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El Tesoro Popular PERIODICO De intereses religiosos y locales devoción a los CORAZONES QUINCENAL y especialmente para fomentar la de JESUS y de MARIA Donde está tu tesoro allí también está Con aprobación de la tu corazón. San. Mat. Cap. VI 21)
Autoridad Eclesiástica Año Aserrí, de julio de 1917 Núm. 20 zarnos.
Evangelio de Lo único que sacamos aguardando la misericordia de algún este domingo es perder la salud, el cariño de buen corazón que le ofreciese un tralas personas a quienes ofendemos guito, cuando había tenido tan mala En aquel tiempo: Dijo Jesús a en momentos de còlera, la paz de fortuna de no poder echar la gata a retozar, pues lo que era trabajar cosus discípulos: os declaro que si la casa, la cual convertimos en mo sus vecinos ni se lo había soñado vuestra justicia no es más llena infierno. Adeinas, manchamos el nunca; jugaba cuando el tiempo no y mayor que la de los escribas alma, de la cual desterramos a había sido tan malo y sus vecinos se y fariseos, no entraréis en el Dios para dar acogida al demo habían descuidado. Trasquilaba a los curas a lo lindo, siendo para Juan reino de los cielos. Habéis oido nio.
Querellas unos pobres diablos; lanza.
que se dijo a vuestros mayores: ba imprecaciones contra Dios porque no matarás; y que quien matare, LOS DOS COMPADRES lo tenía tan pelado; se lamentaba de será condenado en juicio. Mas los de su barrio porque no tenían ca.
yo os digo, que quien quiera que Juan Querellas y Pedro Luces eran ridad, en fin, era un santo digno de tome ojeriza con su hermano, do por el barrio con esc apellido, porcompadres. El primero fué confirma ser canonizado.
Un día iba su compadre Pedro de merecerá que el juez le condene.
que vivía quejándose de todo, y fe mañanita a su trabajo y encontró a el que le llamare raca merece que tenía razón el pobre Juan. Don Juan colgando un mecate de un árbol: rá que le condene el concilio. Jacobo lo mandó poner de patitas en su semblante estaba desencajado; PeMas quien le llamare Fatuo, será media calle por la bajeza de no pa dro adivinó lo que intentaba llevar a reo del fuego del infierno. Por garle el alquiler de la casa durante cabo su compadre.
tanto, si al tiempo de presentar dos años; el panadero no quería tener. Qué va a hacer, compadre, le tu ofrenda en el altar, allí te cuentas con él porque medio año es grito azorado Pedro?
tuvo engullendo pan de gorra; el pul Quiero descansar de esta maldita acuerdas que tu hermano tiene pero vecino no le fiaba porque para vida que llevo, contestó Juan Querealguna queja contra tí, deja allí Juan punca se llegaba el plazo de pallas.
mismo tu ofrenda delante del al garle un cuentón que le debía. Ha. Quiere ahorcarse, verdad. No!
tar, y ve primero a reconciliarte bía solicitado la honrosa plaza de banunca lo permitiré en mi presencia!
con tu hermano, y después vol rrendero de las calles del pueblo in y diciendo esto le quitó el mecate a verás a presentar tu ofrenda.
mediato, pero quien sabe qué mala Juan y con amigables razonamientos lengua fué dejarlo como nuevo refi pudo conducirlo a casa de don Jeró.
riendo su vida y milagros. En el nimo, hombre honrado a carta cabal, REFLEXIÓN barrio todos le tenían ojeriza, por la católico sin ribetes de liberal, hombre La mansedumbre hace al hom ciado con unos fenomenales mojico padres, aunque a Juan Querellas lo simpleza de que al uno había acari leido y buen amigo de los dos combre feliz y la cólera lo hace mi al otro había puesto pelear con quería con lástima, lo mismo que Pe.
serable. La mansedumbre es se su cara mitad, a medio barrio le roba dro, únicos confidentes de este desñal de sabiduría y la cólera señalba, aunque fueran gallinas y, a todo graciado.
de necedad. Una persona apa el barrio les debía algún piquito. Es. Hola! amigos, que os trae por cible de todos es querida; una tas eran solamente la mitad de sus aquí tan temprano, exclamó don Jeró.
colérica de todos es temida. Si cían acreedor al odio y al terror del virtudes: las otras borlas que lo ha pimo una vez que los vió a su puerta. Iba a mi trabajo como de cosreflexionamos un poco veremos vecindario consistía en que vivía casitumbre, contestó Pedro, y le serví de que nada ganamos con encolericomo el dependiente en la taberna ángel de guarda a mi compadre Juan nes, Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.