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DOMINGO, 15 de Abril de 1917.
EL IMPAROIAI Página cinco ttttttt Selecciones de EL IMPARCIAL de EL IMPARCIAL cargo de JOSE FABIO GARNIER Tierra de promisión tttttt tttttttttt Himno a la noche Jugando a pensar Edgardo Poe SERIE 30 JUGANDO PENSAR, por Felipe Sassone (peruano. AMOR, por Delmira Agostini (uruguaya. AL SOL PONIENTE, por Santiago Rusiñol (español. TIERRA DE PROMISION, por José Eustasio Rivera (colombiano. Oigo la vestidura larga de la VIRGENES MUERTAS, por Olavo Bilae (brasilero. noche al rozar el mármol de sus BORDO DEL METAPAN, por Eduardo Trejos (costarricense. Corneando el fresco matorral arranca Entreabiertas las alas que la luz tornasola, atrios.
Partidos gajos que al testuz entrega; Se entristece la pobre de encontrarse tan sola; HIMNO LA NOCHE, por Henry Longfellow (norteamericano. Siento su presencia por el heelii azotando el ijar, la cola juega esponjando el plumaje como leve capuz, EDGARDO POE, por Carlos Baudelaire (francés. zo que cae sobre mí desde lo e to: la quieta majestuosa presen. ia de Como un cordón indócil sobre el anca.
la noche, como la del amor.
ttttt Al impulso materno de sus tiernas entrañas, Oigo los sones de dolor y deleite, Luego asoma a la altísima barranca, Amorosa se pone a arrollar las montañas.
los varios suaves sones que llenan Tiende lento los ojos por la vega, se duermen los montes. y se apaga la luz. las embrujadas cámaras de la noY la humeante nariz de pronto riega che, como antigua rima de poeta.
Mi espíritu ha bebido reposo de Un grato olor en la mañana blanca.
Ninguna mujer es completamen. dres espartanas que talconsejaban a Sobre el musgo reseco, la serpiente tranquila las frías cisternas del aire de ntedia noche. La fuente de perpetrat te sincera, y ningún hombre com sus hijos con el escudo o sobre Lo envuelve el sol en su vislumbre de oro Fulge al sol enroscada como rica diadema; pletamente altruista. La falsedad el escudo. me parece más decente paz fluye aquí, fluye de estas honDesde los cerros. Lo contempla el toro. en su escama vibrátil el zafiro se quema, das cisternas.
y el egoísmo son defectos congéni y más humana la leona. La mujer al ver que con feliz recogimiento La esmeralda se enciende y el topacio rutila.
tos de la mujer y del hombre; la no debe saber del heroísmo, sino Oh, santa noche! De ti aprendo a sufrir mi destino de hombre, tú falsedad y dl egoismo se aman. y de la piedad.
dan hijos al mundo!
Su móvil sombra en el gramal se estampa, Tiemblan lampos de nácar en su roja pupila pones tu dedo sobre los labios del El que no gasta el calzado por cuitado, y ellos no se atreven a Al golpe de un bramido, con su aliento Que columbra del buitre la asechanza suprema, los tacones es un ser frivolo sin quejarse más.
Inciensa las novillas de la pampa. regando el reflejo de una pálida gema. Haz. Paz! Como Orestes, sus.
energía y sin grandeza de alma.
Silbadora y astuta por la grama desfila.
piro esta plegaria. Desciende con Cuando una mujer te liable de el vuelo de tus anchas alas, tú, la su pasado pasional, eleva al enaEscueto y solo, donde el llano empieza Van sonando sus erótalos en la gruta silente dra o cuanto te diga y extrae nebienvenida, la tres veces rogada, la go la raiz cúbica de enanto te proLadme la corbata de un hombre Se tiende el cementerio campesino; muy amada Noche!
Donde duerme el monarca de la felpa de raso.
niete. En amor hay que saber a y os diré mucho de su carácter. en la santa penumbra el vespertino Un momento relumbra la ondulante serpiente, TIenry LONGFELLOIN tenities o ignorarlo to. io, y aprovechar el efímero cuarto de hora Viento, suspira. y la colmena reza. cuando ágil avanza y en la sombra se interna, que te cedan el capricho o el has tio de una mujer.
Nadie viola su mística tristeza, Al chispear de dos ojos suena horrendo zarpazo La cabeza debe servir siempre Nadie! en el invierno peregrino, un rugido sacude la sagrada caverna. para ponerle un sombrero; muchas veces para ofrecerla al ver Se dobla alguna cruz ante el camino Ten la frente alta y dominado dugo, y algunas, muy pocas, para amanece llorando la maleza.
ra, con ciertas protuberancias re Es mucho más fácil confesar pensar.
Un guadual que rumora mientras muerme el velaban las cualidades super.
nuestras culpas a un juez que con Ya de noche, unas vacas compasivas. plantio abundautes que debían represenfesarnos con nosotros mismos. en la madre del cauce soñoliento y salvaje, Siempre procuramos creer más en Haciendo, misteriosas rogativas, tar, y en ella predominaba, con Todo hombre artista, delicado y Solitaria en un tronco do la espuma hace encaje, una expresión de serena altivez, el la caricatura que muestra vanidad tierno ha de recordar con nostalSe echan por calentar las sepulturas.
sentido estético por excelencia.
hace de nosotros mismos, que en gia en la salud, en el vigor y en la Una garza que sueña con las ondas del río.
Sin embargo, a pesar de estos dola verdad de nuestra pequeñez y aspereza de la lucha, la convale convirtiendo al cielo sus ojazos, nes y aun a causa de tan exhorbi.
de nuestros pecados.
cencii. de una enfermedad grave, Ven una cruz de estrellas, cuyos brazos En sus plumas de raso se abrillanta el rocío; tantes privilegios, aquella cabeza, et indo sus nervios hiperestesiaSe abren sobre las huérfanas llanuras. después, cuando escruta maliciosa el paraje, vista de perfil, no presentaba tal000 dos prestaban un singular sentido de belleza a cuanto le rodeaba, y Alargando su cuello sobre el límpido oleaje vez un aspecto agradable, podria resultar un déficit de la abundan.
El amor sin besos es como un los cuidados de un padre, de una Clava trémula el ojo en el fondo sombrío.
cia, una pobreza de la usurpación.
día sin sol, como una primavera madre, de una mujer, de un amigo En la tórrida playa, sanguinario y astuto Los ojos, grandes y sombrios, essin flores, como un árbol sin páj y la tristeza del con agazapado a Mueve un tigre el espanto de sus garras de acero.
Es un pez recamado que volteándose juega; taban llenos de luz, aunque tenían ros, como una noche sin luna, co los pies del lecho, metíanle una vi.
Ya venció la juaría pertinaz, y al arquero Muestra entonces la garza su plumaje erizado. un color vago y tenebroso; la naiho urla palabras sin sentido. Sin da suave y una esperanza posible. al mirarlo que vuelve y hasta el tronco se llega, Reta con un gruñido enigmático y bruto.
y riz era bien formada. la boca, inuy Desos, se presta ima mujer histéri. Soñar con una enfermedad grave, fina, entreabríase a veces por una ca; una mujer sentimental se da pero acompañado, cuando se tiene triste sonrisa; tenía el color more.
toda en un beso. La carne siente salud y se está solo, es el egoísmo Manchas de oro vivaces entre manchas de luto, Hunde rápida el cuello; del caudal lo arrebata, no claro y generalmente con la excomo un animal; la boca saborea de los buenos.
En su felpa ondulante dan un brillo ligero; alza el vuelo llevando dentro el pico rosado presión algo distraída por efecto como un refinado y comprende coMagnetiza las frondas con el ojo hechicero, un estuche de carne con escamas de plata. de una melankolia habitual.
mo un sabio. Por el amor vibilla No se está seguro de decir verY su cola es más ágil, y su ijar más enjuto.
Carlos BAUDELAIRE espina dorsal; por el beso vibra el dad cuando se asegura amar eterJOSE EUSTASIO RIVERA corazón. El amor del instinto jun namente; pero el amante que ad ta los cuerpos momentáneamente; mite la posibilidad, aunque lejani, Tras las verdes palmichas, con la fuerza del brazo el beso puede juntar para siempre del desamor, ha dejado de amar Templa el indio desnudo la vibrante correa, cerca del otro; en que las parejas de pájaros se acurrucan bajo la dos almas. El beso es la esencia y desde ese momealo.
el espíritu del amor.
Quo se quejan las brisas al pasar el flechazo. misma hoja; en que los labios bus.
Hacer imuchos proyectos, es ser ean li vida en la fuente embriagacasi feliz, porque la felicidad es un Ruge el tigre arrastrando las sangrientas entradoma de otros labios que les espeCuando muere una virgen, una estrella aparece proyecto que deja de ser felicidad ñas, ran, en que los ojos buscan la mi. se muere. al verlo que yacente se orea, nueva, en el viejo engaste azul del firmamento, Entre una leoita que, fiel a sus cuando el proyecto se frustra o se rada para leer en ella promesas instintos, devora al domador, que realiza.
Baja el sol, como un buitre, por las altas montañas. y el alma de la muerta, momento por momento, consagradas ante la santa agonía en el fulgor del astro palpita y resplandece. de un sol muriente.
riendo nutrirse para amamantar a sus cachorros, y una de esas maFelipe SASSONE Haz durar todo lo más que pue.
das, astro del cielo la hora solemno Dando toques de alarma se apresura Vosotros que en parejas y entre el recogimiento y hermosa; hazla duar para los del campo, habláis a solas cuando la luz fenece, congregar la res despavorida; silencio! Ese murmullo que una oración parece, que realin, para los que aman y te en la terrible noche, su embestida adoran; detén tu rueda de oro soTriunfa del tigre entre la breña oscura.
remonta al Infinito, llevado por el viento.
bre los lomos de las montañas, y después. ya que otras tierras te Seres de bocas sabias en caricias y amores, esperan para nutrirse de la alegría Amanece tronchando la espesura; Si la vida es amor. bendita sea!
que das, sigue tu curso majestuoY mientras vuelve con la nuca herida, que vagáis a través del campo sosegado so, baja al abismo qiie allí, al fonQuiero más vida para amar. Hoy siento haciendo arder el casto corazón de las flores, Se despeja el confin, y agradecida do del último término, como enque no valen mil años de la idea jambre de moradas mariposas un Muge la gran vacada en la llanura.
lo que un minuto azul del sentimiento.
Piedad! Ellas ven todo de las hondas alturas: vuelo de nubes te espera para en Llena de ardor, sobre la oliente grama, Vuestra pasión agravia con su impudor rosado cenderse en tu luz, para pintarse Mi corazón moría triste y lento las que vivieron solas, las que murieron puras!
de carmin sus alas extendidas paOpulenta novilla lo reclama.
ra colorearse de camino y vestirse Hoy abre en luz como una flor febea. cuando ante el asombro de los montes del fuego de tus últimas miradas.
La vida brota como un mar violento OLAVO BILAC Caminta poco a poquito y una donde la mano del amor golpea!
En un fecundo salto la violenta, vez puesto al otro lado de la sierra, aun te recordará la celestial violeRefulge entre su enorme cornamenta Hoy partió hacia la noche, triste, fría, ta los reflejos y la aureola que las El sol de los lejanos horizontes. dejado; aun te recordará el color rotas las alas, mi melancolía; que se torna niebla extendiéndose como una vieja mancha de dolor Azul el mar. la inmensidad tranquila. derecho por los valles; el humo de En un bloque saliente de la audaz cordillera Ni una estrella su fulgor cintila los hogares enfilándose derecho en la sombra lejana se deslie El cóndor soberano los jaguares devora; En esta soledad que nos abruma; aire arriba para verte un ratito Mi vida toda canta, besa, ríe!
más; aún te recordarán las nubes olvidando la presa, las alturas explora Sólo rompe el silencio la piragua Mi vida toda es una boca en flor!
largas y enlutadas que tornan en Con sus ojos de un vivo resplandor de lumbrera.
Que, al penetrar en el cristal del agua, procesión silenciosa de tú suntuoDELMIRA AGOSTINI Forma un manto de armiño con la bruma.
so entierro, que caminan cielo allá Entre locos planetas la girado la esfera, y pasan como cinta negra delante Vencedor de los vientos, lo abrillanta la aurora, Nadie se acerca a mitigar la pena de la blanca luna que se alza rodea da de estrellas al llenar el espacio con su cauda sonora Que sin cesar el alma me encadena Ellas se atreven a despuntar por Contra el muro siniestro de mi duelo; Quema el sol los encajes de su heroica gorguera.
Oriente cuando tú cierras los ojos; La compasión del firmamento clamo, el árabe te llora en lo alto del al Adiós, astro del día, rueda de riti, baja poco a poquito allá enRecordando en la roca los silencios supremos, nadie le responde a mi reclamo.
aurora, estrella encendida que batre tinieblas, que el momento indemenar; la campana te envía la jas solemnemente a los abismos ciso en que te hundes, el momento más melancólieas quejas y te danSe levanta al empuje colosal de sus remos. Qué indiferente a mi pesar el cielo!
tan todos los pájaros sus cantusin fondo, como custodia majes de celestia que destrenzas, el moZumban ráfagas sordas en las nubes distantes, mento de tu espléndida agonía, es Sumido en la nostalgia de la ausencia, rilas más hermosas.
Adiós, astro glorioso del día, Antes de descender a los espa el momento más hermoso que los El dolor, cual un buitre, su inelemencia cios infinitos, caldea con tus res ojos del hombre gozan. violando el mistério que en el éter se encierra, rueda de aurora, estrella encendiInfame en mi sufrir la despereza; plandores las altas cimas que te Es el momento más hermoso y da que bajas solemnemente a los Llega al sol, y al tenderle sus plumones triunfantes en la calma infinita en que me pierdo, abismos sin fondo como custodia contemplan, y envía tus besos de o más lleno de adoramiento; es el Va corriendo una sombra sobre toda la tierra. inajestuosa.
ro a la frente nevada de las sie instante en que se abrazan las noLa esquiva Mariposa del recuerdo, tras, que la tierra necesita el en tas muertas del día y las nacientes Surge cual una flor de mi tristeza.
Como el árabe y la campana; cocendido amor de tus labios para de la noche; en que los pensamienadormirse a la sombra que dejas tos más íntimos osan vibrar ba Cantadora sencilla de una gran pesadumbre, mo las nubes. los pájaros, déjaal ocultarte ñados por la media luz; en que la Siempre oculta en las frondas, la paloma torcaz evoco silencioso aquellas horas nos rezarte e adiós que nos inspiDespidete de los enfermos que tristeza, con su manto color de Acongoja las selvas con su intensa quejumbre En que he sido dichoso a las auroras ra tu caída; déjanos remover la ce te necesitan; de los qu te púrpura, pasa rozando con sus aniza que dejas en nuestro corazon Picoteando arrayanas y pepitas de agraz.
Que fulguran feliz en unos ojos; men la obscuridad; de aquelas las frentes heladas que la siencon tu espléndida agonía. déjanos llos a quienes falta un abrigo cuan ten, y en que dicta la oración las ¡Oh! tus ojos dirinos Carmen pura, terrar los párpados del pasado do tú no estás; de los que más sentidas plegalrias.
Arrurruúuti. canta viendo la primera vislumbre Manantiales de luz y de ternura mientras duermas detrás de las viven de tí y contigo respiran; des. Es la hora misteriosa que euei después, por las tardes, taciturna o vivaz, montañas; y déjanos esperarte palQue han deshecho mis ásperos abrojos. ra cuando tornes a besarnos.
pídete de ellos, astro glorioso de ta otro día que muere; la lora dul En la copa del guaimaro que domina la cumbre la vida, y. tarda en marcharte cicima en que el corazón pide otros Ve llenarse las lomas de silencio y de paz.
EDUARDO TREJOS Santiago RUSIÑOL detente un ratito a ras de la tie corazones para unirse y latir ano ta, Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
Vírgenes muertas Amor Abordo del Metapán Al sol poniente tuosa.
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