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Crónica balas de la Guardia Nacional. Laffite Fernández, de Canal 13 de Costa Rica, estaba con ellos. Todos con su buen susto a la espalda, hermanos míos en el miedo. Tomamos una pausa y le propuse a Edgar Gerardo que en lugar de »llevarla suave« por allí, nos largáramos aprisa. El estuvo de acuerdo, y como los demás no arrancaban« avanzamos nosotros. Halcón y nuestros protectores sandinistas nos dijeron adiós y nos señalaron hacia el este. Arrempujenle palla, que Costa Rica los espera. dijo un muchacho de cara aniñada. Es un costarricense de 18 afios que pelea con los sandinistas desde hace meses.
Eramos dos ánimas en pena, una calzada y otra descalza Salvamos un riachuelo y Fonseca, comenzó a caminar muy feo. Me dijo que tenía problemas con los zapatos y se los quito. Eramos dos ánimas en pena. Una calzada, y otra descalza.
Nos metimos de nuevo en la arboleda, Guardia Nacional y caminamos juntos.
y luego vimos un rancho abandonado en Cajas dejó su auto abandonado cerca de y nos dijo que arriba. en La Cruz) nos la playa y lo tomamos por »asalto. Conventillos y dijo que volvería por él daban por perdidos.
Descansamos, pero de pronto vimos le cuando pasara el chaparrón de tiros. Cuando llegamos a La Cruz, Luis jos un avión DC artillado que se aproxiCastillo, el fotógrafo de LA REPUBLICA, nos contó sus »aventuras. morterazo maba. Cuando estuvo cerca, nos dispa Atravesamos un nuevo río y al poco limpio cayendo sobre él y un carro de ró. Yo me quité mi inefable camisa ama rato salvamos otro por un precario rilla, para evitar ser aún más visible de la puente hecho de troncos de árboles. Notiseis« en el que andaba Ana Lorena cuenta. El avión, que vuela lento y ma Cuando íbamos a la mitad, un lagarto Chavarría, se las vio a palitos. Metido niobra también lentamente, dio una entre un zanjón con barro, escapó a enorme se tiró al agua. Susto tras susto.
vuelta y nos volvió a ametrallar. Cuando Esos saurios están allí en rastras. Una de sus cámaras sufrió dalas balas comenzaron a caer demasiado abundantísimos. Nunca los había visto Notiseis. Luis tuvo que caminar, ese río nos, igual que fue dañado el jeep de cerca, acordamos emprender carrera ha antes así, en libertad y con ganas de arrastrándose a veces, casi cinco kilócia los árboles y nos escondimos. Estuvi morder, mos una hora quietitos mientras el armetros hasta que encontró al chofer de matoste con alas siguió volando en »La Nación y los de »Notiseis. que ya nariz como niñitos asustados detrás de Cruz, nos daban por perdicírculos, y luego salimos asomando la Nos dijo que arriba, en La escapaban ilesos, y se vino con ellos a la Cruz.
una puerta.
Todo lo que puedo decir al final, desdos pués de asegurar que los sandinistas siguen firmes en la costa sudoccidental de Dijo que volvería por él Nicaragua, es »Gracias a Dios. cuando »pasara el chaparrón un comisariato abierto y una cantina.
Al fin Hegamos a Puerto Soley. Había de tiros Muy poca gente y algunos pescadores El semanario Nuevo Pueblo decidió que insisten en jugársela, a pesar de que reproducir esta crónica del periodista ya fueron atacados por los guardacostas Arturo Sánchez, del diario La RepúbliProvidencialmente el cielo se nublö, Las somocistas en Isla Bolaños. Nos toma ca, como acto de reconocimiento a la nubes bajaron aprisa y al piloto se le hi mos un par de cocacolas« cada uno. valentía y decisión de un considerable zo dificil atisbarnos desde arriba. Seguía La sed era de los diablos. Luego nos di grupo de periodistas costarricenses, ametrallando a ciegas y tontas, y calcu jeron que pronto pasaría un jeep que que en el desempeflo de su labor profelando el riesgo ya nos sentíamos medio venía de El Jobo, de recoger estudiates sional, fueron atacados alevosamente veteranos decidimos poner »proa« ha para llevar a La Cruz, y lo aguardamos. por militares somocianos, en la marecia Puerto Soley, evitando el camino di Cuando el chofer frenó, nos pidió iden na del martes de junio.
recto a La Cruz, por Conventillos, lugar tificarnos. Llenos de barro y con cara de Por ventura de Dios la agresión no no confiable para nosotros.
susto, teníamos que darle miedo, no dejó muertes que lamentar, mas la anCuando íbamos de pinta« apareció el había caso. Cuando abordábamos el gustia, y desesperación que envolvió la Jefe de Redacción de semanario »Uni vehículo llegó el Coronel Fernando Mu vida de estos colegas en aquellos mo versidad. Renato Cajas Corsi y su com Roz de la Guardia Civil, comandante de mentos comprometen nuestro respeto y pañero Gutiérrez. Nos contó las peripe zona y buen amigo nuestro. Nos pregunsana admiración.
cias que había pasado en el ataque de la to como la pasábamos y qué tal el susto, 20 NUEVO PUEBLO

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