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1. OPCIÓN PREFERENCIAL POR LOS POBRES Hecesidad de conversión de toda la Iglesia para una opción prefeencial por los pobres, con miras a su liberación integral. DE MEDELLIN PUEBLA 5, 45; St. 2, De ahí que los primeros destinatarios de la misión sean los pobres (Lc. 4, 18 21) y su evangelización sea por excelencia la señal y prueba de la misión de Jesús. Lc. 7, 2123. 907) Este aspecto central de la evangelización fue subrayado por su Juan Pablo ll: He deseado vivamente este encuentro, habitantes del barrio Santa Cecilia, porque me siento solidario con vosotros, y porque siendo pobres tenéis derecho a mis particulares desvelos; y os digo el motivo: el Papa os ama porque sois los predilectos de Dios. El mismo al fundar su familia, la Iglesia, tenía presente a la humanidad pobre y necesitada para redimirla, envió precisamente a su Hijo, que nació pobre y vivió entre los pobres para hacernos ricos en su pobreza. Cor. Discurso del 30 79. 908) De Maria, que en su canto de Magnificat (Lc. 1, 46 55) proclama que la salvación de Dios tiene que ver con la justicia hacia los pobres, parte también, el compromiso auténtico con los demás hombres, nuestros hermanos, especialmente por los más pobres y necesitados, y por la necesaria transformación de la sociedad (Disc. del Papa en Zapopan. El servicio al hermano pobre La Il Conferencia Episcopal Latinoamericana vuelve a tomar, con renovada esperanza en la fuerza vivificante del Espiritu, la posición de la Conferencia de Medellín que hizo una clara y profética opción preferencial y solidaria por los pobres, no obstante las desviaciones e interpretaciones con que algunos desvirtuaron el espíritu de Medellín, o el desconocimiento y aún hostilidad de otros. diez años de la celebración de la Il Conferencia Episcopal Latinoamericana, la inmensa mayoría de nuestros hermanos siguen viviendo una situación de pobreza y aún de miseria que se ha agravado; carecen de los más elementales bienes materiales en contraste con la acumulación de riquezas en manos de una minoria, muchas veces a costa de la pobreza de muchos. Los pobres no sólo carecen de bienes materiales, sino también en el plano de la dignidad humana carecen de una plena participación social y política. En esta categoria se encuentran principalmente nuestros indígenas, campesinos, obreros, marginados de la ciudad y muy en especial la mujer de estos sectores sociales, por su condición doblemente oprimida y marginada. Queremos tomar conciencia de lo que la Iglesia Latinoamericana ha hecho o no ha hecho por los pobres después de Medellín, como plataforma para la búsqueda de pistas opcionales eficaces en nuestra acción evangelizadora en el presente y en el futuro de América Latina. Constatamos que Episcopados Nacionales y numerosos sectores de laicos, religiosos, religiosas y sacerdotes fueron haciendo más hondo y realista su compromiso con los pobres. Este testimonio incipiente, pero real, condujo a la Iglesia lati.
noamericana, a la denuncia de las profundas injusticias derivadas de mecanismos opresores. La denuncia profética de la Iglesia y sus compromisos concretos con el pobre le han traído en no pocos casos persecuciones y vejaciones de diversa indole; los mismos pobres han sido las primeras víctimas de estas vejaciones. Por otra parte los pobres, también alentados por la Iglesia, han comenzado a organizarse para una vivencia integral de su Fe y para un reclamo de sus derechos. Todo ello ha producido tensiones y conflictos dentro y fuera de la Iglesia a quien con frecuencia se ha acusado o de estar con los poderes socioeconómicos o políticos, o de una peligrosa desviación ideológica marxista. No todos en la Iglesia de América Latina nos hemos identificado suficientemente con los pobres; no siempre nos preocupamos por ellos y somos solidarios con ellos. Su servicio exige, en efecto, una conversión y purificación constantes, en todos los cristianos, para el logro de una identificación cada día más plena con Cristo pobre y con los pobres. 909) a. Acercándonos al pobre para acompañarlo y servirlo hacemos lo que Cristo hizo por nosotros al encarnarse, al hacerse hermano nuestro pobre como nosotros (Discurso del Papa en México. Por eso el servicio a los pobres es la medida privilegiada y no excluyente, de nuestro seguimiento y de nuestro servicio a Cristo. El mejor servicio al hermano es la evangeliza.
ción que lo libera de las injusticias, lo promueve integralmen.
te, y lo dispone a realizarse como Hijo de Dios. 910) Es de suma importancia que este servicio al hermano vaya en la línea que nos marca el Concilio Vaticano II (AA. Cumplir antes que nada las exigencias de la justicia para no dar como ayuda de caridad lo que ya se debe por razón de justicia; suprimir las causas y no sólo los efectos de los males y organizar los auxilios de tal forma que quienes lo reciben se vayan liberando progresivamente de la dependencia externa y se vayan bastando por sí mismos. 911) El compromiso de la Iglesia con los pobres y los oprimidos y el incremento de las Comunidades de Base le han ayudado a descubrir el potencial evangelizador de los pobres: en cuanto la interpelan constantemente llamándola a la conversión y en cuanto muchos de ellos realizan en su vida los valores evangé.
licos de solidaridad, servicio, sencillez y isponibilidad para acoger el don de Dios. REFLEXION DOCTRINAL Jesús evangeliza a los pobres a. El compromiso evangélico de la Iglesia, como ha dicho el Papa, debe ser como el de Cristo: un compromiso con los más necesitados (Cfr. Lc 4, 18 21. Discurso inaugural III, La Iglesia debe mirar, por consiguiente a Cristo cuando se pregunta ¿Cuál ha de ser su acción evangelizadora? El Hijo de Dios demostró toda la grandeza de ese compromiso al hacerse hombre, pues se identificó con los res haciéndose uno de ellos, solidario con ellos y asumiendo la situación en que se encuentran, en su nacimiento, en su vida y sobre todo en su pasión y muerte donde llegó a la máxima expresión de la pobreza (Med. Justicia 1, 3; 30; Cfr. Fil 2, 2. Por esta sola razón ya los pobres merecen una atención preferencial aún antes de tener en cuenta su situación moral o personal. Hechos a imagen y semejanza de Dios (Cfr. Gen.
1, 26 23. para ser sus hijos, esta imagen está ensombrecida y aún escarnecida. Por eso Dios toma su defensa y los ama. Mt. La pobreza cristiana (912) a. Para el cristianismo el término pobreza no es solamente expresión de privación y marginación de las que debamos liberarnos. Designa también un modelo de vida que ya aflora en el en el tipo de los pobres de Yahvé (Cfr. Sof. 2, 3; 3, 12 20; is 49. 13; 66, 2; Sat 74. 19; 149. 4) y vivido y proclamado por Jesús como Bienaventuranza (Cfr. Mt. 53; Lc 6, 20. San Pablo concre.
tó esta enseñanza diciendo que la actitud del cristiano debe ser la del que usa de los bienes de este mundo. cuyas estructuras son transitorias) sin absolutizarlas, pues son sólo medios para llegar al Reino (1 Cor. 7, 29 31. 913) Este modelo de vida pobre se exige en el Evangelio a todos los creyentes en Cristo y por eso podemos llamarlos pobreza evangélica (Cfr. Mt 6, 19 34. Los religiosos viven en forma radi.
calizada esta pobreza, exigida a todos los cristianos, al comprometerse por sus votos a vivir los consejos evangélicos. 914) La pobreza evangélica une la actitud de la apertura confiada en Dios con una vida sencilla, sobria y austera que aparta la tentación de la codicia y del orgullo (1 Tim 6, 10. 915) La pobreza evangélica se lleva a la práctica, como dice San Pablo también con la comunicación y participación de los bienes materiales y espirituales, no por imposición sino por el amor, para que la abundancia de unos remedie la necesidad de los otros. Il Cor. 15. 916) e. La Iglesia se alegra de ver en muchos de sus hijos, sobre todo de la clase media mas modesta, la vivencia concreta de esta pobreza cristiana. 917) En el mundo de hoy, esta pobreza es un reto al materialismo, y abre las puertas a soluciones alternativas de la sociedad de consumo.

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