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Viernes. de Setiembre de 1916.
EL IMPARCIAL Página cinco SELECCIONES SELECCIONES DE EL IMPARCIAL SERIE OCTAVA SUMARIO: El Rey negro, por Eugenio Ors (español. la venganza de las llamas, por María Luisa Castellanos (española. La Cisterna, por Villaespesa (español. La Galera sombría, por Amado Nervo (mexicano. Epitafio, por Gaspara Stampa (italiana. Cuba, por Manuel Tijerino (nicaragliense. Fļor de Bohemia, por Leonardo Montalbán (niearagilense. Espigas de Oro, por Esteban Rey (francés) y Miguel de Unamuno (español. crimen. El Imparcial El Rey negro lacer daño con dda en Flor de Bohemia (Cuerto para niños)
se dispusieron definiendo la siniestra figura del Rey Negro, cuando el brillar Yo siempre el Rey Negro ha sido, co sus ojos parecía que daba luz a la mo lo es hoy, portado jueguetes. An alcoba, el muchacho travieso, menos tes, por el contrario, tenía como obil miedoso, le sonrió al Negro visitante.
gacloa asustar, castigar los chiquitines. Era uno de los que Ven. le dijo inmediatamente.
formalan la Gran Agencia de Jales que El Rey Negro se detuvo. Era la pridirigía Satanás en personal. El recuer mera vez que no producía terror. Sus do de una infancia negra, sin juguetes, manos avanzaban amenazadoras pero debito quedar como un un negro recuerdo temblaban ya. El fulgar de sus ojos que en el fondo del espíritu del Rey Negro. llenaban de fosforescencias la alcoba. como la naturaleza había sido ingra disminuyó un poco.
ta cou él, el fue malvado con los hijos Traeme un juguete! dijo el infanpredilectos de la naturaleza. llenó todo te, tomando, entre sus manecitas, aquea ser de odio y cuando se vió conver las manos inmensas que, debido a la e tido en Rey y en Gigante, dotado de moción, ya no eran pesadas.
dominio y de fuerza, dedies el uno y Oh, Rey Negro, Malvado, Ase: la otra por entero a las empresas del no, Caníbal, Ogro, Vampiro, Demonio!
mal. Era el el Ogro que en las oscuri Qué haces? Tus brazos caen. Cierras los dades de las selvas, atrafa a las criatu. ojos dejando la alcoba en la oscuridad.
perdidas hasta su mansión malde Un largo y extraño quejido se escapa donde, después de espantosa del fondo de tu pecho. Sales tambaprisión, los hacía morir sin piedad co leando.
cloándolos en enormes calderas; era Hel Vampiro que con su vuelo fatídico, Nevaba. Nevaba lentamente, dulcellegaba hasta el pecho de las madres y mente, tristemente sobre la tierra y de las nodrizas dormidas y chupaba la sobre todas las cosas de la tierra caſa sangre de los débiles chiquitines: era una absolución de blaneura. Cuánto a el Demonio habitador de las tinle más negro se vería el Rey Negro en blas que, en la noche, esplata todo in medio de tanta blancura.
somn o para llevarse a los chiquitines Se sentó en el suelo: Besaron su rosque no dorman.
tro los copos de nieve. De cansó su mlrada en el grande manto candidísimo.
Una noche, el Rey Negro iba a llevar. Poco a poco, también su alma negra rea una erlatura de esas que 110 duer se saturó de blancurn. Algo nació en el.
men. No, no dormía, no podía dor. El sentimiento paterno. Eta como una mir, el pobrecito! Un miedo, un gran oleada.
mielo, un miedo que dilataba exagera Un resplandor de bengalas Iluminó e!
damente sus puplins en la oscuridad le cielo en el horizonte. Pasó la mágica tenía embargado el corazón, hacía ho cabalgata de las Reyes de Oriente.
rus, muchas horas. estaba solo! Ha.
bía gritado Mama! und inil reces Cuando llegaron cerca, el Rey Negro hasta ponerse ronco sin obtener res. vió a dos venerables ancianos montados puesta alguna. No liabía gritado Pa en majestuosos corceles seguidos de un pe! porque no lo tenía. Era un chiqul fastuoso número de criados y de pajes.
tin solo, completamente solo con su Les pregunto: madre. que no estaba con el. Quienes sols y adonde vais?
Tenía miedo, de qué? De la misma. ellos le contestaron soledad. Había empezado con una in. Somos los Reyes Magos. Vamos a quietud grandísima de arrepentimien llevar juguetes a los niños.
to. En la tarde habia cometido a da el, de nuevo, interrogo: fo. Era un muchacho travleso, ar to sat También a los niños travlesos?
Ma. Era travieso porque era nervioso, ellos respondieron.
de excitaba, se enfuerecfac maltrataba Los niños traviesos deben quedarse a todos, rompia cuanto objeto cafa en sin juguetes en castigo de sus travesusus manos. Le Irritaba el ambiente de ras.
la casa materna tan lleno de caricias. el Rey Negro, acercándose, les re tan repleto de amor. La alcoba del niño plicó: travieso era tibia, estaba perfumada. Escuchad. Soy Rey. Soy inmensaderaasiado perfumada pero lo dejaban mente rico. Querels dejarme ir en en ella solo. Completamente solo con vuestra compañía, para llevarles jugue. miento de una criatulaloroso arrepenti. tes a los niños travlesos?
nerviosa que se ellos, después de una vacilación.
encuentra a oscuras! Deseaba pedir per le contestaron: dón. Cuando, después de sus gritos. Ven!
habia sentido acariciado nieamen. Ese es el actual oficio del Rey Negro.
te por la soledad, por la oscuridad y yo, Glosador, me complazeo en re por la angustia, sintió llenarse su al comendarles a mis amigos, los niños ma de intenso temor. Astixiante sen travlesos, que, sin que dejen de saludar, sación de vaculdad, de alejatnlento, de con la debida etiqueta, a los tres Reyes subterraneidad, de clausura, de tum Magos, dirijan con preferencia al Rey ba! Amenaza sutil que palpita en el mis Negro sus injustas peticiones.
mo silencio! Conocéis esa impresión teTrible de sentirse abandonado y como EUGENIO ORS olvidado por todos en la inmovilidad y en la noche. Cuando las sombras (GLADIUS, del catalán tradujo)
La Galera Sombría que vendrán a pediros sufragios, por pasó rozando la frente del señor que los habéis hecho morir sin de Quiñones, al tiempo que una confesión, y vos mismo seréis pasto ráfaga de aire apagó el velón colole las llamas cado en la repisa de la chimenea.
Delo esto levantó. se el padre En la obscuridad vió el caballero Juan, y, sin esperar respuesta al más fantasmas y oyó más lamenDE guna, alejóse presuroso de aquella tos; anduvo a tientas unos momen casa maldita, en donde gozaba de tos, hasta que tropezó con la puerlitert. el autor de tant horsendo ta: el anatema del sacerdote reper 80 cutía en sus oídos y el terror de su ánimo le hacía verse envuelto Agitábase en el lecho Bel en llamas. Se apoyó en el pasamamesí le parecían llamas que le assamente, abrió el portón y se eny brasaban. El techo estaba pinta contró en el campo: los claros de do de amorcillos y los tapices re luna eran fantasmas los matorra La Cisterna embrión, a la caída de la tarcie to presentaban ninfas; pero en su de les, seres del Averno; los sonidos mó forma real y vívida.
lirio veía otros tantos seres todos de la naturaleza, aullidos Llegó la noche con su cohorte que llegaban en demanda de que le acusaban con lastimeras vo¡Ge mía!
de belleza, sembrada a manera de sufragios desde el profundo de ces y burlescas carcajadas.
Siempre, siempre has tenido de par en par abierta brillantes sobre el azul turquí de los infiernos y que, con una serie Corría presuroso, gritarido: para todos tu puerta.
los cielos, y la luna, como globo de de lamentos, ensordecían sus oídos Agua. agua!
De todos fue cuanto en tu casa había. nácar, esparció su alba luz sobre y alocaban su cabeza, presa de así llegó hasta las rocas inCon todos tu riqueza has compartido. la corteza terrestre; los arpegios grandes dolores.
gentes que bordean la costa, desde de la soledad se dejaron oir y las Un lamento, más agudo que los donde, poniendo los brazos en cruz. Cuántas hambres saciaste en tu pródiga mesa. ¡cuántas veces, armonías del silencio hicieron eco otros, le hizo sentar en la cama se arrojó entre las ondas del mar sufrişte privaciones y est recheces, en el fondo azulino de los montes con los ojos agrandados por el Cantábrico en busca de frescura porque todo lo tuyo malgastaste tantaron los pájaros en la enterror. Ya venían. Ya se acer para apagar las imaginarias llalos otros. Al misero mendigo ramada, musitó el mar un murmur caban los espiritus de ultratum mas que encendían su cuerpo y aleque en tu casa se entró no preguntaste jamás si era tu amigo o tu enemigo.
llo de placer, las sirenas entona ba: Abrió la ventana, porque un jarse de los lamentos que pedían ron con voces ledas sus amores y Al calor de tu mesa le sentaste, y con él compartiste las flores reían gayas ante el noble fuego abrasador consumía su cuer. justica y sufragios.
María Luisa Castellanos cuanto en tu casa había.
conjunto de arte y de poesía que po, cuando el pájaro de la noche ¡Y tanto prodigaste tu alegria el pequeño verjel encerraba.
que has venido a quedar mendiga y triste!
Pero un buho levantó su vuelo Como todo lo diste: y, entrando por una vidriera de ya no tienes ni techo que te cubra, ni lecho la iglesia, ornada de cristales muldonde poder dormir por vez postrera.
ticolores, fue a beber en la lámpa Aquí está, me dijo un amigo. La niños, ni mantener pájaros, ni ra sagrada la savia del olivo, del busqué inútilmente en los hoteles: plantar un árbol.
La tierra te es hostil. Como una fiera, arbol de la paz. En tanto Bel no sale de su cuarto que ha decora Yo me figuro que ha de ser muy perseguida por todos, sola marchas trán, asomado a una de las venta do escrupulosamente junto a un bonito poseer una casa a la entre las sombras y entre las escarchas, tiritando de frío nos de su morada, contemplaba la paleo reservado del El Nacional. da de una aldea, de donde salga el Allí la encontré gastando en la pan y la leche para la ciudad.
sintiendo en torno tuyo horrible obra que su degeneral a intimidad de su traje los tantos Solo eso deseas.
la frialdad angustiosa del vacío.
imaginación había forjado. Sin detalles que yo conocía. Ah si! y un jardín siempre Sola. no! que a tus pies gruñe sombrío, embargo, se aburría; sus sarmen Se sorprendió de verme en su verdecido cuyas ramas den a la cacomo un mastín famélico, tu orgullo.
tosos dedos preludiaban la sinfo cuarto, cerea de la ventana, en don lle.
nía del fastidio sobre el marco después atrayéndome a su lado, así.
de tenía papel de escribir, pero Las otras nunca han pensado Sangrando el corazón por mil heridas, de la ventana y sus labios tlacidos exclamó: Deme usted su mano, No tienen otra ocupación fuera te rindes a tu eterna pesadumbre.
y exangües siseaban un abúlico a y estréchela del modo que quiera. de las tablas que escribir cartas ¿En qué hogar, al amparo de qué lumbre, compañamiento.
Al hacerle una pregunta ella se en francés a Sarah Bernhart y calentarás tus manos ateridas. La villa ardía entera; las lla encogió de hombros, alzando brus canjear besos con la Guerrero.
Yo las compadezco, sobre to lo VILLAESPESA.
mas, como haces de estrellas, que camente su mano izquierda en la que brillaba un diamante cuando les nace otro hijo que se rían llegar hasta las nubes; am. Fumemos así, juntos, de la ha removido en sus entrañas qui gustiosos gritos se oían por do misma manera que bajo la toldilla zá al hacerse cargo de un papel quier y las campanas doblaban do belde Wronce para que echemos una larga velada.
aqui está un candela trágico o al fin de las fatigas de lorosas, demandando auxilio de bro de las cenizas. Las otras. las que los cielos.
Me parece todos esos hijos llevamos tú y yo, desparrámalas nacen anquilosos, en éxtasis, cual Si deseas que pronto de tus mares se aleje Corrian los nobles vecinos de al viento en esta visita de afecto, si fuesen encargados para un Mu.
la galera sombría que te trae las penas, Puebla de Aguilar, por sus campos que a mí me parece una cita. seo; labrados en cera o arcilla, y ten paciencia y aguarda. la paciencia es el eje y viñedos, con voces suplicantes y Si te place, soñemos, y yo te con ojeras, con labios y carmín moral y el gran secreto de las almas serenas.
alaridos ensordecedores; los niños contare una historia secreta de mi falsos. Llevan un contagio de ama La paciencia hizo el mundo; lo rige la paciencia; Hloraban, las mujeres gemian y los pequeno Mixcoae con su calzada, biente y de raza y crecen destinade la Castañeda dos al manicomio. Uno de sus fa el arte es una larga paciencia y el amor. hombres alzaban, airados y sanu. Prefiero hablar de tí, nada miliares se volvió loco en México La santidad más alta, lo más profunda ciencia, dos, los puños hacia el señor feu más. No me recibas como periodis después de representar La Carca de una maravillosa paciencia son la flor.
dal, que, imitando al cruel enpeta.
jada.
rador romano, gozaba el placer tencional: y echiando su cuerpo un Ya sé, exclamó de un modo inSé paciente y aguarda que fulgure tu día.
La conversación se hizo más que ¿Sabes tú si las perlas de la santa alegría de ver entre las llamas a la hidal: poco atrás, hacia atrás del sillón, do, y así discurriendo a saltos la con que sueñas, anidan en las heces del vino?
levantó la tapa de su cofrecito de deje refugiada en su cuartito re.
Bebe todo tu cáliz. No hay bonanza tardía El sol, que se prendia con gasas mano con incrustraciones de pla cien pintado.
ni existencia que acabe sin cumplir su destino!
ioleta y rosa, apareció en el cenit, ta. Aquí está, me dijo, el anillo de las doce. ahora me mar mirándose alegremente en el Can compromiso, tu anillo de oro liso, cho, princesa de un reinado que Amado NERVO.
tábrico; las praderex y montañas y con la inscripción que tú querías, todavía no se ha visto.
grabada en Veracruz por un joye Asi ne retiré, como embriagado le saludaban con una sonrisa de ro indio.
de con un vaso de baccarat. lle frescor y fertilidad y el rocío se coDespués de un modo franco y no de un sentimiento de amor y lumpiaba en las flores de las mura mirándome fijamente abrió su ály na hez de piedad por aquella llas. La ría surcaba su cauce sal. bum de viajes. Mira cuanto antó ilusión que se acogia bajo una tarina, como cinta de plata, y co medallones, recortes de periódicos, en aquellas dos joyas de bellezagrafo, firmas conocidas, retratos, tienda nómada; pensando mucho Traducido por María Cruz, rriendo, iba a unirse con el mar en programas de baile; y por aparte su boca y sus ojos que irían a de en Venecia, 1909.
estrecho abrazo. ero, al contrario cintas y pañuelos pequeños (bor jar forzosamente en quien sabe Cuando al fin de mi pecho consumido de la naturaleza, las edificaciones dados con el oro que una amiga qué suelo, bajo paletadaos de tieel alma atormentada se evapore, le que había dentro de las murallas enviaba de Sado.
rra.
llorad, mujeres, que el Amor me llore, de Llanes. entonces uebla de De pronto una postal con mi le De la puerta del teatro me volvi tra.
pues no llora el ingrato que me ha herido.
para preguntarle: irás Japón?
Aguilar. hechas por la mano de La recibí en Cuba y la contes. Sí, y muy pronto. Dentro de Si hay corazón que otorgue condolido tantos hombres, por el capricho de té de mi puño, pero entonces ya diez semanas termina mi contrata lo que mi acento al apagarse implore uno solo agonizaban purificadas te habías marchado de tu pueblo; y un mes después recibiré el dine sobre la tierra que mi mal devore por el fuego en aquella mañanita siento por las cosas que en ella te cos de New York. De allá teman alguien recogió esa carta, loro que tengo depositado en los Ban así grabe por qué tanto he sufrido: esplendente de la primavera astu decia.
daré mi diario copiado en grano riana. De mucho amar y ser inuy poco amada Cuéntamelas.
de arroz y las utas nacionales Ante el contrastado cuadro, de. Más tarde.
vivió infeliz y descendió a esta fosa de Henzeu y de Asayasu, en ce la amante más amante y dedenada.
vida en el campo y de muerte en Hablemos quedo: el Director cerradas en una cajita de laca, con la población. solamente se con Ya conoces la vida de ellas, de Yacco.
y sus hijas son siempre celosos. el retrato mío y el de la Sada Paz, viajera, deséale piadosa, uplaba la figura de un sacerdote, todas ellas, que rebuscan el galan Le di las gracias y me marché y enséñete quien fué tan maltratada que, pisando ruinas, dirigía sus teo para que les compren el ma pensando locamente en que acaso a huir de una alma cruel y veleidosa!
pase por pedregosa calzada hayor número de localidades; saben podía volverla a ver desde San ta llegar a la mansión de Bel muy bien urdir una juerga de a Francisco de Califronia, empinánGaspara STAMPA.
trán de Quiñones.
mor y desdeñosamente correspon dome un poco sobre una torre, ya den Levantó la aldaba y dejóla caer en lenguaje académico. que un escritor en su geografía dos veces con fuerza sobre el cla secretos a todo el que sea como yo recta hacia el Este de esa ciudad, Yo no soy así. Le entrego mis ideal, dice, que tirando una línea Cuba vo: en los ámbitos de la morada muy intimo. aunque no se gaste se puede ir a rematarla en un mirepercutió ruidosamente. Se aso pesetas ni vista de frac. Ese aconarete de Tokio. María de las Nieves.
mó a la alta torre un joven, entre modamiento de cordialidad refresel ca hidalgo y plebeyo, y al ver al pa gan con perfume como rosas reespíritu y las ideas se entre Leonardo Montalbán Fue para mí un oasis que tenía La más risueña placidez. Fuí dueño dre Juan, bajó presuroso para a cién cortadas.
brir de par en par las anchas puerYa perdieron ellos su yo faDel misterioso palpitar isleño Espigas de ora me olvidé de mi melancolía.
tas. Pasó el sacerdote al salón, or miliar, y en el paseo o en los parnamentado de obscuros tapices y reinas destronadas, con el propio ques se creen hadas, princesas o. La plegaria es un arranque sublime Yo hallé en la lumbre de tu sol, María, pesados muebles, y mandóle sen papel que desempeñan en cada re hacia Dios con la intención de sacarBañado en chispas fúlgidas, el leño tar.
presentación. Mi castillo interior le pequeños provechos.
Maravilloso de mi propio ensueño.
Presto apareció Beltrán, e in que yo me figuro alto y blanco, es. Los grandes poetas nos disgustan me olvidé de mi melancolía.
clinándose respetuosamente, quiinaccesible, de la prosa, pero los pequeños poetas TIO se resigna nos disgustan de la poesía.
so besarle la mano. Se levantó el ser objetivo La lectura es el pecado de las muPara ellas nada significa es lar Hoy un extraño sortilegio incuba Entre mi alma recordando a Cuba sacerdote y, lleno de santa ira, ten ga visión erratil de ir de una tie jeres honradas.
diendo la diestra, lanzó anatema tra a otra, viendo rostros extra Uno sueña en la gloria, se limita Donde hay músicas, lumbre y alegría, sobre el hidalgo. nos, costumbres diversas y dejan: después a esperar el éxito y concluye Porque en la patria de Martí ful dueño Villano! Por dar placer a brando el camino de piedras que familia como en una Zitzinanea, sem por contentarse con los elogios de su Del misterioso palpitar isleño; vuestra alma vil y ruin quemasteis son tumbas de niños encantados Esteban Rey. me olvidé de mi melancolía.
la hermosa Puebla de Aguilar, en por la Mnerte.
donde perecieron vuestes feudos Pacimos por México, por La Ha. La originalidad es eso. No acuñar Mannel TIJERINO.
y vasallos, quedando no pocos sin bana, por Palma de Mayorea, y no moneda sino saber usarla.
Para hacer creer los demás que Washington, julio de 1916.
pan ni logar. Dios, que es justo, se han acordado de visitar ningún cementerio se veneto eu algo precisa creerlo uno castigará muy pronto vuestro cri. Nosotros tenemos un vivir pro primero. Inédito, para las Selecciones de El Imparcial. men; las ánimas de los difuntos pio, particular. No podemos criar Miguel de Unamuno.
ga villa.
Epitafio La venganza de las llamas (Leyenda medioeval) palacio revive el alma del señor feudal y que los ramajes. de stis Acaeció el hecho en aquellos retores silvestres resuenan en po motos tiempos de duendes, brujas ches de tormenta con sonidos de y encantanrientos, enando las vi rebato y tañidos de ultratumba.
siones macabras de la hechicería revive en mi mente la historia atrofiaban el espíritu de los seres, del tirano, que en noche borrasco porque la benéfica luz del progreso sa me contara la riejuca al amor no había disipado las tinieblas de del logar, en un rincón perdido tle ha ignorancia ni las del fanatismo. la Jozana campiña de una gani Era teatro de las hazañas este nía.
rincón del oriente de Asturias que Acercándose a las grises pare se llama Llanes, entonces fortifica des, nido de musarañas y lagartido con almedas e inexpngnablles jas, acude a la mente la idea de los murallas aprisionadas por la hie tiempos bien idos del feudalismo.
dra y hoy embellecido con gentilesi Existía en Puebla de Aguilar quintas de recreo, acariciadas por una familia linajuda, cuyos pala madreselva, los rosales y los dres, al morir, dejaron un solo hi.
Dardos.
jo, Beltrán. Era alto, moreno, Entonces la defendían guerreros taciturno, parco de palabras y pro y hoy la aman exploradores. El sol lijo en actos. Tenía grandes aficio servía antaño para ver desde lejos nes a la montería y a la pesca, y se a los enemigos que venían a sitiar gozaba viendo sufrir a los que es a la noble Puebla de Aguilar, que taban bajo sú dominio.
era así el nombre de Llanes, Acaeció un día que el señor de hoy da alegria a los espiritus y eas Quiñones se levantó malhumorado contra todo lo nacido. y concibien Pero, aunque las cosas cambiado na horrible idea, quiso ponerTon al correr del tiempo, porque la en práctica.
condición muy humanæ es trocar Sentose bajo el arco de su blamal por bien, aún se conservan ex sonado portón y esperó la noche.
tramuros de la villa, 80 jardi La tarde caía silente y triste.
nex perfumados, las esqueléticas con indeciso claro osenro, que da paredes de un derruido palacio, a ba a las cosas el color de un pensaCupas ventanas, que semejan ojos miento sombrio. Por los alrededo kin pupila, se asoman las jarama res no vagaba nadie, y lo que en Bis y los alelies amarillos. el cerebro del hidalgo al amanecer Arin parece que en 182 tiros del no era más que la sombra de un pero ta fortaleza al enerpo Combi Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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