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LUNES, 15 de Enero de 1917.
EL IMPARCIAL Página tres.
Reglas para hurtar libros 163)
40 tesa. El Imparcial LA CIUDAD DOS SONETOS ܘܘܐܐ 44 y sillo que CLOTILDE SE ABURRE Titeunstancias trigiens elle LA VACA CIEGA se. tennis humor.
za 11 Selecciones de EL IMPARCIAL SERIE 21 SELECCIONES REGLAS PARA HURTAR LIBROS, por Francisco RoDon Francisco Orchel y Ferrer, ahí una cosa que yo no creo; pero insigne orientalista valenciano, ello es que se dice.
dríguez Marín (español. catedrático de lengua hebrea en qué dicen. qué dicen? LA RIVALIDAD, por Juan Montalvo (ecuatoriano. los reales estudios de San Isidro, preguntó con curiosidad Orchell, LA CIUDAD, por Eea de Queiroz (portugués. DE de Madrid, allá por los años de abriendo la caja del tabaco en LA VACA CIEGA, por Juan Maragall (español. 1820 a 1828, y arcediano mayor de polvo.
Tortosa, tenía muchas virtudes y. Pues dicen, allá va. que usMI PERRO, por Ramón del Valle Inclán (español. sólo tres vicios: el uso exagerado ted suele hurtar libros. Habrá CLOTILDE SE ABURRE, por Mme. Gaston Charles (frandel tabaco de rapé, el desmedido embusteros. amor al estudio y una gran afi. No, embustes, no. repuso FRASES PROFENDAS, por Marcial (romano. ción a los buenos libros. Llegó a el sabio valenciano sonriendo Madrid precedido de la excelen tranquilamente y sorbiendo una DOS SONETOS, por Dante Alighieri (italiano)
MORISCA, por Bernando Jambrina (español. te fama que había cobrado en la dedada de los polvos. Te han Universidad de Valencia como sa dicho la verdad; pecado mío es bedor enseñador del hebreo: tu ese y lo cometo con frecuencia.
vo en la corte discípulos tan ilus. Cómo. Usted se apodetres como don Tomás González ra de libros ajenos. Carbajal, traductor de los Sal Escucha interrumpió Or mos, el Obispo auxiliar señor Cas chell, poniéndose serio. Lo que Los sentimientos más genuina doloroso esfuerzo, hinchado el trillo, y el Nuncio de Su Santi no han podido decirte es cuándo lente humanos se deshumanizan cráneo, una novedad disforme que dad, señor Justiniani, y ¡claro! su y cómo hurto yo libros, ni qué e la ciudad. Son como luces que espante o que detenga a la mulII virtud y su saber le facilitaron libros hurto. Vas a saber las reJáspero viento del seien socialtitud, como un mostreneo em enta.
bonísimas amistades y cuantos le glas a que sujeto mis rapiñas.
deja arder serenidad y feria.
Todosintelectualmente. De La Vida Nueva. Todos mis pensamientos son de amor trataban se deshacían en elogios Mis rapiñas! Son reglas cojunpidez: que aqui ples las son carneros, trillando el mismo y tienen tan extraña variedad, del anciano profesor.
tivas no disyuntivas; de modo. Parece tan gentil y recatada que uno me hace querer su potestad, Mas no era todo el mundo oré tal, que si alguna de las preestafuscamente; y que, más adelan con el hocico caído sobre el pollo saludando, al pasar, la dana mín, y otro loco razona su valor.
gano: no faltaba quien, después blecidas circunstancias no conculas obliga a resplanceder con donde pisan, unos detrás de otros.
que queda cada lengua muda y fría, Jusitada violencia. Las amista reproduciéndose al andar. alde hacer un cumplido elogio de rre con todas las demás, el hurto suspensa de mirar toda mirada.
Este me manda, al esperar, dulzor; Orchell (simpático aún sin tratar no pasa de ser un mero pensas nunca påsan de alianzas que gunos son simios, saltando en los aquél, gemidos y contrariedad: le, por su alegre y vivaz fisono miento pecaminoso. Esas circunsinterés, en la hora inquieta de topes de los mástiles vistosos, con Parte benigna oyéndose loada, sólo se acuerdan de querer piedad mía. bajase Ta voz y añadiese tancias son: bancarrotas o en la temerosa de revueltas y cabriolas.
vestida de humildad y cortesía, cuando en el pecho sienten el temor. confidencialmente: Pero. 1a. Que el libro no esté venal amenazas, ata apresuradamenEn la ciudad, en esta creación y semeja, una cosa que se envía, con un cordel liviano, y que tan antinatural donde el suelo es del cielo al mundo, para ser mostrada.
Con tanta suma al escoger me pierdo; en ese resptrictivo pero termi en las librerías, porque si lo esnaba el panegirico, si en el audi tuviese yo debo rascarme el bolallan al menor embate de la de madera y de fieltro y de alqui.
pretendo hablar y no sé qué me diga: torio había alguna persona que y comprarlo.
validad o del orgullo.
así me encuentro en amorosa duda.
Tan placiente se muestra a quien la mira, trán, y el carbón tapa el aire del rio inspirase mucha confianza al 2a. Que quien lo posee no sea En esta densa y tupida capa de cielo, y la claridad se reparte en que con los ojos da un dulzor sereno, panegirista.
capaz de vendérmelo ni de regaY leas y fórmulas que constituyen tuberías, y las mentiras corren a que no puede entender quien no lo prueba pues con todos he de estar de acuerdo, Don Antonio María Garcia lármelo. En otro caso, debo comatmósfera mental de las ciuda través de alambres, el hombre conviéneme implorar a mi enemiga, en sus labios parece que se mueva señora la Piedad, que me dé avlida.
Blanco, discípulo predilecto de prarlo o pedirlo.
el hombre respira envuel aparece como una criatura anti3a. Que la posesión de tal liOrchell, escuchó ese pero en va bro me sea útil, en ella, sólo piensa todos los humana, sin belleza, sin fuerza, un espíritu blando de amor lleno, rias ocasiones y ardía en deseos éste con mis estudios favoritos.
por relacionarse ensamientos ya pensados, sólo sin libertad, sin risa, sin sentique al alma va diciéndele: suspira.
DANTE ALIGHIERI.
de saber qué pero podía tener Anifiesta todas las expresiones miento, y, arrastrando dentro de hombre tan virtuoso como su da o no quiera utilizarlo y no sa4a. Que quien lo posea no puemanifestadas. acaso, para un espíritu que es pasivo como La previsora. con maestro.
stacarse de la parda y crasa un esclavo o imprudente como un Gue de él más partido que el que Inquirió aquí y allí, rogo acá y sacan los eunucos de las esclavas tina trepando el frágil andamio histrioni.
nos da lo que calificamos fuerza acullá que se le confiara el guar del serrallo.
la vanagloria, inventa, con EÇA DE QUEIROZ.
de voluntad. es decir, aquel es dadísimo secreto y, al cabo, un su Clotilde se aburre, está muy Qué esfuerzos no fueron necesa tado moral que hace de la lucha amigo (creo que fué don Luis Ba. No te figuras cuál es descontenta de la vida. Por el mo rios para salir del paso! Mien No me la figuro, querido mento, de nada le sirve ser a los tras yo me daba cuenta apenas de una necesidad. Tanto se nos mi Usoz, el cuákero español, como le la quinta y última regla?
reinte años una niña que conoce ello, mi tía, que no sabia cómo samdesde be infancia, que no pen. llamó muchos años después el Coda clase de éxitos mundanos: desembarazarse a perpetuidad de sames. lo pensimos muy poco, en uor Menéndez y Pelayo) despejó maestro respondió García Blanque todo nuestro lujo, todo lo que la incógnita. Pero hurta libros. los tiene por ser bonita, por des mí, encontró el único medio hono nos es necesario, está íntimamen según dicen. dijo atenuando la Te creía más listo dijo Orempeñar a maravilla la comedia rable: quiso casarme.
chell, sonriendo nuevamente. Topando de cabeza en tronco y tronco, le salón, por ser la primera en el te ligado al problema económico. malévola imputación. Ah, Clotilde, los pretendientes Sabemos ciertamente que hay po Al oir tal cosa García Blanco, Igla es.
que haya ocasión propiañadió: La quinta y última repor el camino de la fuente, sola y por poseer una colec que me buscó mi tía, si los hubiebres, pero no estamos lejos que reverenciaba a Orchell, quese ve la vaca caminar. Es ciega.
ción completa de flirts que ma ras visto. Hoy me río! Mi tía creer que ese es su destino, que dóse como la mujer de Loth, se cia para hurtar el curioso y codi: De un golpe airado de la recia honda riposean a su alrededor por su decía que una niña sin dote no se es desgraciado por vocación: gún la hiperbole biblica, que hiciado libro. Porque habiéndolay el za galillo le deshizo un ojo, dote.
y el otro lo veló tupida sombra.
Pero todo esto no logra disipar, siderarse aún felicesines requerida que algunas personas han nacido pérbole es y no otra cosa, hechie concurriendo las otras cuatro cirVa a abrevarse a la fuente, como antes en esa tarde de febrero, su pésimo por un empleado de hipotecas más los de los ricos en eterna bulan en la estableza que aquel hombre de libro llega a ser mío, o perdere el para los méri ima de. No le cabia solía hacerlo en compañía de otras, feo que Picio, o un viejo achacode la justicia Con la frente apoyada contra el so, postrado por la gota Mitia de golpe nos llega el turno ano quebrantar el séptimo precepto volumen, y procuro ser el primer mas no con la firmeza de otras veces Pero enando bien a carta cabal Fuelse onpaz de buen nombre que tengo. Cosa nullius me parece el empecatado ni con sus compañeras, no; va sola.
vidrio de la ventana, Clotilde mi no me perdonó nunca que yo rehu otras, te aseguro que bien pronto del Decálogo. no alrí como quie ocupante.
Sus hermanas por sotos y cañadas, ra distraidamente hacia el jardín. sara lisa y llanamente a esos pre se cambia de ideas ante la necesipor silenciosos prados y por lomas La sabia naturaleza la realiza tendientes, desde la primera en dad imperiosa de procurarse rera, sino de quebrantarlo muchas Absorto quedóse García Blanhacen sonar la esquila mientras pastan do una de sus obras maestras al trevista. Esas parisienses, decía, cursos por un trabajo remune veces, hasta el punto de dar lugar co al escuchar tan espontáneas e la fresca hierba.
Con la piedra topa repartir a las criaturas por igual, elln, son siempre las mismas, nada rado.
aquellos ofensivos peros, cuya inesperadas manifestaciones, y no y recula afrentada, pero vuelve la necesidad de sufrir, tanto por serias, y lo único que aprenden agregó Marta que la lueha significación no había entendido sé, a punto fijo, lo que respondey, bajando el testuz, bebe calmosa.
lo que vale la pena, como por 10 por la vida aporta una satisfacría al doctor Orchell.
sin mucha sed. Al cielo que no la vale y Clotilde sufrel Una mañana departían amistoción aislada de toda expansión los sufrimientos habían forzada) una alegría de sí mismo, samente maestro y discípulo y eclesiástico y hubiera oído en conDe mí sé decir que si yo fuera después eleva la cabeza córnea verdaderamente, pensando que, Cecilia, Gina, Boby, Hermelina con un trágico gesto; parpadea enseñado a Marta la justa medida que no la proporciona ningún García Blanco, deseoso de ver des fesión al insigne hebraista, habría sobre las muertas niñas, y se torna Josefa están en la Cote Azur, de sus juicios.
placer.
mentida por los mismos labios de echado de la hermenéutica teołóen orfandad de luz y vacilante imientras ella. Verdaderamen. Mala, no. En el fondo, ella. Te juro, Clotilde, se ve una Orchell la injuriosa especie que gica de manga más ancha, para bajo los rayos de aquel sol que agosta, te, le es penoso que ella no sepa buscaba mi felicidad, pero no recompensada por todo esfuerzo, contra su buena fama corría en decir al penitente: caando podrá reunírseles, cemprendía que nada me habría y después. aquella dicha de lle voz baja, como venticello, por por caminos para ella inolvidables. Podrá darse cosa más triste inducido a afrontar la existencia gar al final de todas las penas. Reza un padrenuestro y ego moviendo débilmente la gran cola.
Madrid, le dijo de golpe y po te absolvo a pecatis tuis.
que ese jardín bajo ese cielo tan en esas condiciones. Se desespe Clotilde exigió el relato de torrazo: JUAN MARAGALL. besado? Oh, qué desagradable es raba porque no podía aleanzar a dus las que a Marta afligieron. Maestro, se dice de usted por la vida. soñaba la pobre Clotilde. hacerme comprender sus miras Francisco Rodríguez Marin.
Una vez en París, instaladas Señorita interrumpió su ca de expulsar a la miseria por las en un modesto departamento, murera, una jovencita desea ha puertas del matrimonio. Material quise buscar trabajo sin demora.
blarla. Oh. No es una amiga mente la sofoqué el día en que le Mi primera visita fué para nuesde la señorita, ciertamente: una rogué que renunciara a los pro tra maestra la señorita Solvére.
empleada, o una institutriz a lo yectos matrimoniales que trama Me imaginaba yo que ella me prola rivalidad nunca es inocente; otros a él no sean de las más san sumo!
ba en mi contra, pues estaba re. curaría algunas lecciones, pero aplice del odio, trae en su seno tas. En amor, el rival es enemi Hazla pasar, Margarita suelta más bien a trabajar antes aun cuando me recibió muy bien.
Tengo un lebrel.
envidia, negro fruto de un cri go temible; trata de ponerse entre Una empleada, o una institut de contraer semejantes compromi me hizo notar que desde el prinse llama Carabel.
El hombre en quien está el ser adorado y el adorador, y triz. pero no, es una amiga de sos. Trabajar. Quería yo cipio del año era yo la décima. Es un caro recuerdo de Marquina. fando esa flaqueza, siente her éste hace lo posible para allanar infancia. Marta Le Cacheaux, a entonces engrosar las filas de las por lo menos, de sus antiguas Nada le agrada tanto su pensamiento en ideas locas, el camino de su felicidad: celos quien ella perdió de vista hace sufragistas y la partida reivindi alumnas, a las que un brusco eamcomo dormir debajo de mis pies.
corazón en afectos insanos. La cólera, venganza, cuanto chay de nás de tres años. Está un poco cadora de las feministas. Si en bio de fortuna obligaba a exploCuando se enoja alidad propende a la ruina del malo en el corazón humano, todo cambiada, más aún con esa vopa uuestra familia, gracias a Dios sis diplomas. Todo lo que y le largo de mí, fito que se excita; la muerte es trae consigo esa situación de dos tan humilde. Su rostro es más nadie lo había hecho, sería yo la ella pudo hacer fué procurarme vuelve sumiso resolución más brillante de ese personas que se combaten de mil pálido, pero qué expresión tan primera. Al tomar una resolución e alumna, una niña enferma que a lamerme la mano.
pblema tenebroso. No rivaliza modos a causa de una tercera segura, tan reflexiva. La visión así debía abandonar mi falso or ivía a fuerza y a la que por una Como sé que lo estima, se la entrego.
con alguien sino porque tene Donde cabe la rivalidad no hay del drama que dispersó a la fami gullo y no mirar los medios. Tar suma mezquina debía dar cuatro Busca después mi mano cercenada sentendido que ese nos disputa lugar para la virtud: de ella pro lia después del suicidio y quiebra importunas fueran las objecione cones por semana. Durante y, hocicando en la manga, da un gemido.
stro bien y menoscaba nuestra ceden mil desgracias y aun pue del señor Le Cacheaux volvió a de mi tía, que ellas fortificaron cinco meses no pude encontrar pha; juzgándolo así tan adverso den nacer delitos.
la mente de Clotilde. La señora mi propósito. Este mal entendido otra cosa más que esta miserable nuestros fines, natural es que Le Cacheaux recogida por unos entre nosotras tuvo la ventaja de lección. Este fue el momento más afecciones que van de nos JUAN MONTALVO.
parientes de con un hijo me darme la energía suficiente para duro de la prueba. Recorría PaLlora por una mano que lamer, nor; Marta mandada a a casa escribir a mi madre, acerca de mi rís diariamente en todas direccioy yo lloro, Señor, porque quisiera de una tía.
propósito de independizarme, dé nes, haciendo caminatas inverosídarle una parte de mi humano sér!
Marta. Mi pequeña Mar ho depender ni estar a cargo de miles. Por mis zapatos entraba ta. Has vuelto entonces! nadie. Mi madre estaba en el agua y mi paraguas estaba aguRAMON DEL VALLE INCLAN.
Inmediatamente pensó Clotilde con mi hermano menor, en casa jereado. Nada da ina impresión que ella reemplazaría a Boby, de una prima de mi difunto pa más triste que ir paraguas hecho heme, señora, Cecilia, Hermelinda Josefa. dre: le hice presente que no podía jirones. Esto no obstante, tendin gozando ahora. Qué siente, Marta. Nos mos vivir así separadas, que yo mi voluntad con toda mi fuerza FRASES PROFUNDAS de aquesta dicha que envidia ei rey: eremos con frecuencia, verdad? me sentía suficientemente fuerte nerviosa y buscaba, buscaba siemno me importara que a vuestra vista me descubrieran. Bien lo quisiera, Clotilde, pe para luchar; en fin, con un poco pre. Es imposible, me decía yo.
busca un gesto de aristocracia, ro el tiempo es hoy mi joya más de ayuda: nosotras podíamos inAl vate en vida se le escatima ciar sus méritos. Es la envidiaque no pueda colocarme en algusi aquesos ojos llanto vertieran preciosa. Estoy muy ocupada. tentar rehacer en París nuestro a parte: otras más torpes que yo la gloria. Me he pregimtado mu me he dicho, la envidia que no cuando mi cuello cortase el arma de vuestra ley. Ocupada. en qué? hogar destruído. La carta hizo lo han logrado. Así, a la menor chas veces por qué motivo suelen reconoce sino los talentos que se Traigo mi escala de fuerte seda. Como dactilografa, desde las mucho efecto en mi pobre madre: recomendación, por un aviso, yo ser tan injustos los contempora gara la muerte. Por una antigua siging para que pueda nueve de la mañana hasta las de salió así de su abatimiento y en me presentaba. Por fin, una ami neos de un hombre ilustre al apre costumbre preferimos a las consna tarde en la casa Mérentié, fá teró a nuestros parientes sobre ga de mi madre que nos ayudó un trucciones modernas los restos de vuestro pie breve ir descendiendo del mirador.
Venid, mi potro presiente vuestra divina gracia brica de papeles pintados. mis proyectos. Le prestaron al poco, me aconsejó que aprendiera gustaron. oh! bella Reina de su señor. Oh mi pobre Marta. Qué gún dinero para el viaje, y hoy la dactilografía. Al cabo de un supo labrarse a base de energía, los pórticos pompeyanos y el temha pasado. Dios mío!
Andrés, mi hermano, está en una mes dominaba por completo el de fuerza moral. Compara la fu plo en ruinas Cátulo. Viviendo seguidme en esta noche risueña. No me quejo: estoy, por el Bolso, empleado, y yo gano dos manejo de la máquina de escribir tilidad de lo que la hacía sufrir Virgilio, Roma leía aún los verque todo aquello que se me oponga lo venceré.
contrario, muy contenta. cientos francos.
me colocaba en lo de Mérentié. hace una hora, con el fardo dolo sos del arcaico Ennio; el siglo de No temáis nada. Contenta con ser dactilo Clotilde no pensaba más en sus Piensa, doscientos francos menque ya mi espada aburrimientos; sólo se acordaba suales Estábamos salvadas! Pe. roso que Mafta soporta sobre sus Homero hacía apenas limosna al. Contenta por haber encon de contemplar a Marta con ad ro me he hecho muy ambiciosa: frágiles espaldas.
sublime anciano; Menandro, hoMirad, la Sierra Nevada espera camino de Santa Fe.
trado un empleo miración, a Marta, que actualmen aprendo la taquigrafía y estudio ver comenzada nuestra carrera.
Clotilde miró a su amiga con te se le aparecía despojada de la seriamente el inglés, para alcan. mefa, tan diminuta, tan insigni tria sino injusto desvío, viéndose Ante ella, Clotilde se siente pe nor de la escena, no halló en su paporque presume que es vuestro cuerpo de más blancor; estupefacción. No, verdaderamen trivial envoltura que la asemeja zar pronto a ganar más.
la estrella reina qne está acechando, te, ella no comprendía. Entonces ba a las demás jóvenes; a Marta, Pero interrumpió Clotilde ficante, que enrojece de vergüen obscurecido por su colega FileVa a convencerse que iluminando Marta refirió su triste odisea, su circundada por una aureola de ocupada en lo de Mérentié todo a y exelama desde lo más hondo món; el encantador Ovidio, en viremeda sólo vuestro fulgor.
vida en casa de su tía en energía el día, donde encuentras el tiem le su corazón.
da, no fué reconocido por un gran El Darro canta nuestros amores. Si tú supieras, Clotilde. qué Marta, yo te admiro! Es po para un trabajo suplementatambién las flores días más tristes he pasado aliá! muy hermoso lo que has hecho. Ah, Marta, cuán buenas y ser poeta, sino por el prestigio de Corio!
iciales deberíamos ser todas rina, su amante: y yo, falto siem Durante mucho tiempo no fuí si Cuando es necesario, Clotilmandan perfumes del Albaicín. Por la tarde, después de las puellas que, como yo, no tenemos pre de gloria, no obstante mi re y a ver la gloria no una masa inerte, incapaz des do no queda otro remedio; en mi siete, hasta la media noche, mis da que hacer más que vivir! lativo renombre, escribo las preocuparme de nada. Como esto lugar, cualquiera hubiera hecho domingos.
th, Marta, Marta, no te agradela luna asoma por el confín.
terminara por enervar a mi pa otro tanto.
Clotilde, entretanto, ha queda ceré nunca suficientemente el ha sentes páginas para el día en que riente, me impuse remunerarle Ante el gesto de incredulidad lo completamente aturdida. ber venido!
no tenga necesidad de lauro.
con algún trabajo cualquiera la le Clotilde, Marta insistió: Compara su rida, tan vacía.
hospitalidad que ofrecía. Sí, yo puedo asegurártelo. tan inútil, con la que su amiga Mme. GASTON CHARLES.
MARCIAL.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
Bebe poco.
os a. coquetear Peroh, qué mala mujer!
LA RIVALIDAD. MI PERRO MORISCA Penid, mi dueña grafa?
sabe el de mi victoria, BERNARDO JAMBRINA.
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