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AT Viernes, 12 de Octubre de 1923 t 5f2yo0; de noche; en el mar de las Luezras Hace ezatro días y el barco en que viajo, que va Nueva York para Jamaica, salió del pricer silo mentionalo, y eta noche, al cerrar 135 blas, lenguaje marinero, el destello ente de ua faro; lueza, 3 el barco 2va222, cuela la prix: NONOs. Cor. Il ciglo ha estado toto el 7: entuldado de gris: la larde a IA CORTADO í frialdad que estremece la piel u contacto; en el agua na reflejan, como luzes fan. s, medio diluidas en la sombra temblorosa, las luces que el barco proyecta por sus mil o! haces de luz que marchz2n ccnstantemente ul costado de la nave, y que, en la superficie ru. gosa de las elás, ponen rayas de luz suave, indecisa.
El inmenso y eterno rumor del bramido del viento, den trágica tonali. era dde hdi dd Dos SS ANNE CT ATA SN ña tinte. tela s, se ha distinzullo a la dere consi ban este pa u ¿30m cielo que, desde que en u sena nocle lejana de nuestra infancia no se nos mostrza con el derroche de sus lecntemplado tán ess luees, l2 fija y la¡ tias de Santizgo, como ta ses que nuestros ojos no mira celestial ami. fulzores, keros qm.
y a pues y o eu a o ec o ni me ce tu Fla o o. o E. AA, HARRINGTON BICHARDSON TANIA RRST RTIANTITRARAAN cielo faRalzs cn ss En Sa Ka dal. medila que pasa el tin, nuestros compeinos a. la. Vía ro l2 noche va clarcando: Cas las nubes, aparece el limpio, suavemente irundado pur la laz de la lena, y ansimsoten t2 ya reconociendo en las ciones las estrellas cha por baber, eczo dicza en dl miliares; hace unos cuantos me del horizonte Con la claridad que se acen Conde los faros brillaz, se ve u la vista abar¡»2 mancha negra y larga que re mayor extensión; ya se dis, Corta el kerizonte. Esa mancha claro y preciso, el perfil; eS la histórica isla de Sn Salva del karzo que nos eva, desde la! dor, llamada asi por Colón y sus tas veces; el ca prez a la popa; les altos palos, amena que hace una hora subían y se! 1492, día del descubrimiento; es dl EIC SARA 4. Vienen a nuestra memoria se riencia y el BUM nun AUN ura PES 3h AMARTE. ¡e Sta caregori ¡nvirado Coman y del ue ker, dba ene de coches oe esón a todos los e seriC. CRONICA Lícica; la» Siete Cabritas, apien un remanso azul, el rado; todas las vemos ahora, na ahor2 uparecen en fola su Lz, hacia sur; y sobre el horj zozte austral, se Cistingue la ia confundible cabeza del Escor ¡to, donde brillan Jos fanales del pién, saliendo, con sus tres estre!
efumaban en la niebla noctur conf.
lengitud, cabecezndo en isócroro balanceo y apuntando a lo al ci La visibilidad se hace mó5 nio de Marchena.
perfecta y allá en la lzjania, mpañeros el 12 de octubrz de la Guanzkení, de los indizenns ¡pobladores de estos archipidla gos antes de la venida de las gen. tes blanens del oriente. Un poro mis al norte y al oeste, está la is la conocida con el nombre de ds la kazañz inmortal San Salvacer. Pero, de ra m90 encendidos Tarbones, general se sostiene Que yn juguete despre ta la isla de Guanahani, la La Pinto, imero vieron les. expediciona ra de todas, y en la cual venían ries del siglo XV y en el mes de 3tartín Alenso, el mayor de los osiubre del 92, descubriéndose Pinzones, su hermano Francisco sí la América, en un intento de y los hermanos Juan y Cristóbal bles ay llegar a las Indias, al Catay y al Quintero, vecinos de Palos, y due! Cipango, per una nueva rota. ños de la embarcación, en la que Frente a esa tierra que es una vinieron como tripulantes; y mancha negra, sobre la cual Por Último La Niña, más endebren sus ojos fulzurantes dos fa ble, barco que ahora sirviera pa ros, evccamos la leyenda de los Ya cabotaje en un golfo abrigrdescubridores. do y calmo, iraída por la expe valor del más joven 2quél viaje empezado el viernes de los tres Pinzones, Vicente Yá de agosto de 1492 bajo el ampa ñez.
ro de los pondones castellanox en el puerto noguerino de Palos, después de la bendición de Juan Al hacer en este número especial información de los españoles residentes entre nosotros, justo es que de manera preferento nos esupemos del Dr. Ramón Rodriguez preparudisimo profesional y culto caballero que gopleta oxtimación.
Hace dieciocho años que el Dr.
Ramón Rodríguez es nuestro huesped, habiéndose sentido su ausencia en dos oportunidades en las que este buen profesional y culto caballero nos dejó en bre ve plazo para ir a calmar allá en la España querida la nostalgia de la patria distante.
Graduado en das Facultades de Valencia y París es el Dr. Ra¡món Rodríguez además de Médico y Cirujano, especialista en enfermedades de señoras y niños, con diplamas especiales, un eópata de resozocida compe. Su labor entre nosotros es muy conocida y estimada, su censultorio del Parque Central scuden a diario más personas de las humaramente el Dr.
Rodriguez puede atender, demnostranlo usi el jo guez en el Pérez, el prior de La Rábida y or de la Reina Católica, tan frezuentemente confuzlido por los cronistas e historialorss del siglo pasado con fray AntoEvocados por la presencia de tste mar y de estas islas, los relztos surgen enla memoria, y por un iustente nos imeginamos la noche del once al doce de oetubre del año 92, y vemos en es te mar, en este mismo mar que ahcra rgenta púlidamente la ln na de mayo, los tres cerabelas Santz María, llarsola también La Mari galante, y a la cual el Almiran te descubridor dió el nombre de La Capitena, que erz de las tres 7. que según muchos, apa; la única que tenía cubierta y que. dose en lcs dates que al TeS¡ puesta a la par de este barco lmecto da Las Casas, es la que Co; nes Jleva, en cuyo vientre zum Lon bautizara con el nombre de. ban las máquinas y foguean los. resultaría seguía que era la más veleza entre nosotros de la más come Aquí, en este mismo mar, 0rras, es el faro orientador de los; tector de los merín. 2r ing.
yendo sus tripulantes este eter que e lanzaron a Jo desconoci gran cuadrante no rumor de las aguas oceáni do en quimérico viaje aventure. las censtolacione, cas, a estas mismas horas de la, ro. des por los y alta noche, al emparo de Dios. Ya desde un palo de La Pinta. gir los tres carabelas moverían sus. la más velera le las tres, a eso fábricas de madera, endebles 2n de las dos de la mañana, a las te la potencia inexpresable del clarores primeros del alba Hvitremendo elemento en que esta da, el marinero Rodrizo Sánch.
ban. hacia lo desconocido, rom de Triana ha distinguido la tiopiendo con su marcha el velo vit; rra, la nutva tierra del mundo ginal de estos horizontes antes nuevo, y su grito ha volado de nunca vistos por los hombres falo en palo, de nav2 a nave y se blaneos. ha pardo una bembarda, anun.
Según el relato de Oviedo, a ciendo a tedos que la empresa las diez de la neche del once de estaba coronada. allí surgió ctubre, Colón, puesta en Dios la diviza inmortal: Por Castilla su esperanza, entrevió desde lo y Arz3ón, nueyo mundo halló Co alto del castillo de popa de La lón, Caritana, una Juzen la lejanía. A; Per Castill3, cuya reina pus»
penas si puede uno figurarse 125 ¿7 empeño y su interés en el in horas de tortura del marino tento; per Aragón, de cuyos teso de sus compañeros ante aquella os se adelantaron las sumas n2 luz mevible y débil, facilmente confundible con una estrella!
con uno de esos pálidos destellos que la realidad o la ficción penen peor un instante delante de los ejos que desde la borda de un barco, en las noches lentas y lona ua d2 nube. El da, sizue rumorenza, te su elerna canci E.
jenia cada vez más di.
faros, cuya luz Y2 pas siguen Proyectanda 53, Ea.
minecses. La noche es Tea de abandonar la ex a por última vez la anta que forman las ecstaz tel de San Salvador, Ya mo los faros; ahera, suspenaj, la franja clara del he ¿furne, bajo el amparo e. trellas que titilen, la ca: tres corabelas, tros de nuez, períilas en ja dad del océano, avanzan cesarizs para cubrir lo que en mente: el vicato bata descubierto quedaba. ide Castilla, y Vamos dejando atrás la islz fa e les més el par sch Sctre el mí, tE la cruz eristizna que se Ela rcnada de estrellas. reza donde Colón, con la espa¡da desnuda y enarbolado el pen dón castellano, echó pie a i silenciosas, escrutan el mar nr doblando la rodilla, de. Yozquín Vargos Coty sus insondables y tenebrosos rin; suelta su alegría ya su grati cones. pu al Dics de las Españas, proA bordo, mayo da 1125, a ore. Un marinero dice el rela¡to de Oviedo de los que iban ¡en la capitana, natural de Lope. dijoz ¡lumbre. tierra! Ize7o un criado de Colón, llamedo Sal.
cedo, replicó diciendo: Eso ya lo ha dicho el Almirante mi señor, y encontinente Colón dixo: Rato ha que yo le he dicho y ke visto, aquella lumbre que está en ta tierra, 7 Ya estaban aquí; ya a la me. í dia luz de la ncche, los ojos ma; rinercs, esos ojos que ven en las negruras, que se orientan en las ncches por medio de ls estro; las y de día por la marcha del.
sol, presentían la tierra; los indicios eran. muches y certeros; ya, según dice el propio Almiras te, gozaban de frescas brisas, siendo deliciosa la suavidad de las mañanas y la temperatura se mejante a la que se goza por abril en Andalucia.
Ya están frente a una de estas isletas Lucayas, y el fuego que encendiera las manos de un na tural, de un indio de estas tiePANA NOIA o la e ROO AIN ERIN Pp a ga Pe o AS Ex ningúa año anterior vióse acre más altivas de Europa han paga. do tri cida con tanto: y tan zto de admiración alimponderable Packard Elghr y asu gran aga rival, el Packard Six AOL Aro.

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