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Jueves, 12 de Octubre de 1916.
EL IMPARCIAL Página nueve.
Selecciones de EL IMPARCIAL Celda querida Página española SELECCIONES seamos stamos cansado lates muy Canto a Castilla El Imparcial Pastoral lla todas nuestras run run de la de zagales.
eristal DE PASTORES SERIE 14. SUMARIO. La celda se hace grata habitándo buena canción. Pronto descansaré, la constantemente. Kempis, 1, 20, y vo veremos nosotros a la vida, a viCANTO CASTILLA, por Ricardo León.
Mi cuarto no es simpático: es grans vir alegrías y penas reales, con que eEL GOCE DE ENSESAR, por Santiago Ramón y Cajal.
LAS FUENTES DE GRANADA, por Francisco Villaespesa.
de, ciertamente, pero el papel de las llara de hacer acopio de sentimentales SIGLO XVI, por Federico García Sanchiz.
paredes, sobre un fondo tedioso, tiene recuerdos para alguna otra soledad PASTORAL por Juan Jiménez.
un feo enrejado de sarmientos; entre venidera. para cuando ya REPIQUES DE CAMPANAS, por y Alvarez Quintero.
el corren enormes floriponas y capullos muy viejos, y tú estés CELDA QUERIDA, por Martinez Sierra.
de un rosa imposible: hojas, ramas, y de haber refdo DE PASTORES, por Ramón del Valle Inelán.
rado por mí. Qué påmpanos de un verde matador: todos le daremos, corazón, a nuestra buena DE LA COMEDIA LA VIDA, por de Cervantes Saavedra.
los muebles son de caoba muy brillan amiza por hal haber alegrado nuestra soPAJAROS DE ANTASO, por José Martinez Ruiz.
te (yo aborrezeo la caoba y el brillo. ledad con tan maravillosos cuentos, por debajo de un fanal tengo un San An haber aplacado nuestra hambre de ter ១)
tonto de china con hábito blanco y ea nura que tenía tanto miedo de estar pucha rosa; otros santos en cromos: sola y triste? a nuestra celda, corasobre la chimenea de piedra gris y ja zón. qué le dejaremos en pago de su rrones de cristal floreado, un espejo tibia y pacífica hospitalidad. con marco de oro mustio: más alto un Vamos a dejarle un mensaje de gozo Sagrada tierra de Castilla, grave y pensam ento como el cristal de tus foncrucifijo de celuloide. El tocador tiene y de misericordia. Quién vendrá aqui: solemne como el mar, austera como el tanas; mansas las penas como el curso el espejo torcido; la meridiana es fi Quidi una viejeeita que no ha tenido desierto, adusta conec semblante de de tus arroyos: sanos y sencillos los nebre, de gutapercha negra en las hijos o que los tiene ingratos. quiza los antiguos héroes: niadre y nodriza placeres como el olor de tus agrestes ventanas hay doseles rojos, viejos y des, una luérfana que cozerá a la máquina de pueblos, vivero de macones, señora flores: dulce el sueño como la miel. de tenidos, y cortinas de encaje falso con para ganar la vida o que dará lecciones de ciudades, campo de cruzadas, tea tos colmenas; alegre el despertar como tro de epopeyas, coso de bizarrías; fo el canto de tus alondras: robusta la Las fuentes de Granada dibujos macizos. Se ve la calle ancha a niñas ricas e insolentes: quizá una y triste: frente por frente leo en la paralítica: quzá una inteliz medio roy y aula, templo y ostátillo, cuna y se lle com el tronco de tus robles monMaría, verdad que es triste luna de un gran escaparate: Distille loca. seguramente, y sea quien sea, Las fuentes de Granada. no encontrar por la campiña rie des trois tilleuls; Joan de Raedt, una pultura, cofre y granero, mesa y al tesinos.
pobre y una desdichada; porque tar: firme asiento de la cruz y del Qué tónico el ambiente, qué austero ¿Habéis sentido, un corazón tibio y bueno Aill, entre los macizos tarros de curaesta es una casa para pobres y para blasón, del yelmo y Iancorona: erisol el paisaje, que serena la atmósfera soen la noche de estrellas perfumada. que nos haga compañía? 230, está Napoleón en traje de gala, infelices, y nosotros, corazón, con nuesbre el haz de la tostada llanura. Yo de oro, yunque de hteyo: salve!
algo más doloroso que su triste gemido?
exuela del he visto las ymtas perezosas, labrando Fuiste universidad y Todo reposa en vago encantamiento sonriente y panzudo: junto a la estatuí tras ilusiones, hemos sido un pájaro Yo pensaba que, ayer tarde, grotesca dos palmeras enanas. extranjero y extraño, y brazo como un puen la besana, y hendir la reja el húmedo mundo; tendiste el en la plata fidida de la luna.
me iba a encontrar a Estrellita rando a lo alto, risas han sido en esta casa triste, una el cielo te sobre los mares: hincaste la planta terruño, y caer como una lluvia de oro, Entre el olor a nardos que se aspira en el viento, gris.
bajando con su rebaño sin embargo, le he tomado a esta tas viejas. Para la pobre vieja que ha su sturazón. Ya vez cómo nos quieren esen las cumbres para estar más cerca la simfente: he visto verdear la mies, la frescura del agua es como una de alguna verde colina. celda un cariño bien grande, y ahora tas del cielo; hiciste lanza del corvo arado y encorvarse al batir del viento, y mamano que refrescase la sien calenturienta.
El agua es como el alma de la ciudad. Vigila que la voy a dejar para siempre pien. de venir, después de nuestra marcha.
y mantuviste en los hombros, sin fat. durar al sol, y caer al filo de las hoMaría, verdad que es tr ste so con curiosidad emocianada. Quién a echarse en esta cama que parece sa, la pesadumbre de la gloria. Tu vien ces y yacer agavillada en los su sueño, y al oído no tener quien nos sonra vendra a hab tarla cuando yo no este una caja de muerto. quieres que dejetre maternal dio tan copioso fruto, quely bambolearse en los carros gemidores del silencio le cuenta cuando se abre una rosa aquí? Sí, floriponas rojas, sois bien mos sobre la almohada los mejores SI a no ensanchar sus faites el planeta, y desbordarse en las eras, y crug balas leyendas que viven a pesar del olvido, en la paz de nuestra vida? amigas; si, capullos pomposos, mis ojos de todos nuestros sueños? Sí, sí; que no cabría en el today tu raza. Eres jo los trillos y molerse en la aceña, y bajo las estrellas de la noche tranquila han puesto muchas veces sobre rues en sus insomnios sienta el calor de capobre: y, sin embargo, mutriste el cau tostarse en el horno y convertirse en tiene palpitaciones de corazón herido.
Yo pensaba, esta mañana, tras hojas ridículas el perfume de riños lejanos y para ella desconocidos; dal ajeno; eres vlejkumas atn tienes blanquísimas hogazas. He disfrutado La voz del agun es santa!
encontrarme a Florecita mi corazón, su gozo, sus cariños, su que olga las másicas con corazón. entrañas y brfos con que parir recios en primavera de la hermosura de los Qulen la proZunda música de su acento adivina, buscando rosas del campo luminosa y pasajera melancolía; he que acaso no oyó nunca: que en las varones: cargada esta de siglos y campos y he bebido olor de madre comprenderá algún día la palabra divina.
engaños y todavía mueves el cetro selvas y rosales de mejoranas y tonipor una senda florida. sido feliz bajo vuestra enramada, sar flores rojas se encienda la ilusión del. El agua es guzla donde Dios sus misterios canta!
mientos feos. en el aire gris, han estufa le diga cuentos locos cuando sol de España. que el gobiernas a herédad: te pareces llos. Secó mi garganta al áspero doLas fuentes de Granada.
Marfa, verdad que es triste sonado todos los te quiero que me esté triste: que el espejo torcido, cuan. a los sarmientos generosos de tus vides, gal de los calores agostizos y, en la ¿Habéis sentido, ver la estrella, oir la esquila, han venido de mi tierra de España, y este lente secos y nudosos, perbe en la noche de estrellas perfumada, volver solo, volver siempre savia y coronados del enchidos de callada siesta. buxué el retiro del que para alegrarme, me he leído a mi do se mire en el, le mlenta ojos briracimos.
sombrfo tamujal. a la vera del río algo más doloroso que su triste gemido?
solo, a la tarde calda?
mismo en alta voz. Teresa de Jesús llantes y frente sin arrugas; que en Ancha tierra de Castilla. Cómo soñoliento, y al llegar la noche bañe Una, gorgoceante, suspira entre las flores me ha hecho tan buena compañía! Es alre haya versos y prosas sin sentido, se dilataban los horizontes bajo el mi frente con las aguas mansas de la de un carmen, esperando la mano de un ensueño Yo pensaba que, a la vuelta tos dos espejos no han visto a nadie Antonio benditot: por tu melflua caLodas enlairadoras y románticas. San duro callo de los corces, bajo el airón luna. Vi pasar en tardes otoñales, la que abra a la blanca luna sus claros surtidores del sendero de la ermita, más que a mí; la estufa ha cantado de las cimeras, a los ojos aguileños bulliciosa pastoría: sentí el balar de para dar a la poche sus diamantes de sueño: me iba a encontrar una tarde pucha rosa, háblale de novios, aunsólo para mí, y sólo para mí ha sido tus capitanes! Sudaba la carne he los corderos, el ladrar de los mast:y mientras sobre el mármol, una a una, desgrana rosa, a la Virgen María.
rolca dentro de de la fuerte armadura, nes el chasquido de la honda y el las perlas de sus ricos collares de Sultana.
la caricia, de su lumbre: a mi mismo que nunca los haya tenido, y dile que sol? No: con todos los sueños que he alguien la quiso mucho, pero no se cuando era joven, y coh, muy bonita!
y el corazón, semejante a una saeta, silbo de los y en la postrera Algunas se despeñan como ecos de torrente María, verdad que es triste querido piedra por piedra edificar, con atrevió nunca a decfrselo. Diablo rasgando la coraza la clavarse en el lumbre del crepúsculo se alzó un cayay entre las alamedas descienden rumorosas.
oir la alondra matutina de los cielos do como un cetro de rey. Dormſ en las todos los buenos recuerdos que he he. sueño, que has venido a contarme al arrastrando en el vivo fulgor de su corriente sin que una boca de rosa No escuchís todavia la lengua va majadas, sobre las hojas perfumadas en féretros de espumas, cadáveres de rosas.
cho florecer en frondosa primavera roofdo tantas y tantas, no sé si mentiras nos bese los buenos días. rond de aquellos rudos mesnaderos del de rosina, embriagado por el vaho de Otra, por las praderas resbala, lentamente, mántica, con todos los alegres presen. o verdades, quédate aquí, y cuéntale o glorioso elelo. Alvakt Fiñez, Martin los apriscos y arrullado el sueño por y entre las verdes hiedras lagrimear se siente, timentos que me han hecho reir y son tras tantas a la pobre vieja, o fea, o Yo pensaba que en la aldea Antolínez: Pedro Bermudez, contando el manso rumiar. en el invierno cas.
como si poco a poco, por una estrecha herida vivfa siempre Francina, reir. Aquí hemos vivido, corazón, una desdichada solitaria que ha de pasar la vieja fabla de Campeador, con to tigué mi carne con el azote de la nie se fuese desangrando hasta quedar sin vida.
la bella de rizos de oro era de artificialidad maravillosa, en aqur horas y horas de años, rezando da su bárbara majestad? No sentís ve y me curtí la piel con el cuchillo de Las hay ciegas, y en ellas y carne de margarita.
que la voluntad se ha hecho sentimien suspirando, o mirando con ojos me.
el choque de los muros de carne que la helada. Que así a tus hijos haces, Hora toda la móvil plata de las estrellas.
to. Nuestra cabeza, corazón, ha sabido lancólicos la estatua grotesca de Napelean pecho contro 1966. ni el cru. on dura tierra de Cast lla! recios Hay en el aire tanta humedad que da frío. La Virgen ya no me quiere; cumplir bien su oficio, y la canción poleón.
gir de las cotas, a el ronco hervor también y fuertes como los robles.
La noche un fresco aroma acuático deslíe. en dónde estará Francina?
que nos ha cantado es verdaderamente MARTINEZ SIERRA de Ins gargantas, ni alegre relincho Abre el surco, buen castellano: El agua llora, gime, suspira, canta y rie.
Estrellita no ha venido, de los caballos om siembra y ara, canta y siega, trila, y dominando el irrulo y eterno murmuro no ha venido Florecita.
Grande polvareda Hel levanta en la muele el trigo en tus aceias, cuece el botas se oyen planir las roneas serenatas del río.
llanura. Mirad: son los hijos del auripan en tus hornos, cuida de tu peculio.
La sangre de Granada corre por esas fuentes, to sueñas con un novio fero Tajo, del Duerol de Arlanza y del pero no olvides tus glorias! Esa tierra el hondo silencio de las noches serenas, Pisuerga, reliquantiguas da la que hieres, tierra sagrada es, llena de al escuchar sus músicas sobre los viejos puentes, que labre bien tu camplia sangre goda. los de hierro vestidos y osamentas. Viviendo estás sobre una in y yo no la sé labrar.
la sentimos que corre también por nuestras venas!
Sentados al abrigo de unas piedras tantos broches y cintillos, y ajorcas y de espigas coronados, leg ón de labra mensa sepultura. Escucha la voz de Aduerme nuestro espíritu su musical encanto; Qué pena. verdad, María? célticas doradas por líquenes milena Joyeles, pónense a elegir y así que guerreros reyes. yasallos, no los muertos, enseñanza y ley de los bebemos el ensueño de sus respiraciones; rios, los pastores merendaban en el dan presos en el encanto.
bles, pecheros. la insigne democra vivos.
penetra hasta la carne en lentas filtraciones JUAN JIMENEZ monte. El sol se ponía y los buitres El viejo dejaba que los murmullos ela de las Castillas, más hermosa de Nada de lo que fue se pierde en el que coronaban la cumbre batían en se acallasen y proseguía con su ingemocracia que en ely, mudo se y huye por nuestros ojos en un furtivo llanto. sepulcro. Llena de herrumbre esta la Las fuentes de Granada.
el aire sus alas, abiertas sobre el nua invectiva, llena de misterio la voz. Helos, helos por ad lenen. Bernar lanza y puesta la adarga en el des¿Habéis sentido, fondo encendido del ocaso. La hora Para desencantar a la reina y casardo del Carpio y el Conde Fernán Gon ván, y llena de polvo en la hornacina en la noche de estrellas perfumada, y el paraje despertaban la candida fan re con ella, bastaría con decir: Entre zález y Mudarra el Alardo y los Sie la imagen olvidada: pero llega un dra algo más doloroso que su triste gemido!
tasía de algún pastor que contaba en tantas joyas, sólo a vos quiero, señote Infantes de Lara; miradlos ca en que del pueblo dormido, de la to FRANCISCO VILLAESPESA.
el corro milagros y prodigios, histo ra reina. Muchos saben aquesto, pero balgar por los campos rotundos del rre solariega, de la capilla destejada.
de rias de ermitaños, de tesoros ocultos, cegados por la avaricia, se olvidan de Romancero; traen las espaldas ceñidas. sale Alfonso Quijano, el hidalgo que de princesas encantadas, de santas as decirlo y pónense a elegir entre las las adargas a los pechos, las lanzas en todos llevamos dentro, y se hace fraile piraciones. Un viejo que llevaba al joyas.
las manos. Treme terra treme o soldado o poeta, y corre por esos Volvíamos las muchachas y los mu monte tres cabras negras, sabía tantas, El murmullo de los zagales volvía nervudo brazo de frpaciencia y de mundos con la cruz, la espada o la lira. chachos charlando y riendo del casa que un día, de sol a sol, podía estar a levantarse como un deseo fabulosa y colera. Proceres eastellanos o leo y vuelve a resonar en el páramo la voz miento de los gitanos, y al pasar por contándolas. Tenía cerca de cien a ardiente.
neses, varones duros sufridores de de los antiguos varones.
Si a nos quisiese aparacerse!
el Carmen dijo una. Vamos a entrar a nos, y muchas de sus historias habían trabajos; hijos de vuestras obras. Noble tierra de Castilla. Quién Al llegar aquí hay que tomar resue minar al par del tiempo, que la mar rezarle a la Virgen. entramos todos ocurrido siendo el zagal.
El viejo los miraba compasivo.
que ganasteis blasones, heredades con podrá quebrar el bien templado acero no. Hasta ahora luego de mis im ca aquella valfa el sello de un sepul a rezar. En esto, yo que rezo más de Contemplando sus tres cabras ne. Desgraciado de vos. El que ha de el filo de la espada y la sangre de las de tu raza. Quién podrá echar la presiones era comparable a la menuda ero.
venas. Casta de azotés, padres glorio have al sepulcro del Cid, ni dar por diversión de un organista que finge pí Si murió el siglo XVI bien murio prisa, me levanto y me subo a la to gras, el viejo suspiraba por aquel tiem romper ese encanto, no ha nacido toda rre, recordando mis siete años. Lo po, cuando iba al monte con su largo vía. sos de esta grande nación de caballe muerto y enterrado a don Quijote. Sasaros pastore trebuicos de la pares de las verteteatas comprenden tem nie mo fue verme que todos a la torre con teba ton corte infantil de pastores eos rebaño que tenía casa de abuehasta el de glebas susurros de frondas. puertas templo las.
No cierres jamás, buen castellano. es carne y es espiritu. Qué barullo. Qué risa Ramón del Valle Inclán te, migo.
el amisico, no descuidando pedal nl otros mendigos que los de capa parda quella escalera oscura como boca de cuchaba siempre los relatos del viejo.
las tumbas de aquellos paladines. Un tecla, ni pisa, ha llenado el mundo de letanía de canturia. y siendo la lobo! Cuando llegamos al campanario Había sido en aquel buen tiempo no dia, nuestro señor Rodrigo de Vivar, RICARDO LEON. solemnidad.
glesia el oratorio de unas monjas, en nos deslumbró la luz. Es gloria del lejano, cuando se le apareciera una sabe que ganar batallas después de muerto, despertará en la huesa y limba de la Plaza Mayor, las calles Ha sucedido que, según me aparta una de las casitas debía de guarecerse cielo lo que se ve por aquellos ojos dedama sentada al pie de un arbol, pelplando el orín de Vizona, montara la le la torre! Al sentirnos, una bandada en su nervioso corte El goce de enseñar convertían en callejas, así como ser un maestro correjero, pongo por case de palomas echo a volar. La inuñana do al viejo, algunos pastores murmuray rasgara los se. velos de los y de las cunas. Hay muchos hombres que no com van afinándose en varicas. de los ca visitarfan al correjero chalanes, sulaire fresco y saludable. ban con Ingenuo asombro: jurará, por la cruz de su espada, pur prenden la satisfacción y el noble or llizos angostos he pasado a lo que la dados y demás pícaros. la honrade ter El sol parecía que pintaba de amari. Sería una princesa encantada! otros, que ya sabían aquella hisBar a España de rentesados y telones. ullo producido por el ejercicio de la man los cobertizos, que son unos túne. tulia burla base de los remilgos de la loro trigo, de rojo las amapolas, de toria, contestaban. Hermosa erra de Cast:Da! Con enseñanza. Repútanla oficio (neroso, les de uso, les de casas; al fin paré en una plazue aplastada facha de la demandadera, y verde los pinares. Temblaba yo, mi¿No has visto tú representar alguna. Era la reina mora, que tiene pri comedia donde se introducen reyes, templando las sombriks las vivas tu moleszto. pesadisimo, propio solamente la sin alma viviente y sobria de come la demandadora chillaba como las ra rando aquello, de emoción, de alegria, sionera un gigante alarbio!
ces de tu faz trigueta: los rubios ma de gentes infelices, de proletarilos inte trucelones: una iglesia con il sopportas, y entre uno y otro armábase una de ganas de viver Alla lejos, emperadores y pontifices, caballeros, regocijo, con lo que el aire lejos, había unos hombres encorvados te la cabeza, daba una voz a sus tres rutian, otro el embustero, éste el merzambra El viejo asentía moviendo gravemen. damas y otros personajes? Uno hace el res de sazonadas miexes, que la brisa lectuales: error profundo que explica tal de dos columnas que avanza como se encorva: los altosilencinares donde cuelgan su nido las alegres como entre nosotros la profesión de un palio: dos casucas: un paredón con e aliviaba del son del órgano y del segando la mies. Quise yo en un mecabras para que no se alejasen, y pro cader, aquel el soldado, otro el simple oropéndolas; al rezar en tuf monasterios, junsa asegurada, ni prestigio reconocido.
sacro olor de incienso, música y perfu mento levantar el vuelo como las es carrera azarosa, sin despen una espadaña en lo alto.
Esta plazuela de muros renegridos que nunca faltaron por las maña mas, saltar, gritar, cantar como un på discreto, otro el enamorado simple; y. Era la reina mora. Jaro: quise yo agradecerle a Dios la ofera las sagradas sepidlturas; al des sólo cuando el azar o la propia voca cual los de un horno, da una fuerte. su lado, sobre la hierba, tenía acaba la comedia y desnudándose de Todo eso se fue. la vida que me archivos ción llevan al ejercicio docente. se dados al recorrer tes villas tus préndese cuán hermoso ministeri com sigura que si el Tajo se secase y me camina nadie desde que nadie camina en la cara y la atera que me paso en abierto un cofre de plata lleno de los vestidos de ella, quedan todos los que recitantes iguales.
Junto a las sagradas sepulturas: areste y cuánta satisfacción reporta. trara sus hoyas, la hora más profunda conterestinascos jubón, La hora de tu corazione contra sentire todo cuan. dejándose el peine de oro preso en los y una nave to vela descifrar los códice de tus archivos sase lo que se quiera, la caridad de la amedrentaría con el mismo terror de bandonada en la arena.
Yes come a municarles mi bienestar a aquellos cam cabellos, me llamó con la mano blanca sentia: yo llevarles, co Si he visto respondió Sancho.
olvidados: al recorrer tus villas y tus enseñanza tiene también sus placeres. soledad y de vacío.
Pues lo mismo. dijo don Quijote ne Yo, ciudades, que son Yelicarios del arte sobre todo cuando brota de lo intimo y sepulcro de una centuria. Las cruces pesinos, para alegrar su trabajo de como era rapaz dime a fugir, a fugi. acontece en ta comedia y trato de este En la transparencia del ambiente la Yo de la historia: at sózuir la corrien se asocia a ese cator simpático de la plazuela. que es un vestigio del siglo caballerescas sellaron el sepulcro. Sólo noso, hacerles descansar un instante de tus famosos Hös al escalar tus humanidad que tanta autor:dad y pres. XVI, diríase una persisten lps nidos de las avecicas en la te siquiera. Sentí el impulso de los los pastores interrumplan con can mundo, donde unos hacen los emperadoroso murmullo: dores, otros los pontifices y finalmenmuertos coronados dit hteve. oh patria tigio an a la palabra del Maestro. may urna. Hoy el templo no tiene cul espadaña. y el agua, que atropellase momentos buenos, estalló mi corazón en Si a nos quisiera aparecerse. mial, sento latir elt mis arterias, con en la función docente algo de tre satis to, ni habitadores las casitas. En como antaño en la canal: el agua de risa y en lágrimas, y ni visto ni oído. te todas cuantas figuras se pueden inmás ΕΙ respondía con su entonago de maderangewandteil generoso fue tación orgullosa del domador de pe la anchurosa pared existió un retablo las nubes cae en las piedras, dice con sentido y hecho; copt la cuerda de una clón lenta religiosa. troducir en una comedia, pero en llego de mi sangre española y easterros: pero hay mucho más del placer de marmoreas carnes: una lámpara de piedras seculares laméntanse en la ele. la como si hubiera sido campanero. escultórico: sería un Cristo gigantesco alboroto las novelerías del mundo: las de las campanas y empecé a voltearTornando a Cuántos se acercan, cuántos pere gando al fin, que es cuando se acay seguro. Vienen a mi memoria meglento más fuerte cen encantados!
la vidaTalán, tán. Talán, ba la vida, a todos les quita la muerte euer inocente del Jardinero que espera an vidrio, azuda y roja como el corazón, sfa de unas Werbas ralas los jara toda la vidam En dos de otras citado para to aquellos pastores que habían oído las ropas que les diferenciaban, y que me parece que las yri ras de armas de tiz de la flor sembrada y comprobar la lencio de la hoy smejaria el ereptar margaritas de los tejados, las brozas are se armó un revuelo de risas y explicaban a los otros pastores que ilan iguales en la sepultura.
tus aſlejas torres soldes rostros de mis bondad de los métodos de cultivo.
tos que ensordecía. Lucio se se agarró a Brava comparación. dijo Sancho.
abuelos que en silencio me mi un crujido del divino cuerpo que desga marfllentas.
las amapolas de los surcos son Experiméntase, repetimos, una dicha más quedan las tablas de la techumrran los clavos. De aquel retablo no En el casino. Las tres de la tarde. tra campana. Un monaguillo, contagia nenen la habfan ofdo. Cuánto pesa el vinillo ese Nobledo también y encantado con la indisEl uno decía. Aunque no tan nueva que yo no la de sangre, de mi propia sangre y los inefable en ayudar a la obra de la Na bre, con 1fquenes.
jas. Vos no sabéis que para encantar haya ofdo muchas y diversas veces, eoque me ayudó a almorzar! Me ciplina, se se agarró a arró a otra. Talán, tán!
pinares, templos: y las rocas, blaso turaleza, desentumecendo, desperezan Bordea el soportal del templo una en el diván de peluche granate Parecia locos. Las Parecíamos habían nes: y los eaminos pazos que hacia do el cerebro todavía embrionario del nodil canal, una canal belfnda, y en muelles flojos. Pido café, cigarros, Puelto a la palomas, one a los caminantes, con su gran hermosu mo aquella del juego del ajedrez, que torre, echaron a vora os atrae.
mientras dura el juego, cada pleza tle mi se tienden: ye. un signo he niño, y siguiendo paso a paso los pro angulos perfilarse en el cielo, del cognae. Marea el humo que flota en laat lar otra vez. otro agragaba?
y algunos de aquellos raldico de las viejagtorias de mi es Con las riquezas de las joyas que ne su particular oficio, y, en acabandotirpe.
gresos que la tierna inteligencia hace un azul que fluye, sendas cruces de sala, aturden los ruidos del billar, y el hombres que trabajaban lejos, levanse el juego. todas se mezelan, Juntas taron los cuerpos que tenían inclinados les muestra los engaña!
Calatrava. Heroica tierra de Castilla! Es en en el manejo de los signos del lenguaje viendas fronterizas señalanse las también en las humildes vi piano. iese plano!
Poco a poco me acomete el sue sobre la terra, y un buen rato es y otro, más tímidamente, advertfa. que es como dar con la vida en la y barajan, y dan con ellas en una bolsa té el amor tan fuerte y silencioso coen la comprensión de las palabras, ces gloriosas. Esta eruz es marca que no: al in me rindo a la pereza. se a tuvieron mirando hacia arriba, hacia Tengo oído que les pregunta cuál la torre, hacia el cielo.
a tus bondas des; claro el el siglo XVI impuso a la plazuela, y cabó la excursión!
de entre todas sus joyas les place sepultura.
SANTIAGO RAJON CAJAL desde entonces la plazuela dejó de caFederico García Sanchis y ALVAREZ QUINTERO. más, y aquellos, deslumbrados, viendo CERVANTES y en el dores, Repiques de campanas la SIGLO XVI ros: salve. La comedia y la vida era hermosa los sepuleros consmus Maestro es palonas TX viejo lenta y me miran: gotas hundo en el las cruEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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