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Domingo de Agosto de 1958. 13 Anecdotario Nacional Un libro de Carlos Refael Duverran for CARLOS FERNANDEZ MORA 99 LUJOSA LEJANIA alma, de donde sube no con plantcauientos anec dóticos, efectistas, para sensibilidad de cocina doméstica, sino con fotografias de lo existente y determinante en nuestros sentimientos, si bien en sus realidades enrarecidas o transparentes o fugitivas: En realidad, Carlos Rafael Duverran publl ca su primer libro con LUJOSA LEJANIA.
Hace cortos años did a la estampa un volumen de poemas que representaba su adolescencia y sus primeros tantes. En el se advertian unas gran des ganas poéticas, unas primeras pruebas de esperanza, y el fogueo de su sensibilidad y de su imaginación, pero todo ello en un muy prl.
mario hervor, sepulto en elementos retóricos no dominados, en un gusto que iba y veaia con Inseguridad, en unos temas sin sitio poético.
Fue, pues, un libro, de purga, de echar a ca minar con valentia, y poco más. Ahora si, cual quiera que sea el juicio que nos merezca, Duve rrán edita un ilbro sobre el cual ya es posible aventurar una opinión, y observar, en fame.
fondo y forma.
LUJOSA LEJANIA. con sus treinta y una poesias, abre una esperanza consoladora en nuestra nacional pobreza poética, hinchada de malabarismos en verso, de cultivos escolares y de la subsistente inutilidad de la llamada lira cos tarricense, en la que todavía nos detenemos de modo inexplicable, siquiera sea para tener que referirnox a ella. Ya es algo que en principio Du verran nos traiga su esplendor verbal sin senso nete, un ritmo respiratorio en al verso propio de la carrera emocional, y sobre todo un re corrido plástico por los trasfondos orgánicos del Alguien llora en el aire, en la sombra, en el alma.
Pero también se presenta entre los elemen tos de nuestras exernas situaciones, y entresaca sus estructuras sólidas y nos las envis hacién dolas aparecer en nuestros sentidos revestidas del vello de Ix imaginación y de olor mental: tenimente se quejan los muebles olvidados, mas silenciosamente los silencios reposan.
Naturalmente, rastrean influnecias, apa recen similaciones, apuntan guiadores contactos mas, esta LUJOSA LEJANIA, primer libro, no hace fijar la atención en un poeta jonen que viene con fuerza La ultima promoción de poetas que todo via es más importante por lo que contiene y ag!
ta que por lo que ha hecho, tiene en Carlos RA fael Duverran y en la metafisica y densa Ana Antillon sus más altas pos bilidades ESO.
El Ingeniero Gonzalo Truque Gutiérrez es persona muy querida y apreciada por sus amigos, por su carácter franco, su Ingenlo y su chispa. En las tertulias e Ingeniero Truque sabe mantener la atención ds sus oyentes con sus sabrosas charlas saturadas de buen TARDE humor y de ironia.
Una noche los radio locos de Costa Rica (personas aficionaEso dulce que cae.
das a la radio) en rueda con México, Colombia y Panama, dieron Tarde nuestra y de Dios, suave y difusa, verde trémulo al agua, comienzo a una charla festiva que más tarde paro en adivinanzas.
de los jubilos libres canto de campanarios llegando desde lejos.
Uno de los radio locos planteó ante sus colegas la siguiente adivien la luz y las ramas.
DURER En esta tarde dulco Cut es la diferencia entre la elefanta y la pulga?
pasa el viento arrastrando polvorientas palabras, Esa ruido de algo Los panamelos encontraron diferencia; Igual cosa sucedió espiral de sonidos en una vox de mosca, que sollora en el aire, con los mexicanos; los colombianos dijeron que la elefanta puede Yo levanto mis brazos en la rápida sombra, y so plerde en las rond tener pulgas pero que la pulga no podia tener elefantas, en las locas vertientes de los ágiles alrea, de su vuelo, alejándose.
Fue entonces cuando el Ingeniero, Ingenioso Irónico Gonzalo Truque, costarricense de ceps, poniéndolo punto final la charla, Vámonos, Molinera. La noche eruel mos sigus.
Es hora de espumas dijo: En tu cabello alegre canta un golpe de viento.
ligeras y lejanas. Sehores: la verdadera diferencia estriba en que la elefants las burbujas de alguien es paquiderma y la pulga pa qui no duerma.
Tarde suave, difuss, que respira en el alma.
tarde de campanarios llegando desde lejos, yo levanto mis brazos y tá to vas e viaje 000 COMO NACE. VIENE de la Pag. anterior La noche cruel nos sigue. Vámonos Mollaera.
FOSFORO tativa de consuelo Doctor Seijas.
00000 El Doctor Seijas sabe que Oro. Que?
zimbo está perdido. Después del Que huya LEJANIA Inciertos, dulces furgos ese sarcasmo, suaviza un poco la. Está usted hablando en seto rodean veces Voz para decir: rio, señor?
En ese punto me detuve. Esta Atardecen tus ojos y se alejan. Animo. Usted va a sanar, hom y viven en allenclo sobre tu plal bre! Debia estar contento.
intacta ría el viejo hablando en serio real desprendidos ea lento Itinerario.
Llegados a este punto, Orisom mente? Un problema. Qué Irla Oscuras ea la bruma, mansamente, claridades enferma cruzan el horizonte luces homedes que del aire se nutren bo aguarda una palabra de espe él a responder? Poco Importaba y en el musgo y la seda van ranza. Contento por qué Yo ya no tenia dominio alguno so To vas llena de sombra (desvaneciendo El médico continua: bre aquel personaje. El era amo Una rosa rara, de esas. o0oy sefor de sus palabras y de sus diluyendo las formas de la tarde. le aplica una inyección seda actos. con sorpresa of salir es INTERIOR Amargo Itinerario de tus ojos, tiva, al mismo tiempo que cuenta ta respuesta de los labios de ve distancescada, una anécdota escabrosa, que rubo jete, chamuscados por el tabaco.
riza a la mujer del enfermo. No.
sucesión de puertos que ha borrado la noche.
Al llegar aquí encontré que seTarde luviosa y cerrada soltó reir con una enorme Hay un adios que llora en los caminos, rla divertido hacer entrar un pas risa que en la oscuridad era asus esperadote, lejos.
Juego de grises, la niebla humea flotando sobre tor metodista. Así pues, lo llamétadora. Asustadora no tan sólo pa Voy a partir viajandote, Descansa.
la tierra azul que Jadea.
a la casa de Orozimbo y me e ra Lu, sino también para mi.
Vuelve a tu lejania con volver más lejano, Tras las opaeas ventanas ndi para ver lo que sucedía. Aguanta, unnta un poco Diluyendo las formas de in tarde, que oscilan en la marca, Era natural que el médico provo. continuó el doctor. Eso pa tä vas llena de sombra.
oscuros ojos remueven case una discusión sobre el tema sa. Un dia la vida teserá más ile fuego y metal en tiniebla, religioso, procurando escandalizar vadera, 00000 y las miradas se tienden al otro.
como alambres que voltean Pero el diálogo que se entablo Sentia lástima hacia los jóvey se enredan en los vidrios no dejó de inquietarme al cabo denes. Velalos andar por el mundo OCASO del agua que cae directa un rato. El diablo del Doctor Sel como moscas atontadas, y cómo Tarde lluviosa, de acero, jas empezaba a ser un problema. cnian en el primer plato de agua De torre en torre, manso, tu largo vuelo tiende de cristal y sombra ters, Requerido tan sólo para entrar en con vinagre y se quedaban all, las cuerdas y los vértigos en la tarde violeta detenida en los espejos aquella casa, poner una inyección pugnando por libertarse, sacudien Derramas la tristeza brillante y apacible de la penumbra que vuelean al paciente y marcharse con vien do ea vano sus frágiles y pobres que cae lloviznando desde el cielo a los campos los cielos Interiores to fresco, permanecía en pie, se alas. Seljas conocia a Fernanda, su lux de olvidadas sedas, imponia como personaje, roba conocía Noel. En el momento Eres eso que vuela de campanario en campañarlot y terciopelos antiguos la cena y, en fin, desobede en que escribí estas palabras, Esa voz de agua muerta que nollors en la brumat do recuerdo y transparencia, cia a su creador sumi tácitamente un compromiso Eso que van llevando las espumas aéreas Por los solanos del Trate de echarlo fuera en bue el de incluir a Seijas en el elenna hora. Cogió el sombrero y se co de la historia. No era ya el como tenues burbulas empanadas de almat oscuras y polverlentas, voces que un dia llamaren fue. Pero no tuve valor para aban doctor un extra, un mero compar donarlo. Segul sus largas zanca sa: era una actor de primer pla TA tejes en el aire tu lamento Invisible desde el aire o de tierra, telarias azules que se enredan al viento.
ahora estan despertando das. Ya en el pasillo oyó el rumorno, un actor que aspiraba al tí Tu care rauda en alas y apacientas las fugas, la incontenible tristeza de un lanto. Era la hija del ma tulo de estrella. El diablo del llevándote a pura corriente iluminada Olor mojado de lluvia, trimonio que se debatía con su pro hombre iba ganando fuerza. Con de amor y espumas ligeras, blema. Se sentia infeliz, incomprentinué: Los conocía más de lo Agitando por ti divinas transparencias, al crepúsculo seremos dida. Los padres se oponían a sus ellos mismos creian. Sentia lásti breves luces te siguen a orillas de la sombra.
vage color de alas muertas.
amorosas relaciones con Olivio ma por ellos. Pero toda su compa. Es que no tengo derecho asión, toda su simpatia traducíanse divertirme preguntó entre so en palabras gruesas y en gestos Ilocos. No soy de carne y hueso ásperos, en bromas pesadas, ordi tunción, explicando que el Doctor lo que en el lenguaje de los pe do el alma del viejo hablaban.
como las demás. Qué culpa ten narias y chocantes. Ahí estaba to Seljas había sido médico de la fariódicos provincianos se llaman donado yar aquel corpachón cansa go yo de que mi padre esté en do el modo de ser intimo del Doe milia de Eugenio cuando este era un desenlace fatal. Pero Seljas do y flaco, me senti embargado todista? Que culpa tengo yo? alla se fue, midiendo con sus mi infancia. de esa manera, se tierra y se quedó alll. cada vez al mismo tiempo una sensación da IEsto ni es vida nl es nada! pasos ins losas de aquella calle de quedo Seijas en la nueva historia más vivo. Me vi forzado a aban culpa de arrepentimiento y ya e de la petaca un cigarro de pa lo sabia. Sólo estaba seguro de u pero conservando siempre su Inde.
Mas he aqul que en 940 eseri aún ahora, procurando anallpel y encendió un fósforo. sólo na cosa: de que habla de volver. pendencia, haciendo y diciendo lo bi un nuevo libro: Saga. cuanzar los motivos que me llevaron a entonces adverti que el doctor te Seljas volvió. Volvió no solo que bien le parecia. Yo tenia pla do menos podin esperarlo, el dia matar al buen Doctor Seijas, ha na los ojos azules. Otra vez el en los capítulos siguientes, sino nes trazados para Eugenio, para blo del viejo vuelve a surgir en la llegado a la deprimente conclu.
les y bondadosos, y la nariz mar Sirad los rios del campo. Al for yor parte de los otros personajes: sino la de dejarlo quedar. Pero pecho. si. Un sórdida y mezqul.
carta de viruelas, como alguna na mar el plan de esta historia, no pero respete la libertad del viejo descubrir con perverso placer que na venganza del autor. Herido yo riz que vi en alguna cara, no sé pensé en el viejo doctor. doctor. esta es la razón de que estaba más envejecido, abatido y en mi orgullo de creador, elimina donds nl cundo disearreglar eso. lona noche cuando Eugenio y sea el acaso, el persona de mis vi enfermo. Me froté las manos, sa del mundo de los vivos uns da Olivia descendian hacia el aguan viente de toda la novela tisfecho. Había llegado mi oportu mis criaturas que se necaba a oba divers para consolar a la mi del hospital, aconteció algo inespal Ahora una confesión bárbara, nidad. una madrugada conse: decerme.
ch So pudo máslor qurd tación del autor, el Doctor Sei Reción de Mirad los lirios del cam Jas. Eugenio hallábase en el cuar Soy un misera Que Dios ten alla No aguanto!
je apareció en escena, y no tuve po terminase. Seria un golpe más to cuando murid el doctor. Todo ga piedad de mi alma y me per Escapese entonces dijo el otro remedio que justificar las para Eugenio. Prepare todo aquel sucedió sin mucho ruido. cuandone

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