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Página cuatro EL IMPARCIAL San Jose, de julio de 1916.
Olga Solórzano El Imparcial Que guarda su ataúd. LA ILUSION Un gesto de desdén!
La última carta de Djenana de Al partir de Inglaterra miraCanto de la sangre LOS LUNES (Orla Fúnebre)
Sangre de Abel. Clarín de las batallas.
Luchas fraternales: estruendos, horrores. Ah! ya se oscurecieron para siempre flotan las banderas, hierer: las metrallas, EDE Sus negros ojos de mirar tranquilo, y visten la púrpura los emperadores.
Rompió la parca de su vida el hilo Indiferente y cruel Sangre de Cristo, el órgano sonoro.
La viña celeste da el celeste vino: 00 Del sudario la nítida blancura y en el labio sacro del cáliz de oro del altar, la blanca Eucaristína las almas se abrevan del vino divino. la pureza, comparar podría, Sangre de los martirios. El salterio.
Hogueras, leones, palmas vencedoras: Innobles, vertos, en ansiosa pena.
los heraldos rojos con que del misterio Sus rojos labios que envidió la grana, vienen precedidas las grandes auroras.
Tuvieron, al cerrarse esta mañana Sangre que vierta el cazador. El cuerno.
Furias escarlatas y Ya la nirea corona de azahares forjan en las fraguas del oscuro infierno las fatales armas de los asesos.
Que adorna y ciñe su glacial cabeza, Invierno. Son las seis de la tar femenina nos envuelve. Si com El dependiente sonríe. En su Es un lampo de angélica pureza, de. La luz blanca de los arcas prásemos ese chaleco. Si la mu sonrisa hay escepticismo, desenEmblema de virtud. Oh sangre de las vírgenes! La lira.
voltaicos y el úl. imo temblor del jer en quien pensamos nos viesa canto, amargura.
Encanto de abejas y de mer posas.
crepúsculo en el cielo, componen, con aquella cerbata. Unos ins. Les aseguro dice que la La estrella de Venus desde el cielo mira liuyó del mundo porque el mundo es poco el purpúreo triunfo de las reinas rosas.
al mezelarse, una gama infinita tantes nuestro capricho y nuestra corbata a que se refieren es idénpara los buenos, que en la tierra habitan: halló flores que nunca se marchitan de morados y de violetas, los dos prudencia económica batallan, ti tica a esta que les enseño. Van En el soñado Edén!
Sangre que la ley vierte.
toaos dobles de la melancolía. rar cuentas; al cabo como es jus us edes a convencerse.
Tambor a la sordina.
Las calles céntricas rebosan gente; to, aqui prevalece.
Nosotros le seguimos desconfiaDuerme tranquila el postrimero sueño Brotan las adelfas que riega la muerte es la hora del vermouth; a la hila Entramos en la tienda y ca dos como si se tratase de descubrir Sobre el regazo de la madre tierra, y el rojo conta que anuncia la ruina.
de las aceras, los automóviles, los minamos hac a el mostrador, des el secreto de un juego de manos.
Porque el perfume que el recuerdo encierra Es lábaro de luz!
Sangre de los suicidas. Organillo.
landós lujosos medan despacio; de donde un dependiente nos ofre. Nuestro interlocutor salva el mosFanfarrias macabras, responsos corales, centenares de mujeres elegantes ce una sonrisa de bienvenida. trador de un brinco y abre las dos MIGUEL GONZALEZ SOTO.
con que de Saturno celébrase el brillo cagadas de sedas frufrutantes, de. Quiere usted darme una cor puertas vidrieras que sirven de en los manicomios y en los hospitales.
pieles llenas de silencio, de enca bata como esa negra, con floreci fondo al escaparate. Sus dedos Alajuela, 28 de Junio de 1916.
RUBEN DARIO.
jes armiñadus y murmurado tas verdes, del escaparate? ágiles cogen la corbata delicadares como espumas, atisban curio Sí, señor: mente, cuando la esperanza cuajó, frutesas la alegría iluminada de los Le alejarse, buscar en. Era ésta. Sí.
ció y se hizo victoria. verde, rojo o azul de sus sombre quelería y volver con varias cajas Cristal, ilusión de los ojos: iluNo cabe duda: es aquella. Pesión, cristal de las almas. Diviros, las amazonas erectas trepi largas y blancas de cartón. Aro al verla así, tan de cerca, nos El amigo a quien llamo, a quien mis bujías son como soles, mis 11o dan res ondiendo al ritmo de los quellos estuches contienen dose gusta menos. Qué ha sucedido na ilusión. no ser por tí, los hombres pasarían la de quiero tener cerca de mí hasta el res se han agrandado: estoy en pies.
nas de corbatas, todas bonitas y de entonces! Avergonzados la vida sin comprar nada. Soncto vertido al castcllano final. Amado mio, ven preato ne selva de flores gigantesess. IInee ra o caminamos en obje excelente calidad; una ola de se mos a nuestro amigo. Es posiporque quiero decirtelo. No sa Ven, ven a mi lado. Que ha to. Oh, que dulce magar! Sada da cubre el most ador. ble que nos hayamos equivocado Eduardo ZAMACOIS.
por Hispano bías que yo te amaba con todo mi ces ahí entre las rosas? Vente cer nos preocupa, nada tampoco crien Es a es ce el hortera la los dos?
ser? Cuando ya ma está muerta ca de mi mientras te escribo, quieta y monopoliza nuestra volun carbata que usted pide. Pedimos el chiecoco de color Tan sólo recordad esto de mí si puede confesarlo todo. Por qué no sentir tu brazo oprimiendome tad; por el jardín interior la con La miramos atentamente, la pal an e, y al recibirlo en nuestras ma El Beso yo muriese oue allá en algún ex en el momento de marcharse no suavemente y tener junto a mis ciencia pasea lentamente. Acaba pames, y no sentimos alegría. nos nos sucede igual: es bueno sin confesarte que te he amado? labios tus ojos queridos. así, a mos de detenernos frente a un es Por qué? Es negra, tiene flore duda, es elegante, es grato al tactranjero campo, hay un rincón que El. casi El día en que te sentaste aqui, mor mío, así quiero dormir, ceren caparate. El amigo que va a cillas verdes, y a pesar de eso. to y a la vista, v, n embargo, nos nodemo. Ni en Homero, ni en Es por siempre jamás será como Lu frente a este despacho en que es de ti, y decirte que te amo. Acerca toy escribiendo mí despedida, la a mi tus ojos, pues, desde la otra nuestro lado y a quien casi había Un tanto avergonzados de nues complace Thienos, no parece el mis quilo, ni en Sofocles, ni en Anglaterra misma. Ese piume de tiemo.
crconte, ni en Horacio, ni en vir ma enriquecida, ocultará una ce casualidad hizo que, al inclinar vida en qe estoy se pnede leer en mos olvidado, nos toca en el codo, tra ligereza, preguntamos. Es igual a la del escaparete? De nuevo el dependiente sonríe gilio, ni en Dante, estallan besos, niza, más rica todavía; ceniza que me, te rozlara; entonces cerré los las almas a traves de los ojos. Mire usted dice qué corba Exactamente igual. y pone a nuestra tribulación esta se choeun amorosa y ardorocimen de Inglaterra brotó, a la que Inojos y detrás de mis ojos cerrados y sabe que soy una muerta.
ta tan linda.
No sabernos responder. Qué apostilla profunda. qué hermosos sueños pasaron. 1n tus ojos claros, en donde 10 Seguimos si indicación. Efec interés endría aquel muchacho Lo que les ocurre a ustedes, tre fue tan fecundo como el de la cia, y sus flores para que las amar te los labios de Hécuba cuyo vien glaterra modeló y le dió concien Tus brazos me estrechaban contra supe ver hay para mí una lágri tivamene, la corbata es preciosa. amable y cordial en engañarnos! les sucede a muchas personas. madre tierra jamás se colgó a tu corazón y mis manos amorosas ma. No oigo lo que contestas Tampoco nos parece cam: ocho para resolver dudas interrogamos Los objetos vistos desde la calle, jos hembres de viejo Príamo erira y sus caminos para vagar por tocaban suavemente tus ojos y al porque estoy muerta. Por eso te pesetas. Nuestro amigo continía: a nuestro amigo.
siempre parecen mejores. Es el zando con sus osculos ni humede ellos, y un cuerpo que fue de ella, yentaban la tristeza que veía en escribo, porque no oirás ni voz le. Le gusta a usted aquél cha ¿Qué le parece a usted?
cristal. ellos. Ah, bien podría venir la jana. Te amo 20 siquiera es leco?
ciendo con sus labios su noble bar que respiró su atmósfera, que Pero el criterio de nuestro a Salimos del establecimiento un hecha con los copos de espuma bar ron sus ríos y que sus patrios muerte, y habría venido al mismo to?. Te amo.
El chaleco, a que la voz de sitiempo que para tí la lasitud, mas me voy, me vuelo; abrazame, rena se refiere, vale siete duros: es compañante también ha variado. poco humillados; pero si en aquel del Mar Egeo. Ni las hijas de Is soles bendijeron.
cuán dulce me resultara y que al mi bien. Oh! Te amará otra bueno, de un color ante exquisito. mi me responde la cor instante volvemos los ojos hacia el parta, cuando cantaron el epitalaescaparate, el chaleco y la corbata mio de Helena, en Teocrito, hablan ma alegre y agradecida se habría con amor tan tierno. Ah! Va y señeril. Algo inefable, adorme bata que vimos en el escaparate que tanto nos impresionaron, tor de los bosos con que el rubio Me al fin de todo impetu perverso, va pensad que este corazón, libre llevado. Ah, todo se confunde viene el sueño y me pesa la plu cedor, como el roce de una maro me gustaba más.
narán a gustarnos y a solicitar nelao debe cubrir la boca de la di vibración en la eterna Mente, 10 y todo se enturbia. Me habían ma. En tus brazos. amado nuestro capr cho con la misma efi vina adúltera, que pasó llena de por ello, menos habrá de devolver dicho que dormiria, pero no tengo mío.
cacia que la primera vez. candor y majestad por los robus en alguna región del infinito, 10 sueño aun; solo que, todo se mue Es el cristal. dijo el de tos brazos de todos los paladines pensamientos de Inglaterra recibi ve, todo se duplica, todo baila: Picrre Loti.
Tendiente.
aqueos. Las doncellas de la Biblia Hay, en efecto, un sortilegio, no besan a los jóvenes hebreos jun dos; sus aspectos y sonidos, sus El sol apagaba sus rojos fulgores una fuerza bruja en ese eris al que to a las claras fuentes, a la fresca sueños tron felices como sus días; tiñendo de rosas las cumbres leianas, separa al comprador de la mer sombra de les olivos. El beso, en y el reir entre amigos aprendido; cuando por el marque cubierto le flores Luisa Alcott Iganó doscientos ra el Atlantie.
desfiló el cortejo de las hos icianas.
cancia. Cómo se refleja en él la la literatura, es casi moderno. Bo y la ternura de los corazones in mil dólares con la pluma. Sin oco después cumplía su pa Inuz. Qué indefinible hechizo de caccio, con su amable sonrisa de gleses, en paz bajo el cielo de In embargo, en los comienzos de su laba, y este periódico insertab Iban lenamente, baja la cabeza, rrama i entraña sutil y transpa Tauno une maliciosamente los glaterra.
carrera literaria, el Director del una poesía sin firma que Longfe con los ojos címidos fijos en el suelo, rente sobre los objetos, que de ma labios en la risueña mañana del como si pidiesen para su tristeza periódico Atlantic le devolvió, Ilow atribuyó a Emerson.
nera tan prodigiosa mejora su ca Renacimiento, en el fondo de bosa la tierra madre ternura y consuelo.
por conducto del padre de ella, Años más tarde, decía ella en lidad y aviva sus colores. Qué quecilles de mirthos, y naranjos Rupert Brookc.
un original con la siguiente nota: su propio diario: los veint Caminaban mudas, graves y ojerosas, gracias de hiperbole tiemblan en en flor; y Shakespeare, el podero Mació Brooke en Rugbi el de agos. Decid a Luisa que se deje de estos me olví a conquistar la en largas y grises hileras iguales, su superficie brillante?
so dramaturgo, hace besarse en su to de 1887. Estudió en King College cribir, pues nunca logrará éxito independencia de mi familia. y sus rostros pálidos semejaban rosas, este fenómeno se repite siem balcón a Romeo y Julieta, envuel en 1913. Teniente de la Real Marina, como escritora. lo que res los cuarenta de cumplido mi prorosas amarillas de enfermos rosales.
pre: los tapices, las alfombras, tos en la luz rosa de la aurora, en septiembre de 1914. Formó parte pondió la joven: Pues replicadle pósito. Están pagadas todas las Son aves de vaso que cruzan la vida las figulinas de arte, los mue mientras, a lo lejos, el horizonte de la expediciofi a los Dardanelos en que quiero triunfar como es cito deudas aún las extralegales, y te sin hallar un nido donde las esperen.
blis. hasta los libros. pa se orla en un fleco de sangre. 1915. Murió por su Patria y su Raza a y que algún día escribiré pa nemos todo lo necesario.
Triste es su llegada, triste es su partida.
recen mejores, más elegantes, más Juan Ramón Molina. en el Egeo, abril de 1915.
y llorando nacen y llorando mueren, selectos, cuando se muestran tras 0000400000000000 00 0000447 ia magin inmaculada de un crisCaballeresco En la noche nadie vigila su sueño, sólo cuando cierran los ojos dolientes tal. Esos cristales de maravilla baja el melancólico Angel del Ensueño, son para los comerciantes lo que atravesé la sombra del sendero separa sus rizos y besa sus frentes.
para las farsas teatrales las luces que lleva a tu castillo, dulce amada.
de la batería: gracias a ésta, las Pacita Muñoz.
el puño puesto en la fulmínea espada Viven en las sombras. Pálidas violetas groserías del maquillage se desvaEres toda una estrofa de candore y arrogante la pluma del sombrero.
que en el negro fango del vicio crecieron.
No se alegran nunca. Besemos, poetas, necen y los paisajes de trapo coTu mirada nos cuen a, con su calma, esos tristes labios que jamás rieron. bran visos de realidad: como mer Subí por el rocoso trepadero las ternuras magníficas de tu alma indagando una luz con la mirada, ced a aquel, las mercaderías may los hechizos de tu vida en flor. UT y burlé los guardianes de la entrada La amargura vela sn mirada grave.
las parecer. buenas y las medianas con la voz elocuente del dinero.
Son cuerpos de niñas con almas de ancianas.
En tu rostro moreno de querube, excelentes.
que el dolor no ha marcado con sus huellas, Sigamos sus pasos con amor. Quién sabe. atravesé una pompa de jardines, si son nuestras hijas o nues ras hermanas. Idénticos fenómenos se operan tus ojos claros brillan como estrellas así como lo hiciera un buen sabueso, diariamente dentro de muestras posadas en el seno de una nubc.
tras el misterio de tus camarines, El eco del Angelus resuena a lo lejos.
pobres almas, antojadizas y fri Todas so arrodillan y rezan en coro, hay en el cielo azul de tu existencia volas, a quienes el deseo siempre en tanto, tras la huella del pie impreso y del sol poniente los vagos reflejos dos soles que iluminan ti pureza: se a fanaba una turba de mastines, en vuelven sus sienes en nimbos de oro.
interesó y alegró más que la possun corazón que es sólo en su grandeza me así de tu baleón y te di un beso.
sión. Un amor, un viaje, un éxito y una alma que está llena de inocencia.
FRANCISCO TILLAESPESA. cualquiera, por pleno y transcenRAFAEL CARDONA dental que sea, no nos complacia más cuando era ilusión, que luego, San José, mayo de 1916.
Las niñas grises El poder de la perseverancia Medallón 190 TEATRO ACTUALIDADES Dos selectas tandas Unico Teatro que trabaja hoy lunes Dos escogidas tandas En primera tanda AMOR DE INFANCIA, con vistas de mar. En segunda tanda EL CALVARIO Mañana gran martes de moda, con un suntuoso programa Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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