Guardar

DOMINGO, 29 de Abril de 1917.
EL IMPARCIAL Página cinco tttttttttttttttt Selecciones de EL IMPARCIAL cargo de JOSE FABIO GARNIER Los Rubayata tttttttt SERIE 32 Nacimiento de Uma y de la linea recta LA MUERTE, por Kasimiers Przewa Tetmajer (pdaeo. DOS SONETOS: MI MADRE, MAGDA, por Leopoldo de la Rosa (colombiano. En el momento de nacer la joven cielo; la frescura de su juventud LOS RUBAYATA, por Omar Khayyam de Naishapur (indio. diosa todas las playas celestes se resplandecía a su alrededor y pa ORACION LIRICA, por Rabindranath Tagore (indio. XXXVIII. Un instante en el manos hacia el pidiendo ayuda, creo que iné volviendo en mi poco iluminaron con mil fuegos El vien ræeia un loto abierto a los rayos NACIMIENTO DE USA. por Kalidasa (indio. desierto del no ser; un momento porque, impotente, rueda como tú a poco.
to se calmó yel aire se purificó. del sol.
EL LIBRO DEL SENDERO DE LA LINEA RECTA. por Laopara gustar la fuente de la vida. y yo.
LXIV. Así mientras las vasi Trompetas se oyeron en el cielo y Sus pies, delicados y pequeños, Tsé (chino. Las estrellas se ponen, y la caraLIII. Con la primera arcilla jas hablaban por turno, una de e cayó una abundante lluvia de flo daban a su andar una gracia pervana sale hacia el amanecer de la de la tierra amasaron al último llas atisbó la luna, a quien todas res. Aperas nackda, la joven ere. fecta y sus brillantes uñas parenada. Apresuraos!
hombre y entonces sembraron la estaban esperando, y entonces, ció y se desarrollaron sus miem cían chispas. Todos sus morimjen XXXIX. Por qué disputar semula de la última cosecha: así, dándose con el codo, dijéronse u bros graciosos como en el cielo tos eran armoniosos, porque sus LA MUERTE largamente buscando la definición la primera mañana de la creación nas a otras. Hermana, hermana, inmóvil se desarrolla el arco de la miembros finos eran flexibles code esto y de aquéllo? Más vale ale escribió lo que ha de leer la últi. oye cómo cruje el nudo de la co Luna.
los juncos que la brisa hace ondu grarse con el racimo jugoso, que ma aurora del juicio.
Irrea en el lomo del mozo que ha Oh Muerte! Blanca y tranquila eas rosas, tu cuerpo es maravillo entristecerse buscando el fruto Himalaya recordaba la belleza lar suavemente. Sus manos, larLIV. Te digo esto: cuando sa de servir el vino.
de sus otros hijos; pero su nueva gas y pálidas, parecían delicadas Muerte, como dos enamorados es. so. Tu pecho se levanta con sua que no existe o que es amargo.
liendo de la meseta a lomos del LXV. Ah! Reconfortad con hija los sobrepujaba en esplendo, hojas de acoka recortadas.
tamos solitarios. Por qué no a re ritmo: ante el deseo de las ca XL Ya sabéis, amigos míos. flamante corcel, arrojaron a Par la uva mi vida que se huye y lavad y los ojos del dios se detenían en cereas tus labios a los míos?
ricios tus caderas se estremecen cuanto tiempo ha que en mi casa win y a Mushtara en mi porción con su zumo mi cuerpo donde ha ella con más complacencia y saSus senos, hechos de dos globos te veo. Blanca y tranquils, y una claridad verde te rodea hice fiesta para nuevas bodas; a predestinada de barro y alina.
races sentada sobre el lecho que un cielo azul, flores, bosques, el rrojé de mi lecho a la vieja y es.
muerto la vida. y, en vuelto en un tisfacción, así como las abejas, des brillantes, eran más dulces a la LV. Germinó una fibra en la suzdario de lojas de vid, enterrad deñando las flores que hemosean vista que las perlas de su collar.
hace un instante abandonara, en sol. Tal un pintor o la Vida en teril razón, y tomé a la hija de la vid, a la cual se prendió mi sér; me en linde de algún dulce un jardín, van a posarse en el Una sonrisa grata como la miel de vuelta en ligero velo de muselina, sueñan la Muerte.
vid por esposa.
burle el Sufi; del más vil metal jardín.
árbol más hermoso.
las abejas o el canto de los pájaros con tus sonrosados labios Henos Mirame, mírame así, sonriente, XLI. Aunque sé defimir el Ser puede limarse una llave, que acaso LXVI. Así, hasta enterradas. Uma era la gloria de su padre se fijaba en sus labios tan bien de sonrisas y tus ojos glaucos. para lograr abrasarne de amor y el no ser con regtas y rineis. y abra ha puerta ante la cual aula. mis cenizas lanzarán al aire tal así como el río Ganges es la gloria contorneados que parecían una Oh, cuán bella eres! No vendrás por tí, para que olvidándolo todo, el Arriba y Abajo sin eilas, y en a tomarme en tus brazos. LVI esto lo sé: ora la úni lazo de perfume, que ni un solo cre del país que atraviesa. Aun siendo flor abierta o un coral labrado con ¿Por qué no te acercas más, be preciando las cosas, pueda arrojar Tie alcanzado a ser profundo más el amor, ora me consuma en Ira Car preso.
no prestando atención a nada, dos todo he querido profundizar, no ca luz verdadera encienda en mi yente al pasar por allí deje de que muy joven corría por las islas que destreza. Cuando hablaba, su voz lleza, amor mío? Aspiro el perfume en tus brazos blancos y liegar que en vino.
están enmedio del río y compartia musical hacía callar a las aves por completo, más vale alcanzar me de tus cabellos y percibo ellasta tus labios sonrosados y fraLXVII. En verdad, los ídolos, los juegos de sus compañeras des envidiosas sobre las ramas de los hálito dulce y tibio de tu cuerpo, gartes. oh Muerte!
XLII. últimamente, por ia una chispa de ella en la taberta que tanto tiempo amé han hecho de la hora de la mañana hasta árboles, pues sus más dulces cantanto mal a mi fama en los ojos la puesta del sol.
tos parecían discordantes; sus oeurvado en voluptuoso arco. Por puerta de la urna abierta de par que perderla en le templo.
qué no te aproximas?
en pár, y furtivamente a través de LVII. Oh, Tú, que sembraste de los hombres! Han ahogado mi Cuando llegó a la edad en que jos se asemejaban a los de las II En tus ojos y en la sonrisa de la obscuridad, la forma de án de trampas y lazos el camino por honor en una copa no muy hónda, se desarrollan los encantos de la gacelas; eran muy abiertos y ditus labios advierto amor y desco: Oh Muerte! Qué hermosa me hombros, me mandó que gustase brás enredado en predestinacioción.
gel, trayendo una vasija sobre los el cual he de caminar; no me ha y he vendido mi fama por una car. mujer y se convierten en un ena rig an miradas suaves como una me amas y me deseas. Por qué par cias, enan hondamente desea de ella; y era. el racimo jenamiento para los ojos, su belle tela preciosa. Podría de irse al entontes, no juntas tu cuerpo albe cuando intent ubas atraerme, XLIII. El racimo! Quie con cado!
para luego imputar mi caída a pe. LXVIII. En verdad, en ver za llegó a ser para su cuerpo un verla, que Indra había querido mío?
dad, amenudo juré arrepentimie adorno que eclipsaba a las joyas reunir en ella todas las perfeccioahora que te aproximas.
Conociéndonos, mirándonos, de qué espantosa! Semejante a es. los setentidos sectas discordes; el na tarde, hacia el fin del Rana do cuando juraba? Luego. y lue po emanaba un resplandor dulce lógica absoluta puede confundir LVIII. Escucha de nuevo. to. pero. no estaba embriaga más ricas en pedrerías. De su cuernes del cuerpo de la mujer.
seándonos, serenamente permane pantable esqueleto, sentada te ceremos sentados Pinte a frente. mantienes sobre el techo. Se ha trueca en oro el plomo de la vida. luna, estaba solo en esta vieja mano, hizo pechazos mi flaco arre.
sutil alquimista que en un instante dán, antes de que saliese la mejor go vino la primavera, y, rosa en y divino como el de la luna en el KALIDASA ¡Ah, qué bela veres, oh, Muerte! desprendido de tus brazos pestifeCareciendo de fuerzas putra reu. ro sudecio y 18 vecias cueneas el señor victorioso, que mata y dis mas de barro.
XLIV. El poderoso Mairaud, tienda de alfarero rodeado por for pentimiento.
nirme a tí, ren, te espero.
de tus ojos miran macabramente XIX. aunque el vino haya El libro del sendero Monstruo cadavérica cabeza, como dos antros en el abismo! Ya la horda infiel y negra de Termotes tre aquella porción de vasijas de despojándome de mi manto de ho.
persa con su espada mágica toda LIX. Y, cosa extraña: de en obrado como un infiel counigo, de secas y descarnadas manos, no ma lamas, más si esperas que y enas que corrompe el alma.
tierra, unas podían bablar y otras nor, a menudo me pregimto a mi vampiresa que sange clupa, te Thame. vendrás. Un momento XLV. Deja disputar a los sa 10. de pronto uwa, más impa mismo. Qué podrán comprar mata el pensamiento y consume de decisión y vendrás. Tus des el corazón, destructora de los cuer carmacias manos rodearán mi erbe bios la eterna disputa del Univer ciente, exclamó. Quién es el al los viñadores que valga la mitad La conciencia humana de lo be. Antes y Después no es más que pos y las almas, aniquiladora de la za; ante mis ojos caerá tu sudaris so, y conmigo, en un rincón del re farero, decidme, y quién el vaso? de lo que venden. Entonces dijo otra. Segura LXX. Ay, que esta pirimavera lo Feo; la Conciencia Humana llo es quien diferencia lo Bello de Continuidad diferenciada.
voluntad y de la fuerza, bestia y con pavoroso crujir de huesos posorio de Hubbub, burla al que mente, no en vano fue tomada mi desaparecerá con la rosa! Este del bien es quien diferencia el dererolla sin concepto. legisla sin Conforme con esto, el Perfecto vionstruosa, horrible Vida. Ah! Wegerás a mí. lejos, muy lejos, hace otro tuto contigo.
XLVI. Porque dentro y fuera, substancia de la tierra común. manuscrito perfumado de juven. Bien del Mal; ser y No Ser no es palabra; obra sin impulso; erea ¡Cuán cerca de mí se arrastra. se quedará la vida. Se quedarán. Permitirás, oh Muerte, que me el sol, la voluptuosidad, las flores neim, en derredor, abajo, no aquele que sudiomente me dió for: tud tendrán fin! El ruiseñor que más que Existencia diferenciada.
muerda. Consentirás que tu a. y los azules mares y las nevarlas existe nada más que una sombra ma no me retornará, pisoteando ha cantado en las ramas; ay! de dónde venía y a dónde ha volado?
Posible e Imposible no es más sin nada; concibe sin objeto; reamante agonice sin morir. No montañas y los bosques; se que mágica, proyectada por nua linter me, a la tierra común.
que Mundo sensual diferenciado.
liza sin permanecer autor.
quiero, no puedo soportar por pas darán los lagos tranquilos y los ta, cuya luz es el sol, en derredoc LX. Otra dijo: Porque ni aún. Quién sabe. LXXI. Ay, amor! Si tú y yo Largo y Corto no es más que En general: tiempo esa tortura! Mis fuerzas ríos en cuya superfikie. al cre del cual nosotros, figuras fortas a chiquillo revoltoso querrá romDimensión diferenciada.
Lo Desconoedo hace la Fuerza.
se acaban.
púsculo, se reflejan las orillas; mas, venimos y nos vamos.
per la taza en que bebió con ale pudiéramos sobornar al Destino y Superior e Inferior no es más Blankea y tranquila me sonries. se quedarán el amor, la belleza, XLVII. si el vino que bebes, gría, y aquel que hizo este vaso en apoderarnos del triste plan de to.
LAO TSE Cubiertas manos y cabeza de fres las ideas de aquilinas alas; se querei abio que besas, acaban en la puro amor y afición, habrá de das las cosas. acaso no le bría que Organismo diferenciado.
nada. en qué van a parar todas destruirle en ulterior enojo? mos pedazos. para moldealt le Sonido y Ruido no es más que las cosas. si. piense que eres de nuevo más conforme al deseo tono diferenciado.
LXI. Ninguna respondió a és(siglo a MI MADRE Iloy lo que eras Ayer y que no seto: pero después de un silencio, del corazón?
rás menos mañana.
LXXII. Ay, luna de mis deli dijo un vaso más todamente he. la manera antigua. XLVIII. Mientras florece la cho: Se burlan de mí porque soy cias, que no conoces menguante!
DOS SONETOS rosa a orillas del río, bebe el ru deforme. Qué. Temblo acaso la La luna del cielo se alza una vez Madre: tu beso cándido me baña bi de la vendimia con el viejo mano del alfarero?
más. Cuántas veces, de aqui eu Al asno que, como el de Luciano, la ardida sien en selestial frescura.
Khayyam y cuando el Ange se aadelante, al alzarse mirará por sacude la oreja cuando suena la lira.
Brilla fiel tu pupila, como extraña, LXII. Dijo uno. Hay quie. este mismo jardín buscándome.
cerque a ti ofreciéndote su nas te nes hablan de un obrero torpe y en vano! limpia estrella, en mi noche de negrura.
nebrosa bebida, tómala y 110 iem manchan su rostro con humo de lies.
LXXIII. tú, tú misma. o infierno; hablan de un juicio es. Saki. con pie ligero pasarás enCuando oprime el dolor mi frente huraia, Musa: gloria y amor! Lívida envidia XLIX. Todo es un tablero de tricto que hemos de sufrir. Bah. tre los huésperles, sembrados en tu paso vacilante se apresura, sus espectrales manos afanosas a jedrez de noches y días, doude e que nos hizo es buen muchacho, la hierba como estrellas, y en tu tiende hacia tus laureles y tus rosas, y me escondes en tí, como en su pura el destino juega con los hombres. paz me escondió tu desgarrada entraña.
todo irá bien. muévelos de aquí y allá, da mate, alegre pasar, llegarás al sitio dondesde la sombra donde el odio lidia.
LXIII. Entonces dijo otro, con de yo fui uno. Vuelve entonces rence, y una por una las figuras atrgo suspiro. Mi barro se ha se¡Cual me estrechas, celosa y oportuna!
un vaso vacío!
Repuja tú, para su hambrienta insidia, chien en la caja.
Tu corazón tranquilo se extremece, cado en el largo olvido, pero lle.
un soneto de rimas suntuosas, La pelota no pregunta po nadme del viejo jugo familiar, ceñido al mal de mi cabeza bruna; Omar Khayyam de Naishepur y dale de beber en tus gloriosas, el sí o el no: sino que va a la de frescas fuentes de paz, a la perfidia. a su calor suave, me parece recha o a la izquierda, según el soñar aún en una tibia cuna golpe del jugador. Aquel que te Ayúdala a subir hasta tu cumbre, ha lanzado al campo lo sabe todo.
que el blando impulso de tus brazos mece.
lo sabe, lo sabe!
Mi amor por qué cuando estáis Tiéndome sobre la yerba y elevo y la piedad y la apolinea lumbre tiendele de tu cántico sonoro.
detrás de ellos os encubrís en las mi vista al cielo, soñando en el LI. El dedo se mueve y eseri sombeas? Os empujan y sean por repentino esplendor de vuestra ve.
MAGDA be: y habiendo escrito, se va: ni Ya verás con magnánima sonrisa, el camino polvorenio creyendo nida. De pronto hay un deslumbra toda tu piedad, ni todo tu enten que sois malo. Aquí espero ver miento: flámulas de oro revue in como los dientes de la Bestia irisa (Canción de un amor errante) dimiento le moverán a cambiar tiendo canciones para vos, inien sobre vuestro carro, y ellos, que la menos bella de tus rimas de oro.
Vuelves, oh corazón que el duelo sella, media línea; ni todas tus lágrimas tras los viandaates se acercan, co se hallaban absortos a un lado del a la antigua, serena poesía.
bastarán a borrar una palabra.
II gen mis flores una a ma y dejan camino, quedan sci prendidos al de amar en Dios y suspirar por Ella.
LII. ese cuenco invertido mi canastilla casi vacía ver que descendéis para levantarque llamamos cielo, bajo el cual Cómo mancharan tus escamas toscas, La mañana y el mediodia lian ne del polvo y lacéis que se siente Atrás quedó la lívida falsia arrastrándonos encarcelados vivi casado. las sombras de la tarde, a vuestro lado esta niña pordioseoh vibora, las altas nieves puras. Cómo del bello lauro en las oscuras de un mundo triste que a Satán engríe: nos y morimos; no levantes tus nois ojos se adormecen de su site ra, que de vergüenza y de orgullo hojas enredas tus horribles roscas!
atrás quedó la ciega noche fría.
ino. Los hombres que se encaminan tiembla como un insekto al soplo dará todo lo que se llama Vida, ese al hogar dirigenme una mirada de una brisa de verano.
Cerca de la amistad la frente enhoseas. Quién estas mieles límpidas deslie, milagro que se Mama Vida, ese pa sonríen y me lleno de vergüenza. Pero el tiempo se desliza y no oh monstruo, y asecharla te apresuras; oh corazón, en tu mortuoria urna. raíso, esas divinas sensaciones. algo aprecian su legendario su se ha escuchado aún el ruido de y a su franeo mirar, tus inseguras Silencio. Oh paz! Oh luz. Ella sonrie.
Oh Muerte. Oh Muerte. Cuán Hállome sentada cual una moza las ruedas de vuestro carro, mienmiradas hullen, como sierpes foscas.
horribles eres, cuán espantosa. pordiosera, encubriéndome el ros tras que muchas procesiones parQuimera? Amor. Nos ve la taciturna ¿Dónde me precipitarás? un ho tro con la saya, y cuando me pre san con búlla y algazara y clamor Como el odio feral con que desgarras estrella que conoce nuestras frentes.
yo negro, bajo la tierra, de donde guntan qué es lo que yo deseo, ve de gloria. Es que vos permanetu entraña, en sus satánicos anhelos Crece un lirio invisible en las nocturnas jamás tornaré, donde lentamente lo mis ojos y nada les respondo.
y ardor cruel, despedazar querría, me convirtiré en inmundicia. y ¡Oh! En verdad. cómo podría céis en la sombra silenciosa detrás sombras, Henas de mundos inocentes.
después. nada decirles que os espero y que me ba de ellos. es que sóio yo eca con tus horrendas y leprosas garras, Oh paz. Mi alma se hunde, sonrosada Oh Muerte. Por qué eres tan béis prometido venir. Cómo po quien podía esperar, llorar y mos.
por ser gloriosos, los azules cielos, de sus risueños labios sonrientes, Lella cuando quieres seducir y tan aria revelar que llevo por mi do trar mi corazón en un vano de y ennegrecer, por su esplendor, el dia!
en el marino edén de su mirada. horrible si se te Envoca?
te esta pobreza. Ay! Acaricio seo?
LEOPOLDO DE LA ROSA LEOPOLDO DE LA ROSA este orgullo en lo más íntimo de tttttttt Kazimiers Przerra Tejmajer mi alma.
Rabindranath Tagore ttttttttttttttt Oración lirica 3257 kkkk Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

    Notas

    Este documento no posee notas.