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El Tesoro Popular PERIODICO De intereses religiosos y locales devoción a los CORAZONES QUINCENAL y especialmente para fomentar la de JESUS y de MARIA a Donde está tu tesoro allí también está Con aprobación de la tu corazón. San. Mat. Cap. VI 21)
Autoridad Eclesiástica Año Aserrí, 15 de febrero de 1917 Núm. 11 Lecciones de la noche muerte en que cesará el trabajo y el en culpa mortal, si esta oscuridad no ansia de atesorar; tendrán fin los afa es más que un bosquejo. El pecador nes y congojas, las aflicciones y ale va ciego, para no ver sus desaciertos Te invito, querido agricultor, amigo grías, para reposar en el silencio de y suciedades, y ciego llega al borde mío, a que esta noche salgamos a la la tumba hasta el día de la Resurrec del abismo en donde cae para siem calle, no a parrandear, porque ni túcióo. Para descansar tranquilamente, pre. Lo mismo que estas tinieblas ni yo perdemos las horas del sueño, trabajemos en el día de la vida. Viste in funden tristeza, está la vida rodeada sino a que, merced a la quietud que cruzar una lechuza que pasó rozándo de aflicciones, sobresaltos, enfermereina, disfrutemos de la brisa noctur me la cara? De igual manera el de dades y descalabros que ahuyentan na y conversemos, como dos buenas monio se acerca a las almas descui la alegría de nuestro corazón. Andecamaradas a nuestras anchas. Ahora dadas para atraparlas; el Apóstol Pe mos con tiento, amigo, pues temo nos que el mundo calla porque duerme; dro nos exhorta a la vigilancia, dl. rompamos la crisma. Séamus prudenahora que nadie distraerá nuestra ciéndonos: el diablo, vuestro enemi tes en la vida; sábes que el atolondra atención, quiero que salgamos a con go, anda como león rugiendo al re do, si no cae, resbala. Qué no se nos templar la naturaleza, a fin de elevar dedor de vosotros, buscando a quien ocurriese traer una linterna para la nuestra mente a algo más noble que devorar.
vuelta! En cuanto al espíritu, gracias la deleznable tierra. Meditar es escu Comienzan a cantar los gallos. qué a Dios, aos ilumina la fulgente antorchar la voz de Dios, y saborearla y dulce concierto de voces. No te re cha de la fe. Desgraciado el que no seguirla de ese Dios que no se halla cuerdan esos cantos aquella noche ha tenido o ha dejado apagarse esa en el bullicio mundanal. Aproveche tremenda, en que uno de sus confi luz; qué le mitigará las penas, si no mos la claridad de la luna que riela dentes, le negó por tres veces, y al cree en otra vida en donde serán enmansamente más allá de medio cielo. canto del gallo, abrió sus ojos y em jugadas las lágrimas del mortal; qué ¡Qué hermosa luna para recorrer las pezó a llorar amargamente por su cosa le dará valor en las tremeodas calles a nuestro placer! Imagen es cobardía. Los cristianos a menudo luchas, si la fe no lo ilumina y calienella de la belleza del Corazón de negamos a Jesús, nuestro amante Pa ta! No había observado que el cielo de nuestra augusta Madre María. dre, por cualquier vagatela y segui se había tupido de estrellas. Bendita Sus rayos son de amor: iluminan lo mos tranquilos, sin escuchar el canto poche, amigo querido! Me extasía la mismo al justo que al pecador y su de la conciencia que ora nos repren contemplación de esos millones de tercura convida a llegarse a su regazo, de, ora nos aplaude. Oh, si oyéramos lucecitas siguiendo la ruta que les separa alcanzar la paz y la dicha. No esa voz secreta del Altísimo que nos ñalara su Hacedor. Impotente es el ves qué firmamento más extenso y llama al deber, el mundo no andaría hombre para pintar un panorama se.
más sereno. Cómo nos cobija a todos tan desquiciado. Oye el ladrido del mejante; incensato es aquel que des los mortales! Así es la Providencia perro: nos ha sentido. Cuida la casa conoce el poder y la sabiduría de del Criador, que cubre, y mantiene de sus amos. Has observado que Dios. Pequeñísimo es bajo la bóveda hasta la avecita del cielo y el diminuto animal tan fiel a su dueño, por un del firmamento y así tiene la osadía insecto: cuanto más al hombre, sea mendrugo de pan! el hombre, no de revelarse contra Él y lanzar el gribueno o malo; y cuán enorme es la obstante de ser racional, no cuida los to de lucifer: no te servire. Más ingratitud del hombre al abusar de intereses de su Dios y Él, sin embar allá de ese firmamento y más allá de esa señal de su amor al amontonar go, nos da el alimento y nos ofrece un esas estrellas está la patria; ahora maldades, al atribuirlo todo a su ta cielo sin amarguras, una felicidad estamos en el destierro; esmerémonos, lento e industria, sin recordar que sin cumplida.
amigo, por subir; séamos buenos y en su beneplácito, no se levanta ni el Amigo, preciso es que regresemos no lejano día pisaremos los umbrales grano de arena, ni revolotea por los a nuestra casa; la luna se avecioa al de la patria feliz. Como fulguran las aires el mosquito. No te parece, ocaso y no será agradable pasear a estrellas, unas más grandes y otras amigo mío, que este silencio de la noMira como se enlutece la más pequeñas, brillan en el cielo los che eleva nuestra mente a serias me. creación. Las sombras nos circundan. santos en perpetuas eternidades, conditaciones? Vendrá la noche de la Figurate qué lobreguez la del hombre forme a sus sacrificios y virtudes de Oscuras.
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