La Vida en Tiquicia Dos bellos rincones del terruño; dos paisajes distintos, que contrastan en presencia. que no en esencia. es que ambos contienen lo necesario para deleite del visitante En uno vemos lo agreste, lo inculto, tal como lo dejó la Naturaleza: El páramo frío del Cerro de la Muerte. en él, un campamento de excursionistas que se van a pasar varios días en la cumbre, respirando oxigeno a plenitud y llenándose la vista con los lejanos y varicdos panoramas que ofrece tan estupendo mirador. En el otro: aquí la mano del hombre ha dejado su huella pero no para destruir sino para armonizar la Naturaleza.
Flores bellas, árboles, cesped. Todo ello cuidado escrupulosamente, en Pacayas de Alvarado.
Todo ello hablando de quienes emplean su tiempo sabiamente, en colaborar con la Naturaleza en su eterna obra de superación. Dos paisa es distintos, una misma esencia. una sola invitación para que Ud. se llegue hosta ellos a gozarios, ya que para eso están allí, esperándolo.
Los gratos rincones del terruño.
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