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El caso de la señorita Amelia ACTUALIDADES primero corría a recibirme, llena de sonriCuento de Año Nuevo sas, y zalamerias. mis bombones. He aquí la pregunta sacramental. Yo me sentaba regocijado, después de mis correctos saludos, y colmaba las manos de la niña de ricos caramelos de rosas y de deliciosas grageas de chocolate, los cuales, ella, a plena UE el doctor es ilustre, elocuente, con veces más grande el Hermes hasta nuestros boca, saboreaba con una sonora música quistador, que su voz es profunda y días, la mano humana ha podido apenas palatinal, lingual y dental. El por qué de vibrante al mismo tiempo y su gesto avasa alzar una línea del manto que cubre a la mi apego a aquella muchachita de vestido llador y misterioso, sobre todo después de eterna Isis. Nada ha logrado saberse con a media pierna y de ojos lindos, no os lo la publicación de su obra sobre La plastica absoluta seguridad en las tres grandes ex podré explicar, pero es el caso que, cuando de Ensueño, quizás podríais negármelo, o presiones de la naturaleza: hechos, leyes, por causa de mis estudios tuve que dejar aceptármelo con restricciones, pero que su principios. Yo que he intentado profundizar Buenos Aires, fingi alguna emoción al despecalva es única, insigne, hermosa, solemne! en el campo del misterio, he perdido casi td dirme de Luz, que me miraba con anchos lírica si gustáis joh, eso nunca, estoy seguro, das mis ilusiones.
ojos doloridos y sentimentales; di un falso ¿Cómo negaríais la luz del sol, el aroma de Yo que he sido llamado sabio en acade apretón de manos a Josefina, que tenía entre las rosas y las propiedades narcóticas de mias ilustres y libros voluminosos; yo que los dientes, por no llorar, un pañuelo de ciertos versos? Pues bien, esta noche pasada, he consagrado toda mi vida al estudio de la batista, y en la frente de Amelia incrusté un poco después que saludamos el toque de las humanidad, sus orígenes y sus fines; yo que beso, el más puro y el más encendido, el doce con una salva de doce taponazos del he penetrado en la Cábala, en el ocultismo más casto y el más ardiente ¡qué se yo! de más legitimo Roederer, en el precioso come y en la teosofía, que he pasado del plan ma todos los que he dado en mi vida. sali en dor recocó de ese sibarita de judío que se terial del sabio al plano astral del mágico y un barco para Calcuta, ni más ni menos que llama Lowensteinger, la calva del doctor al al plan espiritual del mago, que sé cómo como vuestro querid) y admirado general zaba aureolada de orgullo su bruñido orbe obraba. Apolonio el Thianense y Paraceiso, Mansilla, cuando se fué a Oriente, lleno de de marfil, sobre el cual, por un capricho de y que he ayudado en su laboratorio, en juventud y de sonoras y flamantes esterlinas la luz, se veían sobre el cristal de un espejo nuestros días, al inglés Crookes; yo que de oro. Iba yo, sediento ya de las ciencias ías llamas de dos bujías, que formaban no sé ahondé en el Karma búdhico y en el misti ocultas, a estudiar entre los mahatmas de la cómo, algo así como los cuernos luminosos cismo cristiano, y sé al mismo tiempo la India lo que la pobre ciencia occidental no de Moisés. El doctor enderezaba hacia mí sus ciencia desconocida de los fakires y la teolo puede enseñarnos todavía. La amistad epistograndes gestos y sus sabias palabras. Yo ha gia de los sacerdotes romanos, yo os digo lar que mantenía con madama Blavatsky, bía soltado de mis labios, casi siempre silen que no hemos visto los sabios ni un solo habíame abierto ancho campo en el país de ciosos, una frase banal cualquiera. Por rayo de la luz suprema, y que la inmensi los fakires, y más de un gurú que conocía mi ejemplo, ésta. Oh, si el tiempo pudiera de dad y la eternidad del misterio forman la sed de saber, se encontraba dispuesto a contenerse. La mirada que el doctor me diri única y pavorosa verdad.
ducirme por buen camino a la fuente sagragió y la clase de sonrisa que decoró su dirigiéndose a mí: da de la verdad. Fui ¡ay! en busca de la boca, después de vir mi exclamación, confieso. Sabéis cuáles son los principios del verdad, y si es cierto que mis labios creyeque hubiera turbado a cualquiera.
hombre? Grupa, jiva, linga, sharira, kama, ron saciarse en sus frescas aguas diamanti Caballero. me dijo saboreando el rupa, manas, buddhi, atma: es decir, el cuer. nas, mi sed no se pudo aplacar. Busqué, champaña si yo no estuviese completa po, la fuerza vital, el cuerpo astral, el almabusqué, con tesón lo que mis ojos ansiaban mente desilusionado de la juventud, si no animal, el alma humana, la fuerza espiritual contemplar, el Keherpas de Zoroastro, el supiese que todos los que hoy empezáis a y la esencia espiritual.
Kaleb persa, el Kovei Khan de la filosofia vivir estáis ya muertos, es decir, muertos Viendo a Minna poner una cara un tanto india; el archoeno de Paraceiso, el limbuz de del alma, sin fe, sin entusiasmo, sin idea desolada, me atrevi a interrumpir al doctor: Swedenborg; oí la palabra de los monjes les, canosos por dentro; que no sois sino Me parece que ibais a demostrarnos que budhistas en medio de las florestas del máscaras de vida, nada más. sí, si no su el tiempo.
Thibet; estudié los diez sephiroth de la piese eso, si viese en vos algo más que bien, dijo, puesto que no os placen Kabata, desde el que simboliza el espacio un hombae joven de fin de siglo, os diría las disertaciones por prólogo, vamos al sin límites hasta el que, llamado Malkuth, que esa frase que acabáis de pronunciar: cuento que debo contaros y es el siguiente: encierra el principio de la vida. Estudié el «Oh, si el tiempo pudiera detenerse. Tie. Hace veintitrés años, conocí en Buenos espíritu, el aire, el agua, el fuego, la altune en mí la respuesta más satisfactoria. Aires a la familia Revall, cuyo fundador, un ra, la profundidad, el oriente, el occidente. Doctor!
excelente caballero francés, ejerció un cargo norte y el medio día; y llegué casi a com Sí, os repito que vuestro escepticismo consular en tiempos de Rosas. Nuestras ca prender y aun a conocer íntimamente, a me impide hablar, como lo hubiera hecho sas eran vecinas, era yo joven y entusiasta, y Satán, Lucifer, Ashtarot, Beelzebutt, Asmoen otra ocasión.
las tres señoritas Revall hubieran podido ha deo, Belphegor, Nahema, Lilith, Adram Creo. conteseté con voz firme y se cer competencia a las tres Gracias. Demás meleh y Baal. en mis ansias de comrena en Dios y su iglesia. Creo en los está decir, que muy pocas chispas fueron nes prensión en mi insacible deseo de sabiduría, milagros. Creo en lo sobrenatural. cesarias para encender una hoguera de amor. cuando juzgaba haber llegado al logro de En ese caso, voy a contaros algo que Amo o v, pronunciaba el sabio obeso, mis ambiciones, encontraba los signos de a otro que vos haría sonreir. Mi narra con el pulgar de la diestra metido en la bolsa mi debilidad y las manifestaciones de mi ción espero que os hará pensar.
del chaleco, y tambori:eando sobre su po pobreza; y estas ideas, Dios, el espacio, el En el comedor habíamos quedado cuatro tente abdomen con los dedes ágiles y regor tiempo, formaban la más impenetrable bruconvidados, a más de Minna, la hija del detes, y continuó: ma delante de mis pupilas. Viajé por dueño de casa: el periodista Riquet, el abate Puedo confesar francamente que no te Asia, Africa, Europa y América. Ayudé al Pureau recién enviado por Hirch, el doctor nía predilección por ninguna, y que Luz, coronel Olcot a fundar la rama teosófica y yo. lo lejos oíamos en la alegría de Josefina y Amelia ocupaban en mi corazón de Nueva York. a todo esto recalcó los salones, la palabrería usual de la hora el mismo lugar. El mismo, tal vez no; de súbito el doctor, mirando fijamente a la primera del año nuevo: happy new year! pues los dulces al par què ardientes ojos rubia Minna ¿sabéis lo que es la ciencia happy new year! happy new year! Feliz! de Amelia, su alegre y roja risa, su picar la inmortalidad y todo. Un par de ojos año nuevo!
día infantil. diré que era ella mi preferi azules o negros!
El doctor continuó: da. Era la menor; tenía doce años apenas. el fin del cuento? gimió dulcemente. Quién es el sabio que se atreve a de y yo ya habia pasado de los treinta. Por la señorita.
cir esto es así? Nada se sabe. Ignoramus et tal motivo y por ser la chicuela de carácter El doctor, más serio que nunca, dijo: ignorabimus. Quién conoce a punto fijo travieso y jovial, tratábala yo como niña Juro, señores, que lo que estoy refila noción del tiempo. Quién sabe con se. que era, y entre las otras dos repartía mis riendo es de una absoluta verdad. El fin guridad lo que es el espacio? Va la ciencia a miradas incendiarias, mis suspiros, mis apre del cuento? Hace apenas una semana he tanteos, caminan como una ciega, y juzga tones de manos y hasta mis serias prome vuelto a la Argentina, después de veintitrés a veces que ha vencido cuando logra ad sas de matrimonio, en una, os lo confieso, años de ausencia. He vuelto gordo, bastante vertir un vago reflejo de la luz verdadera. atroz y culpable bigamia de pasión. Pero gordo, y calvo como una rodilla; pero en Nadie ha podido desprender de su círculo la chiquilla, Amelia. Sucedía que, cuan mi corazón ha mantenido ardiente el fuego uniforme la culebra simbólica. Desde el tres do yo llegaba a la casa, era ella quien del amor la vestal de los solterones. Y, por a Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.