Guardar

Página EL SOL Joe Sábado 21 de Setiembre de 1929 Página Literaria de El Sol LAS PEONIAS El enmascarado Ultima lumbre Versión de Sempau ¿PRESIENTES que más tarde cuando ya se precisa la gran visión del Térmíno, tu mente contristada va a hallar al fin el santo secreto de la risa. Qué eucontrarás el todo no teniendo ya nada. Que con la clara lente de tu humanidad sincera vas a estimar precioso lo menor de la vida y a calibrar las cosas ya muy de otra mane a, adivinando en todas la excelencia escondída?
Razonas bien: no hay dicha como no teder nada, como uo buscar nada, porque toda riqueza la llevamos nosotros en la veta ignorada que, al cavar de los años, a relvcir empieza.
Mineros excelentes son los años, famoso buzo el Tiempo, que a fuerza de zhondar en la mejor de las almas, tropieza con un ser misterioso; con el enmascarado sutil y silencioso, que, tras su negra máscara, sonríe en fu inlerior AMADO NERVO En las suaves pendientes se descogía la suntuosa alfombra de las peonías arborescentes en medio de aspérulas olorosas y crucianelas rosadas, del rosa ténue de la seda vieja, sembradas a modo de césped. Junto a nosotros las había aisladas, que nos tendían sus cálices rojos, negros, cobrizos. anaranjados, purpúreos. Otras, idealmente puras, ofrecían los más virginales matices del rosa y del blanco. Reunidas en ondeantes grupos, o solitaria al borde de la alameada, pensativas al pié de los árboles, enamoradas en torno a los quincunces, las peonías eran verdaderamente las hadas, las reinas milagrosas de aquel milagroso jardín.
Su brillante procesión subía a los oteros, a cuyo alrededor se levantan, se cruzan, se ontretejen las alamedas y las sendas frangeadas de pequeños boneteros argánteos y de aliguetres que forman setos vivos. En los espacios libres, peonías inimitables, que figuraban bolas en el extremo de los altos tallos desnudos, ocupaban cajas cuadradas. la cima se coronaba de matas espesas, de libres matorrales de la planta sagrada cuyo florecimiento, tan efímero en Europa, ocurre aquí durante todas las estaciones. a mí derecha, a mi izquierda, próximas a mí, o perdidas en la lejanía, divisé peonias, nada más que peonías y peonías DÉJAME oir tu pífano ssnoro, rástico labrador de la alquería, mientras veo en la vaga lejanía fictar lampo de escarlata y oro.
Cantan los vientos en solemne coro su vibranter errabunda melodía, y dice adiós el moribundo día en la arboleda el pájaro canoro, Pláceme ver 12 gloria del ocaso cuando la noche, con doliente calma, va desplegando su cendal de rasoCuando la última luz apenas arde y llora en lo recóndito de mi alma la profunda tristeza de la tarde.
CRISTA El fantasma blanco PETTID2900 ISO STOSO PAN POTT eraman pereleri No tiene apelido. través de malezas por secreto camino que se pierde en un fondo de robles florecientes, se desliza el caprípede de los ojos ardientes, de las Pesnudas ninfas perseguidor divino, Es bulce oír st suave murmurio campesino que a mediodía sube de ins ignotas fuentes cuando el sol victorioso de nubes inminentes lanza en la móvil noche su dardo purpurino.
Una ninfa. extravíase y detiénese. Nota las lágrimas del día que liueveu gota a gota sobre el muzgo. Deléitese su joven corazón.
Pero da el Dios astado un brinco vigoroso, ráptala, el aire hiere con su grito burlón, desparece. las selvas recobran el reposo.
II No puede el valle agreste batir la mar Euxima.
Un negro laurel sombra sobre el estanque trama y la ninfa que ríe colgada de uña rama in con tímido pie roza el agua cristalina.
Sumergen sus hermanas al son de la bocina sus desnudeces púdicas bajo la argénfea lama y emergen de la espuma que el fresco césped ama.
un muslo, un torso, alguna garganta alabastrina.
Reina an divino javilo del bosqne en la penumbra.
El mirar de dos ojos malévolos alumbra la verde fronda súbito. El sátiro. Despuebla las apacibles aguas su impúdico registro.
Así, si el cuervo siérnese del río entre la niebla, dispersanse asustados los cisnes de Caystro.
JOSÉ MARÍA DE HEREDIA Esto es lo que muchas madres comprueban con la quietud en sus hijos. Con frecuencia, ellas agravar el mal dándoles una infinidad de cosas que no les sirvea de nada y les estropean el estómago.
Pruebe Vd. el horn OTO 2000 En una serena tarde de canto fábula con que aparece en la novela de Salomé Jil; y amaranto, recostado en el árbol que sombrea las ruinas del pala que en vez de llorar eternamencio de doña Beatriz de la Cueva, te al hermoso y arrogante don en Ciudad Vieja, evoqué los días Pedro de Portocaraero, se casasonoros de la Conquista, y toda ra, com cualquiera rica hembre la terrible epopeya lejana, y la o humilde mozuela del suburbio, brillante figura del siniestro y con el enteco don Francisco de bello Tonatiuh, ebrio de oro y la Cueva, licenciado y mediocre.
de sangre.¿Eran de graciosa aposQué de sombras heróicas o tura doña Inés y doña Anica, medio hermanas de doña Leoprestigiosas, impregnadas de la soñadora poesía de las edades nor, y que perecieron en la pretéritas, encendidas, encendiinundación de 1541. cual das con el cárdeno fulgor de las de esas hijas amaba más el fiero catástrofes, en la trágica apoteo Adelantado. la bizarra sis del amor y de la muerte, Algura del audaz aventurero, surgieron en mi cerebro, enme prestigioso como un Borgia, aldio de los imponentes escombros zábase sobre todos los episodios sagrados!
de la Conquista, con sus cabeAglomerábanse las remotas re llos de oro, su fuerte espada, y membranzas en mi fantasía, en sus ojos fríos y crueles.
increible desorden cronológico, Parado sobre un arco trunco saltando épocas y confundiendo de la antigua catedral, en el los nombres y los acontecimien campanario de San Francisco, o tos Escenas de la Colonia y an sobre los majestuosos escombros teriores a la colonia, actos de del templo de la Concepción nuestros proceres y episodios de icuántas veces mi fantasía, con la segunda mitad del siglo XIX el pavor del águila en la torpáginas del Popol Vuh y de la menta, no revoló hacia el remoReseña de Milla, revolvíanse en to pasado, pleno de recuerdos mi cabeza en esas horas de me caballerescos y de actos sanditaciones y evocaciones. grientos y brutales! El horrible. Oía, a lo lejos, el triste martirio de los indígenas; las son de las chirimías y atabales; tribus arrasadas por las implay recordé la pomposa procesión cables ordas cestellanas; el fladel 22 de noviembre en el Paseo mear de las banderas y el ruido de Santa Cecilia, formada por de los tambores; el vo cán homilinajudos personajes y flamantes cida arrojando de su seno sus cuerpos militares. Veía los ga líquidas trombas oceánicas enllardos penachos y los paramen tre pavorosos estruendos; las tos de oro de los corceles mon eternas intaigas de amor en la tados por los gentiles dragones real corte de don Pedro; todo provinciales. y el gráfico es desfilaba ante mi espíritu absorpectáculo de las corridas de to to en las grandiosas evocaciones tos, en que las bellas damas ludel antaño.
cían sus mantillas blancas y sus ¡Cuánta gloria. Cuánta sanclaveles rojos.
gre. ahora todo yace en. Lamentaba que la hija taciturnas ruinas. Pero en de la princesa Luisa, la encanestas ruines icuanta enseñanza tadora doña Leonor en cuya y qué fastuoso tesoro para la sangre mezclábase la osadía del Poesía y para la Historia!
hispano con la fuerte gracia del indio no tuviera el intenso enFROYLÁN TURCIOS Thotte ot del Dr. Wander: los cisne 12 El Jemalt posee las excelentes propiedades fortif cantes del aceite de higado de bacalao de antigu reputación, pero sin el gusto desagradable. Al con trario: el Jemalt es para los niños una verdadert golosina y los estómagos más delicados lo soportada sin la menor dificultad Véase uno de tantos testhonios que reci bimos continuamente: Hemos dado el Jemalt, durante varios meses, o nuestro hijo de cinco años, que no tenia el apetito necesario para su edad, siendo por esto su desa lo rrollo deficiente. Al poco tiempo hemos comprobado la en él un apetito mucho mayor, especialmente, da pronunciado por las legumbres y an mejor desa e rrollo de los risculos, lo que nos animó a con lo tinuar lo cura de Jemalt.
En mi calidad de director de internado, no dejar de hacer conocer esta precioso crocriencto a los padres de mis aluronos Siga Vd. este buc cool, DE VENTA EN TODAS LAS BOTICAS DEL PAIS Ilusión marina EL ESPEJO Sobre la limpia arena, en el tartesio llano por donde acaba España y sigue cl mar, hay dos hombres que apoyan la caqeza en la mano; uno duerme y el otro parace medltar.
El uno, en la mañana de tibia primavera, junto a la mar tranquila, ha puesto entre sus ojos y el mar que reverbera, los párpados, que borran el mar en la pupila se ha dormido y sueña con el pastor Proteo que sabe los rebaños del marino guardar; y sueña que le llaman las hijas de Nereo, y ha oído los caballos de Poseidón hablar.
El o. ro mira al agua. Su pensamiento flota, hijo del mar, navega. o se pone a volar.
Su pensam! ento tiene un vuelo de gaviota, que ha visto un pez de plata en el agua saltar. piensa: Es esta vida una ilusión marina de un pescador que un día ya no puede pescar.
El soñador ha visto que la mar se ilumina, y sueña que es la muerte una ilusión del mar.
Home Vd el favor de enviare banco y grade na muestra de JEMALT.
Nombre: Calle: Localidad con Versión de Eusebio Heras Un hombre espantoso entra y se mira en el espejo. Por qué se mira usted, si no ha de poder verse sino disgusto?
El espantoso sér me responde. Caballero: sehún los inmortales principios del 89 todos los hombres son iguales en derechos; luego poseo el de mirarme, con gusto o con disgusto, eso no atañe más que a mi conciencia.
En nombre del buen sentido, yo tenía induóablemente razi Pero, desde el punto de vista de la ley, él no era culpa: ble.
CARLOS BAUDFLAIRE Sin el sabor desagradable. ni la forma oleosa del aceite de higado de bacala ANTONIO MACHADO JUU UUU UU UUUUUU WUUU UU WWWW Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

    Spain
    Notas

    Este documento no posee notas.