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DOMINGO, de Febrero de 1917.
EL IMPARCIAL Página cinco.
Selecciones de EL IMPARCIAL Página argentina cargo de JOSE FABIO GARNIER De Evaristo Carriero SERIE NUM. 22 Por las habitaciones vaga como algo extraño otro, que el Domingo va a las conferencias, BAJO LA ANGUSTIA un silencio penoso que se diría huraño, donde dragonea ya de libertario, y tú vas arrastrando tu cansancio de días afirma que toda clase de violencias Dijo anoche, sul canto de muerte e inútiles son todas las filiales porfías es en estos días un mal necesario.
la canción de la tos en tu pecho, para que te recuestes un momento siquiera. Qué espera mamá vieja? a acostarse. qué espera. otro, patriotero, bravo y talentoso, y, al mojarse en las notas rojizas, REID MUCHO, HERMANITAS.
mostró flores de sangre pañuelo. sabemos el dulce temor que te detiene. nació en Entre Ríos elogiando el suelo LA SILLA QUE AHORA NADIE OCUPA.
Pobrecitas las. Quién, como la abuelita, cuidaría del nene?
carnes pacientes, LA QUE SE QUEDO PARA VESTIR SANTOS.
de su cuna, agrega, que en tiempo glorioso Niño Dios, Nazareno consumidas por fiebres de fuego: EL NENE ESTA ENFERMO.
fué hermano en Calandria, y hermano en mi abuelo.
para ellas, las buenas, las tristes, de las rubias estampas, coronado de espinas, LOS PERROS DEL BARRIO.
tiene un blanco sudario el invierno. que curabas las llagas con tus manos divinas: otro, de impecada flacura de asceta, LA MUCHACHA QUE SIEMPRE ANDA TRISTE. no podrías ser bueno que a veces fulmine no sé qué amenaza. Mira: abrígate bien, hermanita, LA COSTURERITA QUE DIO AQUEL MAL PASO. otra vez, en la hora de las angustias graves, es el escuchado tonante profeta mira, abrígate bien, yo no quiero CUANDO LLEGA EL VIEJO.
y decir las piadosas palabras que tú sabes ver que cierre tus ojos la Bruja que augura el destino mejor de la Raza.
BAJO LA ANGUSTIA.
de los flacos y frígidos dedos.
para que él se mejore, EL HOMBRE QUE TIENE UN SECRETO.
Hermanita me viene una pena!
LA QUE HOY PASO MUY AGITADA.
para que ella no llore? algunos, que acaso fueran ovejeros si te escucho gemir, que presiento en las mocedades de sus correrías, TUS MANOS las nocturnas postreras heladas: relatan historias de gauchos matreros EL CLAVEL.
las temidas del árbol enfermo.
LOS PERROS DEL BARRIO con quienes pelearon a las policías. Si supieras. Blandones sombrios, me parecen tus ojos ſtan negros! otros, caballeros que leen Don Quijote Ya llegan cansados en rondas hambrientas y tu lívida faz taciturna y ya han recibido más de una pedrea, REID MUCHO, HERMANITAS a husmear buenos trozos entre los residuos. un fatídico heraldo de duelo.
casi pontifican que siempre el azote caridad de afables cristianas sirvientas ratos me asaltan Si supieras. ha sido recurso de toda ralea.
Reid mucho, hermanitas, reid con esa risa que tienen por ellos cuidados asiduos.
tus visiones sangrientas. No duermo tan fresca y tan sonora, con esa risa fuerte otros, familiares reliquias vivientes al pensar, siempre alerta el oído, que llena nuestra casa de salud. La sonrisa La humildad que baja de sus lagrimales que atiende el Estado, sarnosos y viejos, que te pasas la noche tosiendo.
no es para vosotras todavía. qué suerte!
se trueca en desplantes de ladridos fieros: Al pensar en tu vida deshecha, mas con su prestigio de bocas sin dientes, cuando miro esfumarse en mi ensueño no en vano regresan de sucios portales inician a varios que piden consejos.
Que vuestra risa sea como una fuente, y vierta cumplida su ingrata misión de cerberos.
tus nerviosos esguinces cansados, su chorro alegre sobre nuestra melancolía. ahí están. De pronto vuelven, todos juntos, y moverse y cruzar tu esqueleto.
sea como una caja de música que abierta Espíritus sabios en sus devociones. Hermanita. hace frío; ya es hora ladran sus blasfemias como ángeles malos, a narrarse, en orden, sus melancolías: de los suaves calores del lecho, perennemente suena desde que empieza el día.
pregunta y respuesta, como en contrapuntos pero en los oficios de las contriciones pero cambia la colcha: esa blanca de fúnebres salmos que son letanías.
Hermanas: reid de una vez toda vuestra sana los mueve a ser santos la unción de los palos.
me recuerda el ajuar de los muertos!
alegría de dueñas del patio, que mañana Parece que el alma de los payadores Tal vez ellos mismos, en noches aciagas ah, mañana quién sabe si os habremos de oir.
hubiese pasado por sobre la tropa, son los milagrosos geniales artistas. Ah, hermanas, hermanas juguetonas. Ay, locas de bíblicas lenguas, que curan las llagas y que, frente a graves jueces gruñidores de anónimos Cristos sin evangelistas.
está Santos Vega y está Juan sin Ropa!
rabietas de la abuela. cuál de esas lindas bocas EL HOMBRE QUE será la que primero dejará de reir?
En las castas horas de amables ensueños. Qué será ese inquieto pavor tumultario TIENE UN SECRETO son, regularmente, como nadie parcos que desde la sombra llega, a la sordina?
en el decir, pero se tornan risueños ¡Cómo si rezasen lúgubres rosarios, Algunos se hacen malas suposiciones cuando beben agua de luna en los charcos.
de hostiles rumores se pueblo la esquina!
cada vez que el pobre hombre dobla la esquina y franquea la puerta de la cantina, LA SILLA QUE AHORA NADIE OCUPA Gozan la primicia de las confidencias donde busca el silencio de los rincones.
en los soliloquios de los criminales, Se van galopando. Por qué habrán huído?
Con la vista clavada sobre la copa y, como sus dueños, buscan las pendencias.¡Qué sola ha quedado la calle. Qué honda Eco de las diversas murmuraciones y aman los presidios y los hospitales.
la pena del ronco furor del aullido!
se halla abstraído el padre desde hace rato: de los más insidiosos, una vecina No sientes, hermano? Se aleja la ronda.
pocos momentos hace rechazó el plato dice que nunca dejan de darle espina del cual apenas quiso probar la sopa.
De noche, consuelan la angustia infinita esas muy sospechosas ocultaciones.
de las incurables que en los conventillos De tiempo en tiempo, casi furtivamente, dulcemente lloran a la Margarita Hoy y esto es explicable la buena gente Hega en silencio alguna que otra mirada que muere en las teclas de los organillos.
se halla un tanto intrigada, pues casualmente hasta la vieja silla desocupada LA MUCHACHA QUE hace cinco minutos, al regresar Puntuales consignas, jamás olvidadas, que alguien, de olvidadizo, colocó en frente.
son los que despiertan, fielmente severos, SIEMPRE ANDA TRISTE de la calle, cumplido cierto mandado, Y, mientras se ensombrecen todas las caras, a las obreritas, en las madrugadas el hijo de la viuda que vive al lado cesa de pronto el ruido de las cucharas que anuncian las dianas de los gallineros.
Así anda la pobre, desde la fecha acodado en la mesa lo vio llorar.
porque insistentemente, como empujado Se entristecen cuando la mujer insulta en que, tan bruscamente, como es sabido, por esa idea fija que no se va,. a ese sinvergüenza que aun no ha venido.
aquel mozo que fuera su prometido el menor de los chicos ha preguntado en su compañía descubren la oculta la abandonó con toda la ropa hecha.
cuándo será el regreso de la mamá.
lejana cantina donde está el marido.
Si bien muchos lo achacan a una locura LA QUE HOY PASO MUY AGITADA Final de la ofensa nunca perdonada, del novio que oponía sobrados pero.
rencor de los héroes de almas agresivas, todavía se ignoran los verdaderos ¡Qué tarde regresas. Serán las benditas gustan la belleza de la puñalada motivos admisibles de la ruptura.
locuaces amigas que te han detenido?
que alcanza a las locas muchachas esquivas.
Vas tan agitada. Te han sorprendido LA QUE SE QUEDO Sin embargo, en los chismes casi obligados, dejando, hace un rato, la casa de citas?
PARA VESTIR SANTOS Crías corajudas, de castigo eximen a las delincuentas famas orilleras, de los pocos momentos desocupados, Adiós, morochita. Ya verás, muchacha si es que se discute la causa del crimen una de las que cosen en el taller cuando andes en todas las charlas caseras Ya tienes arrugas. Qué vergüenza. Bueno que apasionó al barrio semanas enteras.
sospecho las risas de tus compañeras serás abuelita sin ser madrecita.
dice y esto lo afirma la propia abuela, diciendo que pronto mostraste la hilacha.
Ayer, recordando tu pesar sereno, Ponen sus rabiosas babas en los cuentos que desde que ella estuvo con la viruela me dió mucha pena tu cara marchita.
de las enredistas brujas habladoras, él, ni una vez siquiera, la ha vuelto a ver. si esto ha ocurrido, que en verdad no es poco y asisten en días de arrepentimientos si diste el mal paso, si no me equivoco. Ni siquiera una novela empezada!
a las confesiones de las pecadoras.
y encontré el secreto de esa agitación.
Quizás el idilio que duró un verano, hasta que una noche por buena y confiada, Luctuosos de mugre van a los velorios ¿quién sabrá si llevas en este momento se cansó la novia de aguardar en vano.
donde, haciendo cruces, arañan las puertas una duda amarga sobre el pensamiento y, muy compasivos, gruñen responsorios LA COSTURERITA QUE y un ensueño muerto sobre el corazón? tu sufrirías, o no sufrirías, y recitan Salves por las novias muertas.
DIO AQUEL MAL PASO nerviosas esperas, y te quedarías como es natural, Hallan escondrijos de cosas guardadas, La costurerita que dió aquel mal paso.
y, cautos, divulgan en el vecindario tan indiferente que al día siguiente fórmulas secretas de alquimias, robadas y lo peor de todo, sin necesidad ya no habría nada, nada. solamente TUS MANOS al hosco silencio de algún visionario.
con el sinvergüenza que no la hizo caso húmedas las puntas de tu delantal.
después. según dicen en la vecindadCon mucho sigilo, ferozmente serios Me obsedan tus manos exangües y finas, en el amplio, oscuro templo de la acera, se fué hace dos días. Ya no era posible itus manos! puñales de heridas ajenas, celebran sus ritos de foscos misterios, fingir por más tiempo. Daba compasión cuando en el teclado predicen, en notas, aullando exorcismos contra la perrera.
las inapelables deseadas condenas.
verla aguantar esa maldad insufrible EL NENE ESTA ENFERMO Custodian el acto, de extrañas figuras, de las compañeras, tan sin corazón!
Tus manos, amores de nardos y rosas, los insospechados de infames traiciones: cuya Histeria tiene sangre de pasiones, Hoy el hogar no tiene la habitual alegría hay autoritarias torvas cataduras Aunque a nada llevan las conversaciones, como aquellas suaves que guardan ocultas de los días hermosos, y eso que hoy es un día de perros caudillos y perros matones.
en el barrio corren mil suposiciones en venas azules sombrías traiciones.
suavemente asoleado. En el patio no hay ruidos, y hasta en algo grave se llega a a creer.
ni se escuchan las risas sonando en los dormidos Uno, sobre todo, terror de valientes, Como las nerviosas manos de mi amada, rincones de la antigua casa. La regalona jamás derrotado volvió a la covacha. Qué cara tenía la costurerita, que, en largas teorías de gestos cordiales, y traviesa hermanita de siete años no entona quizá Juan Moreira le puso en los dientes qué ojos más extraños, esa tardecita devotas del dulce crimen amatorio, las canciones ingenuas que aprendiera en la escuela, su daga de guapo sin miedo y sin tacha!
degüellan mis mansos corderos pascuales!
que dejó la casa para no volver. ni riñe a su muñeca mutilada. La abuela jah, la pobre abuelita casi nunca está sana! hay otro, apacible, gentilmente culto, olvida su dolencia que lleva una semana de finos modales, ingenioso y diestro de no darla un momento de reposo. Una incierta en estratagemas de escurrir el bulto, amenaza inquietante ha violado la puerta y a quien los noveles le llaman Maestro.
EL CLAVEL del hogar. Bajo el techo CUANDO LLEGA EL VIEJO.
de la casa modesta se presiente en acecho hay otro, que, cuando la fiesta termina.
al dolor. Repentina, melancólicamente, hablando a los fieles con raro lenguaje Fué al surgir de una duda insinuativa Todos están callados ahora. El desaliento cuando hirió tu severa aristocracia, ha pasado una sombra como por una frente, parece un apóstol de gleba canina que dice a las gentes su Verbo salvaje.
que repentinamente siguiera al comentario como por una frente que fue siempre serena como un símbolo rojo de mi audacia, de esa duda, persiste como un presentimiento.
un clavel que tu mano no cultiva.
y que recién ahora la oscurece la pena con la torva amargura de una arruga muy honda. otro, primer premio de anuales concursos, El hermano recorre las noticias del diario Ronda a paso de lobo por nuestra casa, ronda y que, en saber, ante ninguno se agacha, que está sobre la mesa. La abuela se ha dormido Quizá hubo una frase sugestiva, la tristeza, la angustia, es una promesa que sigue los cursos y los demás aguardan con el oído alerta o viera una intención tu perspicacia, de las academias de un perro Viscacha.
que ya ha puesto sus fríos labios en una mustia a los ruidos de afuera, y apenas se oye un ruido carita enflaquecida.
pues tu serenidad llena de gracia otro, que en su orgullo se llama nietzcheano, las miradas ansiosas se clavan en la puerta.
Es que el nene está enfermo. Cesó la voz querida fingió una rebelión despreciativa.
siempre maculado de filosofías, de rumorear sus charlas adorables con esa en cien bellas frases, de credo inhumano, El silencio se vuelve cada vez más molesto: así, en tu vanidad, por la impaciente locuacidad que hacía bulliciosa la mesa. Ay el gesto atufado de su enojo risueño expone a la Horda tremendas teorías.
una frase que empieza se traduce en un gesto condena de un orgullo intransigente, de impaciencia. La espina de esa preocupación. mi rojo heraldo de amatorios credos y los cantos que apenas cesaban cuando el sueño, otro, que con aire de doncel apuesto como dos invisibles alitas de alguaciles, le finge repulsiones hablando de acracia, cuando llega el viejo, que salió hace un instante, mereció, por su símbolo atrevido, tocaban en sus ojos con sus dedos sutiles!
cuidando la forma de su noble gesto Abuelita, abuelita, hazme pronto la cama. en todas las miradas fijas en su semblante como un apóstol o como un bandido impone el buen gusto de su aristocracia.
hav una temerosa, larga interrogación.
1Qué triste ahora, abuela, el nene no te llama!
la guillotina de tus nobles dedos.
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