LA ACCION SOCIAL Domingo 12 de mayo de 1918 a.
NOMICOS Una noche de Pascua bajo Nerón traición de Judas, el paseo trágico de en las cat: cumbas. su vez, el após.
Jesús al través de Jerusalén, el preto tol se levantó y dijo: os 25 céntimos por Una tarde de abril caía sobre la tricio Los esclavos que nos siguenrio de Anás y la casa de Caifás, mien as o bracción de ex Roguemos, hermanos mios: cinserción. No acepcampiña romana. La naturaleza asu y hasta las tumbas que nos encontra tras Pedro, humillado, se golpeaba el. Amén, respondieron los cristianos.
e cuatro inserciones. mía una serenidad y una gracia divi mos, tienen oídos.
pecho. Roguemos por los judíos, que no na. Allá abajo, muy lejos, el inmenso El noble caballero observaba atenEntonces el diácono evocó la ima han comprendido el advenimiento de primera clase vendo arco de las montañas sabinas cerraba tamente las sombras errantes en el cla. Rojas.
gen del pretorio imperial, las vacila: Mesías; por nuestros padres, que acael horizonte como un collar de prodi ro crepúsculo primaveral. El rostro ciones y los desfallecimientos de Pila: tan la vieja ley de Abraham, de MoiSosturera fina, se hace giosas amatistas que los rayos del sol del patricio de repente se animó de tos y el grito terrible de la multitud: sés y de David; porque los gentiles ijo que deseen pulido poniente bañaba en luz de oro y de emoción.
lidad de todos recibe púrpura. En la via Appia las tumbas. Crucificale. Crucificale! reciban la buena nueva; por el Empe Dirijámonos también al desierto, Lienda Azul. después la flagelación, la corona rador pagano, por Jerusalén y por consulares tenían un aspecto riente le dijo a su sobrino de espinas punzantes, el cetro de ca toda la posteridad de Adán. Rogad entre laureles. La brisa marina sacuA la entrada de un estrecho corre SES puede economiña, el girón de púrpura, y, en fin, to porque el Señor me perdone y por To, se hace cargo de día la nieve de los almendros y de los dor que se hundia profundamente ba.
da la cruel ironía de Israel parricida. vosotros mismos.
lase de ropa interior, cerezos y los blancos copos caían en jo la tierra, el patricio descendió de su era órdenes para su Escuchad decía el diácono el Amén! amén! amén! respondían lluvia perfumada sobre las frentes de cabalgadura.
testimonio de Juan el Bien Amado. los fieles.
mármol de los bustos alineados a lo Espérame aquí, Sextus, con mis Los verdugos lo saludaban con el sobre todo, rogad por ese hom 2: El lunes pasado largo de la avenida funeraria. servidores. Por larga que sea mi aunombre de Rey de los Judios y le bre gritó con ció de un mostrador voz de trueno el Aquí y allá, en las frondas y entre sencia, te prohibo dar un paso ade daban de bofetones. Entonces Pilatos pescador de Galilea volviéndose hacia esqu. na de la Sole.
las sombrias capas de los cipreses, po.
lante.
de plata, grabado en salió por segunda vez y les dijo: No el patricio, cuya toga estaba bordada Lin. El que de raco a poco se acallaba el concierto de Con paso tranquilo penetró en el reconozco en El ningún crimen de púrpura.
lificado.
los niños: largas filas de golondrinas, corredor subterráneo, guiado por los Al oir esas palabras, el noble roma Entonces, el discípulo de Emmaús venidas del lado de Nápoles, se posa extraños paseadores que lo precedian no se cubrió la faz con un pliegue de miró al extranjero, y tembloroso, acertado con buenas ban en la cima de los acueductos an al través de las tinieblas. Pronto per su toga e inclinó la cabeza casi hasta profirió un nombre que hizo estreme.
esores. Oficina frentiguos. Las torres, las cúpulas y los cibió el rumor vago de una multitud, las rodillas.
cer a la reunión. Muchas mujeres se albos baluartes de Roma, pareciau vi en el cual se distinguian cantos de vo Asi permaneció inmoble mucho desmayaron, y los niños se refugiaron brar bajo un velo de vapores lumino ces suplicantes, gritos de alegría y, de San Francisco de tiempo, hasta que lo sacó de su ensi con pavura en los brazos de sus cómoda, contra tem sos. Una dulce paz caſa del cielo so. vez en cuando, el timbre de un a cento mismamiento un canto de alegría. El madres.
lo muy barata, pero bre la tierra.
sonoro y paternal De repente vió Aleluya de Pascuas vibraba bajo las Poncio Pilato avanzó hacia el após.
En aquella hora, dos caballeros se muchas luces rojizas que alumbraban bóvedas de las catacumbas como las tol y habló en medio de un silencio encaminaban lentamente hacia Roma las paredes del subterráneo y puso el da por la Estación trompetas de cien arcángeles.
sepulcral. Afirmó el sincero deseo que ina se informará.
por la via Appia. Uno de ellos era un pie en el umbral de una sala ilumina Entonces, a un signo de Pedro, un había tenido de salvar al Nazareno; personaje de fisonomía grave y triste da por centenares de lámparas de arfiel se separó de la multitud y se colo. habló de la impotencia a que lo habían Culto Divino fabri.
y de edad ya avanzada. Su vestido y cilla y alfonbrada de jacintos y de jaz estilos MARIA có al lado del apóstol.
reducido, para arrancar a Jesús a la Lado Sur de Ca. su aspecto denunciaban a un patricio mines. Nadie notó la entrada del pa Habla dijo Pedro y da testi condena de la ley judaica, el furor de 370.
de alto rango, a un procónsul o a un tricio, excepto un hombre que, desde monio de la verdad.
pueblo y de la Sinagoga; hizo notar legado del Emperador más bien que un alto escabel, presidía la ceremonia quel hombre, que era uno de los que su deber comomagistrado roma.
TOVAR a un capitán. El otro, que era un jo y que parecía el maestro, el sacerdote discípulos de Emmaús, contó el glo no era prevenir una rebelión contra ben de apostura marcial, escoltaba con y el padre. Era Pedro, príncipe de los rioso encuentro con Jesús, resucitado Roma y confesó los remordimientos cierta familiaridad respetuosa al so. apóstoles y cabeza de la Iglesia. Al en un camino desierto de la Palestina. nefastos que desde entonces gravitaoficina del lemne magistrado.
ver al extranjero palideció y cerró los El maestro acompañaba a los pereban pesadamente sobre él.
BRENES Las arrugas que surcaban el rostro ojos, como para recogerse en un re No tienes para qué dar excusa, le de este último, el cansancio de la mi. cuerdo doloroso. Luego con un gesto, grinos, ligero como una visión, y ellos no lo reconocían.
respondió Pedro. Tú no eres aquí un. 75 vares rada y el pliegue amargo de la boca, imperioso, le mostró al imprevisto vi.
revelaban un gran sufrimiento interior, sitante un asiento vacío en medio de. Por qué estáis tan tristes? les acusado, pues, el Señor ha perdonado Central preguntó.
a sus verdugos. Antes bien, venimos quizá proveniente de un remordimien un grupo de obreros.
Los caminantes confesaron la causa a rogar por ti. He aquí que el misterio to que el tiempo había podido ate El patricio se sentó entre un bar.
de su tristeza, que era la muerte de de misericordia y de amor va a cumnuar pero no borrar.
quero del Tiber y un herrero del Es.
Jesús el Nazareno, de Jesús el plirse.
Cruz Cinco o seis esclavos a caballo se quilino.
gran Dos adolescentes presentaron al guían a los caballeros a respetuosa dis la augusta liturgia prosiguió.
profeta, a quien habían traicionado entista Hombres del pueblo y soldados, los sacerdotes y crucificado los roma tancia.
apóstol una cesta de panes. Él los nos.
bendijo y los repartió entre los fieles.
Botica Francesa Cuando alcanzaron a ver la Puerta damas de ilustre nombre en la histo Nosotros esperábamos dijeron De nuevo se oyó el Aleluya y la reuCapena, abierta en el baluarte secular:ria de Roma y esclavos, galos y sirios motocicleta Tio dijo el joven mirad toda escuchaban el relato de un joven diá que él rescataria a Israel, y he aquinión comenzó a dispersarse. Los cristianos pasaban al lado de Pilatos sin arca Excsel esa multitud que marcha al través de cono, el evangelio popular de la Pa que desde hace tres días hemos per7 de fuer la campiña, todas esas gentes que, sesión y de la Resurrección, el drama dido toda esperanza. Sin embargo, cólera, con cierta especie de respeto.
algunas mujeres que han ido a visitar No era el patricio, a pesar de su falta, automóvil, etc. paradas unas de otras, se dirigen ha sacrilego y el milagro triunfal que Pe uno de los más grandes testigos de la RMUDEZ cia el desierto, aquí a nuestra izquier su tumba, no han encontrado el cuer dro conmemoraba, en aquella noche da. No se diría que se conspira con primaveral, en el fondo de las cata: po y han visto a un angel que les dijo: Redención?
is de Pilatos salió con paso tranquilo de Ha resucitado.
tra Neron?
cumbas. El diácono recordaba las an. Cállate, aturdido replicó el pa las catacumbas embalsamadas. Sextus gustias del Huerto de las Olivas, la Nuestro compañero de peregrina 249 ción, que iba explicándonos las Escri y los esclavos lo esperaban en el sitio turas, consintió acompañarnos en que él las había dejado. Montó en hasta Emmaús, lugar en que debiamos su caballo y entró en su palacio de do El Año en la Mano. Almanaque enciclopédico de la vida práctica cenar. Ya en la mesa, bendijo el pan, Roma, sin responder una sola palabra En rústica 2, 00. En pasta 50 lo dividió y nos lo tepartió. Entonces a las preguntas de su sobrino, con le habitación.
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las pupilas llenas de tristeza, la boca En pasta 00 reconocimos al Salvador y nos pros.
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