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MUNDO FEMENINO Página Lunes 15 de Setiembre de 1947 PAGINA LITERARIA El miedo de Don Juan Vivencia Melancolía Cuenta Sevilla que Don Juan, un día.
entre un grupo de alegres camaradas, hablaba de mujeres olvidadas tras la última copa de la orgía. Nadie puede robarme el recuerdo. La tarde de agosto era cálida.
Pasó un bando de pájaros negros. La sutil hilandera teje su encaje oscuro con ansiedad extraña, con paciencia amorosa, Qué prodigio si fuera hecho de lino puro y fuera en vez de negra raña la araña, color rosa!
Creedme, por mi honor, Don Juan decía: No por ellas manchéis vuestras espadas, porque hallaréis, al fin tras sus miradas en vez de casto amor, vicio y falsia.
El viento cerró la ventana.
Le entregué, conmovido, unos versos.
Los tomo. Por qué lloras, hermana. Se quedó silenciosa, leyendo!
En un rincón del huerto, aromoso y sombrio.
la velluda hilandera teje su tela leve.
En ella sus diamantes suspendiera el rocío.
y la amaran la luna, el alba, el sol, la nieve Frente a frente a Don Juan, su madre anciana erguía a la sombra la cabeza cana envuelta toda en señorial recato, Amiga araña: hilo cual tú mi velo de oro, y en medio del silencio mis joyas elaboro Nos une, pues, la angustia de un idéntico afán cuando Don Juan quedó pálido y ciego, porque miró una lágrima de fuego temblar en las pestañas del retrato.
Ricardo Miro Ya el crepúsculo estaba muy cerca y me fuí, cual los pájaros negros.
El amor que se escribe con lágrimas nada tiene que ver con el tiempo. Mas pagan eu desvelo la luna y el rocío Dios sabe, amiga araña, qué hallaré por el mio!
Dios sabe, amiga araña, qué me darán!
Juana de Ibarbouru.
Bartolomé Muño? Buſartique.
Rubíes de Café Jacarandá en el Suelo Contraste Arbol la calle hoy ha amanecido.
Flor de piedra, las flores florecieron Al herirse, las ramas ofrecieron su sangre lila, jugo florecido.
El río el bosque, el valle, la montaña, todo se glorifica de color Las paredes se enjoyan de corolas; los paisajes se visten de ilusión.
Las flores ya nacieron presagiando sus muertes y el sepulcro preparado. Muertes de luz, de canto y de alilado sepulcro gris, su gris engalanado Hay un desbordamiento de lirismo en todo el mundo, en toda la creación Las aves están locas de canciones; ias ramas están locas de verdor.
El cielo es un poema de zafiro, la tierra es toda un himno de fervor.
Está el jaracandá tan canturreante que a pesar de callar dicelo todo que a pesar de morir, está radiante Diríase que la calle es arroyuelo Es mi ciudad, que canta de este modo: florenciendo, cuál árboles el suelo Natalio Hocsman en medio de esta fiesta de renuevos, y bajo esta vital resurrección, hay un rosal marchito desangrado que no florece ya: mi corazón.
Mary Morandeyra.
Antitesis El Cisne Perdiose la princesa cierto día y ya sentía un desconsuelo extraño cuando acertó pasar con su rebaño un pastorcillo y le ofreció su guía El lago es un cristal, cuando muy leve lo surca el cisne de sedeña pluma, que, a la distancia y entre un tul de bruma es como un copo trémulo de nieve.
Llevóla hasta el camino más cercano, le brindó su ración de pan y queso, y al despedirse de ella dióle un beso humildemente, en la divina mano.
Hunde en las aguas, arrogante y breve, su cuello blanco de elegancia suma; y deja un manto de bruñida espuma su pico rojo que en el fondo mueve. cuando la princesa blanca y pura, por la noche contaba su aventura entre risas de amables caballeros, el pastor, mientras de ella se acordaba. lloraba sin saber porque lloraba sobre el blanco vellón de sus corderos!
Ovidio Fernández Ríos Bajo el turquí, que revuelca en su luz pura fecundadores rayos cenitales los arbustos cilíndricos e iguales se agrupan en la loma y la llanura.
Góndola blanca es la noche bruma, jirón del día o esplendor de luna a quien los astros préstanle su halagor; Después. como agoreras Margaritas las corolas de nieve caen marchitas en la tarde de pompas carmesíes.
y al dar su cuerpo lánguido diseño parece ser la encarnación de un sueño que se esfumara en el azul del lago! al agostar las hojas sus guirnaldas, los racimos de verdes esmeraldas se truecan en collares de rubies El viento apenas su rumor murmura; aviva el sol las savias tropicales, y al expandir la vida sus raudales los ramajes de visten de blancura Jorge Bayona Posada.
Una Flor del Camino Baccara Lamentación del Hombre Solo La muerta resucitaba cuando a tu amor me asomo; la encuentro en tus miradas inmensas y tranquilas y en toda tú. Sois ambas parecidas como tu rostro, que dos veces se copia en mis pupilas ¡Cuán solo estoy entre tantos. Cuánto aisia tanta paz. dónde voy que no sienta mi hastío como un puñal?
En mi pena está libando la dicha de los demás y tiene eco de cadenas el son de mi libertad El silencio de mi vida hecho de ruidos está; del ardor de tanto vértigo, la fiebre de tanto afán, las cares que no me miran, el desdén de la ciudad las risas que no prodigo ilos besos que no me dan!
Es cierto, aquella amaba la noche radiosa y tú siempre en las albas tu sueño complaciste. Por eso era más lirio, por eso eras más rosa)
Es cierto, aquella hablába, tú vives silenciosa y aquella era más pálida; pero tu eres más triste.
Me arriesgué locamente colocando todo en la última carta. Que he perdido jugando al baccara el firmamento.
Pues. no me quejo. Acaso no he vivido. No tuye en aquel juego las estrellas más altas a mi alcance. No he gozado mirándome en sus ojos infinitos. No la tuve amorosa entre mis brazos. Nada me queda. es cierto. Nada queda. Todo. Todo lo tuvei. lo he perdido. Pero revivi un mundo de recuerdos en las plomizas tardes de su ausencia mientras se bebe mi chachimba lenta las cenicientas nubes de mis cielos. Qué solo entre tantos, gusanejo en el rosal!
Todo te busca y se abraza todo en uniones se va, parejas de mariposas hacen el aire nupcial; madres que llevan hijos en brazos, como un altar diáogos que se persiguien y cantando se hallarán; nidos que se están formando, logares formado ya.
Estoy, libre y solo; herido de soledad. dónde voy que no sienta ni hastío como un puñal?
Amado Nervo Doctor Manuel de Armas Pa Pcheco (Cubano) Ramírez Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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