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Lunes, 24 de julio de 1916.
PAGINA LITERARIA CONTENIDO La elegia de mis manos por Luis Urbina.
Lo que es amor por Bartolomé Mitre, Idilio por Gabriela Preissova.
Amor disereto por Justino Keorner.
Nieves eternas por Dulce Borrero.
LA ELEGIA DE MIS MANOS El Imparcial IDILIO penas: Tap Manos, mis pobres manos, instrumento de una voluntad frágil, de un dolido corazón, y de un loco pensamiento.
Danos, mis pobres manos, que a la clave del porvenir oscuro se han tendido. ta: como vuela al horizonte el aveen busca de ideal y de esperanza, de fe, sueño amor; manos que han sido enemigos del odio y lavenganza.
Oh, manos de estructura femenina que son la herencia de una raza fina, de cuyo arte magnífico y bizarro ofrecen arqueológicos ejemplos la curva de sus ánforas de barro encaje de pedra de sus templos!
Manos tranquilas, manos laboriosas que así tocaron, dóelles y buenas, bien un rosal, sin abatir las rozas, o un corazón sin despertar las y que sufrieron con gentil desmayo, la ingratitud, el mais la mer y la mentira, sin diseñar de la amenaza el rayo ni conocer el gesto de la ira.
Manos, que con leve movimiento, si la ilusión en tacto se transforma, llevan al insaciable pensamiento por el mundo infinito de la forma.
Mano: que no declaman la vi comedia, manos que no llaman al plebeyo motin, ni en los tumultos puñales son que esgrimen los insultos, ni slervas de las cóleras que braman.
Tan hurañas a todos los estragos! Tan dispuestas a todas las Justicias!
Tan dúettles a todos los halagos!
fáciles a todas las caricias!
Nunca su piel morena ha percudido mancha de Lady Macbeth, delatora. y llenas siempre de vital fluido curan a un can, levantan a un caído y le secan los jos al que llora, bendicen, abspájaro en el nido, en el cielo, a ia aurora.
Oh, manos que en la vida pecadora al soñar castidades y ternuras, Puisteis, en af volto gineceo, Inanos de livihad, manos impuras én la fiebre de carne del deseo. que al ir por el mundo todavia, sonámbulas bien y de belleza, aun queréis escribir, día por día, las voces de una santa poesía que recuerden mi amor y mi tristeza Manos, que en el grotesco sainete de la humana tonterfa, kolo saben trazar el arabesco de una sutil y plácida Ironfa.
Ya vuestro ambiente juvenil no es sino un atre melancólico y adusto, languidez otoñal que pronto vino a marchita mestra frescura. Es justo.
Ya no os tendeis ansiosas al destino, para evocar de nuevo el espectáculo alucinante de amor divino, y andals temblonas, cual pidiendo un baeulo que apoyar en las piedras del camino, Cúmplase en sentencia del oráculo que vio la delirante Quiromancia en viestras líneas. Cúmplase la suerte que abreriará en silencio la distancia que va de los jardines de la infancia los pálidos tres de la muerte.
to queréis reposar, manos. Ya pronto se apagará la luz en mi tramonto.
на entonces, en la sombra de mi olvido, desnudas de joyeles y esperanza, descansaréis por fin, manos que han sido enemigas del odio y la venganza. por vuestras sensuales alegrias, 10: vuestras piadosas intenciones, y por vuestras dolientes agonías, y por vuestros impulsos, manos mfas, de limosnas y de consolaciones: por los vasos de todas las orgias, y el saludo de todos los cariños; por las sabidurías de mover fangos sin manchar armifios, de ser castas y ser voluptuosas, y de los senos erigir las rosas, acariciar la frente de los niños por la virtud como por la torpeza, por la maldad como por la pureza, por la dulzura con que habéis tocado el inuverso axul de la Belleza; por todos los consuelos que habéis dado, por todas las caricias que habéis hecho, por vuestro afán y por vuestra fatiga, cuando yo duerma en el mortuorio lecho, que haya una mano amiga que suavemente os junte, que os bendiga, y que os extienda en cruz sobre mi pecho. TO Luis URBINA.
EL IMPARCIAL Página cinco campiña, las flores y los pájaros rrogó el maestro con franqueza apreferidos. Mis favoritas son las amistosa.
SELECCIONES londras; amo también al mirilo Ella sonrió feliz al apreciar acuando canta, pero cuando vuela quella voz tan dulce que oía en tome asusta, no sé por qué. Tenemos dos los instantes en los cuales penligeras ardillas y los cueos dejan saba en algo bello cuando se enEDE oir su grito característico a cada contraba sola. Después dijo: rato. Venid a visitarnos cuando Oh! naturalmente, obedezeo llegue la próxima primavara! con placer. Como podría hacerlo Las más extrañas mariposas de otra manera.
vuelan en nuestros jardines, hay Creo que no eres de aquella.
tantas parecidas a flores! Tenemos qeu prometen en vano agregó el también lindos gusanillos de luz maestro después de un silencio pro que se pueden tomar por hilos de longado.
oro animado. En cuál pupitre debo sentarVenid a visitarnos cuando lle me?
gue la primavera. Venid en la épo. En ninguno, por hoy, puesto ca en la cual el cielo es claro y si que nadie ha venido a clase. Sapor caso estuviese oscuro, encen bes, Frida, lo que pienso, lo que te deremos en honor vuestro hogue puede aconsejar tu mejor amigo. was que iluminarán desde lejos No hay mucho sitio aquí, enmedio vuestra ruta y os cantaremos la de los otros niños más pequeños.
Miró otra vez su reloj: las nue hemos visto de geografía; luego te. Crees que soy juguete tuyo? más bella de nuestras canciones; Si quieres. te instruirás seper 12; la clase debía haber comen daré un tema para composición. Si es cierto que te gusta tanto ve os convenceréis luego de que aquel damente con los libros que escogezado ya; ordinariamente los es. qué haremos después de al nir a la escuela, debes saber que país encantador merece no una, ré para ti y que te prestaré con colares y sobre todo las señori muerzo si nadie viene? preguntó es un lugar serio: ya eres grande sino muchas visitas.
verdadero placer.
tas, llegaban un poco antes de la Frida levantando hacia su maes para comprenderlo. firmó: Frida Pogaenikova, Frida inclinó profundamente la hora reglamentaria. Ese día nin tro los ojos curiosos.
Frida lo interrumpió con una de Pritilonna, número Luego, cabeza y, casi automátieamente, guno había osado aventurarse ba. Ya veremos. Talvez, a medio voz temblorosa. bajo su nombre, volvió a escribir empezó a arreglar sus cuadernos jo aquella horrible nevada. El día la nieve cesará de caer y po. Se lo suplico, no se enoje. Si con una elegante letra: Venid a y sus libros; sus manos temblamaestro dió algunos pasos hacia drán venir tus compañeros res he reído ha sido involuntariamen visitarnos cuando llegue la próxi. ban, pero de su rostro delicado no la ventana, y después de haber limpondió el tranquilamente acari te. Créame, ha sido de alegría ma primavera!
había desaparecido aún el gesto piado con las manos los vidrios, ciando un cuaderno que tenía en interior.
Terminada la composición se de dulzura y de paz que tanto la paseó sus miradas por los blancos las manos. Desearía saber qué alegría puso en pie, llevó el cuaderno a la embellecia.
torbellinos de nieve al través de Debo decirle que en mi pre puedes sentir al ver que no eres ventana. Le pareció que el aula Al mismo tiempo, el maestro los cuales nada se veía; con una cipitación, no traje mi almuerzo, capaz de contestar a una pregunta se oscurecía. Con la satisfacción le dijo: tranquila resignación dijo: Mal dijo Frida, cada vez más comuni tan sencilla.
del deber cumplido, su corazón Me agradaria muchísimo con tiempo!
cativa. Pero eso no importa, a. Es, sinembargo, una grande empezó a latir con ansiedad. Si la servar, como un recuerdo tuyo, el Luego se puso a pasear por suyunaré hoy.
alegria! Me senti tan feliz cuando composición no le gustase a el! Si cuaderno en el cual la habitación silbando lo que prime Puedo darte algo para que al supe que no era una amiga adora le pareciera confusa! Ah! por qué composición de hoy, mientras iré ro se le venía a la cabeza. Reflexio. muerces ofreció el maestro, por da quien le había bordado estas tenía siempre la idea de contar alla arriba, a la montaña, a ver naba acerca de lo que podía hacer cortesía.
pantuflas.
todo aquello para que lo sintiese en realidad esa primavera que tu en aquella mañana. Si hubiera te Está bien contestó Frida Apenas hubo hecho esa confe en el alma, como lo sentía ella, el alma privilgiada interpreta tan nido algo que leer o si hubiera pero yo le corresponderé invitán sión escondió la cabeza entre sus maestro rubio, el cual ni se había delicadamente.
podido ir a saludar al señor Cura! dolo a visitar nuestro pueblecito. brazos que tenía cruzados sobre jaignado responder a la cortés in Frida dijo que sí con la cabe.
Pero quién podía salir con aquel Pero después de la prohibi la mesa. El maestro descendió de vitación de visitar su pueblecillo za y, dejando el cuaderno sobre tiempo?
ción de tus padres, no debías ha la cátedra, atravesó el aula por en encantador. ahora, cuando el pupitre, corrió con precipitaAlgo lo detuvo en sus reflexio ber venido dijo el maestro para tre las dos filas de pupitres, llegó volviera a corregir la composición, ción al guardarropa de donde to.
nes mal humoradas. En el vestícambiar de conversación. hasta la ventana, miró al través de seguramente arrugaría la frente mó su sombrero y su sobretodo bulo, alguien habla cerrado la Quién dice que por el mal los vidrios los torbellinos de nieve y talvez llegaría a repetirle que El joven maestro se dirigió hacia puerta con fuerza, talvez porque tiempo se debe trascurar la escue que continuaban y sacó su reloj, no debía frecuentar su escuela.
su pequeña mano no podía dete la. respondió la niña refutando logrando de ese modo recobrar la la cátedra, bastante pálidotocó Esa pueril idea le causó un donerla. Oyó enseguida pasos menu con habilidad el reproche. calma necesaria para pronunciar lor tal que tuvo que apoyar la ca. los papeles dispersos con una mano dos y luego vió aparecer una muchacha de falda de color peonía y la escuela agregó el maestro a. Eres demasiado grande para la frase siguiente: beza en los vidrios de la ventana mal segura, preguntándose talvez Frida, tienes que hacer una mientras sus ojos se velaron con si, por aquella despedida inespera de chaquetilla negra.
fectando una frialdad grandísima. composición, te concedo una hora dos lágrimas silenciosas que roda da, habría causado dolor a su aEl maestro reconoció en ella tu edad deberías frecuentar una para terminarla. El tema lo eseri ron por sus pequeñas mejillas ova lumna.
a la mayor de sus alumnas, Frida escuela superior puesto que, para biré en la pizarra y sin mirar la ladas.
Pogaenikova. quien lo saludó en la nuestra, estás muy erecida, cabeza inclinada de la niña, el Por qué loras? Quién te ha Cuando Frida prepará su maneseguida con la frase de costum El tono raro que daba a sus pa maestro se dirigió hacia la piza causado dolor alguno? le pregun. cita blanca para abrir la puerta, bre; Alabado sea el nombre de labras intimidó a Frida, quien, rra, tomó el tiza y escribió con tó el maestro, quien se había a volvió la mirada hacia su maes.
Jesús! Buenos días, maestro!
por intuición femenina, adivinó una letra bellísima: Describid el proximado a ella sin hacerse oír. tro y en sus ojos y en sus labios El profesor le contestó: que para ganarse a su maestro de aspecto de la campiña durante la. No, no es nada sollozó Fri apareció una sonrisa de fe vira. Hoy el venir a la escuela im Dia lisonjeario; después de un primavera, vista desde vuestra da es solamente la idea de caupone un gran sacrificio; no me ex corto silencio respondió lo más casa.
firme y feliz.
traño de que nadie, fuera de tí, dulcemente posible: sarle desagrado y. yo desearía Hecho eso, abandonó el aula con hacer algo que. el maestro, pensativo, sonrió haya venido. Pero, si me gusta tanto venir una prisa evidente y envió de me Cálmate! Cálmate. contes ante esa separación sin palabras bros sobre el primer banco, y sacu hacer yo?
Frida dejó sus cuadernos y li. a la escuela de usted, qué puedo vo a su criada a poner más leña tó el maestro con dulzura; e hizo y sin adioses, como si la puerta de en la chimenea.
involuntariamente lo que Frida la escuela, al cerrarse tras Frida, diendo sus brazos adormecidos por Cuando se vió sola Frida, per había soñado tantas veces. la lin hubiera repetido, como un eco, el el frío, le dijo: Ella había calculado hábilmente; el maestro se ruborizó, y no maneció durante un momento in da mano blanca del joven tocó ti dulce estribillo de la canción: Ve Mis padres no me querían de. sabiendo que decir, se puso a mor móvil; luego preparó sobre su pu midamente su frente para acarinid a visitarnos cuando llegue la jar venir, me escapé sin su permi der el lápiz que tenía en la mano, pitre un cuaderno y un portaplu ciarla.
so pero, querido maestro, es un Después de un silencio, dijo: mas. Finalmente, con su letra más Luego tomó el cuaderno y empe próxima primavera!
paseo terrible. bien, Frida, dime las prin cuidada, escribió las frases siguien zó a leer la compasición. Cuan GABRIELA PREISSOVA (14. Frida, puedes resfriarte, es cipales ciudades de Austria.
tes: do llegó a una de las frases más de preciso que, por lo menos, camElla sonrió, creyendo talvez que La primavera empieza en nues. licadas, acarició con una mirada (1) Escritora de Bohemia naelds en nadie, te prestaré mis pantuflas Luego dijo: bies de zapatos, puesto que no hay aquella pregunta no era en serio, tra campiña antes que en este va enternecida la cabeza inclinada de lle. Asomados a la ventana la ve. la jovencita y le pareció que las Kuko Hora ha publicado muchos cuen tecitos delicados que, desde un princl.
mientras pones a secar tus botas cerca de la chimenea. Pero, no hemos dicho aún mos venir lentamente cuando vuel. curvas sobriamente delineadas de pio, la colocaron entre los primeros at: ve de las costas de Italia antes sus cejas y los botones purp nuestra oración. Con mucho gusto contestó eos tistas bohemios. Algunos críticos la llaDenuevo se ruborizó el maes del dia de San José.
de sus labios inquietos eran tamFrida, sacudiendo la nieve acutro, quien con una paciencia peman Jorge Sand de Bohemia.
mulada en su sombrero; luego pre dagógica, respondió: Quienes primero la reconocen bien ia eseritura cuyos secretos son las palomas y los gorriones. Al le agradaria mucho descifrar.
guntó, obligada por un sentimien Crei que estando sola no te alba se atreven a dejar sus nidos Cuando terminó de leer, fijó sus Amor discreto to de coquetería femenina Son bellas esas pantuflas?
gustaría rezar en voz alta. Pero ya y se instalan en los aleros para miradas en la ventana, pero ahora verla en lontananza. Yo también, no estaban sa turadas de tristeza. que lo deseas, oremos. Eh. Qué, bellas? Eso poco im(Para una canción de Roberto Se puso en pie y con acento muy no tardo en reconocerla debido hasta le pareció que la tormenta Sehumann. porta, lo necesario es que puedas claro dijo el Padre Nuestro. Frida a las tenues neblinas de tul que de febrero cesaba, que el dia se acambiarte contexto el profesor lo acompañó en voz baja y sonrien. los rayos solares atraviesan en la claraba, que los rayos, los perfuSi algún día, mi tesoro, dirigiéndose hacia la vecina alco ba que, en ese momento arreglaba do. Terminada la oración, repitió mañana. También las abejas pre mes y las canciones de primavera te pudiese hablar de amor, siente el delicioso momento. Filo hacían suyo como lo habían he.
su pregunta: su vieja camarera.
pensaría un largo poema Bárbara le dijo agrega le dades de Austria. Cuáles son las principales ciu nalmente cuando los retoños y las cho las tiernas descripciones de la de dulzura y de llusión.
ramas llenas de savia, las flores encantadora Frida.
ñia a la chimenea y llévate mis Dime, es verdad que es tan be.
de las plantas que perforan la nieEs lo triste del destine pantuflas bordadas para que Fri Viena, Praga. Praga.
que yo deba, en mi dolor, da se las ponga mlentras sus za Gra. Graz. y Frida co ve y las anémonas que colorean de la la primavera en tu país amarillo el cerezo silvestre, han murmuró con voz incierta.
ocultarte, dulce amada, patos se secan.
menzó a enumerar como en un probado con evidencia la llegada Frida repitió dulcemente: lo que tanto sufro yo. deseando dejar sola a da jo sueño; de repente, mirando sus de la primavera, venid a visitarnos Venga a visitarnos, y se convencita mientras hacia el cambio, pantuflas se interrumpió para y nos diréis si existe en el mundo vencerá.
De mis quejas más sinceras.
se puso a pensar en lo que debía decir: un rincón más bello que el nuestro. Talvez vaya replicó el maes de mis ansias de pasión, enseñarle esa mañana. Lo mejor Podria saber quién le bordó Aquí se evoca el recuerdo de todo tro con la amabilidad agradable he formado esta romanza.
era repasar con Frida la geografía estas pantuflas? Yo también sé lo que hemos podido admirar fue que le había sorprendido en las Que te llegue al corazón. y la historia, las cuales, según el bordar y podría hacerlas iguales, ra. Las montañas blancas y verdes, conversaciones del cura montañés Justino KOERNER.
creía, eran las materias preferidas talvez mejores, con rosa. No y, entre ellas, esa alta con reflejos con sus alumnos. Luego agregó: por la niña.
lo cree usted. de pescado, en cuya cima la nieve Frida, es preciso que responCuando volvió a la clase, Frida Dejemos ahora las pantu persiste aún en la época de los ca das a una pregunta mía. Soy el Nieves eternas estaba sentada en el primer pupi. flas. Me las regaló una de mis lores más fuertes. Allá veréis una maestro y tu eres la alumna. Di tre que ya era pequeño para ella. hermanas.
cascada formada por siete fuentes me, me obedecerás o. quieres que El joven maestro se dijo, por la El maestro ensayaba de nuevo que llegan a reunirse y a murmu te obedezea?
No ves, al borde del camino uu Arbol, primera vez, al verla, con sus ca ser severo.
rar juntas su uniforme canción sin Frida no contestó enseguida. Tal vez le dio la primavera dliima que en su manto la nieve amorta jó?
bellos húmedos y con aquel aire de. Responde mejor a mi pregun abandonar nunca el sendero por el licado, que llegaría a ser una begunta. No conoces otrs eindades cual llevan su frescura a los hom Sus ojos, que brillaban con una las flores que este invierno le quire.
llísima señorita cuando creciera. de Austria?
bres y a los rebaños; y si queréis fiereza legítima, se fijaron en los En el estéril campo de la vida Un poco sorprendido por su Aprendí eso cuando frecuen algo más bello, contemplad las ea cuadros que adornaban las pareasí al pensamiento inesperado, miró de taba la escuela de Ladoves con sas de los campesinos, las cuales des como pidiéndoles un consejo: la fe lo viste con las mismas fores nuevo su reloj aunque supiese muy testó Frida, cerrando los ojos y parecen juguetes esparcidos en el luego dijo: que le arranca después la decepelón.
bien que eran las diez menos cuar. sonriendo co ntanta beatitud que verde de la vegetación. Venid a Es natural. soy yo quien de to. Luego dijo secamente: toda la paciencia del maestro des. vernos cuando llegue la próxima be obedecer.
Hay una diferencia entre esos restos La hora ha pasado, podremos apareció, cediendo el lugar a la primavera. No que debes. sino que quie. que el invierno igua16. para uno volverá la primavera, hoy, por excepción, repetir lo que cólera.
Se pueden encontrar, en nuestra res obedecer, no es cierto. inte ay, para el otro nel LO QUE ES AMOR Hija mía, el amor es un espejo do la coqueta busca su reflejo, llena de vanidad.
Más tarde al corazón dá grata calma e inoculando la virtud en su alma, la empapa en castidad.
También es un abismo en que la mano un borde de que asirse busca en vano yresbalan los piés, como el ineauto niño que inocente se contempla y se baña en una fuente y se ahoga después.
Bartolomé MITRE. argentino. Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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