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MUNDO FEMENINO LUNES 19 DE MARZO DE 1951 PAGINA TRES Página Literaria Conmemorativa a la Semana Santa VIERNES SANTO LA CRUCIFIXIÓN según San Juan jer, he El sol aún es ardiente y bueno y el surco, de la espera, resplandece; pero hoy no llenes el ansia de su seno, porque Jesús padece.
No remuevas la tierra. Deja, mansa, la mano en el arado; echa las mieses cuando ya nos devuevan la esperanza, que aún Jesús padece.
Ya sudo sangre bajo los olivos, y oyó al que lo negó tres veces.
Más, rebelde de amor, tiene aún latidos, iaún padece!
porque tú, labrador, siembras odiando, y yo tengo rencor cuando anochece, y un niño hoy va como un hombre llorando.
Jesús padece.
Está sobre madero todavía sed tremenda el labto le estremece iodio mi pan, mi estrofa y mi alegria porque Jesús padece!
Gabriela Mistral. REDENCIÓN Para don Luis Ferrero Acosta con toda cordialidad.
Aullando de gozo en desenfreno, la multitud al monte se encamina en busca de Jesús, el Nazareno, de mística mirada que facina.
Por asceta e insania le acusaron, difamandole así fué perseguido; Traicionado, por Judas lo encontraron postrado en oración. entristecido.
Corónanle de espinas, le asignan el Calvario cruel lomento sabiéndole inocente.
Dolorido. silencioso. solitario, resignado, así espera la muerte.
Caé: bajo el peso del madero los verdugos le azotan y escarnecen obligándolo a seguir por el sendero donde a raudales las heridas sangran.
Le despojan su ropa purpurina; con la furia de bestias indomables destrozando su came alabastrina envilecidas de pasiones insaciables.
Por el fiero cincel queda clavado a la cruz que sofoca su martirio; recia lanza taládrale el costado aligerando su postrer delirio.
Clarea el rayo, la serena faz contrita, el Gólgota a sus pies. cruenta agonía.
Sin aliento, sin vida, su mirada infinita refleja fulgurante luminaria que el cielo destelló. Así nos redimía.
Ana Zedy Caballero San Ramón Marzo 1951 Así que, entonces tomó Pilato a Jesús y le azotó. los soldados entretejieron de espinas una corona, y pusiéronla sobre su cabeza, y le vistieron de una ropa de grana; y decían. Salve, Rey de los Judios! y dábanle de bofetadas.
Entonces Pilato salió otra Vez fuera y dijoles: He aquí, os lo traigo fuera para que entendáis que ningún crimen hallo en él, salió Jesús fuera, llevando la corona de espinas y la ropa de grana. diceles Pilato: He aquí el hombre. como le vieron los principes de los sacerdotes, y los servidores dieron voces diciendo: Crucificale Crucificale. Diceles Pilato: Tomad.
le vosotros, y crucificadle porque yo no hallo en él erimen.
Respondiéndole los Judíos: Nos sotros tenemos ley, y según nuestra ley debe morir porque se hizo Hijo de Dios. como Pilato oyó esta palabra tuvo más miedo. entró otra vez en el pretorio y dijo a Jesús. De dónde eres tú? Más Jesús no le die respuesta.
Entonces diceles Pilato. mi no me hablas. No sabes que tengo potestad para crucificarte, y que tengo potestad para soltarte?
Respondió Jesús: Ninguna potestad tendrán contra mí si no te fuese dado de arriba: por tanto el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.
Desde entonces procuraba Pila.
to soltarle; más los Judios daban ve ces diciendo: Si a éste sueltas, no e res amigo de César: cualquiera que se hace rey César contradice.
Entonces Pilato, oyendo este dicho llevó fuera a Jesús y se sentó en el tribunal en el lugar que se dice Lithoestrotos y en hebrero Gabbatha. cra la vispera de la Pascua y como la hora de sexta. Entonces ai jo a los Judios he aquí vuestro rey.
Más ellos dieron voces: quita qui ta crucificale! Diceles Pilato: vuestro Rey he de crucificar Respondieron los pontifices: No tenemos rey sino a Cesar.
Así que entonces lo entregó a ellos para que fuese crucificado; tomaron a Jesús y le llevaron. llevando su cruz salió al jugar que se dice de la Calavera y estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, Maria mujer de Cleofás y Maria Magdalena. como vió Jesús a la madre y al discípulo que el amaba, que estaba presente, dice a su madre: Mujer, he ahí tu hijo.
Después dice al discipulo: He ahi tu madre. desde aquella hora el dis cipulo la recibió consigo. Después de esto, sabiendo Jesús que todas las cosas eran cumplidas para que la Escritura se cumpliese dijo: Sed tengo. estaba alli un vaso lleno de vinagre; entonces ellos hicieron una esponja de vinagre y rodeada de un hisopo, se le llegaron a la boca. como Jesus tomó el vinagre, dijo: Consumado es. habien do inclinado la cabeza dió el espíritu.
Entonces los Judios por cuanto era la víspera de la Pascua, para que los cuerpos no quedasen en la cruz en el sábado, pues era el gran dia del sábado, rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas y fuesen quitados vinieron los soldados, y quebraron las piernas al primero, y así mismo al otro que había sido crucificado con el.
Más cuando vinieron a Jesús, co mo le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas. Empero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y luego salió sangre y agua. el, que lo vio da testimonio y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también créais.
Porque estas cosas fueron hechas para que se cumpliese la Escritura: Hueso no quebrantaréis de él. también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.
Después de estas cosas, José do Arimatea, el cual era discipulo de Jesús, más secreto por miedo de los Judíos, rogó a Pilato que pudiera quitar el cuerpo de Jesús; y permtiosele Pilato. Entonces vino, y quitó el cuerpo de Jesús.
Tomaron pues el cuerpo de Jesús y envolviéronlo en lienzos con especias, como es costumbre de los Judíos sepultar. en aquel lugar donde había sido crucificado, había un huerto; y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aun no había sido puesto ninguno. Allí, pues, por causa de la víspera de la Pascua de los Judios, porque aquel sepulcro estaba cerca pusieron a Jesús. muchos de los Judíos leyeron este título porque el lugar donde estaba crucificado Jesús era cerca de la ciudad: y estaba escrito en hebreo, en griego y en latin, decían a Pilato los pontifices de los Judíos; no escribas, Rey de los Judíos: sino que el dijo: Rey soy de los Judios.
Respondió Pilato: lo que he escrito, he escrito. como los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos, e hicie ron cuatro partes (para cada soldado una parte. y la túnica, más la túnica era sin costura toda tejida desde arriba. dijeron entre ellos: No la partamos, sino echemos surtes sobre e lla, de quién será; para que se cum pliese la Escritura que dice: en hebreo, Gólgota. cat te er ayo. escribió también Pilato un titulo que puso encima de la cruz; y el escrito era: Jesús Nazareno, Rey de los Judios.
Partieron para sí mis vestidos y sobre mi vestidura echaron suertes. los soldados hicieron esto.
CRUZ CRISTO CRUCIFICADO ESPINA ¡Oh Cruz! tú me has abierto por los cuatro costados que el horizonte marca desde la tierra al cielo, la armonía, la pauta, el sentido y el vuelo, con que akora penetro los caminos soñados.
Quiero darte, Señor, sólo una rosa toda empapada en mística ternura: una rosa de extática hermosura, de abierta faz, enorme y candorosa.
No me mueve, mi Dios, para quererle el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, señor: muéveme al verle clavado en una cruz y escarnecido; muéveme ver tu cuerpo tan herido; muéveme tus afrentas y tu muerte. Cómo cai en tus brazos! El sollozo más hondo me arrancó de la angustia a la pura armonía.
Te has quedado grabado. Yo te siento en el fondo de mi ser que prolonga tu sabia simetría.
En tus cuatro costados he clavado mi alma.
El triángulo nunca me sostuvo serena.
Miro al norte o al sur y me anego en la calma.
Su inocencia será única cosa que te ofrezca mi fe, que hizo pura; para amarte, Señor, toda blancura es impuro matiz de tu alba hermosura.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera, que aunque no hubiera cielo, yo te amara, y aunque no hubiera infierno te temiera.
Una rosa no más que yo tuviera.
un amor infantil para quererte más que un rosal mundano lo prefieres.
Mientras este y oeste de dulzura me llena, ioh mi cruz, doble báculo, hoy ya nada me falta, y te sigo, te sigo, por la senda más alta!
No me tienes que dar porque te quiera. pues aunque lo que espero no esperara, lo mismo que te quiero te quisiera.
Más no tengo la rosa que quisiera, no me queda ya nada que ofrecerte: una espina, no más, isi Tú la quieres!
Fryda Schultz de Mantovani.
María Raquel Adler.
Santa Teresita de Jesús EL MILAGRO 10. la vió, unirse a la Las calles pululaban de gente. La De aspecto petulante, vestía con nes que encarnaban a las mujeres su rostro lloroso y el Mio sangrante había de todas clases, hombres, an elegancia, pero había en su rostro bíblicas. De pronto llegó la imagen por tus pecados.
cianos, jóvenes, mujeres y niños. huellas que acusaban al bebedor, al dela Virgen Dolorosa. Su corazón Oía aquellas palabras en el fon nos elegantes, con lujo principesco, tahur y al pervertido. en verdad lo se estrujó, pues aquel rostro de ma do de su corazón, en las reconditmodestos otros, pero bien vestidos era. Para él no había más Dios ni CUENTO: ROSALÍA DE SEGURA dre dolorida la. recordó su madre. ces de su alma, que empezaba a des y los había también haraposos e in ley que su placer. Hijo único de fa Siguió la imagen con la mirada an pertar. Siguió cabizbajo, triste y si mundos. Toda aquella heterogénea milia rica no hubo de desear nada, siosa, hasta que la vió, unirse a la lencioso las imágenes hasta la igle muchedumbre se mezclaba para a pero aunque criado en hogar mode juego manchó sus manos con la san fe que de niño le inculcaron, no te de Jesús, su hijo.
sia y al llegar a ella se arrodillo y cudir en masa a la procesión del lo evirtudes, el excesivo cariño de gre de otro tahur. Este bautismo nia ahora nada; más aún: se burla Olvidándose entonces de todos sus oro largo rato. Al levantarse, sus Viernes Santo.
sus padres torció su vida por el sen de sangre lo lanzó más al vicio. Aba de la piedad de su madre, se reía perversos pensamientos, abrió cam ojos estaban húmedos.
Eran pasadas las once de la ma dero del mal. Creyendo su padre que la muerte de su padre regresó al ho de sus craciones. Era un depravado. po entre el gentío y llegóse hasta El Domingo de Resurrección una ñana; la procesión venía de camino, la ociosidad en que vivía era el mo gar, mas si su madre creyó que ver Así que cuando ese Viernes San. la colocarse junto a la imagen de Je pareja entró al templo, El, nuestro las calles por donde habia de pasar tivo de sus malos portes, colocólo en dría reformando y a ser el consuelo muchedumtre lo detuvo cerrándole sús y clavando sus ojos, en El hombre, con el semblante triste, pen estaban repletas de gente y en el casa de su socio en importante posi de su desamparada vejez, se equi el paso, quedóse sin importarle la so sintió su cuerpo estremecerse. La sativo. Ella una viejecita de rostro sitio donde se simulaba el encuentro ción.
o vocó. Fué aquel hijo su cruz, su cal lemnidad del acto que iba a desarro mirada dulce, resignada, suplicante risueño, que miraba todo como desde Jesús con su madre, era tal la vario, su agonía.
llarse, satisfecho de sentirse estrujado del Nazareno, preso, azotado, coro lumbrada.
muchedumbre, que no se podía tran Fué un holgazán y un ladrón tam Inútiles eran los ruegos y las lá entre grupos de mujeres, la mayor nado de espinas, parecía decirle: Mi Al llegar frente a Jesús Resucitasitar. Por este motivo, quedó de bién. Alzóse con los fondos a su cui grimas de la anciana; el seguía la parte jóvenes y bonitas.
ra adonde me condujeron los pecado, ambos se arrodillaron y mientras tenido en su camino un hombre cu dado confiados y marchó a otro país pendiente del vicio. Su vida trans El cortejo se acercaba. Sus ojos de dos del mundo, los tuyos; mira el ella murmuraba extasiada: Gracias, ya edad no podría precisarse, pero dejando su nombre deshonrado. Po curría en las tabernas, los garitos gato en acecho chispeaban al con dolor de mi madre, que sufrió como Dios mío; bendito seas; él decía: que no pasaria de cuarenta años. co tiempo después en una riña por y los burdeles. De la piedad y lal templar las lindas y hermosas jóve sufre la tuya, por tu culpa. Mira Perdónános Señor nuestras deudas.
entender la forma Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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