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Domingo, 13 de Agosto de 1916.
EL IMPARCIAL Página cinco.
CAMPANAS MATINALES SELECCIONES SELECCIONES DE EL IMPARCIAL El Imparcial RINCON DE LOS TRISTES El Misterio de San Juan el paso en tirano le fieles y cubrir a mayado.
116 Me queda en vano vecino el convento de monjas de Nuestra Señora Santa Ana. que así es cómo, a veces, me llega en el viento QUINTA SERIE la voz de los bronces, cope EDE Sumario: apenas despunta su luz la mañana.
Despiertome, entonces.
Campanas Matinales, por José Santos Chocano (peruano. envuelto en las ondas de clara armonía. Amor! por Zoltan Ambrus (húngaro. y salto del lecho como una campana El Misterio de San Juan, por Ernest La Jeunesse (francés. que es toda repiques y toda alegría.
Rincón de los tristes, por Luis Fernán Cisneros (peruano. Espigas de Oro, por Esteban Rey (francés. Repiques alegres saludan la aurora.
Despierto. Ya es hora de abrir con los ojos el alma sonora, en toda su franca y audaz desnudez; y sientome henchido de fuerza y deseo. En tanto, en el aire, como un palmoteo, SOL Bañase en sombra el pueblo solitario, repican seis bronces; y se oye un gorjeo tanse linderos del camino, Bajo el peso del sol, el caserío, se arrebola la eruz del campanario, de seis colegialas hablando a la vez.
reclinado en el monte, duerme a plomo. Revientan seis trinos. Palpitan doce alas?
En verdad, el tetrarea Herodes era dormitorio sereno que se hallaba en el instrumento de grandes cosas que no como sumido en el dolor y como y un rayo que se va temblando dora Son seis colegialas una excelente persona. Pero, como acon fondo de sus habitaciones y que por comprendo. Oh. Herodías! Escucha, si se arrullara en el roncar del río. los cabellos del viejo campesino que charlan y ríen y giran a un son.
tece frecuentemente, no había nacido tener vistas al campo le permitía la recuerda y medita. Has podido acosque, lentamente, se descubre y ora.
para desempeñar el papel que le depa contemplación de bellos paisajes. Cuan tumbrarte a la existencia de una favo. Lento el humo de un tren sube al Nerviosa arquería de um agua bullente, ro la suerte.
do el pesado sueño de Herodes se lo rita. En lugar de serlo de un tirano. vacro, AMOR que salta al rotundo tazón de una fuente, Siendo, cual era, hombre ordenado, permiía, la madre de Salomé se delei selo de un Dios a quien no conoces pe y surge en el confin, como de un cromo, cantando, en seis choros, la misma canción!
muy celoso de su descanso y amante de taba con la suavidad y la armonía nocly ro que tu alma presiente el buey paciente, de pintado lomo, Oh, mi dolor! La luz desfallecida. Mi novio es muy bueno: más dócil que un paje; la filosofía y del cultivo de las letras, turnas, la brisa y los trinos de los pá Herodías gimio.
que se duerme de pie, sólo y sombrío. poniendo en mi alma pena silenciosa.
hubiese vivido como el más feliz de los jaros. De vez en cuando, lento Yo, pobre pastor siguió diciendo y son mis mayores caprichos su ley.
finge a mis ojos una novia hermosa pastores y el más tranquilo de los es de un mendigo o de un soldado le ha la voz. he llegado a ser el favorito de la Pueblo sin alma, quémase y fulgura El mío es hermoso ciñendo el encaje que se va, que me deja, que me olvida.
cribas si el infortunio no le hubiera efan tremecerse y sentir un ligero un Dios de dulzura y pledad y soy con fiero resplandor. En la montaña, triunfal de una gola sería un Virrey.
predestinado Cesde su nacimiento para sudor, como una caricla pagada, te si yo lo osase, me compararía con Mol.
las noches su instrumento vehemente e inspirado y sobre el claro azul del firmamento, Desde el balcón, con ansia dolorida. Yo estoy muy contenta. me viene ya el traje sentarse en un trono sujeto a tutela. que esperaba la veo que se esfuma vaporosa de seda celeste con flores de lis. la poderosa Roma le agradan los riendo morir en el acto.
sés, que no pudo sino entrever la Tie pone una cabra, inmóvil, su figura. y potentados de esa estofa, Una noche, era Nosotros nos vamos a Europa de viaje.
en lampos y arreboles. Angustiosa era tan dulce y tan infi rra Prometida; pero yo no soy legis silba un viejo pastor en su cabaña y en la severa Asia no es raro hallar mo el concierto universal, que Hero lador, ni poeta, ni profeta, y mi Tierra y el silbido se duerme sobre el viento.
quietud la de su muda despedida.
Yo quiero ir a España.
pingajos de esclavos envueltos en la dias no quería dormir. Soñaba ergul. Prometida es mi muerte. Herodias. Yo sueño en París.
púrpura de Tiro y cubiertos con la da en medio de las tinieblas. De subito. Herodfas! MI cabeza me Aléjase mi amada en el sendero me pesa sobre ORO difundiendo el fulgor de sus hechizos tiara de Jerjes.
oyó un murmallo, una melopea agre los hombros; soy el centinela perdido ¡Oh! alegres repiques, campañas galanas, Por lo demás, es preciso acaso un siva de un ser invisible. Herodías oía que Ignora lo que hay más alld: yo en doradas y lúgubres siluetas Este vivo reflejo en mis cristales sonrisas de brisas, felice mañanas, hombre de Estado o un orador para re la evocación de su nombre y de su pa hubiese querido vivir ignorado y tran limpia mi soledad; en el inmenso que entráis, por floridas y abiertas ventanas, gir un pueblo tan estúpido, testarudo sado. Una oda misteriosa le recordaba quilo entre mis ovejas y mis cabras; reverberante azul vaga en suspenso y pone en el confin su adiós postrero al lecho en que duerme tranquilo el candor: y bárbaro como la plebe judía? los matorrales en que había sido viola pero así como ti debes vivir, es preciso la niebla de mis sueños otoñales. echando al viento el oro de sus rizos a modo de briznas de tierras lejanas, Los impuestos imperiales se cobraban da, los caminos por donde fue errante que yo muera, y la existencia en esta y deshojando rosas y violetas.
normalmente o traéis los recuerdos de viejas campanas o poco menos y los sol y los besos recibidos y devueltos sin a prisión que es mi reposo me pesa atroz Al son de agudas voces de zagales dados eran y celosos, viéndose re mor. Aquel ser le ser le escupfa en el rostro mente.
oh. Herodfas, hazine morir. que llegan tristemente sobre el denso LLUVIA que un día anunciaron mis versos de amor.
ducidos los pobres a no disfrutar sino y arrojaba sobre su sexo toda la po. No puedo, no podría hacerlo nun letargo de la tierra, lloro y pienso Yo tuve una novia, qire, en vuelta en la risa de las cortesanas, a causa del necio te. Idredumbre universal.
ca. nunca. Te lo juro.
en mis melancolfas inmortales.
Baja la lluvia. Baja. Se reviste del alba de prisa, mor de las mujeres casadas (que se Las primeras claridades del día No jures. Somos miserables criatula montañia de niebla: se diría contentaban con sus maridos) y de las causaron a Herodías una decepción. ras. Tus palabras me hacen sonreír co Luce, roja de sol, en mi ventana que en la oscura y brumosa lejanía con paso menudo, llegaba a la misa, jóvenes, que esperaban a sus prome Había albergado la esperanza de des mo mi boca se sonreira cuando con una rosa que abierta de mañana se está muriendo todo lo que existe.
en donde yo estaba clamando al Señor: tidos.
a su insultador misterioso, pero temples mi cabeza recién cortada. ya tiembla presintiendo su agonía. Llueve. Llueve. En los ámbitos perpostrábase ella Herodes podía estar tranquilo, pero sólo vio la soledad y una perspectiva Herodías no contesto; se había des eiste al pie de una Virgen, que, cándida y bella, Roma se hallaba en el caso de olvidar deliciosa.
yo deshojo en pereza voluptuosa lento son de letal melancalia algunos incidentes que debían preoculucía en el áurea corona una estrella La voz misteriosa no cesaba en sus Cuando volvió en sí, dijo, como a pe bajo cada crepúsculo una rosa, que acompasa la ingenua melodia par en cierto modo a sus protegidos horrorosos sarcasmos y Herodias per sar suyo, al tetrarca que estaba inell que es como mi flusión de cada día. del dolor de vivir, que es el más triste.
y un niño en los brazos cogiendo una flor.
coronados. el animoso tetrarca fue 116 la paciencia. Dirigiöse hacia el le nado ansiosamente junto a ella. De pronto, en el viento condenado a decretar con mano temblo cho y despertó furiosamente a su a Que me traigan la cabeza de Juan, VESPERO Brillan, unas tras otra, en mi vf rosa y Animo vacilante la muerte de mante. Este se despertó y cogió un ar el prisionero.
Desfibrase la tarde cual desfloro (driera las campanas rompen, con mayor viveza, os recién nacidos.
ma, pero se tranquilizo al ver a Hero Herodes se queds estupefacto, pero melancólicos sueños. Una oveja, lágrimas cristalinas. iQuién supiera el desgranamiento Pero las madres de Israel no sabían dfas desnuda, sollozante y con las ma al instante salio de su asombro y lan torna solado su vellón, se aleja por quien lloran las ánimas. Su llanto de su retintin que Herodes había titubeado un Ins nos vacías.
zó una carcajada.
con el vibrar del esquilón sonoro. pienso en seis niños de blonda cabeza, Escucha dijo Herodías. Has tante y que fijándose con la imaginaDebes estar soñando todavía, que Inunda sin piedad este desierto, ción en una estancia, había entrevisto ojos de lucero, boca de Carmín: ordo algo?
rida.
Gualda y púrpura, fúnebre decoro que semeja un inmóvil camposanto en ella una cuna Invisible. ST.
Quiero la cabeza de Juan. repitió muriendo el sol sobre las cumbres deja, donde también mi corazón se ha muerto.
cuyas carnes tienen olor de maleza, Con una emoción muy humana de. Qué era. Herodias.
y un lucero en el río se refleja cuyas almas tienen. candor de jazmín.
Nada.
seaba salvar una multitud de cres Al decir esto empezó a llorar. como una gota temblorosa de oro.
LUIS FERNAN CISNEROS. Retozo de niños tras la ligereza Pero. de dónde sube ese ruldo?
por no tener que salvar por su exclus! El tirano no se había creído nunca de una mariposa por un gran jardín. De la prisión.
va intelativa una sola vida. La peque cosa estupenda! Herodías sintió Llegó la noche y Herodías volvió a tan desdichado.
Yo soy como un puente era su hija ni estah ceri piedad hacia su trorador Injurioso.
na Salomé, que dormfa allá oír la terrible voz. Prométeme la libertad de ese hom.
que en seco ha quedado: fuese juda. El altimo. Herodias. decfapor qué edesvanecio, cogió otro camino quizás el torrente; Doda. El ditimo escrúpulo se bre dijo a Herodes.
palacio era lures tan cruel? El Ideal necesita mi Qué hombre gar y el puente se siente muerte, mi cabeza. Sólo ti puedes darsagrado, como quiera que la ΕΙ Voy a ver a Marta y la encuentro En fin, dándome cuenta de que es me la muerte, la muerte benéfica y recamblada. Sus ojos brillan, su pecho se, toy de más, me voy, de exterminio no exceptuaba a nadie.
preso, el que grita.
ya triste, ya inútil y ya abandonado. Bah! Se Herodes no hubiera impedido que ens demás, si dependiese de mí, no habría yo acaso quién es? cunda, la muerte maravillosa. te levanta largamente, y he aquí que mien.
Algunos días después encuentro a trase algulen Santa Ana. yo quiero volver a ser niño.
y obstinas! Ah. matara Por la tras habla, lanza inquietas miradas a Marta en una librería; acaba de comla mañana Hese irritó mucho Aun quedan en mi alta blancuras de armiño.
Las autorchas, las glebas y los gri nadie en la prisión. Pero detrás esta tos dejaron dormir aquella noche a Sa. molestar a esta hora a uno de esos le la hos Roma que me espía. Tampoco quiero prar dos tomos de Ohnet y parece muy ventana.
rodes cuando Herodias volvió a pedirTambién yo miro: y en la otra parte triste.
Me falta el cariño cabeza del prisionero y lomé. Pero el tetrarca no cerró los o carceleros que se arrastran por ahí de la calle, apoyado en el balcón de los. Está sufriendo horriblemente!
materno: el arrullo, jos, no porque oyese gritos y contem guard Oh. que terquedad. Pero no plase el derramamiento de sangre, si mía: yo estoy también cansado por al observar cierta yacilación en Heroisanguineo mocetón, que respirara carta de despedida, ha cesado de que aduerma este orgullo, si guardando su rebaño. Duerme, querida seguirás pidiéndome esto. agress contribuyentes, veo al subprefecto, ru me dice. Después de una desgarradocon que urdo proezas de lauros en pos.
no porque escuchaba Avidamente a haber hablado tanto.
días. Yo desesperadamente hacia las ventanas escribirme y no se atreve ni aún a podría consentir esta inatravés de la puerta un aliento suave le Soñar en mis libros. Jugar con mi hermana.
y cadencioso que le roſa hasta los Herodas tuvo que compartir el lecho till crueldad. Basta con una cabeza ala de Marta, ante la idea de un posible vantar los ojos hacia mis ventanas; Córrer por los campos. Señora Santa Ana. huesos.
su reglo amante y prestarse a sus šio para celebrar la entrada del terrón de azúcar, muestra ojos bona veces me enfurezco contra mí misina por carie as.
chones de perro fiel.
haber sido tan cruel, mas sin embargo, acuérdate que eres la Abuela de Dios!
La madre de Salome se llamaba Henuevo, y además, Juan no ha hecho Ya sabemos quién es ese sujeto nad Nada me gustan esas interminables a riesgo de comprometerme no puedo rodías. Seríamos mezquinos si busct le dijo Herodes pocas horas después. nada malo.
confidencias que las muchachas jóvenes obrar de otro modo. Si usted, suptera Yo sé que mi madre me perdonaría semos los nombres verdaderos de las Es un las locuras de esta vida byroniana.
compañeras de azar de ciertos tiranos no a ningún bicho viviente, pero que queña Salomé, empujándola brutalmen.
un buen muchacho que no haría da Baila: dijo Herodias a la pe solo reservan a los Tántalos con canas, que cambio ha operado en el el sutrl.
y, prudentemente, vuelvo la cabeza.
miento, en el, tan alegre! Con Verdad, madre mía?
encadenados. Un Herodes se ayunta Mas ya es demasiado tarde: Marta una larga barba negra que se ha dejacon una Herodías, una unión de ani. Prece ser peligroso. Una noche dejo te hacia donde estaba el tetrarca, mo¿Verdad, madre mía?
los borregos que apacentaba se ins baja los y murmura: males.
do, sus pálidas y enflaquecidas meji.
hino y cejljunto.
Se van ya callando los bronces. El día!
que me obliga usted, antiguo nas, a duras penas podría usted recoAcababa de volver a negar a su aman Parece ser que esa mujer había si tato junto a una fuente y allí se dedicaba a una maniobr Se van. Todavía sospechosa. Es do violada en pleno campo, en un plan taba al acecho de los viajeros y lete la cabeza de Juan, y al ver ante samigo mío, a que diga todo. Pues bien. nocerlo al pobre mozo!
sí sí, es verdad.
los ecos se ensanchan en mi corazón: tro de viñas, quien se disponía a cazar echaba agua sobre la cabeza, y, por una fas ganancias que se obtienen jugando a la niña, desnuda, recordó las peque. Cada dia me escribe cartas a esuna pieza mayor.
y, a ratos, parece que dicen. Perdón! Perdón. Perdón!
Ayer, Marta vino a mi casa casa cocondidas.
suerte de sortilegio, la locura se ha Por cortesía, pregunto: mo loca, con la faz descompuesta, solloJosé Santos CHOCANO.
Los grandes dolores que sentía la poderado de ellos hasta el punto de a ciertos juegos sin dignidad y sin devagabunda le ahorraron, exactamente renegar de sus dioses, de sus doctores cencia. Baila repetía Herodias con re. Hace ya mucho tiempo, Marta?
zando, desesperada.
igual que al tetrarea cazador, los pre y de sus jueces. La perturbación ha si Es horrible, affome lo que fiasolución. Oh! no me contesta no me liminares de una conversación. do tal, que el temible pastor fue enA Herodes le asombró ver una cria carcelado.
Salomé oselló a la derecha y a la iz ha hablado más que una sola vez, en el sa. Oh, esta vez no se ría usted tura salvaje que se quierda y luego comenzó a hacer sus baile de la subprefectura; pero, ist Tienen razón los novelistas! Nunca. Cómo se llama. preguntó Hero movimientos desordenados y extraños, y daba su usted suplera cuánto me me ama!
lo hubiera creído posible. vida con fatigas y espasmos, con golpes días.
Inquieto la interrogo, insisto para se tiraba hacia atrás, se levantaba, alTan llena está de polvo la diosa todo y movimientos violentos y mordiscos.
que me lo conffe.
Juan.
Mirate durante un momento en tu y los palacios de mármol construídos en Convertida en Herodías, pues desde Llegó la noche. Herodias volvió a oir zaba los brazos, Implorantes, y hacía Razón, y tan rodeada de cepos para renunte que renuncio a ir He aqui. me dice a lo que puebuscarla.
espejo, si tienes alguno! Tu rostro es la orilla se miran durmiendo en las el palacio asilo pasó la enferma, ya la voz misteriosa y sus labios se abrie marchando de al aire su cabellera. Después, lobos, coquetería! Durante to ismeton En el mismo tono con que uno se de puntillas, como un pája forma del estado de un Banco más bello que el de las doncellas del ondas. Alla lejos, detrás de los pa la restablecida, al lecho principesco, la ron para preguntar.
indel do de ayer se me antojo, por pu.
otro lado del mar! Tus ojos tienen las cios blancos, a la sombra de los árbo madre conservó a su hija ro del cielo, se dirigió hacia Herodes y que su lado. El ¿Eres to, Juan?
ro capricho, no dejarme ver; entonces, acaba de retirar los fondos, me conluces eternas que brillan en el templo les se abre la gran flor amarilla de buen Herodes no quiso oponerse a ese dijo débilmente: Yo soy, y tú, no eres Herodías?
de Parsavanath! Para que tejen la se. Tchampa, cuyo néctar es tan dulce que cariño natural. La que ocupaba sus no Quiero la iero la cabeza de Juan.
indtiles parablenes. en el vea usted lo que son las cosas, enton esta da maravillosa si no es para que cu. Sí; qué quieres de mi?
estilo habitual de los discursos muni ces sin duda me creyó muerta, y, El tirano perm la adeja la evita para no morir.
permanecía pensativo.
ches se la habían deparado los dioses.
ventans, bra tu. No te he dicho bastante para meEn ese país maravilloso en donde El tetrarea no se preguntaba qué vorecer la muerte!
tu cuerpo, armonioso? Para qué Continúa! dijo Herodias, con cipales, expreso mis votos por la felici mañana, al asomarme a miro: ah, es horrible! Sus cabellos dad de Marta.
lanza el sol sus rayos ardientes si no nos pasearemos los dos. Yo te cubriré luntad suprema le había hecho descumortal angustia, a la desalertada e han encanecido en una noche. Sf; lo he escuchado todo, Juan. Pe inconsciente Salomé.
es para luminar tu feliedad y ti, de velos y de sedas y te llevaré al brir a su amaz to.
La consuelo, la reconforto, le digo tele desconocedora de esa dicha, llevas una de Parsavanath para jurarte un ro ¿por qué tu odio. Te he hecho yo la niña se alejó, de un salto, del Acaeció por rara fortuna que esa He algún mal!
tirano. Tenía miedo.
dugo llevando en la mano, snjeta juor cuan estimable ha de ser para ella esta modestă enagua del más modesto de amor eterno ante Aquel que doquler esprueba de amor, y no obstante su dolos tejidos, vives en una nota ly negra Trones ta presente. luego. en la noche.
rodías de pleno aire, naeida para errar Eras la mala consejera del tetrarea Un frenesí se apoderaba de Salomé: los cabellos, la cabeza de Juan.
Herodias contemplo aquella cabeza sobrehumano, tan dichosa, al fin y al lor, la veo tan orgullosa de este amor cabafa, meces y cantas en tus brazos pero sabes lo que es la noche en aque por los caminos y condenada a violen. y la inspiradora de su crueldad, de su toda giraba a su alrededor, en un tor: cias inauditas, entre los más rudos a depravación y de su perdición. Por ti bellino fantástico.
joven, de rostro imberbe, y sangrienta de virgen el hijo de otra mujer: y mien llos lugares! No es como aquí una os saltos, amó la paz y el reposo, odlando mueren seres bueno e inocentes eria.
tras otras menos bellas que ta se des curidad horrorosa. Escucha: el sol de alte piertan al son de músicas divinas, to saparece lanzando rayos que semejan profundamente el ruido y el escándalo. turas. Eres la plaga de Israel y la quel sortilegio y se rebe contra su pro lados.
Herodes noto que iba a vencerle. ain. entonces pudo ver una sonrisa cabo, por haberlo inspirado, que me en la boca entreabierta y unos ojos heNo le diré que, desde hace un aflo pio espíritu. No queria que hubiese en nuestro pueblecillo, reemplazan al los gemidos lamentables de un sonluces de Bengala, y, en su lugar, se ve soñado con una cabaña tranqui gangrena del universo.
Salomé, en la inocencia de su edad, subprefecto cada mes.
sangre apoteosis. Pero, alzarse una luna inmensa y roja, cuya la y poseía un palacio. Herodías era oscucha. alia, en el país harisedonde claridad, al inundar el Oriente, hace senect het ene esplendores y desnudeces. do era una vagabunda por los cami. quiso hacer un gesto, decir una mala reclamaba aquella cabeza que tanto tra y el tetrarca, avaro los caprichos bajo le había costado obtener. Tendida GASTON DE PAWLOWSKI.
voy el aire es como un perfume en el palldecer la de los astros. El lago estabusaba de su sumisión. Estos dos os, sabes que he sido dócil a todo y bra, no pudo hacerlo.
Hielo que no es sino una inmensa son lleno de reflejos verdes y todas las luces no para todos, y que daba gracias a Dios risa! El calor del sol es suave como del jardín iluminan las riberas. LR seres hubieran sido felices si el eco de nor dejarme gozar de la vida. Sabes pero ni siquiera recondo sus nombres, bra aquella cabeza por la cual ella Quiso implorar a todos sus dioses, en el suelo, hacía bailar sobre la alfomfau. las maldiciones no hubiese lacerado su que fou de mi duelo y carleta de una virgens Avisa que ta y la pandereta suenan por todas y señor que no Cuando Salome Juega, en la mañana, con las cabelleEspigas de oro pidió de nuevo la danzara antes, corazón.
sólo asdoradas de las mujeres se muere, remos, cerca de las ruinas iluminadas, La pequeña Salomé crecía. Una fiebre estuviese permitido desear algo, pues que veía entreabrirse mil diminutas bo fin preguntarle Herodes, a estaba ensiquerría sino el bien de todos sl me cabeza de Juan, le pareció a Herodes de qué quieres esto? pudo al El hombre conoce la vergüenza de elas! Talvez hayas condEROX danzan, al claro de luna, las mujeres hija y esa fiebre se infiltraba, sin amor, esclavo y que una mujer es una ni Jer. con alas sonrosadas.
Buenos en cabeza za de no. Herodías dijo la voz eres mi her son del otro lado del mar. Dime, quieres en aquella extraña criatura. Los besos Luego orđeno que se enterrasen los No pronunció una palabra, pero sus El amor despierta grandes ambialrededor grandes que tuvos venir. de cálices de purpura La bella mujer no contesto nada, lo cuerpo de la niña, baſada en una olea, mientras que es preciso que yo muera.
maternales humedecian el rostro y el mana de miserias, pero te quieres vivir párpados se movieron como en señal restos del sacrificado en una sepulturaciones y quita los medios de realizarlos.
de aquiescencia honrosa y lejana.
woletion påjaros de plumsje ale Ordure miri census ojos llenos de amor que da de estrupo mercenarlo. Salome Ofanse lamentos en medio de las tiEntretanto, Herodías había llamado mientras Herodías se prometía ho El hombre se fatiga del amor. La sobre las aguas, inmóviles como espe reloj con su monótono ruido repetía: Bobite an entonando amorosobiga el cos, languidecian de felicidad mientras es sintió muy pronto horror a los abrazo nieblarse al verdugo.
Erraba por el palacio, soñando con. Por qué es preciso que mueras. Ve y córtale la cabeza al prisionero jurar a Salomé que no ballaría más ras tranquilas, el buen Herodes hacía mujer sólo del amante. El pensamiento es como la llama; Lejos de aquí. Lejos de aquf. desiertos, con bosques de cedros y o Juan?
Juan le dijo Herodías el señor lo livares sólo alunabira consumiendo. No lo sé, pero es necesario. Estoy ha ordenado.
por amor a el.
ZOLTAN AMBRUS Herodías se había instalado en un rodeado de prodigios, y me siento el los pocos instantes volvis el verErnest La Jeunesse ETIENNE REY SEÑORITAS MAYORES probado que aunque el la orden a la criatura.
la 110 a de su antes te los ojos y. Ya AMOR!
ase revolvía de conducir la el día de fundo en templo de callo.
Habia no tienes quien te te despierte si no.
la mediodía, aquel paia maravilloso.
mas de frazione sin cuerpos muertes de vente de care avez hermoso fu amar. La mujer sólo conoce la vergienJom belfsimos, algunos cisnes, nadan entre las columnas de loPBX)Jos Dallos blancos de las esbeltas ninfeas Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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