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EL TESORO POPULAR3 Desagravios Entierro de un incrédulo peranza y del amor, remontandose hacia Dios y descansando sobre su corazón de padre: hé ahí la religión; hé ahí su grandeza, su belleza, su armonía. La religión sirve a Dios y sirve al hombre; y ahí tienes la razón que explica por qué la religión no será destruída. Para ello sería necesario aniquilar a la vez el infinito amor de Dios y el corazón del hombre, que se buscan y se encontrarán siempre.
Muchos volúmenes se han escrito y podrían escribirse sobre los beneficios de la religión, y nunca se agotaría la materia.
HILLAIRE la madre de Dios en el misterio de su Concepción Purísima Pura es la blanca azucena cuando en su tallo gentil forma las galas de abril, y el aura de aromas llena.
Puras las gotas vertidas por la aurora en sus albores, al mecerse entre las flores de sus hojas suspendidas.
Jesús, mi Jesús querido, dulcísimo Corazón, Estaba un cristiano agricultor Sagrario augusto que encierra dándole sepultura a un burro los tesoros del amor, viejo lleno de mataduras y hecho te dejan, mi Bien, te olvidan un esqueleto debido a que, por marchando del mundo en pos ser burro de pobre, había pasado y corren tras las orgías su vida bajo la albarda y el apay beben con loco ardor rejo. Un sentimiento de gratilas venenosas corrientes tud, por una parte, y por otra el que luzbel les ofreció.
provecho que reportaría a su teTe dejan, Jesús, te olvidan rreno abonado con los despojos ingratos sin fe y sin Dios!
de su burro, no le permitieron echarlo a los zopilotes que por y tras el brillo farsante del placer halagador esta vez se quedaron haciéndose desprecian santos consejos la boca agua. la hora del que de toda omnisciencia son, entierro pasaba por aquel camino blasfeman con lengua impía un hombre incrédulo, quien, para cual el Orco en su furor, burlarse de la religión, dijo al revolcándose en el cieno sencillo agricultor. Por qué, do el placer los envolvió.
buen hombre, no llevaste a la ¡Y no imploran tus mercedes iglesia ese cadáver? Amigo, cony viven sin tu perdón. testó el sepulturero, porque los ¡Sin llegar a tu Sagrario burros son incrédulos y los incrédulos deben enterrarse como do te encierras por amor!
burros.
Jesús, mi Jesús querido, te adoramos con ardor ofreciéndote a tas plantas Inflamado el corazón.
FAVORES Perdónales, Padre amado, que el mundo infame, traidor ignora do está la dicha Llena de agradecimiento al Coraque en su seno no encontró.
zón Eucarístico de Jesús por un favor Ha olvidado tus amores muy grande que me concedió, cumen su incesante ambición plo con la promesa de publicarlo.
y al impío ha fascinado Rafaela Monge de Castro. San su lenguaje engañador.
Juan de Dios. Piedad, Jesús, que fervientes de los labios la oración, del corazón los afectos, Doy gracias al Sagrado Corazón de nuestro pecho el amor de Jesús por un favor obtenido, y ante tu altar dirigimos agradecido lo publico. Villa Colón.
pidiéndote compasión.
Venid, venid, almas puras, a la llama del amor Habiendo ofrecido al Corazón de e inflamados vuestros pechos Jesús encenderle una vela por hallarsolicitad el perdon me imposibilitada para cumplir mis al Dios de misericordias, oficios domésticos y estando ya buesy de bondad al regio Sol na, le doy las gracias. Juana Agüepor los que siguen ingratos ro. Villa Colón.
al siglo enloquecedor.
Venid, almas, a do mora el más tierno Corazón, Doy gracias al Sagrado Corazón de Sagrario augusto que encierra Jesús y a la Virgen del Rosario por los tesoros del amor.
un favor que me concedieron. Juan Gabriel Ureña. Rosario de DesamLEOCADIO HERNÁNDEZ parados.
Puro el maternal halago, y de la luna el reflejo cuando riela en el espejo de algún pacífico lago.
Pura es también la sonrisa del tierno niño en la infancia, y de la flor la fragancia, y de los mares la brisa.
Pura es del fiel que te ama la oración que al cielo sube: puro es, en fio, del Querube el santo amor que le inflama.
Pues más pura que la flor y las gotas del rocío, que las brisas del estío y de la aurora el albor.
e Más que la risa del niño y de la luna el destello, que el amor del Ángel bello y de una madre el cariño.
Eres tú, Virgen María, de tierra y cielo Señora por eso el alma te adora y te bendice este día.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica