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Sábado 11 de abril de 1959 PAGINA CUATRO MUNDO FEMENINO SACRILEGIO NOVELA DE ROSALIA DE SEGURA DISFRUTE UD. DEL VERANO.
PERO DISFRUTE DE VERDAD!
Tomando PILSEN Recordó. como ya lo había hecho en la Frente a ellos, extendidos los brazos, abracapilla durante la ceremonia hasta el me zaba a sus padres, y, atrayendo las plateadas canor detalle de su suntuosa boda; luego, como bezas hacia ella, los besaba en la frente con fersangrante herida que de nuevo se abrlera, sufrió; vor y alegria sufrió y fue también dichosa, al revivir en su Don Alberto temeroso aún por la salud de su mente los pocos meses que en compañía de su hija, cariñosamente la sentó entre él y su espoesposo viviera. La tragedia ocurrida, con su ro Sa, rogándole se serenara.
sario de penas, puso de nuevo ante ella la maca Cuando sentada en medio de ellos estuvo, bra careta de su espantoso recuerdo díjoles Elena con tranquila voz. nada temáis, Sus anhelos rotos, sus esperanzas truncas, amados padres míos, pues por más espantoso que sus ilusiones muertas; todos fueron asomando haya sido lo que me ha sucedido, ahora me ensus caras desteñidas por el tiempo. Cada evoca cuentro bien. No sé qué extraña pesadilla he vición dejaba un nuevo en aquel maltra vido, ni qué pesado negro cortinaje envolvió mi tado corazón; mas hubo, uno entre todos, que al memoria; porque hay muchas, pero muchas cocontrario de aquellos, prendió nuevamente las es sas, que súbitamente olvidé; y ahora que me sienperanzas en aquella alma donde todo parecia ha to bien, tengo un ansla devoradora por saberlo ber muerto tocio. Oh, si, quiero saber muchas cosas. DecidElena recordó que de su desgraciado amor, me. Qué me pasó? Decidmelo todo una vida en capullo había quedado. Más ignora. Perdiste la razón hija mía, de modo tan vioba si la flor llegó a reventar. aquella esperan lento y cruel, que ni a tu mismo hijo conociste.
za que en los recientes días de la tragedia no bas. Qué amargos años hemos pasado. Cómo nos to para mitigar su pena, ni tuvo poder alguno desesperanzaba y afligia ver pasar el tiempo sin para secar un poco sus lágrimas, llenóla ahora que te curaras, dijo doña Carlota. Pero ¡oh Dios de tal ilusión, que casi llegó a olvidar por un mo bendito. continuó, gracias infinitas te doy, mento sus pasadas desdichas. Si mi hijo ha na porque al fin vuelvo a ver mi Elena de antes cido, pensaba, ya no estaré sola, pues el. se Tiernas lágrimas de gratitud se cuajaban en los guirá conmigo.
ojos de la anciana madre. Su hijo seguía diciéndose, la desgraciada Mi hijo. Has dicho tu hijo mamá? Es Elena, la continuación de su vida hecha carne cierto entonces que tengo un niño. Dónde escon mi propia sangre. Oh Fernando, Fernando, tá papacito? Ah, de seguro que ha muerto, ha si nuestro hijo ha nacido, y si vive, quizás olvi muerto, sí, porque no estaba con vosotros. de mi pobre corazón lo que es el dolor; te volve Las lágrimas le bañaban el rostro, y don Alré a creer cerca de mí, porque él serás tú. herto horrorizado ante la visión de aquella cara ¡Oh! por qué no sabia nada? Le había pesa llorosa como en pasados tiempos, se apresuró a do que tan bruscamente se apagara su memoria? decir abrazando a un mismo tiempo a Elena: En qué extraño y largo sueño había caído? no mi pequeña, no, tu hijo no ha muerto, pero ninguna de estas preguntas podia contestar. Pa no está con nosotros porque es un verdadero diara ninguna encontraba respuesta. De repente brillo, que escandalizando estaba en el convento apartó la mirada de la ventanilla del coche y pen por lo que hubo de llevárselo Elvia.
só sólo en sus amados padres. Qué envejecidos La viuda, agrandados los ojos de feliz sorlos encontró! La cabeza de su madre había blan presa, escuchaba a su padre embelesada. Luego queado; el Invierno, con su nivea cascada de pla exclamó. oh mi adorado pequeño, mi amor!
ta la cubría. su padre ya no era el arrogante Cuánta edad tiene papa? Me lo cuidarán bien?
anciano de erguido pecho, no. Sus espaldas se ha Quién dices que se lo llevó? Habladme, habladme bían encorvado bajo el peso de la desgracia; sólo de él por favor madre, suplicó.
sus expresivos ojos negros conservaban la mis Los padres sonrieron complacidos ante aquel ma mirada penetrante y viva que antes tenían. brusco despertar de madre.
En ellos, y en la dulcísima mirada de su No os ríais por favor, rogó Elena, apresura madre, leyó Elena todo el amor que por ella te al chofer papá, que tal vez el niño me necesite.
nian, conociendo también la angustiosa incerti. Nada de grandes preocupaciones, hija quedumbre que los dominaba. Al comprenderlo, el rida, dijo doña Carlota. Arturito está muy bien dolor le anudó la garganta, y un raudal de nueva cuidado por Elvia, y a estas horas ya debe de esternura hacia ellos, inundó su corazón.
tar acostado.
Parecíale como si de nuevo los volviera a Otro retazo del pasado apareció ante los ojos ver después de muchos años de ausencia. Emo de Elena. Elvia. la enfermera de Fernando, su cionada se arrojó en medio de los dos ancianos y compañera luego.
cubriéndolos de besos exclamó. ipapá, mi que Miró entonces sorprendida a su madre y prerido papacito, mi mamacita santa, mi buena ma guntóle. Elvia. aquella. Sí, la misma, condrecitaltestóle don Alberto; ha sido tu sombra, tu segunCERVEZA Traube PILSEN En sus paseos campestres, en sus tertulias familiares no hay nada tan reconfortante ni tan delicioso como tomar una PILSEN bien helada. TP 24 CIGARRILLOS EMU לה da madre durante esta larguísima enfermedad su pequeño, dominó sus pesares, y ya más nunca que has tenido.
se la vió llorar.
El coche se había detenido frente a la casa, Además, ahora disfrutaba a su lado, lo tenía. por un fugaz momento creyó Elena regresar El tomarlo en sus brazos cubriéndolo de besos, de un largo viaje. Pero no se detuvo a pensar en el pasarse las horas junto a él mirándose en sus nada, sino que, bajándose con presteza, entró co ojos, el placer de contemplar sus juega oyenrriendo en los jardines llamando a gritos a su hi dolo reír, el saberlo su hijo; llenó tan intensajo mente su vida que casi parecía que había olviLos jardineros y criados, bien poco se cuidadado todo.
ron de manifestar su asombro, y, algunos hasta Una nueva y grande pena tuvo al principio, pretendieron detenerla. Ella, subiendo la escali cuando el niño mostróse huraño con ella. Razón nata, penetró seguida por todos en la casa, y, para ello había, pues casi no la conocía, ya que atravesando el vestíbulo, siempre corriendo y lla por la enfermedad de la viuda, habíanlo alejado mando sin cesar a su hijo, se dirigió con ansie de su lado, dad febril al piso superior en donde ella recorda El chamaco pronto supo que Elena era su ba que estaban los dormitorios, madre, pero todo su cariño estaba puesto en sus Tras de la joven, venían también sus ancia abuelas y en Lilya. Mas como ésta ya no estaba, nos padres. Elena, hija mía, llamóla don Alber su ausencia hacía que el niño de su afecto se to, espera, a quién buscas?
sintiera huérfano. así fue que poco a poco Ele Arturito, papá, a mi hijo. Dónde está? na, con su grande y maternal ternura, llegó a gaYo quiero verlo, verlo y besarlo mucho, muchí narse el corazón de su hijito.
simo.
Una semana ya hace que ella pasea diaria No te exaltes querida, rogóle su madre. Lo mente con su pequeño, pero el niño todavía se verás, lo besarás y cuanto quieras, pero ten pa le revuelve y pide llorando volver donde su abueciencia, el niño no está aquí, sino en casa de su la. Cuando esto ha sucedido en la calle, la maabuela, la madre de Fernando.
dre precisada se ha visto a complacerlo para eviSi hija mía, mi pequeñita, no te impacientes tar escenas, porque Arturo es muy voluntarioso, trata de serenarte y te prometo llevarte hoy mis y como criado que ha sido por abuelas. es exmo donde tu suegra, para que conozcas a tu hijo, resivamente consentido y caprichoso. prometióle su padre.
Casi todos los días el paseo termina más así se hizo. Pasada la cena se encaminaron pronto de lo esperado, y el lloroso niño vuelve todos a casa de doña Julia, ya que el Dr. Laredo donde doña Julia, indiferente a los ruegos de su contentísimo se sumó al grupo.
madre.
Grande fue la emoción de la anciana al sa Esta al fin, decidió por un tácito acuerdo con ber la buena nueva, y sus brazos se abrieron pre don Alberto, pasearse con Arturo en los mismos surosos para recibir a Elena, la madre de su nie jardines y parques de su residencia, para que to. Después la llevó a la blanca alcoba donde el cuando le diera el berrinche no fuera el especniño dormía.
táculo en la calle, y así, obligarlo dulce, pero enér¡Oh poema de inocencia, de abandono infini gicamente, a permanecer en casa de Elena.
to es el sueño del niño. Es tan puro, tan pláci Por eso, la vemos pasearse con el niño en los do es el ambiente alrededor de su cuna, que nos jardines y bosques donde otros años tanto suparece sentir el aleteo acariciador de algún án friera. El pequeñito viste su blanco y largo tragel que estuviera junto a el!
je de marinero, con el garboso porte de un almiLa contemplación de un niño dormido, nos rante inglés, sin embargo se sienta de repente lleva a pensar en Dios, y adorar a este Artifice sobre la arena manifestando que no camina más.
Divino, manantial Inspirador de Amor.
La madre, cariñosa le ruega y le promete mil coElena se arrodillo frente a la blanca cuna y sas, pero el niño testarudo, contesta que de ahí tomó entre las de ella las gordezuelas manecitas no se mueve.
del niño, cubriéndolas de besos. veces pasaba Ven hijito, le suplica Elena, lleguemos hasuna de sus manos entre los negros, sedosos y en ta la fuente y nos divertiremos mucho dándoles sortijados cabellos de su hijito, y aunque temía miga a los peces y jugando con los cisnes.
despertarlo, con muchísimo cuidado se inclina. No y no contesta el terco chamaquito.
ba ante él y lo besaba también en su carita son La madre entristecida se arrodilló a su lado rosada.
y tomándole la carita entre sus manos le dijo con De súbito, ella escordió su rostro entre las voz temblante de ternura. Arturito mío, mi blancas sábanas del lecho y se oyeron de nuevo lindo pequeño, ven conmigo amor, quiéreme un los sollozos tanto tiempo contenidos. Lloraba de poquito No ves como sufre tu pobre mamita, por dicha o de dolor. No se sabía! Pero fuerza mayor qué tú no la quieres? Yo te quiero tanto, tanto; era que el asombroso parecido que Arturo tenía si yo soy tu mamá, tu mamita Arturo, tu triste con su padre, impresionara vivamente a Elena. mama Un rato, el necesario para desahogar su co Al terminar quebróse su voz en un sollozo razón, la dejaron llorar; mas luego, como no bas amargo y estrechó al pequeño entre sus brazos.
taran los ruegos de su madre y los de doña Ju El niño conmovido le dio un beso y luego lia para que de la alcoba sallera, fue amonestada otro. Los primeros que a ella espontáneamente por el Dr. Laredo que fingiéndose necesariamen daba; luego, sacando un pañuelo de su bolsillo te el bravo ante el temor de que una crisis arre secó las lágrimas de su madre con gesto de gran batara a ella de nuevo la salud, que pocas horas hombre y le dijo. está bien mamá, no llores no más hacia de recobrada.
mas que te voy a querer mucho y a ser muy Elena, temiendo que no la dejaran ver más a bueno contigo.
EMO CIGARETTES MEJOR PORQUE ES MAS FRESCO. Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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