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Página LA ACCION SOCIAL Viernes de febrero de 1918 RELATO VERIDICO DEL ESPANTOSO TERREMOTO DE GUATEMALA escrito por un redactor del diario La Noticia de San Miguel (Salvador)
que se encontraba en la capital de la infortunada República en los momentos de mayor angustia Las siete de la noche. El tren sus hijos pasan ante ellos sin se tiene la impresión más terri derribados; el Palacio es una avanza lentamente, como teme dirigirles una mirada, los espoble que cerebro humano pueda ruina, la sexta Avenida, donde roso de encontrar un obstácu sos se ignoran; miradas de de concebir; manzanas enteras de los autos y carruajes lucían sus lo imprevisto; el viento aumen.
mencia y caras de hambre es residencias están cortadas a orgullos en Minerva y la Feria, ta de minuto en minuto a me pantosas, aumentadas por las raíz del suelo, es imposible disno es más que un lino bordida que se aproxima a la demacraciones del desvelo, del tinguir nada en el caos increí. dado de escombros.
capital.
frío y del miedo; niños gritando ble de las ruinas. La claridad La sección de Policía, el Las impresiones del día rea por sus madres que tal vez a lunar alumbra trágicamente el Ministerio de Fomento, las eleparecen con intensidad. La lle.
esas horas agonizan bajo las campo del desastre, en el cual gantes residencias hasta Joco.
gada ansiosa a San José, las paredes de su derrumbado ho no se percibe un ser humano, ni tenango, tienen la apariencia preguntas hechas y contesta. gar; es una visión trágica y se oye paso alguno; es el silen de muertos; todo calla: se adi.
das en términos discretos por conmovedora, en una plataforcio de la muerte, el silencio de vinan puertas entreabiertas, los empleados del puerto; el des. ma, expuestos a la intemperie las ciudades enterradas por ventanas rotas, muebles abanembarque, eternizado por los se ven dos ancianos abrazados, siglos bajo capas de lava y de donados en la precisión de la inmensos pasajeros. Por fin la forman un cuadro emocionan ceniza. Pronto, los escasos via. fuga; en la calle, alambres crusaltada a tierra.
te, él, surcado de arrugas care jeros se dispersan, y comienza zados, piedras y escombros inUna animación trémula; gru ce de abrigo y se encuentra en una lúgubre excursión por las terceptan el paso, y complica pos de gente de todas clases se mangas de camisa, ella, cubre ruinas de la ciudad: del frente más el problema la corriente agrupaban a la extremidad del sus hombros con un raído pa de la Estación quedan vestigios de agua procedente de las cañe muelle; pronto, caras amigas ñolón y su equipaje consiste en informes; el reloj, arrancadorías rotas.
se acercan y poco a poco, escoun viejo gato escuálido que mi bruscamente, cayó con estrépigiendo entre las mil versiones ra con humana penetración la to al suelo, dejando un inmenso tián, más de dos mil personas En la plazuela de San Sebaslas más verosímiles, se recons trágica odisea de sus viejos boquete en la torre, milagrosa se hallan acampadas; más letituye el pavoroso cuadro de la amos.
mente en pie, como vigilante y jos, sigue el silencio, la ruina, metropoli de Centro América.
Más lejos, un hombre joven testigo del desastre incompren el desastre.
Varios viajeros amedrenta. y fuerte, llora silenciosamente sible; las salas de espera, las sobre el cadáver de una niña, oficinas, todo el segundo piso más los horrores entrevistos La luz del alba aumenta aun dos, deciden permanecer en espera de otro barco, sin atrever. nada puede consolarlo, en vano forma una masa informe; la se a llegar ni a Escuintla; otros, intentan unas almas compasi Plaza de Toros derribada totaldurante la noche; la gran ciulos menos, bajo el golpe de las vas arrancarlo a su dolor. de mente a una altura de dos va.
dad está de duelo.
fatales noticias toman el tren qué le sirve su fuerza y su ju.
ras sobre el suelo, semeja las Los Chalets del hipódromo para la capital; el trayecto se ventud, si no fué capaz de librar ruinas de las carenes de Nimes»
son sólo escombros; la Legavuelve fatigoso; polvo, sol, lla al amor de sus amores de las y en ambos lados de la 18 Cación de Méjico, la de Italia, tiemas extensas se desarrollan en garras de la muerte!
lle, ruinas y nen toda la fachada derrumbaruinas.
ambos lados de la vía. En las la caravana trágica sigue su fúnebre marcha desapare tomando por la 1a Avenida se En la esquina del «Cielito» da, y en varias residencias baestaciones dei trayeceo suben jo los techos medio caídos se al tren viajeros ansiosos de sa.
ciendo en el horizonte con su pasa ante el edificio de los Juzven jirones de tapices, lámpa.
de y ber de sus familias; el mismo carga de locos, de muertos gados y Escuela de Corrección ras en milagroso equilibrio, tema de conversación está en dolores.
de Menores, casi intacto, y del cuadros de mérito, muebles sus todos los labios, todos temen En plena obscuridad, el tren cual la estatua permanece en pendidos por una inexplicable una noticia fatal; poco después avanza. Amatitlán, Laguna, contradicción a las leyes de su puesto; en toda la Avenida de las once, aparecen entre los Morán, y la máquina acelera el mismo aspecto de escombros gravedad.
árboles las primeras casas de su marcha, como ansiosa de y desastre: en la esquina del El templo de Minerva se alza Escuintla.
llegar a su destino. Una som.
Cuartel de San Francisco, una intacto, y su perfil impecable En la estación una abigarra nolencia aumentada por el frío patrulla detiene a los transeun.
se destaca sobre el fondo azul da multitud se precipita al en glacial se apodera de los pasa.
del cielo con la nitidez y elegan tes, advirtiéndoles el peligro de cuentro de los viajeros, y el pri jeros invenciblemente, y por mer impulso de todos es inda. momentos se creería que todo pasar por la altura de las bóve cia del Partenón de Atenas. En das del templo.
la séptima avenida, el hospital ha sido un sueño.
garse de los últimos aconteci.
americano, el Colegio ProtesV sigue la excursión hasta mientos.
De pronto resuena una voz.
la Catedral; en el silencio de la la oficina de la Corte de Justitante, las residencias de Jurila, Durante el almuerzo, la preo Pasamos por Tivoli, y sobre.
noche surge la majestuosa silueta de la soberbia iglesia, aún en pie, si bien muy dañacia cupación aumenta en los áni saltados salen todos a la pla.
Centroamericana están mos, todo contribuye a acre taforma; la luna ha salido, y orgullo de Guatemala, sus más centar la inmensa tensión ner. se distinguen claramente los das: cornisas caidas, paredes viosa sostenida desde el ama. menores detalles del paisaje; preciados adornos yacen derri.
bados en pedazos; de las esta desquiciadas, y siempre, aún necer, los últimos refugiados los espectros se siguen con ra.
tuas de los cuatro evangelistas, en plena luz del día el impresio describen cuadros pavorosos, pidez, cada casa de campo, cados se han fracasado en el panante silencio sepulcral de las y como confirmación de los da chalet es una ruina informe, ruinas abandonadas; el parque alarmantes relatos, se siente un montón de escombros: Flovimento del atrio, y las otras, de Isabel la Católica está ates.
en pedazos, se yerguen toda vía, poco después de las dos un fuer. rencia, el Rastro, el puente de tado de refugiados; señoritas te temblor deſtierra.
la Penitenciaría: como gigan no queriendo abdicar de su vi.
gilancia secular; las campanas, de la aristocracia, arrodilladas Al oirse la sirena anunciando tescos esqueletos se distinguen los adornos de las torres, la en la mitad del arroyo, se lala llegada del tren procedente las torres del inalámbrico, in.
soberbia bóveda sobre el altar van la cara sin el menor escrúde Guatemala, afluyen los cutactas en medio de las ruinas mayor; todo ha caído, por las pulo, sonriendo con tranquiliriosos a la estación: se va el que la rodean.
Débiles luces guían el tren. De puertas rotas se ve filtrar la dad, como de la cosa más matural del mundo. Los contrastren: poco a poco, como cansa.
claridad lunar que alumbra do del largo trayecto, se detie súbito se detiene: Guatemala.
tes de lo trágido a lo cómico ne el inmenso conroy, para dar Se baja en completa obscuridad, serenamente las pares de la son innumerables.
tiempo de contemplar un cua un silencio de muerte envuelve gran iglesia.
En el parque se ven campa.
dro del cual no se creía poder los pocos pasajeros que se han Continuará atrevido a entrar en el reino mentos de todo género; es tartener una repetición en nuesdel terror; la Estación es un de; las luces se apagan; reina el tros países tropicales.
vienen 000 refugiados, amori. ficio, centro de los ferrocarriles bre alguno pueda imaginar.
de la República, un pelotón de Los portalem, emporio de ele.
Abogado tonados en confuso hacina soldados dirige los pasajeros a gancias, donde se exhibían en Oficina: en su casa de habitación.
miento; amigos viejos no se re. la salida provisional estableci lujosas vidrieras las últimas. Negocios civiles y criminales. conocen; padres que buscan a da en la 10Avenida, y al salir creaciones de la moda, yacen Despacho todo el día. José Astúa Aguilar Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica.