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Lo del 28 de Abril y Apesar del tiempo transcurrido desde do ellos se habían avenido. Unos y otros me campos políticos, aun sin premeditación, aun que era mi amigo intimo. Como no la acep.
abril de 1914, el señor Yglesias no recobra la pidieron que les diera garantías efectivas de por combustión espontánea fuera de todo tara, se nos dijo, a mi hermano y a mí, que clara visión de las cosas. Sigue aferrado en que se respetaría la decisión que, en uso de control. La situación parecía como hecha nos pesaría porque ellos harían Presidente a sus trece; nadie lo saca de que si no es Pre su poder soberano como mayoría del Congre, adrede para trastornos; y los movimientos don Rafael. El señor Castro Quesada al renun.
sidente es porque se lo estorbé yo. Lo de so que eran, habían tomado y que harían pú que se percibían indicaban a las claras que ciar la Secretaría de Relaciones Exteriores siempre; tienen ojos y no ven. No, no es Pre blica en la sesión oficial del Congreso, dos navegábamos con mucha mar de fondo. Todo me dijo, en estas u otras palabras. Me voy sidente porque no tenía votos en el Congreso días después; y yo, siguiendo el precedente era perplejidades y ocasión de audacias. Es porque nos vamos con don Rafael. Los depara serlo; no es Presidente porque siéndole que se estableció en noviembre de 1889 en fa. difícil que un Presidente se halle en lo fu jé irse, porque la posibilidad de la presidennecesario el contingente de los fernandistas, vor de don José Rodriguez; que se obser. turo en una situación más azarosa. Tenía cia del señor Yglesias ni me asustaba ni poese contingente le falto; no es Presidente vó asimismo, cuando mi candidatura salió que conservar el orden sin partido en que día ser razón para que me desviara mi porque ni siquiera estuvo nunca en lance de triunfante en 1909; y que desgraciadamente sustentarme, y mal podía tenerlo no habien camino derecho.
asir la Presidencia.
no se respetó en 1902; y cumpliendo en favor do sido instrumento de ninguno. Mayor era, Tuve en seguida otra oportunidad de Tal vez en la segunda quincena de di del Sr. González lo que había prometido al pues, la necesidad de prevenir el comienzo de, segar en cierne las esperanzas del señor ciembre de 1913, los fernandistas, en el ata doctor Durán, en diciembre de 1913, cuando posibles desmanes. Por eso procedí con pres. Yglesias. No aceptaba él el sesgo de la desigrantamiento del descalabro de las elecciones, parecía que el tenía gañada la partida, y lo teza, en cuanto alboreó el nuevo régimen natura. La razón no hay para qué expresarpor despecho, por salvar del naufragio sus que también ofrecí, por medio del señor Bo legal, a cerrar todos los atajos por donde la. Se ocurrió entonces el arbitrio de la repagarés endosados, por compartir aunquerrás, al señor Yglesias, cuando los civilistas podían despeñarse las violencias y las locu nuncia del señor Fernández, y a que el Confuera en situación subordinada y en pequeña daban por cierta la victoria de su candidato, ras de los hombres. Si habiéndome cruzado greso eligiera entre el doctor Durán y el parte las ventajas del poder, se resignaron a no tuve inconveniente, una vez que me cer. de brazos hubiera habido trastornos y una señor Yglesias. Mas para proceder en esos poner. os hombros para que sobre ellos su cioré de que el Sr. González tenía asegurada elección viciada por la fuerza, habría tenido, términos, la elección no era una simple elecbiera el señor Yglesias; pero ese aturdi la mayoría de los votos necesarios para su que reprimir el desorden y que asumir una ción, sino que implicaba un acto legislativo, miento pronto les pasó; y en cuanto volvieron elección, en poner la fuerza pública en con: dictadura, más o menos larga, pero no con que sentaba una nueva regla de derecho en sí hicieron sus cuentas y vieron que la sonancia con la voluntad libre y deliberada templada por la Constitución, y con el incon constitucional, la de que cuando uno de los suerte la tenían en sus manos. No necesita de tal mayoría. Yo no amasé esa voluntad; veniente de que entonces con más visos de candidatos que habían obtenido mayor núban tener ojos de lince para saber que los me limité a respetarla. Los cambios milita verdad que ahora se me hubiera achacado mero de sufragios populares se quitaba de duranistas habrían de aceptar toda solución res no precedieron sino que siguieron a la que atropellándolo todo había deshecho al en medio, por su voluntad, entraba a ocupar menos la de que don Rafael fuera Presidente, expresión de esa voluntad; y se verificaron Presidente legítimo y hecho uno nuevo a mi el lugar vacío el tercer candidato popular; pues el sentimiento de venganza tendría que para que ésta se cumpliera, como era debido. sabor y contento.
y tratándose así de legislar, era necesaria mi endulzarles cualquier trago por amargo que Es sencillamente absurdo pretender que los Prometí libertad electoral, y los costa intervención de Presidente de la República.
fuera. Votarían por el señor Oreamuno; y si votos emitidos en la sesión aparatosa del rricenses ni han tenido ni tendrán una ma Pude, pues, en aquel momento oponerme a no, por el señor Castro Quesada, o el señor Congreso por los diputados del convenio yor. Prometí que sería Presidente aquel a la declaración o interpretación que se propoGonzález Rucavado, o don Alfredo González; González Durán, obedecieron a los cambios quien designara la mayoría del Congreso; y nía; y de ese modo, sin estrépito, sacar al y, en último caso, por don Máximo mismo. de oficialidad.
puse mi voluntad y la fuerza pública bajo la señor Yglesias de la pista de la carrera preLa breva madura se cae por sí sola, necesa. Qué razón ni qué sospecha hay para voluntad de esa mayoría, voluntad que se sidencial; y sin embargo no lo hice. Con todo riamente. No hay sino esperar. Así también presumir siquiera que uno de los diputados creó y se produjo sin el concurso de la mía. y que juzgué inconveniente, en teoría, y más los votos, duranistas tenían que caer; para del convenio mudó de resolución entre el 28 No me movieron ni amistades, ni odios, que que dudosa en derecho la interpretación, me éste o aquel republicano, pero caerían. Los de abril y el 19 de mayo? Si no se puede no tengo; ni ventajas personales. No hice abstuve de objetarla por no dar pretexto a los fernandistas lo percibieron bien y espera apuntar razón ni sospecha, si humanamente pactos escritos o verbales con el señor Gor. civilistas para que dijeran que, abusando del ron; y aunque decían a cuantos querían oírlos no se concibe que en asunto tan grave y me. zález. Cuanto le pedí fué que a los milita poder, dañaba a mi adversario político. Si que la suerte estaba echada, y que tenían ditado cupieran cambios de opinión, en tan res en quienes él, sin razón, no quería depo mis propósitos hubieran sido esos, aunque que votar por el señor Yglesias, manterían pequeño intervalo, conversiones súbitas a lo sitar su confianza, proporcionara puestos, ya muy corto de alcances no lo soy tanto para entreabierta una puerta de escape y de po San Pablo, tengo perfecto derecho para afir que no en las guarniciones, en servicios ad haber dejado irse las oportunidades dichas sible avenimiento con los duranistas. par mar que las altas y bajas de los cuarteles no ministrativos, pues lo merecían por su com de descartar al señor Yglesias, y para haber tir de enero, tal vez antes, dor Rafael no fué tuvieron la más mínima influencia en la vota portamiento, muy superior al de las otras confiado, el logro de mis designios a los aza.
sino una caña de pescar en manos de los fer ción del primero de mayo, que tenía que ser clases políticas del país. Después se me res del último momento. Si el señor Yglesias nandistas. Don Rafaei no lo vió, pero cuantos decidida por el bloque sólido de diputados ofreció la legación de Washington; la rehusé hubiera tenido votos, Presidente habría sido.
desde lejos seguísmos los sucesos sí lo veía del convenio González Durán. Entregados para que nadie sospechara que era medro de Para su propia disculpa, para su renombre mos claro, clarísimo. El acuerdo de duranis aquellos representantes a sus propios im mi acto del 28 de abril. Recomende una vez en las Repúblicas hermanas, para su presti.
tas y fernandistas tenía, pues, que venir y pulsos y querer, con o sin los cambios, sus a don Dámaso Centeno, en la Secretaría de gio entre sus partidarios, claro es que es vino. Es verdad que no para don Máximo, votos se habrían depositado en el mismo Fomento; allí pagué, según contrato ante muy propicia la actitud que asume de nuevo sino en favor de uno de sus lugartenientes; sentido. Eso sí, entregados a sus propios rior, con madera, una deuda de seiscientos Prometeo, encadenado a la roca, por el poder pero la diferencia no hace al caso.
impulsos y querer. No habría sido el resul colones por material de desechos de hierro; orgulloso e incontrastable de Júpiter. Esa Siendo los hechos tan lisos y llanos para tado igual si hubiera habido diputados se. por carta al señor Presidente recomendé postura es trágica y hermosa, pero es falsa.
qué se empeña el señor Yglesias buscar cuestrados, o suprimidos o amenazados, o si otra vez a don Tobías Delgado, y en otra Aquí no hubo ni Prometeo ni Júpiter. Las un Dens ex machica y en atribuirme el mila sus votos hubieran sido dados bajo la presión ocasión la solicitud de un civilista; y si a es causas de su derrota fueron bien simples y gro? No había necesidad de golpe de Esta de motines de las calles, o de una turba adue to se agrega el cambio de actos de cortesía prosaicas: fracasó porque los duranistas no do para que los fernandistas votaran según ñada del recinto del Congreso, a usanza de social, quedan hechas las cuentas completas lo perdonaron y porque los fernandistas o sus intereses y deseos. Golpe de Estado no las sesiones de la Convención, durante la Re. de mis relaciones con el señor González. un grupo de ellos, o no entraron en su red o se comprende sin voluntades que se domeñan; volución Francesa.
Resta por examinar el otro móvil, el del ren se escaparon a través de las mallas. Por mi y yo pregunto ¿qué voluntad avasalle? Con Supongo que el señor Yglesias no me cor. Por qué lo había de tener contra el parte, ni puse ni quité rey; ni siquiera preningún diputado, que no fuera mi hermano, hará cargo a la faz del país de que debí ha señor Yglesias? Diferencias de tempera sencié la contienda como el escadero de Don crucé una sola palabra sobre el problema pre ber sido pasivo ante la inminencia de esos mento y de opiniones políticas no pueden ser Pedro. Cuando los diputados llegaron a mi sidencial. ninguno coaccioré ni amedrenté; riesgos, ni pretenderá que si tales desafueros causa de odios; y si la envidia, el rencor o el casa en solicitud de garantías, su venida ni siquiera hice sugestiones ni insinuaciones.
se hubieran realizado habría debido tener yo odio hubieran engendrado mi proceder del 28 misma significaba que ya la candidatura del nadie escribí o mandé recados. Si los di por buena la elección. Dada la incertidumbre de abril. no habría esperado tanto para ce señor Yglesias pertenecía a la condición de putados duranistas y fernandistas se enten política que reinaba, los intereses en juego, rrar el camino al señor Yglesias. En la se las cosas idas. No había más cosa que hacer dieron para votar por el señor González lo lo caldeado de los ánimos, la atmósfera de gunda semana de diciembre de 1913 los fer que sentar la partida de defunción.
hicieron entre ellos sin la menor intervención pasión exacerbada en que se vivía, el incen nandistas ne propusieron la combinación de de mi parte. Mi intervención comenzó cuan dio podía producirse en cualquiera de los hacer Presidente a don Nicolás Oreamuno, Ricardo Jiménez y Imprenta Alsina, San José Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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