Guardar

EL TESORO POPULAR3 que llevaban hijo de José el carpintero y de La mano de Dios Verdades María. Sí señora.
Un día de fiesta estaban dos Uno de los escollos en que la. siendo tres personas so obreros trabajando en un camino justicia naufraga mas veces es la las tienen necesidad de pedir li de hierro. Un empleado de la prevención.
mosna? Vete a trabajar; no te Administración del ferrocarril los doy nada; ique trabajen José y encontró y les dijo: Más irrita la falsa promesa, María. Cómo importuna tanto. Cómo es que estáis traba que la pronta negativa.
pordiosero!
Elevó el Niño los ojos a su jando hoy. No tenéis miedo La promesa hecha y aceptada de condenaros?
Eterno Padre y le dijo: es irrevocable. Bahl respondió uno de ellos. De éstos no es el reino de los ya hace mucho tiempo estamos cielos.
La severidad bien ordenada condenados.
Se volvió por el mismo camiha de comenzar por nosotros Pasaron algunos momentos y mismos.
no y alcanzó a unos muchachitos los obreros continuaron el traque alegres se dirigían a sus ca bajo. Hallábanse en un paraje sas. Uno de ellos le dijo al otro: El Señor venga a los desgraen donde el camino de hierro ha ciados y toma la defensa de los. Mira, Peruchito, qué monicía una curva al salir del túnel: salir del túnel: oprimidos.
to tan querido viene hacia noso. Ven acercarse un tren y para que tros. Llegóse el Niño y sus no les cogiese, se colocan en La austeridad con nosotros compañeros que eran once, o otra vía del tren, en vez de colo mismos es virtud; con los otros sabían como agasajarlo; le diecarse a la orilla del camino. En puede ser imprudencia, injusticia ron panes de los aquel mismo instante llega un o tiranía.
para sus casas y lo acompañaron tren de viajeros que caminaba a largo trecho. Monito lindo, le dijo uno toda máquina; no lo vieron aque El puñal de la calumnia es llos desventurados y los arrojó muchas veces más cruel que el que llamaban Juancito; qué tanta dicha llevarte hasta tu cusa; pero do mutilado uno de ellos, que no nia es hacerse cómplice de ella.
destrozó a tal punto que que del asesino. Escuchar la calumnos aguardará mamá ahora parecía sino que lo habían cortenemos que obedecerle. En dónde te buscamos?
tado en pedazos.
Mayor desgracia es cometer una injusticia que ser víctima de Hermanitos, contestó Jesús, ella.
no tengáis cuidado que yo siempre os buscaré. Todos lo besaEl trabajo El hombre injusto está siemron y él a todos los besó. Elepre en presencia de tres tribunavó sus ojos a su Eterno Padre y No hay cosa que refresque les terribles: su propia condenale dijo: tanto la sangre como el trabajo. ción, la condenación de los hom De estos si es el reino de los Siempre encuentra blanda la al bres y la condenación de Dios.
cielos.
mohada quien puede decir al Se fué alejando y los niños se acostarse: he empleado bien mi quedaron contemplando aquella día. Algunos que se dan tono FAVORES hermosura, hasta que los distra de caballeritos, aunque sean pojo un compañero que los acaba bres campesinos y que tienen Doy gracias a los Sagrados Coraba de alcanzar y que llamaban horror a los callos, son partida zones de Jesús y María por un gran Juditas.
rios de la ociosidad; así como al favor obtenido, y agradecido lo pu. Hombres! exclamó. por qué gunas muchachas de bajísimo li blico. Elías Marín. Villa Colón. no le vendieron los panes? naje, las cuales se están murien Imposible! contestaron, si do de hambre, o la pegan de se AVISOes un pobre.
ñoritas, vestidas a la última mo Yo se los habría vendido da, aunque estén debiendo el aunque fueran fiados.
vestido que traen encajado, porLas personas que durante este mes Veintidos años después, cuan que le tienen un miedo atroz al de enero no se sirvan cancelar sus do lo siguieron los discípulos, tizne de las cazuelas y a la ba cuentas por el envío de este periodic Pedro y Juan, éste le dijo a aquel tea, por no descomponer su cu co, no lo volverán a recibir, nos es al oído: Perucho, éste es el Mo tis tan suave de las manos; éstas penoso hacer esta manifestación pues nito aquél, a quien le dimos una valen más que Isabel la Católica desearíamos darlo a todos gratis, pero vez los panes.
y otras reinas, las cuales no sa a la medida de nuestra buena volunCARLOS TRUJILLO faban el cuerpo al trabajo. tad llega nuestra pobreza a a Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.