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L DIARIO DE COSTA RICA. COM infausta se desarrolle: dejando Los mozos del pueblo envidiaban yo te digo, exclamó Taunas, daba de beber unos y socorría que el vicio avance. y cubriendo Taunas, por esta preferencia, y más que no volverás verme sino lisiado otros, deteniéndose ante cada muerto.
lo todo con manto de hipocre, cuando se supo de cierto que era el muerto.
La noche cubría con sus tinieblas 2prometido de la hermosa Pauna. Los dos jóvenes cambiaron miradas quel triste lugar, iluminándole la luna sía de disimulo, se comete un Empero el país fué invadido, y Tau tan ardientes, que sus ojos relucían en con su plateada luz.
crimen.
nas partió con el ejército al Danubio. la oscuridad, La joven volvió a dar la vuelta, a.
Es mejor prevenir catástrofes, Pauna ocultó sus lágrimas, y nadie De repente brilló una luz en lo alto rrodillándose aquí y allí, reconociendo que reedificar sobre ruinas. se atrevió a preguntarla si las derra y apareció ardiente con rojus llamara los cadáveres, hasta que su vista se Conocimos una ciudad: era bo mó en secreto; siempre fue una de las das una punta del inonte Bucegi; poco fijó en uno de los más destrozados, punita: de escasa población, pero primeras que supo las noticias de poco se fué extendiendo el resplan so sobre su pecho la cabeza del modestinada a un gran porvenir. la guerra que se recibian, y cuan dor rojizo, semejándose un manto ribundo y examinó en seguida un aniEn sus inmediaciones, campos do se hublaba de batallas tenia ne de estrellas.
llo y una medalla pendiente de su fértiles, naturaleza rica, brindailillbuscar apoyo en la cruz Los dos amantes se quedaron está cuello.
de piedra de la entrada del pueblo, pa ticos.
ban trabajo abundante.
Sólo una vez se estremeció de esra dominar su emoción; por la noche Las ventanas de las casas se abrie pánto, al ver unas mujeres robar Pureza, virtud, sencillaz, allí sufría insomnios y delirios, viéndose ron; la gente corrió gritando: Que se un muerto, oyendo el crujido de los tenian establecido su imperio.
obligada a dejar la luz encendida para quema el monte, que arde el bosque. dedos al arrancarle los anillos. Quiso El género blanco ne vendia librarse de las visiones que le presen Los perros aullaban, y empezaron áhuir; pero volvió en se guida angusmucho, muchísimo. nl taban Taunas herido, moribundo cantar los gallos.
tiada reconocer los cadáveres.
Pasó el tiempo, y los intereses muerto.
Pauna cogió por los hombros al jo. Todos dormían en el campamento y gupersticiosos que tuercen log Así estaba una noche vestida y sen ven, y empujándolo lejos de sí, excla Pauna, a la luz de la luna, recorría y anhelos del alma, se propagaron tada al borde de la cama, mientras que mó: recorría siempre aquel sitio sembrado con pasmosa rapidez.
por fuera se acercaba una sombra a la Véte!. Escóndete, me de despojos humanos. veces clamaHubo muchas imágenes y mucasa y miraba por la ventana con los o muero de vergüenza!
ba en voz baja: Taunas. y con dichas creencias.
jos muy abiertos y clavados en la her Cerro la puerta y apagó la luz: su frecuencia la respondían gemidos domoba joven, que tenia las manos cruza corazón latiendo apresurado, siguió a lorosos. Se oía dar de beber aldas sobre las rodillas.
Taunas con los ojos del alma, cuando gún moribundo, y meneando tristetuviera animado por extraordinaUn golpe que sonó en la ventana se retiró furtivamente viendo arder el mente la cabeza continuaba su inspecBoria vitalidad. le hizo volver la vista lanzando un monte y oscurecerse poco después el ción.
Poco después, comenzó la disigrito penetrante al reconocer Tau cielo.
Al parecer el alba silenciosa, cuanpación, y con la disipación la milpas. En este momento Oyó que la Cuando la llamaron para que admi de la luna ocultaba su luz, la infatigaseria, y sobre la miseria, el lujo. llamaban: rase esta maravilla, no contestó. ble joven se acercó a un cadáver meLa honradez, avergonzada de. Pauna, querida Pauna. Salá Desde este día Pauna se hallaba dio desnudo, estrechó la mano, que se sí misma, y de su risueño aspecto, verme, no tengas miedo. Soy Tau muy pálida y agitada; no asomaba a hallaba fuertemente apretada, demostomaba vinagre para estar pálida nas!
sus labios la sonrisa burlons de otras trando que en vano habían querido acomo la amada de Manriqne en de Manrigne en Pauna abrio la puerta y se encontró ve Pauna abrió la puerta y se encontró veces, ni contestaba las chanzas que brir el Trovador.
abrazada pero rechazando los brazos la dirigían: Trabajaba en silencio; do anular un pequeño anillo de oro.
que la enlazaban.
pero sintiéndose veces tan fatigada, Pauna, al reconocer su anillo, gritó Cómo, eres tút exclamo: No que se sentaba en el brocal del pozo con acent No que se sentaba en el brocal del pozo con acento doloroso: Taunas. Muchos otros ejemplos podría me me engaño refrescando con el agua clara su abra y se dejó caer junto al cadáver, cuyo mos citar, pero son innecesarios. Soy yo ciertamente; mira tu ani sada frente, con los ojos fiios en los rostro, inundado de sangre, no podia Aquí se ven algunos síntomas llo en mi dedo, Pama, y la medalla cristales del pozo levantando azora reconocerse. Despues de al sociales de triste influencia; pero pendiente de mi cuello. No podía vi da la vista al monte Bucegi.
tantes la joven volvió en sí y empezó por fortuna hay poderoso germen vir sin verte, y sin saber si me eres De repente empezó decirse que lavar aquel rostro querido, viendo de rehabilitación; hay un Gobier fiel.
Taunas había estado en el pueblo: als entre torrentes de lágrimas, que los no sano y honrado. y un pueblo LY como has dejado el ejércitoi gunos pretendían haberle visto al res dos ojos y la nariz estaban cruzados noble y laborioso.
te han despedido?
plandor del incendio del monte, y otros por un sablazo. La sangre continuaLa luz de la verdad no se apa De ningún modo.
creían haber oído su voz con la de ba corriendo, lo cual la domostró que Pues, cómo estás aquil Se con Pauna. Cuando ésta le preguntaron el infeliz, que hubiera preferido ser cluyó la guerra?
sintió arder sus mejillas y temblaron muerto, vivia aun N6, por cierto, continúa; pero yo ligeramente sus labios al contestar.
Se apresaró refrescar sus labios y me alejó secretamente por amor tí. No estaba todo oscuro y tranqui vendar sus heridas. Entonces emPAUNA. Pauna mía.
lo en mi casa cuando se incendio el pezó quejarse el herido, y cuando LEYENDA TRADICIONAL. Por amor mi exclamó la jo monte oyó pronunciar su nombre, elevó las ven soltando una carcajada y con la madre de Taunas meneaba la manos al cielo, tocando luego amoroPauna era una joven muy bella y pera voz. creer que eso me agra cabeza, mordiendose los labios y auge samente el rostro de Pauna. Pauna muy altiva, orgullosa de su virtud. dat te nguras que yo puedo tener rando de aquellas señales muchas des minlavalamehe em Susios grandes y oscuros y sus ne. por amante un desertori Quitate de gracias. poco se oyo decir que ha ble; déjame morir, soy ciego y para bian dado las tropas una batalla muy nada sirvo en el mundo.
gras cejas formaban un arco oval sobre mi vista. Pues. Ya lo sé! contestó Pauna: su aguileña nariz. La boca bien for iPero, Puuna, es ese tu amor Me sangrienta.
Pauna así que lo supo, se dirigió a eres mi novio, y si Dios quiere, mi mada dejaba ver, cuando hablaba envías buscar los peligros, la muersu casa, lió su ovillo, recogió algunas marido muy pronto, pero, silencio ahoreía, sus dientes de marfil, y sus tren te. cosas indispensables dentro de un lien ra. cállate.
mísimas coronaban una frente Vete donde quieras: pues te digo zo, y cuando su madre la preguutó Después de esa mañana pasaron espaciosa.
con verdad que jamás seré tu mujer; mfanosa adónde iba, sólo contestó: llamaba por broma Fui verme despreciada por causa de mi muchas semanas, durante las cuales. No te asustes, madre mía; pronto Pauna permaneció noche y dia la de Imperat (fuente imperial. cuando marido, eso no lo soportaría nunca.
uando marido, eso no 10 soportaria nunca volveré verte.
al parar con su airoso porte y anchos. Amas otro cabecera de Taunas, sin demostrar la pálida luz del crepúsculo se cansancio.
hombros, elevaba su altiva cabeza, no No, Taunas; sólo a ti te amo, y veían en el campo de batalla más de Un dia se vieron llegar al pueblo in volverla a pesar de su orgullo, al por tu amor pierdo a menudo el sueño; mil muertos esparcidos por do quiera dos caminantes; el uno era ciego, inyer Taunas, escuchándole benévola; pero ni áun en sueños quisiera un cobar y mezclados con los moribundos cabn válido, y el otro una joven que le llepero subia el carmín su rostro y de por amante.
llos que andaban cojeando con la ca vaba del brazo con el mayor cuidado, lo castigaba con una respuesta aguda, Pauna, ocultando la cara entre sus beza baja. No lejos brillaban las ho diciendo con alegre sonrisa los transi una palabra atrevida se deslizaba de manos, lloró amargamente.
gueras en el campamento, ahogando seuntes: sus labios. Crei que recibiéndome con jubilo con el ruido del ejército las quejas que Hé aquí mi novio; es un héroe.
me ocultarías en tu casa.
resonaban en el campo de batalla. Mirad cómo brilla la eondecoración 80 ¡Oh, qué afrenta!. gritó la jo Una sombra de mujer, alta y esbel bre su pecho.
pluma de una augusta dama, la reina Isa ven, ime creiste capaz de tal cosal. ta, pasó por entre las filas, después de Nunca se ha celebrado una boda Romania que, como es sabido, fir. Me averguenzo de ser tu prometida, y haber preguntado y buscado en vano con más pompa: do lejos y de cerca a sus escritos con el seudónimo que va te lo repito, antes arderá el Bucegi Taunas por todo el campo. Sin mie llegaban lns gentes compadecidas de al pié. que ser tu mujer.
do se acercaba al enemigo y al amigo, la hermosa Pauna enlazada al pobre gará.
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