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Editorial Descabelladas pero peligrosas las bravuconadas de Somoza queremos la guerra, ni siquiera las dictador de Nicaragua, Anastasio Somoza, segundo lugar, no se trata de un estado nacional ha reiterado en los últimos días sus amenazas de debidamente constituído y legítimo, sino de una hacernos la guerra a los costarricenses, culpán banda dinástica dedicada al pillaje y al asesinato.
donos, al igual que a otros gobiernos y países, de Es así como tenemos que ver al somocismo y es a responsabilidades que no tenemos en su tremen la luz de esta realidad que debemos encarar sus da crisis política y en la fuerte ofensiva de amenazas de guerra contra nuestro país.
sarrollada por el pueblo sandinista.
Ya estamos acostumbrados a escuchar tales advertencias, cada vez que se incrementa la lucha simples amenazas. Pero ya que estas se produmilitar y popular contra la tiranía. Ahora es el cen, de parte del somocismo, tenemos la obligamismo Somoza quien lo hace públicamente, ción de enfrentarlas. Todo el pueblo debe saber mostrando su decrepitud y la desesperación en muy bien que fue amenazado, comprender por que se encuentra.
qué y por quiénes. aún cuando la guerra no sea Es posible que nadie crea en las posibilidades deseable, ni una posibilidad muy grande que tenque tiene el régimen que oprime a los nicaragüen ga el somocismo, deberíamos contar con la preses para hablar de esa manera, si ya no puede ni paración minima para tal eventualidad. Es de es enfrentar en su propio territorio la furia de su perar que el gobierno de la República así lo haya pueblo y la voluntad de éste de ser libre y de previsto, pero es preciso que todo el pueblo esté conquistar la democracia. En Costa Rica nadie se enterado y que la conciencia de los costarricenses preocupó ni se perturbó en realidad por las bra se agigante para que todos participemos con alto vuconadas del general. Se supo de inmediato que patriotismo y humanismo, en estos momentos de con ello Somoza pretendía presionar a la OEA, la historia.
con el fin de que una intervención militar extran La indiferencia, la pasividad y el conformismo jera, enmascarada como una fuerza interameri no son lo mejor para un pueblo que está siendo cana de »paz« o algo parecido, enviada por amenazado hoy por Somoza, mañana quizás por regimenes similares, le salvaran de un descalabro Romero. Tampoco el histerismo y la irracionalial que va históricamente está condenado.
dad.
Sin embargo, a pesar de que no tomemos muy Pero una preparación para defendernos, consen serio las amenazas somocistas, tenemos que tituye una obligación en las presentes circunstanpensar que ese régimen se rige por el absurdo y el cias. No con afanes chovinistas ni expansionistas crimen y que cuenta con colaboradores de igual que no tenemos ni nos caben, sino con el mismo rango y tamaño en el continente latinoamericano espíritu solidario, humanitario y libertario con y en los Estados Unidos.
Debemos, por lo tanto, que combatieron los abuelos en el 56 contra los asumir una posición que no excluya siquiera tan norteamericanos filibusteros.
graves perspectivas, por remotas y descabelladas No se sabe aún cuáles pueden ser los resultados y que parezcan, el rumbo de la lucha de los nicaragüenses contra Los costarricenses siempre hemos procura la dictadura. Suas fuerzas han crecido y la moral y do que los conflictos se solucionen por medios la razón están con ellos. Todos esperamos su pacíficos, nuestro civilismo nos hace enemigos de triunfo pronto, pero pueden intervenir factores. la guerra como método para dirimir los proble incontrastables para prolongar su solución, comas. Pero el caso con el somocismo no permite. mo puede ocurrir si los Estados Unidos urden por su propia naturaleza, una aplicación de nor nuevas maniobras.
mas convencionales, ni siquiera las del más Los costarricenses, que no estamos solos, tenemínimo sentido común. En primer lugar, nada mos que hacer lo que nos corresponde para evitar tenemos nosotros de responsabilidad en su pro que las dictaduras enluten nuestra patria y pia crisis, como dementemente lo pretende. En siembren su sistema en el país.
18 NUEVO PUEBLO
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