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CARTAS Monseñor Monseñor Manuel Salazar Arnulfo Romero Monseñor Manuel Salazar Obispo de León Presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua Querido Hermano: Querido Hermano: a En estos días de convivencia aqui en Puebla, hemos escuchado el clamor de Reunidos aquí, en Puebla, los obispos de todo el continente latinoamericano, para tratar las angustias y esperanzas del pueblo nicaragüense. Reunidos aquí para tratar de dar un mensaje de ánimo y de esperanza a todo el Pueblo de Dios, hemos convivido de la evangelización de nuestros pueblos, y para ser fieles intérpretes de la contigo y se nos han hecho presentes una vez más los sufrimientos y las esperanzas de buena noticia de Jesús a los pobres, te recordamos con especial cariño, a ti ya tu Iglesia local y de la gran mayoría del pueblo que vive en tu territorio. Queremos diritus hermanos en el Episcopado, sacerdotes, religiosos, religiosas y pueblo nicagirnos a tí como hermanos y alentarte en la noble lucha que desarrollas en tu pueblo.
ragüense.
Sabemos que el Señor colocó sobre tus hombros la carga postoral de la arquidióceRecordamos todavía con profunda tristeza y santa ira el dolor, los atropellos persecución de palabra y de obra contra todo el servicio de tu iglesia en favor de la libesis de San Salvador en momentos en que comenzaba un hostigamiento, una verdadera y la muerte de tantos hombres, mujeres, niños y jóvenes humildes y genero ración cristiana en muchos salvadoreños empobrecidos y oprimidos, privados de fratersos, víctimas inocentes unos, ofrendas por la justicia y la libertad todos. nidad, y a quienes, por ello, se les oscurecia el rostro de Dios, nuestro Padre.
En nuestras discusiones sobre la dignidad del hombre, sobre los derechos de Durante estos dos años hemos seguido solidariamente el proceso de tu compromiso los pobres y sobre el más fundamental de los derechos, el derecho a la vida, la pastoral con los pobres. Cada vez has ido haciendo más tuyos los problemas y las luchas y situación de Nicaragua ha estado muy presente entre nosotros, como ejemplo de campesinos y trabajadores, con quienes una minoria aferrada a la riqueza y al poder del martirio a que someten a los pueblos las tiranías de todo tipo.
no quiere compartir en igualdad. No sólo has sabido hablar por ellos, sino que has defendido valientemente el derecho que tienen de formar sus propias comunidades y organizePero en medio de tan gran pena e indignación por la justicia y el dolor que ciones y las has alentado y favorecido; en todo ello has caminado hacia una fidelidad coviven; nos consuela el verlos a ustedes y, a su alrededor, a la Iglesia de Nicarada vez más grande a los compromisos pastorales que contrajimos en Medellín.
gua, solidaria con su pueblo, como buenos pastores que no abandonan a sus Somos concientes de que en esta tarea te acompaña siempre la cruz. Pero es preciovejas; verlos denunciar con valentía profética los horrores Infligidos a ese mis samente a través de la prueba como mostraremos la fidelidad cristiana al Evangelio. En mo pueblo, como antes lo hicieran Jesús y los profetas; verlos prestos a aliviar tu arquidiócesis, en dos años, cuatro de tus sacerdotes han sido asesinados juntamente con todos los recursos de la iglesia la miseria de los más humildes, como el con varios laicos, más de 10 han sido expulsados, se han hecho atentados contra institubuen Samaritano; verlos lúcidos para evitar males mayores y proponer a partir ciones eclesiales; el pueblo de los pobres, destinatario principal de la misión de la Iglede la fe cristiana, drásticos cambios en la conducción política del país.
sia, ha sido reprimido de manera creciente, y la misión de tu Iglesia con ellos es obstacu Por todo ello queremos decirles: gracias, muchas gracias. Queremos agralizada continuamente, amedrentando a catequistas y celebradores de la palabra, y hadecer el testimonio de un pueblo y de una Iglesia que como el Siervo de Yahvé ciendo así peligrosa la convocación de las comunidades cristianas. En medio de todo esto, acusado y difamado junto con todos los que buscan caminos de justicia, te has manestán llevando sobre sí los pecados de su Patria: por querer implantar el de tenido firme, sabiendo que hay que obedecer a Dios antes que a los hombres.
recho y la justicia sobre la tierra. Si como Cristianos nos alentamos en la fe mu Nos alegra intensamente que esta actividad liberadora haya florecido en tu artuamente, es ahora la Iglesia martirizada de Nicaragua, junto con otras a lo lar quidiócesis el fruto de una unidad cada vez mayor de sacerdotes, religiosos, religiosos y go del continente y de Centroamérica, la que nos confirma en nuestra propia laicos. Nos llena de gozo saber que el pueblo se ha visto también fortalecido en su decfe.
sión de no aceptar resignadamente los atropellos a su dignidad. Así, oprimidos pero no Sólo podemos ofrecerles a ustedes nuestra solidaridad en la denuncia de los aplastados, ni el poder ni la muerte podrón separarlos del amor de Dios, que se ha revelado en Jesucristo.
crímenes, en aliviar miserias materiales y morales, en el anuncio de una nueva Nicaragua donde la palabra de Jesús sea en verdad buena nueva, en el trabajo través de tí queremos dirigirnos a todo el Pueblo de Dios que está en tu arquidiócesis y o todos los pobres de tu país, a quienes anuncias la buena noticia de Jecomún desde nuestras propias Iglesias. Esta carta fraternal quiere ser signo de sucristo, de su situación concreta. Ellos son el cuerpo de Cristo en la historia, como lo ello y del compromiso de acompañarles en los días difíciles que tiene todavía has explicado en tu segunda carta pastoral. Ellos han estado presentes aquí, en Puebla, por delante la Iglesia y el pueblo de su país. Pedimos al Señor que su Iglesia se a través de tu voz. Sabemos que se trata de un pueblo de gente digna y dignificada por el mantenga firme en la defensa de los derechos de los hijos de Dios. que su enorme trabajo con que, penosamente, mantienen su vida. Se trata de un pueblo contra palabra siga siendo la palabra limpia de la verdad que mantiene la esperanza.
cuya opresión y represión has dicho, y seguirás diciendo, cristianamente: Basta ya.
Esperamos vivamente que el sol vuelva a lucir en Nicaragua, y que el fragor Así no puede ser. Se trata de un pueblo que, sabiéndolo o no, es el siervo de Jahvé viviente y doliente hoy. Con su dolor, con la entrega de su vida por su dignidad, se va rede la guerra se convierta en el son de paz de campanas y guitarras. Esperamos alizando una comunión que lleva en sí semilla de vida nueva para hoy y para mañana. Pouna Nicaragua nueva en la que el pueblo rlja sus propios destinos, como ra una sociedad nueva, justa, solidaria, libre, fraterno y en la paz de la reconciliación expresión de igualdad entre todos, de participación e Independencia reales, de entre hermanos, como signo del amor del Padre, concreción de su reino y promesa de solidaridad efectiva con todos los pueblos hermanos; una Nicaragua en la que unidad definitiva.
se cumpla el sueño del profeta: Que las espadas se conviertan en podaderas y Nuestra Iglesia, y pueblos que también sufren, luchan y esperan, son parte de esta las lanzas en azadones. Que el lobo y el cordero puedan al fin comer juntos.
comunión, que se logra liberando y dando vida. Te animamos a seguir por este camino, Queremos terminar como comenzamos. Todos juntos deseamos orar y traestrecho y empinado, de la construcción permanente de ese reino que Jesucristo presenbajar para que en el continente y en la querida Nicaragua se olga la palabra de ta como don del Espíritu y misión a su Iglesia. Contigo rezamos el padrenuestro, partienla Buena Nueva de Jesús, para que el nombre de Dios sea glorificado y para do asl juntos el pan de nuestro compromiso y de nuestra esperanza. la esperanza de los pobres no perecerá, porque de ellos es la promesa.
que su Relno se extienda cada vez más en la paz, la verdad, la justicia, la liberCon nuestras oraciones, recibe un fraternal abrazo.
tad y el amor. Que el Señor salve y bendiga a Nicaragua.
Con nuestras oraciones recibe un fraternal abrazo.
Mons. Felipe Santiago Benitez, Villarica, Paraguay, Mons. Angelo Frosi, Abacté, Brasil.
Mons. Felipe Santiago Benítez, Villarica, Paraguay, Mons. Fernando Ariztia, Copiapo, Chile.
Mons. Cándido Padín, Baurú, Brasil.
Mons. Angelo Frosi, Abacté no Tocantins, Brasil.
Mons. Román Aloisio, Apucarana, Brasil; Mons. Fernando Aristia, Copiapo, Chile.
Mons. Helder Cámara, Brasil; Mons. Candido Padín, Baurú, Brasil, Mons. Paulo Evaristo Arns, Brasil; Mons. Román Aloisio, Apucarana, Brasti.
Mons. Leónidos Proaño, Ecuador Mons. Priamo Tejeda, República Dominicana.
Mons. Jorge Manrique, Bolivia; Mons. Marcos Mc Grath, Panamá.
Mons. Manuel Talamás, México; Mons. Ivo Lorshheider, Brasil.
Mons, Adriano Hipólito, Brasil; Mons. Luciano Metzinger, Perú; Mons. Ovidio Pérez Morales, Venezuela.
Mons. Edgerton Clarke, Jamaica; Mons. Luis Bambarén. Perú. siguen 30 firmas más.
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