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AÑO XII No. 376 Directora: EIDA GOMEZ Sábado 31 Octubre 1959 San José, Costa Rica Jefe Redacción: ALBERTO ROBLES FI Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa SIP Apartado: 4343 EDICION: PAGINAS Teléfono: 4650 MUNDO FEMENINO Por la libertad y la cultura en la unión de América.
Precio: 2. 00 suscrición Tu muerte amigo mío es el descanso eterno en el regazo de Dios Solos. Qué pena. Sombrías tañeron las campanas aquella tarde; y en mi corazón, un misterioso y revelador palpitar, con ritmo ascendente y tétrico, calábase hasta lo profundo de la entraña, anunciando también, con monótona tristeza y melancólica voz del más allá, que las frescas y duras olas del mar, bañaban tu cuerpo, insensible entonces con vaivén pausado de hamaca tropical porque fue tu noble y generoso corazón, herido por el padecimiento de la humanidad, quien como péndulo de reloj cansado, habíase detenido en su marcha progresiva; y no la angustia de la inmersión involuntaria, como se cree y se dijo No, no fue la tragedia. Es mentira. Fue la última comunión con Dios sin más testigos de tu filosófico pensamiento, que esos misteriosos seres que forman el Mar y el Cielo. Después. qué importa el después si ya no existe el alma en la materia. Desde el primer instante de tu pequeña angustia, habías partido para la región de los elegidos obedeciendo el llamado urgente de tu bondadoso señor, creador de la vida y la muerte, que iluminaba con la claridad de la blanca espuma del mar, tu mortaja misteriosa con que presto corrías en busca de él que con premura pasaba lista ese día dentro de sus bastos dominios y reclamaba el derecho de concederte la muerte por su sagrada y santa mano. Porque no hay cosa más bella e impenetrable dentro del misterio del mundo, que el amor, y la muerte en el mar a solas con el Supremo Hacedor, porque estamos ciertos de que morir, para quien muere en Jesucristo como tú amigo querido, es saltar en el bajel que aporta a las playas eternas; es dormirse entre los hombres al vaivén de las olas, y despertar entre dulces cánticos de Angeles celestiales, porque con la muerte se avanza en el ocaso de la existencia espiritual, que no muere realmente; en el logro de la santa paz con que en vida se ha soñado. Joaquín: tú la tienes ya.
QUIEN ERA JOAQUIN Con la súbita partida de Joaquín, un inmenso rebaño de enfermos ha quedado sin su pastor de la salud, perdidos entre la oscura marejada de los quebrantos corporales y del dolor por tan irreparable pérdida.
José Guzmán Ledezma, fue su nombre de pila. Nació en la Provincia de Heredia, el día de enero de 1901. Afortunada esa pintoresca y tranquila ciudad de Costa Rica, que como entonces, hoy conserva, con muy pocas variantes, su antiquísimo y arquitectónico tipo colonial, orgullo legitimo de los hidalgos y bravios españoles que fueron sus conquistadores. orgullo también de todas las generaciones pasadas y presentes, en don de han visto la luz del primer día, y las estrellas de la última noche, hijos fecundos de la patria, nuestra madre común, que han tenido sus nombres luminosos en la conciencia de la masa ciudadana, como don Cleto González Víquez, Luis Dobles Segreda, Joaquín Guzmán, y otros que se escapan a mi acongojada memoria. Bástenos saber, que aquéllos, como a éstos se les recuerda con el cariño de un pueblo sencillo pero culto por antonomasia, en donde sus bardos mejores como Aquileo Echeverria, han cantado a su uberrimo suelo, a los frondosos cafetos y a las mozas gallardas de ojos claros y senos eburneos.
Murió Joaquín, cuando el hombre, aunque de regreso, deja a su paso la herencia de la buena cosecha y el respeto hasta para la más humilde amapola y roja flor de los silvestres y soleados caminos de la vida; pues de los 58 años que gozó con su presencia Costa Rica. 23 los dedico con infinita ternura y desapego material, al ejercicio de la medicina homeopática en cuyas incansables luchas en bien de la humanidad, tuvo como compañera, pilar sólido en donde recostar sus congojas, y bálsamo para sus angustias de pobre mortal, a su dignísima y aman tísima esposa y amiga, doña Marta Viquez, de cuyo afecto y celoso cuido gozó por espacio de 24 floridos años que hoy parecen un sueño, cuando realmente se pueden considerar como un siglo. Tal es la obra de bien social llevada a la feliz realización.
Fue Joaquin, maestro de Novicios, de la orden de San Francisco de Asís, y hermano Terciario.
De San Francisco, hizo buenas las enseñanzas, de que en la vida no sirven, más que para ensoberbecer al alma, las cosas de la figuración terrenal. Amén de esas mismas enseñanzas Franciscanas. Marta, mujer virtuosa por mil titulos, ha seguido con mistica devoción el camino de Dios ocupando el simbólico rango de Vice Ministra Terciaria, como cosa efectiva para alcanzar desde la tierra el perdón de Nuestro Señor, para todos los mortales.
De este hogar bendito quedan cinco hijos, que es de esperarse, aun con los desmedidos afanes de nuestras mal encaminadas juventudes, han de seguir la senda de guirnaldas que han labrado para ellos sus padres, porque Marta y Joaquín, serán siempre faro guiador en las tempestades de la vida; y estarán siempre en el más vivo recuerdo que lleva consigo la bienandanza y el perdón al través del buen vivir.
Quedan también huérfanos y afligidos, 600 enfermos, que veían en Joaquín, la mano piadosa de Cristo como alivio para todos los pesares. Para estos humanos, Joaquín no ha muerto, porque a los pies de su última y tranquila morada, llegan a diario a contem plar su sueño y a regar con plegarias y lágrimas su blanca loza, pidiéndole por sus benditos males.
ANTE UNA TUMBA Eterna y tranquila morada. Blan ca casa, depositaria de tantas bondades; héteme aqui interrumpiendo el plácido descanso de mi amigo, a manera de hacerle saber, y desde lo más profundo de mi corazón, como le extrañan los quebrantos de mi poca salud, y la resultante de sus buenos consejos, pues en lo que a mi pensamiento toca, no es digno de saberse en él Joaquín. Amigo de siempre, de rodillas contemplo tu dulce y reparador sueño de las eternidades en tu blanca bóveda; y sin meditar, reflecciono simplemente, con una lágrima que no he querido verter, pero que no he tratado de contener, diciéndome que tú, viejo querido, no has muerto, sino como dijo el poeta triste, sim plemente te fuiste antes.
Perdona mi pobre sentir, tú mejor que todos, sabes que mi voluntad y salud deshechas por años y a lo largo de una eterna agonía, no dejan que me exprese con elegancia y sapiencia aun queriéndolo yo. Desde esta pausada agonía que es mi diario vivir, digote hasta siempre amigo, que inesperadamente te fuiste un día.
Don José Joaquín Guzmán Ledezma Alberto Robles.
AMOR MUERTE LO UNICO BELLO DEL MUNDO Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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