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Desde el mirador de Weimar Por ALFONSO REYES.
Anecdotario Nacional Hay autores que manifies tanta pintoresca Inquina cola tra Weimar, se ha creado u ma Idea caprichosa sobre la xistencia de Goethe y prote gen su apasionado desvio con una muralla de Ingeniosas ar gumentaciones. Nos pintan Weimar como un cuttel de in Validos, incomunicado de la tie rra, y el Gotthe de Weimar co mo a un maniatico que en pio na saludse deja hospitalizar y se olvida para siempre de si mismo cual por suerte de ea cantamiento. Weimar, segun to, seria u legendario pais do los Lotofagos, donde Carlota de Stein hito probar al poeta la planta prestigios lo hun dió en una siesta eterns, Wei mar seria una isla embrujada donde ni siquiera se percibe la influencia de aquella gloriosa Universidad de Jena, con estar ella a veinte kilómetros de dia tancia Pero es bien sabido que Jo na era el cantón universitario Administrativa que Goethe me Ministro de Instrucción Publica y Bellas Artes y repar tis y organizaba las cátedras que él convocó la filosofia de Alemania en aquella casa de es tudios a Fichte, a Schelling Hegels que tomaba parte en Las tareas cientificas de la Uni versidad, por el frecuentada Constantemente y con mayor asl duidad cada ver al punto sin los recursos de Jena le hubie Ta sido imposible adelantar sus Propios trabajos e investigacio nes que tanto vivia en una co mo en otra ciudad. a ambas la consideraba como un todo y ambas las enlato en el con ciuto epigrama!
La gran ciudad de WeimarJena, la que tiene uno Ya lado in casa más bus Quien admire a Jena, ses en Ins áridas mesetas de Castil o en los sobrios altiplanos de Amerien tiene que comentar Por inclinardo reventemente an te la sombra del poeta que vi vificaba y condicia aquellas empresas de cultura y de pea samiento.
Sabemos también que Goe th, nunca se detuvo en su mar cha hacia la visión integral del mundo, y que nunca des falleció en su acción sobre la vida: que solo probo la flor de loto hasta donde convenis a su régimen moral y que mu cho más que a Carlota y mu cho, mas que a Italia. me Tos instrumentos utilizados en La hora oportuna. debesu sistema de equilibrio al into res creciente por la naturale za y la filosofia de los cien cias Interes que fue peine sentimental y que va deda 1779 cuando menos. comic ta transformarse en un into Tes Intelectual va manifestar se en un trabajo metodico.
Consideremos ante todo lo que era aquella vida de Wei mar por sus aspectos más vu perficiales y exteriores; pero sin perder de vista que Wel mar ocupa muchos años, du rante los cuales cambia visi blemente la situación de Goo the, Weimar, aldea con corte y modesta Versalles germanica sólo nos parece una creación artificial por contraste con la vida contemporánea, que co de otro cuadro de la geome tria po itica. Célula viviente entre as muchas células de a quel feudalismo que duró has ta los dias de Birmarck en lla se cruzan Intereses de lar ga proyección enropea. Duran te los diez años de la canjan cion Goethe Schiller, fué con tro de la actividad teraria la primer trinchera, Ayias funciones del Ministro Goethe, que comienza por ser las de un maestro de ceremonias.
adquieren Burgo les responsabl Hidades de un prefecto supra y al fin cristalizan en las. jefe metatisica como din orientalus dis pador del conocimiento y 1, hilera, Entonces práctica Goethe hace ya lo que relo e le importar el Duque le deja tanta reeds aua acepta el cumpar totusiasmo por Prusia, y a lo awas, repeta beliad y su iniciativa.
Adora bien en los tiempos modernos, la obra de peus necesita dada la crecien te abundancia de materiale, libros e instrumentos, cierta es tabilidad, cierta instalacion per manente. En algo remoios.
basta viajar para ser sabio, y el turista ascendia insensib.
Barnte al sitio del filosoto.
En la escases y en la movili dad, el hombre tiene que im provisarlo todo lo que cuadra bien a las etapas originales del Conocimiento, tal es el mert to heroico de los iniciadores, Pero ya en la Europa de los siglos XVIII y XIX. des de mucho antes. seria in til pe gros Yridico que ree pasar por primitivo, Goo the necesitaba tranquilidad, ha bitos, costumbres de buena cino de burgues, Insistamos no se tome a mal esta palabra que hoy designa a ciertos en migos. Entonces significaba precisamente la condición re volucionaria, la nueva clase a reformó la politica y la cultu ra. en este sentido, muchos revolucionarios de hoy viven burguesamente. Goethe Ro Bolo era burgues de nacimien to Hacer reservas irse con piu dencia adelantar con cuidado el larvatus prodeo de Descar tes, en otro sentimas hu mi. de y ap. icado a las cous diarias. sacrificar unos años servicio público para quistar el derecho a encerrar se en el gabinete, son todas condiciones burguesas, El mis mo Goethe dice que Byron pa deció por su situación aristo crática. hace e elogio de la aurea mediocridad como els tado preferible al porta. El German Dorotea se ha jus gado como el encomio del bur gues alemán, Aquel ce ebre so ncte de Pantino, que lo mis mo pudiera sed de Horacio de un Horacio que retara el Tosario y compusiera Lonetas describe la casa comoda y limpia del burgués. do Goethe haberse dejado arro tar por el Sturm, un Drang juvenil: pero se hubiera queda do como los demás a los co mientos del camino, Pudo, con un arribismo de alto porte, dejanse arrollar en el torbe to de las canciterias european pero, sin fattar sus deberes.
supo defenderse bravamente contra aquela tentación des tructora. La táctica. uso y ad miración de la vida mundana solamente le servirá para fa cilitar los recursos de su tra bato de su estudio, de su o br.
no es que lo mundano sra samiamente frivolo: o mas bira, maestra a veces aque frivolidad profunda que Niet sche admiraba en los griej.
Consiste lo mundano en juntar se para simplemente verse vi vir. conforme a un código ri guroso de convenciones que creu, burlándose tragicamente de los hombres, hazañas y de lites artificiales con premios dificiles Sanciones terribles, Es uma perversión que constan temente sacrifica lo intimo lo cordial. Aun la bondad ha de disfrazarse y hacer méritos de malicia. Entre el torbe lino de cortesanos, el Principe de Cléves tiene que morir de do lor sin decir palabra, mientras La Princesa se mustia en un martirio secreto. Nadie lleva el Coraron en la boca: de ahi el tremendo ahego. Goethe, que necesita contar con todo su resuelto. en cuya existen cia habrá siempre, y pesar de todo, algo como una alpes tre soledad, deja el mundo Vects y se va a la cima de las montañas. El sentimiento poéti co de las altas cumbres cuerda Van Tieghem. aPA rece con Goethe en la mader na literatura europea.
Algón critico se siente indig bado por el hecho de que Goe the Rouncie Eckermann, co ma sucesos importantes, las vi sitas del ya Gran Duque Car Las Augusta, o to declare que tiene que disponer au capiru para recibir debidamente la Gran Duquesa. Hay que entea se perecen por encontrar su Te ser leído por millones de les deno expilcarol para los Weimar, LA que que no con tores. exclama sin melindres en que Eckernann reco fesarlo, si es el anhelo más. que no escriba una sola li ge estas palabras de Goethe. legitimo. qué tal enojo an nea. Nada le fub ajrag: al aquelas visitas eran cortesias te las discretas comodidades do Grecia, ni Roma, Italia. Amb entre potencias Iguales y Goo Weimar? Un Goethe bohemio. rica. Lo mismo se aromabs.
the distaba y mucho de ser expulsado de su vocación y los motivos del folklore wervia tratado como un inferior destino posible es que hubio que a la novelistica chias, sinple subordinado en el go ra dejado más manchas de la educación relioga de los bierno. Además, las cosas DO NO Sangre en los poemas y libros mahometanos. al lenguaje de entendiam entonces como aho do su última época. Seria pre las flores entre los perual.
ra, sino que la deferencia pa ferible? No estamos ciertos, Ni la fabricacion del acero en la ra con el soberano era asunto en este extremo ni en el contra India, la filosofia indostal de eemental ceremonia, de rio caben las sentencias abso ca. Le intepesabaa la politi buenas maneras. El abrazarse lutas. Byron, Verlaine y Da ca de Canning. La emancipa de buena fe con los compromi rio. Pasada y vencida su for ción de Irlanda, la cuestión do soy de su vida fue una de las menta, acaso hubieran remon Portugal, el porvenir do Capo normas de la sabiduria goethia tado otras cimas, como lo hizo distria en Grecia, la gutra tur na. También el escéptico Mon Goethe, La naturaleza, dice co rusa, la abolición del co taigne aceptó con todas sus ristoteles a medida que se per mercio de esclavos, que po consecuencias la alcaldia de fecciona tiendo a la quietud. drá traer uns union mayor en Burdeos. Hay que cumplir con En principio puede ser discuti tre los pueblos de Africa el deber a conciencia, o recha ble, pero la cita ilustra el CASO expulsar un dia a los europeos zarlo. Nada por que desem El más inteligente de los hom de aquellas costas. la Reva peñarse medias, propias ar bres ya ni siquiera desea ha lución de Julio, cuyo procesa timañas de aventurero. Loq blar. oh Monsieur Teste! Si a siguió angustiosamente un hago lo hago integramente.
Goethe no se le ocurre dar per consta por datos ciertos. Cool Por otra parte. Eckermant miso a la muerte, quien saba nua, despecho de sus años lo sabia y prudentemente lo ca si no se nos convierte en mon jardinando y herborizando. La la verdadera preocupa si cuando sale al canipo a ca ción de Goethe no está en dis Otros se preguntan si, en la krora, no olvida su capa de ponerse para halagar a los edad de Rien que la Terre, no plata para el vino, tampoco el principes que lo honra con resulta un tanto anacronico el martillo del mineralogista. To u visita, La verdad es que filosolo poeta lugareño, el se do lo abarca, asi como he Goethe parece habere ido acte dentario de Weimar (no muy previsto en sus sueños una so cando más a la Duquesa Lui sedentario para su época, cier ciedad de las Naciones, asien sa a medida que lo alejaba, tamente. Achacando Goethe el orden de la cultura espera hasta cierto punto, la incorre como deficiencia espiritual los mejores frutos de una sible tosquedad de Carlos Au no haber viajado en ferroca municación más intensa entra gusto. como a nadie escucha rril, on auto, en avión. al los pueblos, Anuncia que les ba éste más que a Goethe, Lui pensar asi. sólo miran las literaturas europeas han de ca sa neudia el poeta como al Declud del poeta a los años rregirse mutuamente por migable componedor que me ne pasó sentado en su malon, contacto. Hoy la literatura na diara en sus cuestiones domés para acoger el homenaje del cional no significa gran cos ticas. No hay aqui asomo de mundo. Olvidan todo el anima se adelanta a decir, Llega el humillación ni artesania sl do pormenor do su vida, tan momento de la Literara no lealtad decencia y hasta res curiosa Yaris, tan llena de Mundial. todos debemos con peto para la propia autoridad casos y cosas, luces y sabores, tribuir a su advenimiento.
bien ganada.
Nada más lejos de Weimar Me cuesta creer que el avis que la decadente torre de mar dor Lindbergh conciba la tie Tampoco hay que insistir de fil, Goethe habla para todos masiado en la calidad de la Tra bajo especie más universal los hombres. Quien no espe tertulis de Weimar, que mu que el sedentarlo de Weimu, chas veces pudo ser bastante modesta, Claro esta que no siempre disponia Goethe de minencias, ni siquiera de gento Cap de llevarle la conversa cios: eso a todos les pasa, entonces, mientras escapaba.
for CARLOS FERNANDEZ MORA tra ver a Jena, se conformaba DJ con lo mejor de la vecindad, Parece que el mismo lo confia sa, cuando hace que la Duque sa de Ferrara aconseje al Tas 50 Resignate a mirar tranquil lamente el curso tum tuota del mundo, como desde la ori Ita en el seno de un pequeño Estado que te ofrece seguro VETERINA sito. Los habituales contentu lios de Goethe. el pintor Me yer, el profesor Riemer, el com positor Zelter cuando venia de Berlin. Bo pasan de unos vul gares Bilisteos a los ojos da Bettina Brentano. Pero, desde luego, Bettina no es un testi gosin tacha, ya se sabe: vivia en sueños, lo queria todo pa Ta si, en perpetua bovarismo egoista, Meyer fué un amigo servicial. Riemer había sido preceptor de su hijo y ayuda ba Goethe cuanto podia ra un hombre de un talento y un saber que no cabian en su caracter. dice Müller, Zel ter, como quiera que se lo jus gue, comparte con Muller el honor de las confidencias y tie De también a nuestros ojos el prestigio de la amistad. El acu dirá junto con Goethe cuanto hasta los suyos lo abandonen.
en el incidente de Ulrica de La vetzow y cuando Goethe fa llezea, él encaminará casi vo luntariamente a la turhat Vuecencia el primer turno dijo inclinándose ante el retra to de Goethe. ahora sigo yo. dejó morir de tris teza. En cuanto al joven Ecker El Doctor Clorito Pleado fue un sablo que de vez en cuando mann, el bibliotecario de la Gran Duquesa, que hizo el via solia dar respuestas apabullantes. La Ironia de este famose invest je ple de Heidelberg. wel gador cientifico se hizo famosa y a él acudian los mejores redactace mar para consagrarse a Go de los diarios a entrevistarlo cuando se presentaba un asunto o pro the, quien se atreve a escati marle sa smipatia? Hombra de Laboratorio del Hospital San Juan de Dios en busca del sablo Pl Un campesino de robusto aspecto fue en cierta oportunidad al lealtad y candor perfectos, a cado. Queria consultarlo acerca de una dolencia que lo reais que el debemos. Ha sólo el mejor jando desde hace mucho tiempo. Al preguntarle Clorite que le retrato moral del poeta sino cedia, el paciente le respondió: un retrato que la Posteridad Durante todo el dia siento un hambre canina; por las noches suele identificar con el mode estoy casado como un burro por las mafianas, cuando me levanto, lo.
Nos objetable, aunque sea qulto.
soy Incapaz de recordar nada como si tuviera el cerebre de la mo envidiabe, el que un hombre ti shto de. le de trabalo si tiene la suerte Usted me, que tiene que consultare veten de hacerlo. Cuanto lo abjelan riot.
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