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PAGINA CUATRO PAGINA INT Srutas de cera Puntuales coucurrieron las mur jeres de Ateaan aljardío olímpico situado en Eleusis, correspon.
dieudo esí a la invitación que el tuiemo padre de los dioses, Júpiter, les había hecho. Qué pintoresco grapoformaban. TLucfan algunas el clásico chimation. Zenvyueltas en esa especie de manto, calzados nus menudos pics con sandalias y coronadas las cabezas con guirnaldas de flores.
Otraz, cabiestas con ligero corpiño y falda larga, ostentaban, en Jas muñecas, brazaletes de oro. Los rostros uutedos con aceites oforosos y con arrebol, sonreían de felícidad. Esparcidas en los diferentes Benderos del jardín, semejaban driadas guardadoras del misterio de aquel bosque de enciuzs. Los sétiros, con su cola y patas de cábra se escondíau tras los troncos, admirando tanta hermosnra y tanta juventna. Un soplo de alegría ñlotaba en el ambieute y las risas.
eristalináas y las palabras dulcemente rt delas daban más encanto a la natura leza.
Las roszs de Alejandría matiza»
ban con sus éncéndidas corolas el verde oscuro de lca parrados; y en aquel huerto sacro las flores ruás exóticas, las más raras, ha»
bían sido trasplantadas de tierras extrañas y lejanas. Sobre la superfcie tersa del agua de los estanques Hotaban los nenúfares, y. erguíanse mecióas por la brisa las misteriosas flores de loto. Entre los pámpanos de Jas vides se desprendían apretados recimos, en donde los tonos. morados y verdes producían caprichosas irisaciones.
excitandoel deseo de paladear el exquisito jugo.
Abundabean los dítilés del Egipto, las menzanas de Éubea, las riquísimas peras de Cirene, los higos y las fresas de Sirtella, En fin, las más áulces y sabrosas frutas de lá tierra pendían de los ¿rbúles, des pertando el apetito de aquellas Jinúas griegas, congregadas por el Padre de los dioses. Con cuánto eno tusiasmo acogió Ateuas semejante honor tributédo sus hijas. Cómo iban a aborear aquellas felicadas fentas! Semejabán pájaros eu libertad cuando llegaron a esa parte del huerto. antes de gustarlos deliciosos presentes con que las obsegniaba,. en el jardín olímpico, el radiante esposo de Ju. po, entónarón armioniosos cantos.
Llenas de for, las ramas Del olivar blarignean, Coronadas de hojillas. Las vides se cimbrean, Ya la rama apegados Se nntren y florecen. Los frutos deséados. cuándo cantaban los versós del hijo de Teos, una onda musi.
cal, acariciadora, se extendía so: bre el huerto exnberanté y pródigiosó: Oh, Jnpiter, creador del nniver80, inznantial de la vidx, escucha uhestras voces agradecidas! Así dabas las gracias, todas ellas, pié.
cidas y contentas, Henzs de lá inefable dicha de haber merecido la preferencia del gran dios, Potticas cantos, acompañados cón la epéctide» y la lira, otabau «en la atmóstera fresca y pora. Se balancezban las ramas bajo el grácil peso de las más hermosas doncellas de Grecia; y sus níveas manos arrancaban «las jugosas y dulcisimas fritas, Entré charlas DIARIO DE COSTÁ RICA DD. y ¿Hasta cuándo. Ab mo Péctore Rica. Hasta cuándo, Señor, tanta estulticia. proletariado de Cost: del hombre y de las cosas en el mundo. Quién te viera, con grandes altíveces, Be asalta el sentimiento más profundo, heuder las cumbres, conjurar los vientos!
con la duda en ta Ser y en ta Justicia. Diabólico en acción y en pensamientos. romper con los soBsmes y estrecheces!
Donde quiera se yergue Ja impudicia. la moral, es 15. siglo moribundo. Soberbiamente atesonar Jas preces Jinclínanse las frentes a lo inmundo. en un plañiir de báratros violentos! tos la inconsciencia. es un fero que acaricia. Elamas, gemidos, apóstroles y po de protesta, de cólera y reveses; Sin embargo, Señor, tu indiler encia Mejestuoso levar sobre la grave admite la hecatombe. los derruídos, humauidad sío rumbo, sin Oriente, en toda la espectral circunferencia. canto de brorice, de tajante clave)
Tus teorías, Señor. dónde se implanten? Fustígar con tu verbo la impostura, TEu sus túrbidas glorias, los bándidos. y cada corruptor, serenamente! de la humana perfidia sé agigentan! hundir la espada en la conciencia impura. Baúrn VILLALÓN RAÚL VILLALÓN o y A AZ y rumorosas se entregaban 12 p2 QUA radisizca faena. Sobre nn césped aiave fueron amon las las uvas, las frezas, y todos los varizdos frutós que a porfía brindaba el sagrado huerto. Qué ocurrió cuando alrededor de la dulce cosecha. e Aágruparon y comenzaron :2 morder con sus lindas bocas las uvas, los higos y. las fresas? Eu todos los rostros bri116 el enfado más violento, y fué subiendo de puuto la indignación. Hemos vido engañadas! Las Írutas son de cera. Oh, Febo, divino arquero. He.
mos sido burladas! Diara, divina cazadora, hiére ¿don tu arco de plata a los aleves qne nos escarnecen. Cá, Hades, que posees el imperio de las tinieblas, revélate cóntra Júpiter, ané ha vilipe las hijas de Atevás!
Il, a2a2 frutas son de cera, pero han imitado los colores dela naturaleza, para que el chasco feera completo. Sin despertar.
Yo sé que alguna noche, talvez no muy lejaña, Cuando la aurora venga, su luz ya no veré: Mefllamarás eu vano llorando esa mañana por más que me llames, yo no despertaré.
Sobre mi cuerpo helado, que ceñirán tus brazos, Palabras de cariño tus labios me dirán: No sentirás mi pecho tibiarse a tus abrazos.
Ni ya bajo tus besos, mis ojos se abrirán. Más tarde, mientras arden los amarillos cirios, En mi lecho de tablas, inmóvil me verás, con tus manos suayes, más suaves que los lirios Pera el eterpo sueño, mi almobada mullirás.
Después. irán brotando del polvo de mis huesos. Campánulzs ¿zules y rosás en botón: Serán flóres qué surgén trayéndote los besos Que para tí guardados había en mi córazón.
Luis Dine Tratarás de que exista siempre un «uperávito en los afectos y en los intereses. VI Haz entre los tuyos que tus hijos vean eú ti, cuzudo riiños, nua EHnerza que ampara; cuando adolescentes, una ioteligencia que enseña; cuando hombres, nu amigo que aconseja. vu. No cometerás mueca la torgeza de presentar en oposición e lucha, el poder materno cón el paterno. IIS vu Frita de qué tus hijos conozcan siguiera el tamino de la escuela de virilidad Jos males y las maldades en la vida.
AU O VOS VO MA GOO IX.
Estudiarás con detención las aptítudes de tu hijo;uo le harás comprender que pueda ser más que tú UA. Hmor Divino Por EDUARDO URIBE ¡AV Del libro de próxima publicación, Poemas del énsuéño y de la vida. En pasional silencio doloraso acrece la ansiedad que a ti me liga y ui dolor sería venturoso si al ménos te tuviese como suiigi. Mas no! Mi gran amor vive ignorado y mi alma ya tras ti como mendiga. Jatás me he visto cerca de tu lado, ni tu voz, ui tus menos, ni tu aliento en generoso instante yo he gustado.
Este amor sólo atañe al pensamiento que :2 veces gusta de imposibles cosas y mundos de inefable encantamiento.
Amo de lejos, como sacras rosas tas meuos, cuendo estás a la ventsua, que semejan cansadas mariposas.
Esas manos que son la soberaná obsesión integral de mis delirios y la quimera de nai vida vana ¡manos que hicieron goce los martirios. u Te contemplo no más como una diosa ieres la diosa que en mi templo ádoro!
aute. quien sueña mí alma ferrorosa. Mis séntidos se aunzr en un coro, de exaltación a tu belleza pura y enajerado ante tu imagen oro, Ignores tá mi cáudida locura, ai voluptuos2 y lírica demencia. de amarte sin decirlo. Qué dulzura es amar con la ingénita inocencia.
que al corazón despiertá la belleza de uxa estatua eu su plástica elocuencia!
Ex sueños Tuminosos de tristeza sou tus ojos, pupilas tacitarrzs en que el negror del infinito empieza. Qué escondes en lá entraña de ésas irnos que al tiempo son maléficas y buenas conio liices diabólicas, nocturues, pués que de amor les almas enajenas. de upa esquina, ton trémula ansiedad. un ¡Oh! Divino tormento vóluptuoso amar nue mujer sólo de vista y en se amor cifrar penas y gozo: Contemplarlz escondido, tres la arista ialegríá supreme que contrista!
Pasión ineludible de una edad ¿de la vida, romáxtico atractivo de una vaga y divina ingennidad.
Edad en que es el hombre pensativo y triste es su ilusión únice y secreta. y corazón se torna más esquifo. Hasta entonces sabemos que un poeta tHevámos én el ela, cuál diemante del carbón en la más profunda veta. Amor divino y único, inquieteñte, mi corazón a: vuestro arbitrio entrego, y ansío vuéstro beso cual calmante que mi espíritu dé blando sosiego!
Sy lá desgracia, sépán sobrellevar con Rotre:sts gritos de iodiguación, eso repetían las juveniles voces. AÁnatemas y calamidades para Jnpiter. De prpnto el jardín e conmovió. Caleron las coléricas dorcéllas, y sobre el foti¿je apareció el soberano señor, De su dizdema se escaCA na ad SPA NAAA NAAA SSA AO RARSSAISSROOOGN WMesperal La tarde muere en el confín lejano. hay arrullos de amor en ceda nido; en el campo las fores. 5é han dórmido.
Suena uu canter nostálgico y áldeano.
Tras la agonía del astro soberano, la noche un mánto de sombras ha tendido.
Una estrella, la primera se ha encendido como una lámpara, en el. 2zul arcano.
Esta hora vésperal tráe la añoranza de dulces cosas idas. En lontananza, hay cendales de tonos peregrinos.
Así otra tarde. en que mi emor miraba tu áiluetá géntil que se alejaba sobre pa fondo de célejes y caiminos.
Tnbén Dalesias AN DAI lo o ls cb o Io al ln pb pi IN IN Wo EIN NS pabzu luinivosos bucles de oro que Hegaban hasta:sus hombros regios.
Con la diestra sujetaba el rayo, que para él habían fabricado los cictopes. Agitó los gloriosas lábios y dijo. ¿Por qué las descendientes de Teseo manchas sns lepgnas com tales imprecaciones?
En coro respondieron. Hemos sidó engañadas! En vez de fritas sanes, ánices y sábrozaá hemos comido cera, Tus artistas. or Júpiter! imitaron a la naturaleza.
Las mujeres de Atenas cometeu el mismo engaño con los galNardos mancebos del Atica. Nonca. Jamás! Esto responEN dieron lzs indiguadas doscellas. Fécilmente lo probaré! replieó Júpiter, Todás ustedes en el teztro de Dionisos, en él Péórticó de las Cariátides, eu el Própileo, eu los sagrados templós y en los demás Jugares públicos, presentan los rostros embadurnados coy los afeites que el árte les proporciona.
Hacen creer a los hombres que son mejillas sanas; sonrosadas y su2ves, las que no son otra cosa que artimañas y secretos de tocador, Los iucantos muerden el cebo, y Se encuestran con la cera Énicamente, tal como e nstedes les otnrrió, Esta es, pues, la reparación providencial olímpici.
Encendidas las caras por li vera, gúeozs, sumidás en un indefinible abatimiento, quedaron las ánteá enojadas doncellas, Hicieron el más solemne Voto dé proscribir para siempre las tintos ras perfumadas, las pástas de car mío y los demás artificios femeniles. Comprenditron que eran iniwitables losresplandecientes dones de la naturaleza. cuando Júpiter las vió así arres penridas, purifcadás por el remordimiento, las «céjas inclinó cerúlezs. y entre rosadas nubes as: cenció al Olimpo inmortal. CALDERÓN El decálogo del padre. Coustituirós tra familia con amor, la sostendrós con tn trabajo, y la regirás con bondadosa energía.
rn Serás pridente eu los negocios, prótigo. eu enseñanzas, celoso en manteser 13 autoridad maternz, tardo en decidir, pero irrevocable en tos decisiones. Tendrás para ta esposa inecabable 2apayo mora. bustando en ella constelo sin desofr ns consejos.
Destruirás todo error doméstico, toda preocupación y todo desorden e cuanto pareciere en tn hogar, SAA poule silenciosamente en camino de serlo. o Cuidirás de que zea tan robusto de cuerpo como sano de inteligen cia. Hazle cbnenó. ntés de hacera ERARIA DOMINICAL Diosprotegealosniños Nido, 10 Orcas que Dios no vienesa en tí porque eres détli y pequeños más pequeño Es el pajarito que revolotea oculto en los zarzales, y Dios le viste y le allmeuta. Dios baja nla canlta de la abeja, y cuan»
do data seva, Él culda aus bacrilitos de miel guardados en el hueco de un roble. Dios protege al. dimlunto tasecto escondido bajo Una brizna de biervi.
Dios está en todza partes; lo mis»
mo en Ja choza del pobre que en el palacio del sico y aaus ojos no vale más una estrella que el huevo de tibrÍ. o e 2uermes, él está junto a tu cama y guarda tu sueño, El vela sobre el árbol, al que calienta con su sol y refresca con sn Muvia. toda hora extiende su mano sobre tn cabeza para protegerte, Confía, oh niño! en Dios, y serás fuerte y buevo, porque de Él vienen toda fuerza y toda bondad.
Baz de pensamientos Elo la vida moderga, impera más el que vale que el que tiene; el ca»
pital aumerarlo o la propiedad tes rritorial necesitar la savis del ya.
Jor interno del que los utiliza; mág rica herencia se lega a la sociedad creando personalidades productoras queatesoraudo productos expuestos ala dilapidación de la ineptitud o de la inexperiencia. JOSÉ CANA»
TEJAS.
La clase media es en la sociedad como el jamón enlos emperadores. Encima y debajo está la masa; en «medio la substancia. EUGENIO 5H»
TLES.
Justicia de los hombres, yo te buscó; pero sólo te encuentro en la palabra quie tu nombre aplande, mientras te niega tenazmente el hecho. Rosaría DE Castro, Uno de los peores modales en la política mal entendida es el abuso de las promesas. BRETÓN. La mujer e burla delos hombres como quiére, enzndo quiere y mien»
tras quiere. BALZAC. Habla solamente cuando es me nester, y no digasmásque la mitad de lo que piensas. DUMAS, padre. 7 Entre los hombres que claman contra la opresión, muchos hay que quisieran oprimir. NaPoLEÓN Unz revolución és una. fuerza contra la que ningún poder, sea divino, sea humano, prevalece; nua revolución seeugrándece y fortifica u la misma resistencia queencuentra, PROUDEON. e Entre dos mujeres no puede exis.
tir verdadera amistad cuando una de ellas es vieja o fea, SAmTe PRrosPER. La mujei llená el vacío de la conversición y 4e la vida, a miane»
ra de. esos haces de pajá que se co Jocan en las cajas que contienen porcelana, de los qne no se hice cazo y sin los cuales e rompería al ser transportada. SCEMLLER, 2 Si la nariz de Cleopatra hubiera sido ua centímetro más larga, la historia del mundó séría muy dis. lo esablo. Escogido. a, ATV Xp pl pr tiuta. SAINTR BEUVE. AZ)
ASAS OSA OS Alborada Oh suave emoción de la alborada fría. Hay: tinté de nácar enel azul diluído. La última estrella, blanca, se diría una flor que en el cielo sé ha perdido. La brisa juega enfre. la fronda umbría y el rameje por élla estremecido. las aves que despiertan con el áfa construyen cantando st áureo nido, La ánlce frescura mátinal suscita recnerdos que tienen la fragancia a. e ul ramo de violetas de rosas, y a su conjuro, la lusión suéña, volviendo hasta la in: sólo en libar miel, como las marchita fancia, mMarjposás. Rubén Palesias Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y uventud, Costa Rica. AAA rl, OOOO ODA tao IT E UI MINUTO ISS e Pl

    Working Class
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