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Página CUATRO MUNDO FEMENINO Lunes 19 de octubre de 1959 PAGINA LITERARIA Poema La mariposa El hombre es un favor en busca de algo.
Es un suceso blanco. Una persona con su millar de lunas y memoria, El hombre busca un teatro.
Persiguiendo el perfume de risueño retiro la vivaz mariposa por el monte revuela; y en los aires enciende sutilísima estela con sus elitros tenues de luciente zafiro.
LA PAGINA DE HOY Un repertorio azul. Una mañana el hombre es un color dentro de un árbol.
Es una soledad, Una camisa abierta hacia algún astro.
En la ronda versátil de su trémulo giro esclarece las grutas como azul lentejuela; y ad flotar en la lumbre que en los ámbitos riela, vibra el sol y en la brisa se difunde un suspiro.
El hombre es un ayer hecho de ratos.
Una cadencia débil, una orfandad de ruidos y milagros.
Al rumor de las lianas y al vaivén de las quinas, resplandece en la fronda de las altas colinas, polvoreando de plata la florida arboleda; El hombre anuda tiempo y llega tarde a la cita del agua con el mármol.
El hombre es un favor en busca de algo.
y gloriosa en el brillo de sus luces triunfales, sobre el limpio remanso de serenos cristales pasa, sin hacer sombra, con sus alas de seda.
MARIO PICADO UMANA JOSE EUSTASIO RIVERA Es nuestro deseo, el de tratar hasta donde sea posible, de ofrecerle al lector una selección de trabajos en prosa y en verso, libre de la exclusividad de una sola escuela, ten dencia o círculo. No se nos oculta que el mismo sub cons ciente nos inclina hacia ésta o aquélla manera, gusto o preferencia. No obstante, el objetivo que nos proponemos es el de hacerle llegar al público un ramillete literario escogido con el criterio más amplio.
Hemos pensado en presentar fragmentos en prosa así como obras de carácter poético recogidas de muy diversas fuentes y épocas y sin oponerle ningún prejuicio nuestro a esos escritos. No se persigue aquí satisfacer tan sólo el pro pio gusto: ante todo, el del lector de todas las clases socia: les, círculos y zonas.
También hemos creído necesario refrescar la memoria pe los costarricenses en el sentido de que recuerden la inmensa obra literaria que ya tiene Costa Rica: la ignorancia de nuestros propios valores es ya proverbial. Presentare mos, en cada página, a dos autores de nuestra nación junto a autores de todos los países del mundo.
Por otra parte, deseamos ofrecer al público trabajos que sean al propio tiempo que agradables por su aspecto artís tico, interesantes por su contenido doctrinal, científico o filosófico.
La abeja a.
a. Del Libro de las Horas)
La abeja es una gota de rocío temblando en una orgia de colores; lleva en sus alas el rumor del río y en su cuerpo el aroma de las flores.
Os digo adiós. Me llama la aventura agitando en el aire su promesa, marcho hacia el país de la sorpresa en donde un fruto de ilusión madura.
Adorna alborozada su atavío, en su inquieto trajín por los alcores, con el polen sutil que en el plantio es como una explosión de resplandores. un Capitán de un Navío Os digo adiós. El corazón apura el ritmo fervoroso de la empresa. por si el navegante no regresa, grabad en la memoria su figura. rumorosa, inquieta, volandera, como una gema de oro reluciente, por el jardin, el bosque o la pradera. Homme libre, toujours tu chériras la mer. Charles Baudelaire Yo sé que el mar y el tiempo van brotando los dolores, los sueños, los paisajes y hasta el perfil sonoro de los nombres.
la milagrosa abeja se diria, que es un gajo de sol resplandeciente millonario de miel y de ambrosia.
Sobre tu nave un plinto verde de algas marinas, de moluscos, de conchas, de esmeralda estelarcapitán de los vientos y de las golonarinas, fuiste condecorado por un golpe de mar. sé que un dia. En dónde, como, cuándo?
un sólo puerto acogerá los viajes y un sólo olvido abrigará a los hombres.
GONZALO DOBLES HUGO LINDO Por ti los litorales de frentes serpentinas desenrollan al paso de tu arado un cantar: Marinero, hombre libre que los mares declinas, dinos los radiogramas de tu estrella polar.
Buen marinero, hijo de los llantos del Norte, limón del mediodía, bandera de la corte espumosa del agua, cazador de sirenas, CABELLERA NEGRA Todos los litorales amarrados del mundo pedimos que nos lleves en el surco profundo de tu nave a la mar, rotas nuestras cadenas.
BOHEMIA Fragmento RAFAEL ALBERTI Oliveretto de Fermo Tus cabellos contienen todo un sueño de velámenes y arboladuras; contienen grandes mares cuyas olas me llevan hacia climas encantadores donde el espacio es más azul y más profundo, donde la atmósfera está perfumada por los frutos, por la piel humana.
En el océano de tu cabellera yo entreveo un puerto lle no de encantos melancólicos; de hombres vigorosos de todas las naciones; y navíos de todas las formas, diseñando sus finas arquitecturas complicadas sobre un cielo inmenso don de se expande el eterno calor.
En las caricias de tu cabellera encuentro las languide ces de largas horas pasadas sobre un diván en el camarote de un navío, mecido por el balanceo imperceptible del puer to, entre las flores y las bebidas refrescantes.
En la ardiente hoguera de tu cabellera respiro el olor del tabaco mezclado de opio y de azúcar; en la noche de tu cabellera veo resplandecer el infinito del azul tropical.
Fue valiente, fue hermoso, fue artista.
Inspiró amor, terror y respeto.
Aún hay bohemios; aún hay quien quiera ser bohe mio. el mote, que, en labios del burgués espeso y aco razonado de fariseismo, equivale a una descalificación, bien puede ser recogido y reivindicado por los muchachos entusiastas a cuya cabeza sube la savia que estalla en los primeras flores: a manera de aquel otro calificativo originariamente injurioso de los Gueux que, levantando del suelo por los flamencos de Guillermo de Orange, llegó a quedar como el nombre vibrante, pues, bohemios, y sean benevolentes para juzgarlos los rígidos secuaces del acreditado se.
ñor Al pie de la letra. Entiendan y perdonarán. Bohemio no es el que tiene voluntad enervada y la cabeza en desequilibrio, Bohemio es el que vive su juventud con un exceso de entusiasmo, que se le desborda del alma por las cosas bellas y las cosas raras y las acciones generosas, y con mucho de ese embrujamiento interior que, en tiempos de acción y de heroísmo, empujaba a las aventuras y las cruzadas; pero que, en tiempos de monótona prosa, sólo tiene salida en los simulacros de la imaginación, en las campañas incruentas del Arte.
JOSE ENRIQUE RODO En pintarle gladiando desnudo ilustró su pincel Tintoretto, Machiavelli nos narra su historia de asesino galante y discreto.
César Borgia to ahorcó en Sinigaglia. Dejó un cuadro, un puñal y un soneto.
CHARLES BAUDELAIRE MANUEL MACHADO Be Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio

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