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acrecentamiento de graves daños al hombre y al equilibrio ecológico.
Animando todo esto, el hombre aspira como culminación tener libertad para vivir y expresar su fe. 78) En una palabra, nuestro pueblo aspira a una liberación integral que no se agota en el cuadro de su existencia temporal, sino que se proyecta a la comunión plena con Dios y con sus hermanos en la eternidad que ya comienza a realizarse aunque imperfectamente, en la historia.
En la Iglesia (79) La Iglesia a través de su acción y de su doctrina social, hace suyas esras aspiraciones; baste recordar el vigoroso llamado de la CONF GENCIA DE MEDELLIN que expresó su voluntad de hacer que el anuncio evangélico logre desplegar toda su potencia de fermento transformador. 80) Esta nueva Conferencia de Puebla reiterando aquel llamado quiere poner a su servicio los recursos de una acción pastoral adaptada a las circunstancias actuales. 81) Ella requiere ser cada vez más independiente de los poderes del mundo, para así disponer de un amplio espacio de libertad que le permita cumplir su labor apostolica sin interferencias: el ejercicio del culto, la educación de la fe, y el desarrollo de aquellas variadísimas actividades que llevan a los fieles a traducir en su vida privada, familiar, y social, los imperativos morales que dimanan de esa misma fe. Así, libre de compromisos, solo con su testimonio y enseñanza, la Iglesia será más creible y mejor escuchada. Esto le permitirá evangelizar al mismo ejercicio del poder para el bien. común. 82) Ella acompaña con profunda simpatia las búsquedas de los hombres, sintoniza con sus anhelos y esperanzas, sin aspirar a otra cosa que servirlo, alentando sus esfuerzos e iluminando sus pasos hacerles conocer el valor trascendente de su vida y de su acción. 83) La iglesia asume la defensa de los derechos humanos y se hace solidaria con los que los propugnan. citamos entre las innumerables expresiones del magisterio al respecto el discurso de Juan Pablo Il al Cuerpo Diplomático del 20 de Octubre de 1978. La Santa Sede actúa en ésto sabiendo que la libertad, el respe.
to de la vida y de la dignidad de las personas que jamás son Instrumento la igualdad de trato, la conciencia profesional en el trabajo y la búsqueda solidaria del bien común, el espíritu de reconciliación, la apertura a los valores espirituales, son exigenclas fundamentales de la vida armónica en sociedad, del progreso de los ciudadanos y de su civilización. 84) La Iglesia ha intensificado su compromiso en los sectores desposeidos abogando por su promoción integral. Esta intensificación le causa a algunos la impresión de que Ella deja de lado a las clases pudientes.
Ahora subraya mejor el valor evangélico de la pobreza que nos hace disponibles a todos los miembros del pueblo de Dios construir un mundo más justo y más fraterno. Siente vivamente ia situación penosa de los desposeldos de lo necesario para una vi.
da digna. invita a todos a transformar su mente y sus corazones según la escala de valores del Evangelio. 85) La Iglesia confía más en la fuerza de la verdad y en la educación para la libertad y la responsabilidad, que en prohibiciones; pues su ley es el amor. 89) Se esforzará en multiplicar el número de los agentes de pastoral, tanto clérigos como religiosos y laicos. Adaptará la formación de los agentes pastorales a la exigencia variada de comunidades y ambientes.
Enfatizará la importancia de los laicos tanto cuando desempenan ministerios en la Iglesia y para la Iglesia, como cuando cumpliendo la misión que les es propia, son enviados como su vanguardia en medio de la vida del mundo, para rehacer las estructuras sociales, económicas y políticas de acuerdo al plan de Dios.
Para formar a los laicos y darles un sólido apoyo en su vida y acción, procurará incorporarlos a las organizaciones y movimientos apostolicos y potenciará todos sus instrumentos de formación, de modo particular aquellos propios del campo de la cultura; solamente así tendrá un laicado maduro y evangelizador. 90) Reconocerá la validez de la experiencia de las comunidades eclesiales de base y estimulará su desarrollo en comunión con sus pastores. 91) La Iglesia deberá tener mucho empeño en educar la fe cristiana del pueblo sencillo, naturalmente religioso, como también deberá educar mejor a quienes solicitan los sacramentos. 92) Tanto el CELAM y sus servicios, como las Conferencias Episcopales de Medellin y ésta de Puebla son ya una expresión de integración pastoral de la Iglesia de América Latina que necesa.
riamente seguirá acentuando para beneficio de todas las Igleslas particulares. 93) La voz colectiva de los Episcopados ha ido despertando un inte.
rés presente en la opinión pública, encontrando, sin embargo, frecuentes reservas en ciertos sectores dominantes, de poca sensibilidad social, lo cual es un signo de que la Iglesia está ocupando su puesto de Madre y Maestra de todos. 94) De todas maneras la Iglesia debe estar dispuesta a asumir con valor y alegría las consecuencias de su misión, lo cual el mundo nunca aceptará sin resistencia.
La Iglesia deberá dar mayor importancia a los medios de comunicación social y se hará presente en ellos para la evangelización.
CUARTA PARTE IGLESIA MISI ERA AL SERVICIO LA EVANGELIZACION EN AMERICA LATINA El Espíritu del Señor impulsa al Pueblo de Dios en la historia a discernir los signos de los tiempos y a descubrir en los más profundos anhelos y problemas de los seres humanos, el plan de Dios sobre la vocación del hombre en la construcción de la Sociedad, para hacerla más humana, justa y fraterna.
Así aparece palpable en América Latina, la pobreza como sello que marca a las inmensas mayorlas, pero que al mismo tiempo están abiertas no solo a las Bienaventuranzas y a la predilección del Padre, sino a la posibilidad de ser los verdaderos protagonistas de su propio desarrollo.
La evangelización de los pobres, para Jesús fue uno de los signos mesiánicos, y para nosotros también será signo de autenticidad evangélica.
Junto a ellos encontramos a la juventud latinoamericana que desea construir un mundo mejor, y busca, quizá sin saberlo, los verdaderos valores evangélicos de la verdad, la justicia y el amor. Su evangelización no sólo llenará sus generosos anhelos de realización personal, sino que garantizar la conservación de una Fe vigorosa en nuestro Continente.
Lo pobres y los jóvenes, constituyen pues, la esperanza de la Iglesia en América Latina y su evangelización es, por tanto prioritaria.
La Iglesia, además llama a todos sus hijos dentro de sus peculiares responsabilidades a ser fermento en el mundo y a participar como constructores de una nueva Sociedad a nivel nacional e internacional. Particularmente en nuestro Continente, por ser mayoritariamente cristiano los hombres deben ser germen, luz y fuerza transformadora.
Evangelización en el futuro (86) La evangelización dará prioridad a la proclamación de la Buena Nueva y a la catequesis bíblica y la celebración litúrgica como respuesta al ansia creciente de la Palabra de Dios. 87) Pondrá máximo empeño en salvar la unidad, no solo porque el Señor la quiere unida sino también para aprovechar todas las energías disponibles concentrándolas en un plan orgánico de pastoral de conjunto y evitar así la dispersión infecunda de esfuerzos y servicios. Tal pastoral se perfila en los diversos niveles: diocesano, nacional y continental. 88) Dará importancia a la pastoral urbana con creación de nuevas estructuras eclesiales que, sin desconocer la validez de una parroquia reservada permitan afrontar la problemática que al respecto presentan las enormes concentraciones humanas de hoy. También acrecentará sus esfuerzos para atender mejor la pastoral rural.
Capítulo 1: Opción preferencial por los pobres Capítulo Il: Opción por los jóvenes Capítulo III: Acción con los constructores de la Sociedad pluralista Capítulo IV: Acción por la persona en la Sociedad nacional e interna.
cional.
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