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Sábado 28 de Noviembre, 1968. LA REPUBLIOA El pueblo costarricense dio al Presidente Kennedy ma acogida triunfal como tal vez en sitio alguno, cuando el Presidente estuvo en San José en marzo de este año. Millares de estudiantes se reunieron frente a la Ciudad Universitaria, para escuchar la palabra pa.
ladin democrático, que fue delirantemente ovacion COMO ASESINARON KENNEDY en Texas no hubiera sido tan cálida, se hubiera tomado la precaución de los vidrios la terales, a prueba de balas, aun que lu capota del coche esta.
ba baja tal protección quizás huricia podido salvar al presi dente.
Pero Dallas, en donde la poli tica del presidente ha provocado una tormenta de protestas conseiyadoras, había sido cáli.
da en su recibimiento al apues to y bronceado presidente y su bella esposa.
La comitiva presidencial parecia conversar animadamente después de dejar atrás a la mul titud en las calles céntricas de Dallas y la carayana había lle gado a una tranquila zona en la que los admiradores del pro sidente no se habían congrega do en gran número. Pero el asesino ya habla elegido su po sición.
Sus tres precisos disparos hundieron a los Estados Uni.
dos y al mundo en un profundo volor.
DAILAS, 22. AP Hubo una fuerte detonación, como si hubjera hecho explosión un gi.
gantesco petardo en el cañón que forman los altos edificios que estábamos dejando atrás.
Rapidamente se oyeron otras GOs fueres detonaciones.
Esos siniestros sonidos hicieron eliminar de la mente de los periodistas que íbamos en el automóvil de prensa, la idea de que algún tejano había ayudado con un pºco de ruido al vo ciagiero recibimiento que daba Dailas al presidente John Kennedy. rico parecia ser disparos de fusil El hombre que iba adelante de mí grito: Dios mio, están disparando contra el Presiden te!
El conductor frenó en seco y abrimos las puertas para apear nos. Repentinamente, la caravana de automóviles, que se ha hia detenido, continuo avanzan do, Un hombre ayudaba a una mujer, vestida de color naronja claro. La ayudaba a arrecos tarse en el suelo y parecia es.
rudaria. Una persona estaba subiendo a gatas por la colina de un pequeño parque y proyec tó su cámara en dirección a donde vino el sonido. Al vol ver la cara rápidamente al sitio de donde habían provenido los disparos, si era que eran disparados porque parecía in.
creible, no vi señal de actividad alguna Cuatro automóviles adelanto del coche Continental del Presidente se abrían paso y un hombre parecía tener un telé fono en la mano y hacía señas un carro de la policia para que contiuara la marcha.
El automóvil presidencial par tio veloz y los que lo seguían lo Siguieron mientras la cara.
vana atravesó el paso a desni.
vel entrando a una amplia au1op sta mientras las sirenas de la policia sonaban insistente.
mente. Las sirenas habían sido silenciadas por orden presidencial durante la gira de Kenne.
dy por Texas Vajamos a toda Velocidad pus la carretera y paramos en la entrada de emergencia del Hospital Parkland.
Cuando salimos del automovil vimos a la señora de Kenne dy Horando, tratando de sostener en alto la cabeza de su es.
pass, mientras que la señora De John Conolly, Gobernador de Texas, trataba de ayudarlo, Tendido a todo lo largo el Presidente, su nítido traje ape nas tenia una arruga, pero habla sangre en el suelo.
Esta muekio. pregunté a un agente. No Creo, contes. Pero Creo que no.
Corri hacia un teléfono.
Pocos minutos desplés volvi a recoger más información.
El presidente y Connolly ha.
bian sido llevados a una sala de operaciones de emergencia.
ΕΙ vicepresidente Lyndon Johnson y la señora estaban dentro del hospital.
El brillante automóvil de la Casa Blanca estaba en perfecto cstado. Había sido traldo en avion 2400 kilometros desde Washington, sólo para conver.
tirse en el vehículo de la muer te para el presidente, para lo que había sido equipado con la máxinia protección posible, En el piso del asiento delantero estaba el sombrero que fro cuentemente llevaba el presiGente, pero que rara vez usa.
da. Junto a él, en muda ca.
maroderia, el sombrero Tepsze de ala ancha y color claro que usaba Conally En el amplio asiento entre los asintos, al que ya se le hablan quitado los asientos ple gables, había tres ajadas rosas antie un charco de sangre. Al lado había un deshecho ramo de variedad de margaritas, Todo parecía tan irreal. Ese era el vehículo que habla lleada en triunfo a Kennedy y la primera dama, que habían sonreido, estrechando manos y llo nos de felicidad en un dia de reunión con la gente del pueblo en las calles, log aeropuer.
tos y hoteles Trónicamente, si la recepción Janso Kennedy fue el primer Presidente catolico de los Estados Unidos, Fervoroso creyente, Aparece aquí conversando con el señor Arzobispo Monseñor Rodríguez Quirós, atrás del Presi dente Orlich que pronunciaba un discurso. John Kennedy, siempre cordial y sencillo, saludando a dos El Presidente Kennedy, es recibido por el Pre Costa Rica. Pasa revista a un pelotón de la Gun colare, costarricenses.
idente Orlich es el Aropuerto su begada dia Civil Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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