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MUNDO FEMENINO SABADO 28 DE FEBRERO DE 1953 PAGINA TRES El Collar Desatado PAGINA PAGINA LITERARIA Rosas de Otoño Canción del optimista Mientras los astros brillan tras el cerúleo velo y hay en la brisa castos efluvios de mujer, dirige hacia los aires la fecha de tu anhelo. qué importa que no sepas a dónde va, a caer?
Antaño fragantes bordando mis sueños; hoy sobre la tumba de mustios empeños.
Rosas de mi huerto bañadas de sombra. qué temblantes labios sin cesar me nombran?
Rosas otoñales, novias del rocio, gemas de la tarde pálidas de hastío.
Pétalos de nácar, cáliz de amargura, foh las blancas rosas de mi desventura!
Si nuevas alegrías inundan tu morada, si flota en aureas ondas de luz tu corazón, si ya en tus trojes íntimas tu mies está dorada, envia a los luceros tu férvida canción.
Dadme la fragancia de los tiempos idos, mientras se difunden lentos los gemidos en las horas grises de los desengaños.
morena si conduces trigo, moreno dulce trigo por soles y por lluvias granado en tu heredad, y cruzas por la tierra de un sórdido enemigo, arrójalo en el surco. qué vale lo demás?
LA MONJA BLANCA Autora: Maria Petra Eleites Rodriguez lot mer surco La vida es esto: un acto supremo, simple, puro, una emoción, un impetu y un ansia de ideal; fantasmas que su sombra dibujan sobre el muro; ensueños que florecen, valor, amor leal.
Primer Premio y Flor Natural en los Juegos Florales regionales con motivo del Tercer Aniversario del nacimiento de Sor Juana Besar las manos fúnebres de temblorosa anciana; flotar entre las nieblas del ser y del no ser, húmedo por la noche de la ternura humana el verso en las praderas del sueño recoger.
La Gota de Ajenjo Adustos muros tiene el convento que al alma infiltra su lobreguez. con las sombras que besa el viento poemas teje en su pensamiento, la Monja Blanca. Sor Juana Inés. Por Julio Flores (Colombiano)
Cuando me rindo al peso del femenil reclamo y en mis ardientes noches el beso viene y va, yo, presintiendo un poco mis propias formas, amo, sin conocerlo, al hijo que Cintia me dará.
Cuando era niña decia a su madre allá en Nepantla donde nació. Madre: entre las flores y entre las aves en las estrellas y tempestades, y en los abismos. presiento a Dios sé que mi emoción, mi valor, mi energia en los actos dispersa, mi collar desatado, son al viento, en las pompas inútiles, del día, brillos de los luceros, aromas de las rosas. Dios en las nieves de los volcanes Dios en los mares, Dios en la luz.
Dios en mi alma fempla mi lira, y es mi espíritu el que suspira y amante lora junto a la Cruz.
En la sala anatómica y en las horas de clase sobre las planchas yerlas abría los cadáveres.
Fué siempre en medicina el peor estudiante.
Dejaba en las orgías su dinero y su sangre.
Mientras que en una choza su pobre y vieja madre, tiritaba de frío.
se moría de hambre. Un hijo del amor en mi amor engendrado!
Roto el hilo invisible, que sus manos piadosas dan a la tierra fértil mi cuerpo inanimado.
Porfirio Barba Jacob Sorprendia a todos la joven Juana que humilde y sola marchó a estudiar con la aurora que dormia en su alma, dominó ciencias y confundió a sabios que le negaban gloria inmortal. Amor de Madre Fué entre la corte de la virreyna la más hermosa dama de honor Eron sus manos dos azucenas, de azules ojos cual dos poemas como dos besos de amor En la sala anatómica y una vez en la clase, el profesor le dijo mostrándole un cadáver: ábrale usted el vientre.
Se acercó el estudiante clavó el largo cuchillo de aquel cuerpo en la carne, y al clavarlo dió un grito, dió un grito y cayó exánime, aquel cuerpo era el cuerpo de su olvidada madre.
Juan Nordase Cubano Una flor es esencia de la vida, una madre es el culto del amor, una esposa la dicha concebida, una hija un ensueño halagador.
Qué ignata pena heria su pecho. qué palpitaba en su corazón. algún misterio. algún despecho. Porque en la orden de San Jerónimo en el Convento se refugió. hasta su celda y por los pasillos con albo traje y desnudos pies Siguió bordando versos y prosas de suave esencia como las rosas La Musa blanca. Sor Juana Inés. Confesión Fantasía Alli enclaustrada, su pensamiento tocó la cumbre del universo En todas puso su sentimiento, en rimas todo su propio aliento y sus amores en sutil verso.
CMa no está esta noche; por eso estoy tan triste; por eso en lo más hondo me duele el corazón y en medio de la angustia mi pecho se resiste a ser un prisionero de la desolación.
Muy cerca del mar, a poca distancia, la montaña enorme que me queda frente simula un gran muerto tendido de espalda; es como un gigante que perdió la vida luchando con monstruos en una batalla. hasta las rudas toscas montañas vistió con galas de su ilusión. en el encaje de las mañanas robaba ariísticas filigranas, para incrustarlas en su oración La quiero pero en forma que da hasta la locura por buena y cariñosa, por sencilla y por leal.
porque supo con alma disipar mi amargura y alejó mi existencia del camino del mal.
Nada soy en el mundo; nada, nada me alegra si no tengo sus mimos y me falta su esencia y la noche en mi vida será siempre más negra si hay espcetros en ella que presagien su ausencia.
Vivir. ya más no pudo. era imposible el azul del cielo pedia otra estrella. queria su esencia de extraña flor.
y su blancura, la espuma bella.
su alma anhelaba el mismo Dios. Jirones de nubes lo cubren en parte sirviéndole acaso de blanca mortaja; no hay brisas que soplen su irsuta melena ni vientos ruidosos que turben la calma.
La tarde termina con semblante adusto como si del muerto triste lamentara; el único sirio que alumbra al coloso es el sol poniente de la tarde pálida.
Ella está en el murmullo de la alegre fontana que copió de su cuerpo su impoluta pureza y en la voz de la brisa que en la tibia mañana despeinó con ternura su adorable cabeza.
Entonces vino con el Otoño la muerte rubia. como el amor Celestes ángeles rimaron coro y en una aurora de azul y oro.
Sor Juana hermosa. dulce murió. Las olas se rompen sin hacer gran ruido sobre el catafalco de las rocas altas, formando lamentos o quejas confusas cual rezos gangosos de las viejas beatae.
Por qué vivir sin ella si la siento tan mia and non y yo se que la adoro como nunca soñé?
si sin ella no puedo yo sentir alegría y es la causa que encierra mi razón y mi fe, Hubo un suspiro en el universo huyó un incienso. verso y mujer Lo más excelsa filosofia raudo arco iris fantasia quien llevó en vida. Cruz y querer.
Ella alumbra mis pasos; ella está entre mi verso; es la fuente en que bebo mis momentos de calma.
y con Dios significa para mi el Universo y con Dios tiene sitio preferido en el alma.
Pero las monjas llorando, a solas, cuentan que el cuerpo. no apareció veces dicen que en una perla y entre sus manos la tiene Dios.
No hay olores gratos de mirras ni inciensos no se oyen los dobles de roncas campanas; hay como consigna de guardar silencio que es santo respeto guardado a las almas.
Ya el sol se ha apagado tras del horizonte y llega la sombra en horas que pasan, y entre las tinieblas aun se mira el monstruo como un gran difunto tendido de espalda, que fuera la noche su gran sepultura y el dombo impreciso del cielo, su lápida.
Pero no está esta noche y por eso me asiste una angustia terrible que a mi espíritu embarga.
y mi vida sin ella vai tornándose triste y semeja un fantasma esta noche tan larga: que escondida o en el perfume se halla en un verso de alguna flor. Gmo. Fernández Mora María Enriqueta Mac Neught Pedro Ujueta Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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