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Lunes de Setiembre de 1929 EL SOL Página Página Literaria de El Sol Los ojos de la Amada La mujer que espera.
Vida interior En la quietud del alma solariega me consagro a avivar el pensamiento, escanciando la miel para la vida en el cáliz de luz de los recuerdos.
Vida interior para morir por fuera, vendimia de los sueños, para adobar el mosto de las bodas de la núbil idea con el plectro.
Tal vivo yo, Un solitario gozoso del portento del dominio de mí. Por los boscajes animicos revuelo.
Con el rocío de la gracia joven baño las flores del jardín secreto, donde anuncia la alondra de mis años amaneceres nuevos.
Déjenme así las ansias señoriales, el dispendioso medro, En la augusta pobreza de mis torres caladas en el oro del silencio!
Los ojos de la Amada (Leyenda húngara) Cerca de ella nadie, en matan la voluntad con la mirada.
En una de las ventanas su derredor un gran silenEl dulce resplandor me hace inactivo: del Castillo está sentada la cio de muerte.
más quieto estoy que atándome las manos noble dama sola y muda, en Un segundo mensajero y, en el hondo fervor contemplativo, su espera, con las miradas aparece.
El caballo cae si vivo me parece que no vivo, muerto a sus pies y su rosperdido en los dos ojos soberanos.
fijas en el valle. Su hijo y su marido partieron valerotro anuncia noticia siniesMudo vengo a quedar del goce intenso: samente pala ir a Mohaiz tra Oh, noble dama le si entrar deseo en mí, no estoy conmingo; a defender el suelo de la dijo tu marido ha muerto todo soy pensamientos y no pienso, en el combate sangriento.
patria.
todo soy oración y no la digo.
Pálida está la luna que El corazón de la castellaO el tiempo se detiene, o yo estoy fuera de su grave dominio limitado: resplandece en el cielo: no na se siente oprimido como menos pálido está el rostro por un anillo de bierro y de si éste fuera mi término, muriera divinamente sin cambiar de estado.
de la solitaria castellana.
sus ojos extraviados brotan Oh, Dios del cielo, Dios de ardientes lágrimas. Almas ¡Oh mirar de la Amada, los combates. volverán heróicas, murmura. desque toda mi alma tienes encantada. Oh graciosa manera los que me son tan queridos? cansad en paz. La patria de echar el vago encantamiento afuera! mientras que ella está quería este sacrificio.
allí con la mirada inquieta Se sienta de nueuo en su EDUARDO MARQUINA y el corazón oprimido, llega silla solitaria, dirigiendo sus de la llanura de Mohaiz miradas al valle, esperondo un mensajero cubierto de con angustia, bien que no polvo y de sangre: Oh, no puede esperar ya ni a su hible madre, le dice, tu hijo, jo ni a su esposo.
el hijo que llevastes en tus (Traducción de. A, Pérez Bonalde) entrañas, ha muerto en el batalla se ha perdido dijocombate.
el enemigo es dueño del Todas las noches en mis tristes sueños. Se había consagrado campo a saludarme viene cariñosa a tu defensa. Oh, patria y entonces un impulso irresistible Desgraciada tú.
de amor, llorando, ante sus pies me arroja mía! exclamó la digna hún pobre Hungría. la llagara. Gloria a él, si ha nura de Mohaiz es tu seMe mira con intensa pesadumbre, triste moviendo su cabeza blonda, podido servirte utilmente. pulcro frío. y de sus ojos se desprenden lágrimas Así dijo ella al mismo El mensajero se aleja, la cual de una flor aljofaradas gotas.
tiempo que una lágrimo rocastellana ha quedado inmóY una dulce palabra me confía, dó por su mejilla.
vil en su asiento, inmóvil y y un ramo de ciprés me da la hermosa Volvió a sentarse a la con los ojos secos. ya no y me despierto y se disipa el ramo, ventana con el alma triste y tiene más que sufrir. el y expira la palabra en mi memoria.
la faz lívida.
dolor la ha matado. ENRIQUE HEINE AWADU o PEDRO IPUCHE En mis tristes sueños Un tercer mensajero: La Las nuevas Tablas de la Ley soment POETA: cuida de tí más aún que de tu obra; y púlete como si fueses un Verso.
Apolo no sólo hace la belleza, sino también es bello.
Acicala tu traje de elegancia sencilla como la toga de un patricio griego.
riete de la filosofía de los adrajos y del romanticismo de los enmarañados cabellos: y si gustas de que las mujeres te amen, ámate e ti mismo primero.
Sé artista antiguo, si te piace, en tu Obra; pero en tu vida aprende a ser hombre moderno: así los demás hombres te respetarán como ar Ofeo, porque los ignalarás en la Vida y los superarás en el pensamiento.
Naz que tu vida sea misteriosa: no hay nada més atractivo que el misterio; y, en sus compiicaciones, no aparezcas con la fatuidad de ser malo, ni con la debilidad de ser bueno.
Tu alma debe ser como una joya en el varonil estuche de tu cuerpo; y piensa, siente y quiere en ti mismo, sin gobernarte por el gusto de los plebeyos: las montañas esfán encogidas de hombros ante el que dirán de los truenos.
Lo que sueñes como poeta, realízalo como hombre; y así versificarás tu Vida y vivirás tu Verso.
Tres signos de tu raza marca en tu credo: sé soñador como el latino, como el germano prosundo profundo y como el sajón enérgico.
y yo te juro por los por los manes de Goethe y Leonardo y Petronio y Lucsecio, que hab, ás vivido tu Arte con una vida tan grande como el mundo y tan aterna como el tiempo.
JOSÉ SANTOS CHOCANO.
Las calles solas Razonare Amo las calles solas y arboladas, de aceras por la tarde penumbrosas, y familiares casas silenciosas como a santos misterios consagradas, Tras velados cristales tecatadas, son doncelias o jóvenes esposas leyendo versos o bordando resas.
las que a veces me miran extrañadas.
Se hacen lentos mis pasos, e imagino cuánto conviene a mi anhelar divino y al imprevisto día venturoso, en que en las calles verdes e infinitas, hallaré a la soñada de mis cuitas en un florido patio de reposo.
La razón cabe toda entera en la inmaginación, como una provincia en un territorio.
De la misma manera, la una no es más que parte de la otra. Razonar no es sino inmaginar con método, trazar rectas y ángulos y recovecos en la inmaginación. Razonar es bordar en esa tela, hacerse una casa en ese espacio.
De la primera nace la lógica: arma no siempre noble, moneda con la cual tratamos en el mundo de comprar la verdad. o de obscurecerla. De la segunda nace el celeste y terrible ensueño: ala y garra de espíritus, sabiduría de sabidurías, lobo de corazones. existe entre una y otra la diferencia que va de un pienado jardín a una selva virgen.
Andrés TERZAGA o EDMUNDO MONTAGNE Resurrección de huertos Oro Viejo El mayorazgo Luzco del mundo en la gentil pavana, bajo el racio tahali de mi tizona, una cruz escarlata que eslabona mi abolengo de estirpe castellana.
Llevo en los tombros ferreruelo grana; guío el mostacho a usanza borgofona, y mi blanca gorguera se almidona bajo mi crespa cabellera cana.
Tengo cien lanzas combatiendo en Flandes, mil siervos en la falda de Ips Andes, calderas y pendón, horca y cuchilio. Qué es un hombre sin mismo el ayer que el maideal? Nada, absolutamen fana.
te nada; cosa viva entregada El hombre sin ideal es a las eventualidades de los como el mendigo cojo que, seres extraños, y que de to puesto en medio del camino, do depende, menos de sí implora un día y otro la limisma; existencia que como mosna del pasajero. Todos el vegetal, no puede esco pasan, unos alegres, otros ger en la extensión de lo tristes, éstos despacio, aquecreado el lugar que más le llos velozmente, y él, sin gusta, y ha de vivir donde aspirar a seguirlos, ocúpase la casualidad quiso que bro tan sólo del cuarto que le tára, sin iniciativa, sin mo niegan o del desprecio que le dan. Todos van y vienen, vimiento, sin deseo ni temor de ir a ninguna parte; abajo, y él se queda siempre, cual para arriba, cual para ser ignorante de todos los pues ni tiene piernas para caminos que llevan a mejor andar, ni tampoco deseos de paraje, y para quien son ir más lejos.
iguales todos los días, y lo PEREZ GALDOS.
SY Al palor del lucero vespertinopor extraños decretos del arcanonos yimos en la angustia del camino y me tendiste con piedsd la mano. el rosal de candor que el Nazareno sembrara en mi sendero con carifio se puso a florecer. Me hiciste bueno, y hoy me siento inocente como un niño.
Has domado mis fieras rebeldías: hoy tengo mansedumbres de cordero.
Hay una fuga de melancolias y está nevando el triste limonero.
Con la casta dulzura de una hermana refrescaste el horror de mi fatiga.
Eres para mi sed una fontana y en mi desierto una palmera amiga.
Has sido una piadosa jardinera de mi jardin. Me diste tu falerno y serás una afable Primavera en las desolaciones de mi Invierno.
Hoy la misericordia de la luna consuela la penumbra de mis males y en esta estepa en que camino hay una resurrección de huertos y rosales.
CEIRO DAVILA un condado en la tierra montañesa, un fraile confesor de la Condesa, diez corceles, cien pajes y un castillo DE ALARCON Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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