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Р Dos muertes de nuestro tiempo 以 construye tu barco de la muerte DH Lawrence Rodrigo Quirós, autor de los dos cuentos siguientes es una de las promesas más logradas de la nueva y dirámica pocsia costa.
rricense pesar de su furen.
tud cuenta yu con algunos poe mas que aplastan on gran ma.
nera muchos mitos nuestros Ahora, le resta entregarse pa.
Ta toda su vida a la creación, dar la obra grande que es ca.
paz de dar continuación dos cuentos suyos, sobre dos temas del hoy que inasticamos, dos muertes que suceden natana tras tarde, y que debemos mi.
rar. Dos cuatos que son dos poemas, porque Rodrigo es an.
tes que nada, incuso aates qui Rodrigo: poeta I La muerte del jefe A Cuesta arriba los niños corrian, jadeando y lotuude entrecortadamente. Jueputa más tonto. Yo te dije que no jugáramus bho.
Ta. Yo no lo vi. Yo no lo vi ima mita Jinda. Un poco de mar LITERARIA (Especial para LA REPUBLICA)
Julieta Dobles Yzagunte, es, como mujer, en sus poemas, ter nura Suave. siniple y purificada ternura, En esto poema nos atja el olor de la sal que se vie.
ne en los cuerpos al acabar el verano. y lo mezcla cun el a mor, así: elinar transportad, y el diálogo arroso prenuto una ternura prolunda en el lee.
tor. Julieta Dobles Yzaguirre es uno de los promeiedorcs valo.
Tes de la nueva generación voé.
tica de Costa Rica, curga Ja ca.
rrera de Ciencias en la Universidad de Costa Pica emparto clases de la misma maleria en el Colegio du Nuestra Señora de Sion.
PLAN DE DIFUSION ARTISTICA El jefe de la oficina icdata.
ba el últim informe de ess dia Se sent a enormemente sa tisfecho de la conjunción do a.
penas veinudos años cor el puesto que ciesempeñaba. Ade.
más de lo que él Hamaria mun danidad. de, bianco inpeable de los puncs de su camisa en los que florecian ma cornillas de rubí; de la tinida pero axio.
mática admiración de su secre.
taria de diecinueve años. In.
contables pegs Se veía a si mis mo como algo semejanie a un Apolo burocráticamente heroico, con el suave mechon que le decoraba la frente, la firmicza del puño sobre la Parker, y el rictus de oficialidad que asumia todas las mañanas ias últi.
mas gradas.
No le gusiaba el rostro tino, pálido y moceado de la señorl.
ta Siempre altaba la imagen perturbadora de un papelucho manchado de mostaza Pero, en cambio uando se agachabg para juntar el apicero, que se había caido en una pirueta inconcebible lo que veia era un par de pantorrilas y de retazoc de muslo, anollin. us. clarus y ten.
tadores, Otro de sus motivos de orgu.
llo más importantes, via sonrisita que pretendia ser bur.
lona, acomp nada de un breve soplido nasal Ya no recordaba cuándo la ha da adoptado, vi en qué condiciones; pero ahora la amaba por los muchos triuafos sicológicos que le habia ocasionado Lo inyectaba que e.
yocaba en orgulloso inglés: vell confidence. Habia aprendido inglés en 50 lecciones, con cuatro tríos de discos, recurridos de Good morning, Mr Smith. Repeat after mo y Don forget. Cuando cualquiera acudía a solicitarle algo no tenia más que extraer la sonrisa y susu.
rrar un Bueno, bueno. y se sentía encumbrado a las mas al tas cimas de la experieacia y la personalidad.
Después de rccoger el lapire.
To y lanzar una Ojeada corta y ávida a las piernas sin pecas in.
dependientes de aquél rostro la diculo, Dagoberto sonreía supla ba, miraban la secretaria que Colaboración mensual del CIRCULO DE POETAS COSTARRICENSES le correspondía con uua mirada tínida y, a la vez, casi desargonzada Un dia Dagoberto y la georita con pecas, se fueron a to.
mar el fresco del Parque Cen.
tral después de una tarde pgo.
tadora. El jofe supo que ella vivía sola en un pequeña pensión Cuando se dirigian a ésta, Dagoberto evocó la cirugía plás tica y luego is pomada Flowerma Esa noche, Dagobei to sund con una serpiente do piel hunis da cubierta de pecas, arrollada a su cuello. Eatre tanto una vez chillona y obscena gritaba. Qué plertas. Qué piernas. pero él no podia distinguir ninguna pierna mientras la extra.
fia serpiente lo estrangulaba De Tepente, el reptil se esfumo, el aire volvió a acariciar sus pil.
mches, y una nueva voz ie suSurró al oído: Su café, don Da goberto. Se vespertó agitado y feliz En el frigerador, debia quedar alguna cerveza.
Un día cualquiera, mucho des pués, entró el departamento un hombrecillo leco. mal vestido, con ojos tan ternos como deri Vados. Después de un día de intensas conversaciones pornográficas en esquinas y bares, ecostumbrapa este indiyidco tum barse a sollozar sobre el lecho, leyendo en voz alta las Rimas de Bécquer, contemplando los puntitos cristainos sobre el cie lo negro) Dagoberto no tuvo dudas de que se trataba de un pobre diabio, pero al mismo tiem po, lo acometió la sensación de ser él mismo un estúpido.
El desconocido se detuvo fren te al escritorio: sus ojus eran dos brillos repulsivamenle gusi tivos Ay, señor dijo con voz al cohólica iQué triste voy a tener que hacer! Mi livrmanita está einbdrazada, señor, IQué triste. Sacó un revolver y tirs du veces Todos los costos pallde cían, mientras los ojilios crimi.
nales asomaben dos lágrimas Dagoberto recordo, incrédulo que su secretaria vivia sola. go pensó en casarse. Luego, do comenzó a extinguirse.
Ahora te traigo el mar Tecostando bahias en mi carne de arenas. Nueva poesía costarricense Ahora te Iraigu el mar, que me he vuelto marina para llenar de muelles y enseuadas tu tristeza de algas. es poéticamente como el hombre habita esta tierra Lo hundiré entre tus poros, y será cada uno un coral que anochece.
lo que Lo enreuaré en tu boca, y te arderá en los labios una canción de olas Poema Canción сото tantas después, suavemente, una mañana de esas en que nacen aimendros.
y se llena de playas nuestra tierra sin gal, Luis Fern indo Quijano all!
tor del siguiorte poema, es uno de los mag jóvenes y espontá.
neos valores de la joven poesía costarricense, Cursa Estudios Generales en la Universidad de Costa Rica En este poema, nos da, quizá con crueldad, uno de sus instantes esos momento en que se siente ia calda de to.
do cómo hacia nosotros, en que lo aburrido del ser nos lirita ger, y nos laman hombre descubrirás tu alma bronceada de silencios, de esos que se han ahogado en el fondu lel mar. La muerte de Moncho Meditación Marco Rotuna, autor de esta Canción que precisamente no es como tantas. es una de las promesas vives de la aclual generación poética costarricense.
En este poerad. como en la gran raayoría de sus poemas, nos deg carna con Oda ia crueidad del caso, esa cosa sociai que olvidamos ente el papeicu diario de las oficinas. Su poesia se cial es pura, limpia con una bala o un cozo de pan.
Siento hoy más profundos los tajos que delinean mi rostro hecho do robie Siento caer mi pelo recto como sogas sangrantes de un árboi Scco, Siento que davaron con claves de cobra mis pómulos indios bajo mis ojos Amigo, ni usici ni yo tenpr10 culpa de que hicie, al mundo Si hubo gue ta, no es nuestra: si hay miseria, mi mesa liete panes de sobra.
Mi pozo está henchido como tinaja fresca.
Mis manos gin callos, y es nueva esta cervezd, y esto zapato nuevo todavía está en la tieada. No! Ni usted yo tenemo.
culpa Posiblemente mi mesa no es su mesa; y aunque yo esté caliente, sus hijos esta tarde se mordieron la frente.
Su esposa está preñada. y yo no tengo esposa su hija esta ca el hoyo, yo, en fin camino solo Debe entenderme amigo: gi usted ni yo tenemos culp.
Hoy senti que me amarraron tinos dedos y unas manos me llamaron hombre, El sol se ablandaba en cela.
jes rojos Pmarillos a través de las agujas del cipiés. E! CTO púsculo, espeso y melancóuc, también preñuba el cielo a de.
recha e izquierda, pero los Ojºs del campesino se recugian eu el medio del árbol embriagado de rojo escarlata. Queria ve: po co, pero verl, hasta el fondo, donde saltariau quién sabe que alucinaciones divinas.
Soplaba uu viento irio desde las colinas bartas de lluvia Los Cantos de los ruiseñores y de más avecillas familiales, prepa raban la revelación del misterio veces su visión se extorpecia por la fijeza. y los ojos se vol vlan ridiculamente miopes. For Moncho esperaba. sus pies, la colilla del Dominó lo tentaba a la sencilla rutina de entrar a la casita, pedir a Carmen und ta za de agua culce, y soral con San José Pero si el literalo de.
cia que tratara de ver las ma ravillas, él no podia dudar, Don Arturo habia estudiado en Os for. cómo si fuera poco etudiar en la Universidad de San José. Quién era él pobre dia.
blo, para permitirse la duda?
Adentro, Marujita doclataba su amor a la fotografia en lores de Tony Curtis imagina.
ba sus pernas con brillantes za patos de tacón aito, pedia sa Virgen por lo conservación de su recato mientras viviera.
Por el escabroso cardino, su.
bieren Carlos y Adolfo. Venlab del pueblo, del guaro, de las aspiraciones urbanas de todo los Diay. Monchc ¿Por qué tan concentrao. Alguna queridilla seguro Cuidau, cuidao Mwacho. El adulterio es torta. Qui hubo dijo Moucho rer vioso Las voces pegajosas y bro mistas se fueron aluyendo por los potreros y las cuestas dei sen dero, De repente Moncho tuvo presagio. Sir saber cómo, imploró a media voz. Virgen Santísima, Dios mío arbeles, poticros; ayúcemen No se veia a nadie Se tumbó boca abajo sobre la tierra. Dios quiera que anora si.
Hundió los dedos rugosos en la tierra parda trató de impulsar todo su fervor hacia la muntana domada por sus cuarenta a nos.
Cuando siatió el impacto so.
bre el cráneo, todo su ser se elec trizó de alegria ¡Ya. Ya! Dios mio!
Al tiempo que un dolor igu.
do comenzaba a tensarse a tra vés de su cabeza, y sintió un If quido tibio umpapándole e ca.
bello, conoció la magia que alll estaba Oculta desde su nacimien to sin que el lo sospechaia.
Don Arturo tenía razón, y el había podido. Si supieran Carlos y Adolfo. El canipo se re torcia ante sus ojos en imtgenes tornasoladas y saltavinns, la tierra alimentada por su su.
dor se lo mostraba en su dimen slon inimagiuable; lluvia, soi, hierba, roca: cantos de pajari llos, se condensaban en tieri.
llas fantástics e indefinibles, en ecos bostálgicos y dulcisimos, en un vértigo multicolor, sem brado do evo aciones, que eran como plegarias. El dolor se había vuelto sesesperante, pero, sin saber por qué, Monchos taba seguro de que toda estabu bien Lo triste fue sentit Ongarse los dutadecillos de la mon tana.
El siguiente poema de German Salas cz muestra de lo que el esfuerzo puede de milagro.
so en el trabajo artistico. German ha poco escribía esos poe.
mitas decorados que bacen tra.
garse a los rostalricenses como poemas, pero, tonjando concien.
cia y empujando la lucho, co mienza a tocar el territorio de la poesia ezeacial. es derir de la palabra poética lanzada hecia el interior de elia mizma, hacia el fon lo de su propia vitalidad. Gernian Salas es alum no del Instituto Nacional de Ar.
tes Dramátics ofrecemos a con tinuación su pocma Meditación en donde aún se notan los sal tos continuos en el desarrollo, Vero donde ese golpctéo de la vida y las cosas hechas y las cosas negadas alcanzan al loc tor INVITACION: Poetas, desconocidos o co.
nocidos, el CIRCULO DE POETAS COSTARRICEN.
SES. Os invita a unirosa su lucha, Ahora siento el golpetto: ahora hasta el silencio me nolcsta Dirección postal. CIRCULO DE POETAS COSTARRICENSES.
Apdo. 4287 San José.
Será el maj tiempo cayendome a gutas?
Será la pala ara deme jugando os años hambrientos o el hueso all mindigo llamando a las puertas? He aqui una gotilla de luz de una joven poeta inicial Es de Maris del Rosario Vega Sibaja Aquí en cinco lincas y como só lo en la poeida se puede dar esa diaria decepción que ens to pamos cara a cara en todas las calles y momentos; vive respira, existe. Ese instante reunido de ence yol descreer. dias o llegar a las reuniones, todos los miércoles en el INS.
TITUTO COSTARRICEN.
SE DE CULTURA HISPANICA, a las 7:30 sita 200 vs. al Norte del Quiosco del Parque Morayan, En in.
tantas cosas Le retuer een la misma hora, que es dificil saber Ahir bloato al golpetes, Sólo eso Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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