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4 EL TESORO POPULARa aquellos fragmentos, tal era la furia ta al verla pasar bajo aquel torrente rezaba sino el Rosario de la Virdel viento. Cada rato dirigía piado de agua, quitó el pedazo de tabla que gen; pero desde mi primera cosas miradas a una imagen del Sagra servía de puerta a su rancho y jun munión, rezo, antes de dormirme, do Corazón de Jesús, único adorno tando toda la fuerza de sus pulmones que se notaba en aquel rancho, y mu llamó a la viajera y le hizo seña de que mañana, el Rosario de Jesús.
y en cuanto me despierto, por la sitaba una oración. Un ginete todo se la encapuchado y calado de agua hasta tancia de que el techo de sa morada dime, hijita. cómo se reza los huesos que pasó veloz como el era de paja pues el ruido de la lluvia el Rosario de Jesús?
viento, por la calle de la aldea pudo en otras casas, no permitía ni siquieLa inocente chiquitina, pasanobservar todos esos detalles, pero mal ra oir la conversación de sus habi una por una las cuentas del Rohalla el caso que les hizo pues era tantes sario, repetía: Mi Jesús es todo grande la prisa que llevaba por llegar Después que la viejecita oyó el repronto al lado de los suyos que an lato que le hiciera aquella extraña sús es todo mío y yo soy toda de mío yo soy toda de ÉI Mi Jesiosos lo aguardaban y que segura viajera, se le resbaló una lágrima que Él. cuando llegó al Padre mente estarían llenos de terror por sa no advirtió su interlocutora, quien saausencia en medio de aquella iocle be si por la honda preocupación que Nuestro, dijo. Madre mía, ensemente tempestad.
la embargaba pensando en sus tres ñame a amarlo!
Más atrás y al mucho rato, pasó panzoncillos que habían quedado so. Niña feliz que se dormía y se una pobre señora que venía de la ciu los, al cuidado de la mayorcita, o por despertaba en el amor de Jesús dad con un cesto lleno de provisiones que aquella lágrima, como una perla de María.
en el brazo y como único amparo a perdida en las sinuosidades profundas la inclemencia de la lluvia, una toa del mar, se escondió en las arrugas Tres muchos y tres pocos a: llita roida y rala, con la que en vano del rostro enjuto de la viejita: lo cier.
pretendía cobijar el cesto para impe to es que cogiendo una punta de la rrụinan al hombre: mucho hablar dir el deterio o de sus comestibles, falda se enjugo aquella gota de rocío, y poco saber; mucho gastar y porque si tiraba de uno de los extre en el atardecer de la vida, y con voz poco tener; mucho presumir y mos de la toalla. ella, la pobre mujer, muy tierna le dijo a su huéspeded: poco valer.
dejaba al descubierto su cabeza y es. y usted señora, no tiene confianza y palda y había estado tan mal de la fe en Dios para que le repare cómo Enfermó un sastre y creyendo influenza en la semana pasada. librar su terrenito y le ilumine un meу morir, le dijo a su hijo: Si no pensaba salir; pero esa maldita dio mejor para pasar la vida. Mira Pepe, no robes jamás situación que se nos ha venido enci ¡Ay señora. suspiró, más que respopma con motivo de la guerra, la obli dió la viajera: yo ni mi marido nunca cosa alguna, porque has de saber gaba a llevar todos los días a la ciuda creimos en esas tonterías que no ha que ahora mismo me está enseunos chayotes y lo que pudiera, para cen más que consolar a viejas y a ñando el diablo los pedazos de traer jabón, maicito, pan fiambre y curas. Alabado sea Dios musitó la género que he hurtado.
despedazado porque se lo daban más viejecita, persinándose. qué mal se Padre mío, yo os ofrezco no barato, y algunas veces un poquito de expresa usted señora.
robar, dijo el joven aterrorizado arroz para sus chiquitos que ya se Una larguísima y candente culebrina con las palabras de su padre.
morían de hambre; frijoles ui para atravezó el firmamento de horizonte a Se devolvió del camino el sasqué pensar, porque a dos colones el horizonte y un relámpago, como si tre y siguió su oficio. Un día cuartillo, sólo los ricos los pueden co se abrieran todas las puertas de los cortaba Su marido hacía ocho meses grandes hornos de las fábricas de lo.
una capa y volviendo a que había estirado el casco y desde glaterra, deslumbró con sus fulgura.
su mala costumbre le dijo a Pepe: entonces su situación se empeoró; no ciones a las dos mujeres. En el cielo Toma, hijo mío, escondelo le quedó más consuelo que sus tres hubo un estruendo formidable como pronto.
chiquillos que ninguno le podía ayu cuando se derrumban todas las casas. Padre, le replicó el hijo. no dar todavía; una casucha en un peda iglesias y edificios de una ciudad y piensa Ud. que al tiempo de mocito de tierra que estaba hipotecado y un estridedte trueno hizo temblar to rir se lo enseñará el diablo?
un chanchito que tuvo que realizar da la atmósfera y la tierra, iluminánpara hacer los nueve días y la vela; do con ígneos zig zags, el cielo y la ber que de ese color no me ense ¡Qué va, hijo mío! has de say eso porque le ayudaron los vecinos: campiña. Continuará)
uno con uoa carguita de leña, otro ñó ninguno.
con medio cuartillo de maíz; ñor Jerónimo, el que tenía ea hipoteca el teMiscelánea Dijo un padre a su hijo un día que rrenito le regaló un cuatro, y unos volvía de la escuela todo lloroso: com yaires de allá del bajo de en ¿Te ha castigado el maestro por delaria le mandaron cuatro tamugas Desde que Elenita hubo hecho no saber la lección?
de dolce y una libra de café y dos su primera comunión, notaba su Sí, señor, me ha castigado porreales para candelas, que si no, no mamá que antes de dormirse, que le dije que no está Dios en la bohubiera podido hacer nada. El ataud parecía la niña muy ocupada en dega de la tía Macaria.
se lo dió la Municipalidad y eso que Bien hecho, porque Dios está en tuvo que rogale mucho al Politico pasar las cuentas del Resario. Veo, querida, que rezas muquien la mandó con la música a otra Es verdad, pero la tía Macaria chas veces el Rosario, ahora. le no tiene bodega.
parte.
Todo eso se lo estaba coatando dijo una noche.
aquella señora a la riejecita, pues és. Si supieras, mamá! Antes no Imprenta El Pueblo Calle mer.
todas partes.
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