridad de guías y orientadores; fuerza de ánimo como testigos, y serenidad, paciencia y mansedumbre de padres.
Muchos temas pastorales, de gran significación, vais a considerar. El tiempo me impide aludir a ellos. algunos me he referido o me referiré en los encuentros con los sacerdotes, los religiosos, los seminaristas, los laicos.
IV, Los temas que aquí os señalo tienen, por diferentes motivos, una gran importancia. No dejaréis de considerarlos, entre tanto otros que vuestra clarividencia pastoral os indicará.
a) La familia: haced todos los esfuerzos para que haya una pastoral familiar.
Atended a campo tan prioritario con la certeza de que la evangelización en el futuro depende en gran parte de la Iglesia doméstica. Es la escuela del amor, del conocimiento de Dios, del respeto a la vida, a la dignidad del hombre. Es V, El Señor bendiga vuestros trabajos. Estáis acompañados por representantes selectos: Presbíteros, Diáconos, Religiosos, Religiosas, Laicos, expertos, observadores, cuya colaboración os será muy útil. Toda la Iglesia tiene puestos los ojos en vosotros, con confianza y esperanza. Queréis responder a tales expectativas con plena fidelidad a Cristo, a la Iglesia, al hombre. El futuro está en la mano de Dios, pero, en cierta manera, ese futuro de un nuevo impulso evangelizador. Dios lo pone también en las vuestras. Id pues, enseñad a todas las gentes (Mt 28, 19. 00 12
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